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viernes, 30 de marzo de 2018

Odio y violencia


 Odio y violencia, presentes en las redes sociales



FORBES- 30 de marzo de 2018
Así como hay quienes usan la red para promover causas justas, también hay quienes las usan para dispersar la vileza humana. Bots y trolls ayudan a propagar el odio aniquilando al adversario.

Las redes sociales digitales han abierto una Caja de Pandora de la cual emergen discursos cada vez más radicales que exaltan el odio y la violencia. Para muchos, es suficiente motivo para descalificarlas y recordar que todo tiempo pasado fue mejor. Otros, en cambio, reconocen su innegable presencia en la vida cotidiana y, si bien admiten sus potencialidades para la sociabilidad, la innovación y la vida cívica, intentan explicarse esta plaga que atenta contra los derechos fundamentales y, sobre todo, contra la dignidad humana.

 

Al ser un fenómeno nuevo, y dada su innegable complejidad, los documentos y tratados de derechos humanos no contemplan como tales los discursos radicales en la red, por lo que su definición está en construcción. La Unesco define el discurso de odio en la red como aquel que enfrenta a grupos de individuos mediante un lenguaje amenazante. Sería el antidiscurso que cancela la posibilidad de entendimiento con los otros, que favorece la discriminación y enaltece la violencia. Es también esquivo, anónimo y su carácter transnacional complica su regulación. Es un tipo de afrenta de nuestra contemporaneidad, facilitada, paradójicamente, por las redes sociales digitales, y constituye uno de los temas que más preocupan a la comunidad internacional.

Facebook alberga grupos privados que enaltecen la supremacía blanca; en YouTube es fácil encontrar propaganda del Ejército Islámico; y, en Twitter, redes de bots y trolls ayudan a propagar el odio aniquilando al adversario. Recientemente, el fenómeno de las noticias falsas comenzó a empañar la política; toda una afrenta para la vida democrática que deja un espacio cada vez más estrecho para que los ciudadanos libres expresen inquietudes e, incluso, posturas de manera civilizada. Sobre la creciente autocensura en las redes por parte de ciudadanos comunes, el Centro de Investigaciones Pew de Estados Unidos realizó, en 2014, un estudio en el cual comprueba que, cada vez más, las personas prefieren no expresar sus opiniones, para evitar ser acosadas.

 

Pero este tipo de discurso no solamente es empleado por grupos extremistas, por simpatizantes o empleados de políticos en campaña contratados ex professo para ello. En enero de este año, en un editorial del diario The New York Times, el connotado psicólogo Steven Pinker recriminaba las “lealtades tribales”, como llamó a los responsables de que sea cada vez más difícil hablar de algún tema relevante en las redes sin ser caricaturizado por quienes no están de acuerdo. El profesor, que fue víctima de descalificaciones con un video sacado de contexto, puso de manifestó lo cotidiano que resulta ser afectado en las redes por expresar una opinión.

Sin embargo, es preciso reconocer que el odio no es una invención de las redes digitales. Los usuarios le damos sentido a la infraestructura de acuerdo con nuestros propios intereses. Así como hay quienes usan la red para promover causas justas, también hay quienes las usan para dispersar la vileza humana. Así pues, el problema no es únicamente tecnológico, sino político y cívico. Es multidimensional y, por tanto, acabar con él requiere de la convicción y acción de diferentes actores.

A las empresas tecnológicas corresponde perfeccionar sus algoritmos para atajar estos discursos y abrirse a la sociedad con transparencia. Desafío mayor es, sin duda, convencer a los políticos de la urgente necesidad de recuperar la política como la virtud de construir consensos, una virtud extraviada en tiempos de Donald Trump, el campeón indiscutible de la discriminación. A los candidatos que buscan cargos de elección popular corresponde evitar estrategias digitales perversas, que en nada contribuyen a la salud de la vida democrática.

Los internautas, por nuestra parte, no estamos exentos de hacer lo posible para contribuir a configurar un entorno digital tolerante y justo.

El debate en la actualidad se ha concentrado en si deben aplicarse o no medidas legales ante un fenómeno que, en algunos casos, puede tener su origen en la discriminación o la inequidad. El debate está abierto, aunque ahora pareciera que una regulación colaborativa y multisectorial es un camino más deseable y posible.



* María Elena Meneses-Profesora e Investigadora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey. Se especializa en Internet y Cultura Digital.

operaciones inteligentes


El camino hacia a las operaciones inteligentes


FORBES- 30 de marzo de 2018
La disrupción digital y la experiencia del cliente promueven en las compañías la necesidad de transformar cómo trabajan y acercarse más a Operaciones Inteligentes.


