La poesía en los negocios
Forbes - martes, 2 de
septiembre de 2014
Mi daimon derecho, lejos de
avisparme con un zape, me suspiró al oído un suave consejo: “Los negocios
necesitan poesía.”
“La nota dura es lo que
necesitamos…”, me dijo un exitoso editor. En realidad no se refería a mí (¿o
sí?), pero me sentí aludido y quedé meditabundo con la duda sofocante que
permaneció ahorcando con dos dedos mi mente; empecé a dudar si soy demasiado
suave. Mi daimon izquierdo (un geniecillo que a veces me reclama) con un zape
me recordó que hace poco escribí “El mejor consejo: vislumbra abundancia“,
lleno de datos y estadísticas. Además, me dijo: “(…) en Grant Thornton
publicamos muchos datos del International Business Report con información dura
y actualizada. No, Alejandro, la verdad, a veces sí usas información dura,
dura, dura…”
Pero mi daimon derecho, lejos de
avisparme con un zape, me suspiró al oído un suave consejo: “Los negocios
necesitan poesía.”
¿Poesía en los negocios? Es lo
más extraño que he oído. Pero ese mismo suspiro sonriente me llevó a encontrar
esta frase:
“Evitamos el fracaso a toda costa
y nos agarramos a ideales como ‘orden’ y ‘eficiencia’. Pero debemos abrazar el
fracaso; debemos vanagloriarnos de la auténtica lobreguez y porquería y
desorden que produce la auténtica innovación”: Tom Peters.
¡Eso es poesía! ¡Y la poesía
libera! Algunos confunden la poesía con un verso que rima. Pero la poesía es
más que eso, es el entendimiento más profundo que existe del universo. Desentraña
el todo con el aparente nada. Describe con precisión pero sin exactitud, cada
ánimo y estado humano (animal o celestial). Los poetas en Chile (país de gran
comprensión poética con “despertados” como Nicanor Parra y Pablo Neruda) no
sólo declamaban al aire afuera de sus viviendas… en una época era normal ver
gente caminando en las calles iniciando con un acto poético, un carnaval
inventado. Otros hacían poesía caminando derecho, sin detenerse (parecido al
video de The Verve en “Bitter Sweet Symphony”) pasando por encima de árboles,
tocando puertas de casas desconocidas para pasar a través de ellas, cruzando
fuentes y bardas; todo con el ánimo de simplemente actuar en algo aparentemente
irracional, pero de gran profundidad: es el acto de vivir en sí mismo,
interpretado por sí mismo, y explicado por sí mismo.
La nota blanda, mi respetado
señor editor, eso es lo que necesita la gente que hace negocios.
“Vanagloriarnos de la lobreguez y porquería para innovar”, no de los números
del tipo que despreciaba Mark Twain (“Hay tres clases de mentiras, las malditas
mentiras y las estadísticas”, decía). Para los sentimientos y la razón que
necesita un negocio, ¡la poesía es la respuesta!
Despertemos nuestra conciencia de
lo efímero con José Emilio Pacheco, gran escritor y poeta mexicano. Si te
despidieron ya de cierta edad y después de muchos años del gran corporativo,
lee lo siguiente: … ¡momento!.. no lo leas aún si no te quedó el saco. ¿Eres
joven y trabajas en un gran corporativo? ¿Sí? Bueno… ahora sí, lee lo siguiente,
verás tu futuro inminente:
Indeseable
No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica
(oficina, firma, despacho).
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.
Después de leer esto, te
encontraste a medio camino, formaste tu propia historia. ¿Pero te quedarás ahí?
O completarás el acto poético haciendo ALGO. Lo que sea es mejor que callarte y
hundirte en la basura. ¿O no?
Trabajas hasta tarde, sientes
raro pero no sabes cómo describirlo (tal vez ni tiempo tienes de hacerlo). ¿Qué
sientes? Tal vez esto:
El silencio
La silenciosa noche. Aquí en el
bosque (empresa)
No se escuchan rumores.
Los gusanos trabajan.
Los pájaros de presa hacen lo
suyo.
Pero yo no oigo nada.
Sólo el silencio que da miedo.
Tan raro, tan escaso se ha vuelto en este
mundo
Que ya nadie se acuerda de cómo suena,
Nadie quiere
Estar consigo mismo un instante.
Mañana
Dejaremos la verdadera vida para
mañana.
No asco de ser ni pesadumbre de estar vivo:
Extrañeza
De hallarse aquí y ahora en esta
hora tan muda.
Silencio en este bosque, en esta casa
A la mitad del bosque.
¿Se habrá acabado el mundo?
Solo en la reflexión y
meditación, en el silencio estridente de la poesía, es donde se encuentran las
respuestas verdaderas. A veces es solamente ego, a veces es una cosquilla que
te hace ir por otro camino. Tu propio camino. Adentrarte en un bosque
desconocido. Tienes una linterna, es tu intuición. He ahí tu dato más duro:
Traqueotomía
No puedo respirar.
Es la corbata. Es mi marca de esclavo.
Es la CerezaNegra que traigo colgando del
cuello (y en la bolsa del pantalón).
Es la falta de aire por vivir en un sueño
ajeno.
Aire enrarecido por pertenecer a otro pulmón.
Quedarme así por miedo al qué dirán.
Emprender dice Stephanie Lewis.
En perder está el aprender.
Pierdo seguridad,
Gano oxígeno
Y vivo.
Conviértete en un POETA, no en un
juglar o trovador (empleado de lujo o empresario vacío-cuenta -monedas).
Conviértete en un LOCO, como los describía (el también poeta) Steve Jobs con su
propia voz en este video:
Completa el poema: Si no eres tú,
¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo? Si no es aquí, ¿dónde?
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