¿Cómo compraremos en 2020?
BBC News - jueves, 25 de
septiembre de 2014
Muchas tendencias innovadoras que
ya se están empezando a probar en ciudades como Londres o Seúl serán moneda de
cambio habitual en todo el mundo durante la próxima década. Para 2020,
¿seguiremos yendo los sábados a ver escaparates o vidrieras?
Reconocimiento facial
Emotient, una compañía de San
Diego, Estados Unidos, ya está utilizando tecnología de reconocimiento de las
expresiones faciales para analizar el estado de ánimo de los clientes cuando
entran y salen de las tiendas y para observar sus reacciones a las diferentes
marcas y presentaciones de productos.
En Reino Unido la cadena de
hipermercados Tesco ha probado una tecnología de reconocimiento facial para
ajustar la publicidad dirigida a los consumidores que hacen fila de acuerdo con
su edad y género. Pero la prueba causó mucha controversia y generó críticas
sobre cuán intrusiva puede llegar a ser esta tecnología.
Pagos sin contacto (Contactless
Payments)
¿Se te olvidó la billetera? Eso
no será un problema en el futuro, cuando paguemos con nuestros teléfonos
móviles.
En Francia los clientes de la
cadena de supermercados Auchan y los de las tiendas de bricolaje Leroy Merlin
pusieron recientemente a prueba el pago por escáner de huella dactilar. Los
datos biométricos estaban guardados en una tarjeta de pagos que usó tecnología
NFC (Near Field Communication) para interactuar con la caja registradora.
En el sistema de transporte de
Londres y en algunos supermercados y tiendas de la capital británica ya se
utiliza este método de pagos con tarjetas de crédito o débito que tienen la
funcionalidad de “contactless payment”.
Informes pormenorizados
En el futuro habrá poca
privacidad en los establecimientos de compras. Habrá sensores en todas las
tiendas que recogerán información sobre cuántos clientes entran y dónde pasan
más tiempo.
Y cada vez habrá un mayor
intercambio de información entre las tiendas y los usuarios de teléfonos
inteligentes. Algunos comercios en la calle comercial londinense de Regent
Street han instalado iBeacons, una tecnología que utiliza Bluetooth para emitir
ofertas y sugerencias personalizadas para los clientes sobre los productos que
posiblemente quieran comprar.
Etiquetas inteligentes
Compañías como la firma noruega
Thinfilm están empezando a incluir dispositivos electrónicos en las etiquetas,
a medida que el costo de esta tecnología disminuye.
Las etiquetas inteligentes
contienen sensores y espacios de visualización. Utilizan tecnología NFC (Near
Field Communication) para transferir información. Pueden decirle al consumidor,
por ejemplo, que la leche sigue fresca o que un producto cumple con los
estándares internacionales.
En el futuro las estanterías
estarán repletas de sensores. Las etiquetas podrán, por ejemplo, sugerir el
mejor vino para combinar con los ingredientes que ya hay en tu carrito de la
compra o alertar a un cliente con alergia sobre los productos que contienen
cacahuete o maní.
Entregas personalizadas
La opción de “hacer clic y
recoger” estará a la orden del día: los clientes que compran por internet
podrán retirar los productos en puntos específicos instalados en oficinas,
estaciones de metro y otros lugares. También aumentará el uso de asistentes
personales a pedido, como WunWun, que ofrece un servicio de entrega en una hora
por medio de una aplicación telefónica.
Entretanto, compañías como Amazon
y Google planean utilizar drones para hacer entregas. Amazon ya solicitó una
licencia de vuelo ante la Autoridad Federal de Aviación de Estados Unidos.
Probadores o cambiadores
digitales
Compañías como Magic Mirror están
desarrollando una especie de espejos virtuales que le permitirían a una persona
“probarse” la ropa con una proyección de sí misma sobre una pantalla. Mediante
sensores en el cuerpo, la tecnología crea un modelo virtual del cuerpo sobre el
que después se pueden añadir prendas a través de una pantalla táctil.
Mientras, la tienda
estadounidense de ropa para hombres Hointer ya les ofrece a sus clientes la
oportunidad de escanear el código QR de una prenda en la etiqueta de la misma y
escoger la talla a través de una aplicación en el celular. A continuación, la
pieza identificada cae en un conducto hacia el vestuario, con el objetivo de
acelerar el proceso de hacer compras.
Tiendas virtuales
Allí donde haya una pantalla
táctil podrá surgir una tienda virtual. Estos establecimientos que “brotan de
repente” pueden ofrecerle a los consumidores, de forma visual, una gran gama de
productos para los que no hay espacio físico en las estanterías.
El grupo británico de
hipermercados Tesco instaló una tienda virtual en el metro de Seúl, en Corea
del Sur, donde los pasajeros pueden hacer la compra a través de estanterías
virtuales que tienen el mismo aspecto que las de verdad, repletas de productos
que pueden ser escaneados con el teléfono móvil de camino al trabajo. La idea
es que cuando estos clientes regresen a sus casas los productos ya estén allí.
Tiendas de impresión en 3D
Es probable que la impresión en
3D forme parte de nuestra realidad consumista en el futuro. Los clientes podrán
tocar una pantalla, bajar un diseño particular y hacer que se imprima un
producto específico para ellos mientras esperan.
Expertos como el profesor Greg
Gibbons, de la Universidad de Warwick (Inglaterra), predicen que las tiendas de
impresión en 3D sustituirán a los establecimientos que hoy en día ofrecen
fotocopias y otros servicios de impresión. Otros auguran que más bien habrá
cabinas de impresión en 3D parecidas a las antiguas cabinas de teléfono.
Asistentes robotizados
En varios centros comerciales de
Corea del Sur ya existen asistentes robotizados para ayudar a los clientes a
encontrar tiendas. Pero realmente será tras bambalinas donde pulularán los
robots, llenando estanterías, haciendo inventario y supervisando los niveles de
almacenamiento y la frescura de los productos perecederos.
¿Regreso al futuro?
Pero no todo el mundo cree que el
futuro de las compras pasará por el uso de las últimas tecnologías. La
académica Laura Vaughan cree que podría haber una regresión a la era del
carnicero, el panadero y el artesano del barrio, e incluso a los mercados de
productos agrícolas de la zona.
Vaughan cree que la gente encontrará
una manera alternativa de poblar las calles comerciales y desestima las
predicciones que auguran la muerte de las tiendas locales a causa de la
competencia por internet.
Andyvision es un robot que hace
el inventario, desarrollado por la Universidad de Carnegie Mellon, en
Pennsylvania, Estados Unidos. Este autómata escanea las estanterías para
generar un mapa interactivo del almacén en tiempo real, a la vez que realiza un
inventario detallado y alerta a los empleados si hay algo fuera de lugar o si los
niveles de existencias están bajos.
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