Los datos están cambiando rápidamente de ser un componente periférico a ser un conductor fundamental de operaciones y ventajas competitivas. No obstante, un estudio realizado por Accenture encontró que casi 80% de las organizaciones encuestadas calculan que entre el 50 y el 90% de sus datos no se encuentran estructurados. Además, los datos vienen de un rango muy amplio de fuentes, incluyendo datos adueñados de primera mano, cooperativos de segunda mano y datos suscritos de tercera mano, y otra cantidad enorme de datos son parte de procesos internos. Las empresas necesitan tener un cambio de mentalidad para centrarse más en los datos, maximizando su uso y monetización.

 

Una estrategia de cliente robusta es el motor más importante para ganar agilidad operacional. Pero casi el 50% de empresas dicen que sus backs office no están manteniendo el ritmo que llevan los requerimientos de las del front y el middle office, que están evolucionando hacia el modelo OneOffice, que reemplaza las funciones en silos, con procesos disruptivos y capacidades digitales.


El futuro pertenece a organizaciones con Operaciones Inteligentes, es decir, aquellas que usan datos impulsados por Inteligencia Artificial y talento humano para empoderar la toma de decisiones en tiempo real, experiencias de cliente excepcionales y resultados positivos. Con Operaciones Inteligentes en el corazón de las empresas, estas se pueden volver más flexibles, ágiles y responsivas; pueden generar valor más rápido; y lograr una ventaja competitiva sustentable. Las Operaciones Inteligentes proporcionan la agilidad, flexibilidad y sensibilidad que los negocios necesitan para actuar eficientemente para cambiar y redireccionarse con confianza a un nuevo curso, y para lograrlo, necesitan poner atención en cinco puntos esenciales.

 

Talento innovador: El impulso emprendedor, la creatividad y habilidad de asociarse son las tres áreas más importantes para el enfoque de talento de una organización. El talento del futuro necesitará traer a las empresas la habilidad de resolver problemas de forma creativa, además de pericia digital, operacional y de dominio. Para estar al par con estas demandas de talento, las empresas necesitarán una función de recursos humanos más ágil y una estrategia de reclutamiento más flexible que apalanca un mercado de talento abierto.


Una columna vertical impulsada por datos: Más del 90% de las organizaciones cree que decisiones regidas por datos los ayudarán a generar progreso introspectivo sobre los clientes. Las organizaciones necesitan capitalizar la gran cantidad de datos estructurados y desestructurados de fuentes diversas internas y externas para ganar nuevo conocimiento que su talento innovador pueda usar para obtener mejores resultados. A ese fin, más del 85% de las empresas están desarrollando una estrategia de datos alrededor de agregación de datos, lagos de datos o curación de datos, además de mecanismos para convertir datos en ideas y luego acciones.


Inteligencia aplicada: Casi el 90% de las organizaciones cree que las 3 A’s de Automatización, Analytics e Inteligencia Artificial (AI) será la clave de la transformación de los negocios y procesos. Para usar efectivamente estas poderosas herramientas, las empresas necesitan talento innovador que pueda entender los problemas de negocios que están tratando de resolver y luego aumentar este talento para encontrar la respuesta, usando la combinación adecuada de gente, conectividad y tecnología.


Apalancar el poder de la nube: Más de 90% de las empresas encuestadas, esperan servicios digitales plug and play con una seguridad holística de grado empresarial, lo cual es posible a través del poder de la nube. Sin embargo, capitalizar sobre la nube requerirá esfuerzos significativos para reemplazar y modernizar sistemas heredados. El 25% de los encuestados indican que al reconocer esto han reemplazado o modernizado su infraestructura, y otro 42% tienen planes concretos de hacerlo.


Ecosistema de Asociaciones Inteligentes: Más del 90% de las empresas sienten la necesidad de asociarse con otros miembros del ecosistema para explotar oportunidades de mercado. Por ejemplo, las organizaciones del futuro desarrollarán relaciones simbióticas con startups, academias, proveedores de tecnología y plataformas para alcanzar sus objetivos. De manera similar, proveedores comerciales de servicios tradicionales están colaborando cada vez más con empresas en un modelo de asociaciones verdadero que maximiza la co-innovación.


La implementación adecuada de estos cinco elementos podría significar para las empresas un crecimiento promedio de 21% en ingresos dentro de tres años, pero también significa reducir costos de operación por casi 22% dentro del mismo periodo. Esto quiere decir que empresas deben a buscar el perfecto equilibrio entre mejorar la productividad y al mismo tiempo balancear las prioridades para aumentar la experiencia de consumidor y el mantenerse al tanto con disruptores.


*Director de Operaciones Accenture México.

jueves, 29 de marzo de 2018

el cambio más disruptivo en la historia


 La IA, el cambio más disruptivo en la historia



FORBES- 30 de marzo de 2018
Es una realidad que la Inteligencia Artificial cambiará por completo nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestras creencias y la manera en la que operamos como sociedad.

Cuando volteamos hacia atrás en la historia, resulta evidente que la introducción de nuevas tecnologías, especialmente aquellas que afectan directamente a la fuerza laboral, genera incertidumbre, miedo y enojo. En Inglaterra, a la par de la Revolución Industrial (siglo XIX), nació el ludismo, un movimiento obrero que buscaba acabar con las nuevas formas de producción mediante la destrucción de las máquinas mismas. Su lógica: las máquinas estaban robándoles el trabajo. Hoy sabemos que, si bien en todas las revoluciones industriales se perdieron miles de trabajos, también se crearon nuevos puestos que mejoraban considerablemente la calidad de vida de quienes los ocupaban.

 

Hoy el mundo ha puesto sus ojos en la Inteligencia Artificial: tecnología que imita las funciones cognitivas del ser humano. Estamos en el umbral del cambio más transformador y disruptivo de la historia de la humanidad. Todos los gadgets y desarrollos que hasta hace algunos años simplemente obedecían, hoy pueden aprender y mañana pensarán por sí mismos. Es una realidad que la Inteligencia Artificial (IA) o Machine Learning cambiará por completo nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestras creencias y la manera en la que operamos como sociedad. La IA provocará más cambios en los próximos 20 años que en los últimos dos mil. Las advertencias al respecto ya han comenzado: hace apenas unos meses Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, afirmó en una conferencia ante jefes de gobierno de Estados Unidos, que la Inteligencia Artificial supone un riesgo fundamental para la existencia de la civilización humana. Por su parte, Stephen Hawking, dijo en el 2014 que “la Inteligencia Artificial augura el fin de la raza humana”. Otros críticos, menos distópicos, ya están advirtiendo que al menos 50% de los empleos que hoy realizan humanos serán reemplazados por inteligencias artificiales. En países en vías de desarrollo, el Banco Mundial pronostica que esta cifra ascenderá hasta 65%. En la última edición de SXSW (Congreso Internacional de Tecnologías y Tendencias en Austin, Texas) se habló de que:

La IA reemplazará el 83% de los trabajos que ganan menos de 20 dólares la hora

La IA reemplazará el 31% de los trabajos que ganan hasta 40 dólares la hora

La IA reemplazará el 4% de los trabajos que ganen más de 40 dólares la hora

Mientras que no se puede negar que los trabajos cambiarán a raíz de lo que está siendo llamada la Cuarta Revolución Industrial, personalmente creo que, al igual que en las tres revoluciones anteriores, las nuevas tecnologías liberarán el potencial de nuestra sociedad. Debemos sentirnos afortunados de poder ser testigos de este momento. La implementación de tecnologías de IA se verá reflejada en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde los más grandes hasta los más pequeños. No se trata de imaginarnos robots complejos y antropomorfos que imiten a los seres humanos, sino de aparatos tan comunes como automóviles inteligentes, analizando datos y aprendiendo por si mismos (en conjunto) para volverse más eficientes, más funcionales e incluso autónomos. Está siendo hora de que se deje de temer a la Inteligencia Artificial y de que se empiece a ver como una gran oportunidad, que está a la vuelta de la esquina.


Lo que más me emociona del futuro cercano es la forma en la que estas nuevas tecnologías afectarán el modo en el que tomamos decisiones y operamos como sociedad. Hoy, sin darnos cuenta, ya somos “humanos aumentados”, consumimos tecnología de una forma ubicua, maximizando nuestras capacidades en más sentidos de los que nos damos cuenta: nos recomienda que ver y que escuchar, encuentra para nosotros el camino más directo y con menos tráfico en casi cualquier ciudad del mundo, incluso predice lo que escribiremos y buscaremos. Pero la IA no se limitará a ser una herramienta que ayude al ser humano, sino que lo sustituirá en ciertas tareas que hoy no imaginamos que pueda hacer una máquina por sí misma.

Aunque suena abrumador, no es una trama de ciencia ficción, sino una realidad que se aproxima cada día con más fuerza. El futuro será fascinante.

Hackers y ciberataques


Hackers y ciberataques ya no son ciencia ficción



FORBES- 30 de marzo de 2018
Reaccionar rápidamente para mitigar el impacto de un ciberataque es crucial para minimizar los costos inmediatos y de largo plazo. Pero no debe hacerse apresuradamente sin una estrategia.

Imagina por un momento que estás sentado frente a la pantalla de tu computadora, a punto de terminar un informe confidencial que te ha tomado varios días. Justo cuando le das el último vistazo antes de enviarlo, la pantalla se queda en azul y, posteriormente, aparece un mensaje exigiendo el pago de una importante cantidad de dólares por el “secuestro” de tus archivos y que únicamente se podrán recuperar una vez efectuado el pago a una cuenta de un banco de las Islas Caimán.


Además, si no realizas la transferencia en el curso de la próxima hora, esos datos se harán públicos, lo que afectará las finanzas y la seguridad de tu compañía, más los costos a largo plazo, como el daño reputacional, los litigios y la pérdida de la ventaja competitiva.

Parece una película de ciencia ficción, pero este caso es más común de lo que creemos. Tan sólo en República Dominicana, durante 2017, se recibieron más de 26 millones de ataques cibernéticos, según Hans Fermin, director regional de Fortinet. Estos delitos afectan a las empresas e instituciones públicas, pero también pueden perjudicar a las personas.

En el Fortinet Cybersecurity Summit República Dominicana 2017, celebrado en Santo Domingo (un evento que se realiza cada año por diferentes ciudades del mundo y que pretende preparar a ejecutivos y organizaciones locales para afrontar retos de ciberseguridad en el contexto de la economía digital), se destacó, sobre todo, la importancia de invertir en soluciones tecnológicas que puedan adaptarse fácilmente y responder a los ataques cibernéticos.

Pero ¿qué hacemos frente a una amenaza de estas características, en términos de reputación?

Según Inga Beale, CEO del reconocido mercado de seguros Lloyd’s of London, las consecuencias reputacionales de un ciberataque son uno de los principales motivos de crisis en las empresas modernas: “En un mundo en el que la amenaza del cibercrimen es ‘cuándo’ y no ‘si’, la simple idea de esperar a que no te pase no es factible. […] Para que las empresas puedan protegerse, deberían invertir tiempo en entender a qué amenazas específicas pueden estar expuestas y hablar con los expertos que pueden ayudarles a gestionar un ataque y minimizar el daño reputacional”.

Reaccionar rápidamente para mitigar el impacto de un ciberataque una vez que se produjo es crucial para minimizar los costos inmediatos y de largo plazo. Pero esa respuesta no debe tomarse apresuradamente sin una estrategia, ya que el efecto podría empeorar más la situación. Es lo que le sucedió a Sony Pictures, la división dedicada a la industria del entretenimiento del gigante tecnológico, a finales de 2014, catalogada por sus ejecutivos como una de sus peores crisis reputacionales.

Durante el mes de diciembre de ese año, un grupo de hackeo llamado inicialmente Guardians of Peace y, posteriormente, Lazarus Group (presumiblemente, contratados por Corea del Norte), empezó a circular filtraciones confidenciales de la compañía que ponían en jaque varios proyectos. La respuesta de Sony no se hizo esperar, al enviar una carta a los principales medios de comunicación pidiendo la destrucción del material filtrado.

Los problemas de comunicación se acentuaron al cancelar al jefe de Comunicación, presuntamente, por la mala gestión de la crisis con los medios. No debemos olvidar que la torpe gestión de una crisis suele ser más dañina para una empresa que la crisis en sí.

Llegados a este punto, y teniendo en cuenta que todos podemos ser víctimas de un ciberataque pese a todas las precauciones tecnológicas tomadas, la recomendación para mantener la reputación pasaría por tener en cuenta tres principios: prevención, preparando un plan de contingencias frente a posibles efectos por un ciberataque y formando a los empleados para que sepan cómo actuar; rapidez, para impedir la propagación del ciberataque; y transparencia, mediante el apoyo profesional de un gabinete de crisis que pueda gestionar adecuadamente la comunicación en esos momentos difíciles, de cara a las autoridades, clientes y/o medios de comunicación.


*Director de Llorente y Cuenca en República Dominicana.

miércoles, 28 de marzo de 2018

elecciones en Latam


Los retos de las próximas elecciones en Latam



FORBES- 29 de marzo de 2018
Más de 420 millones de personas de siete países de AL votarán para escoger a quienes dirigirán el rumbo de sus respectivos países en lo que es el proceso electoral más controvertido de la historia.

En medio de un ambiente de desconfianza y crisis de las instituciones, en las elecciones presidenciales en América Latina una cosa es segura: los resultados no serán un tema de interés exclusivamente interno, serán un tema de impacto regional.

El proceso de integración regional, el equilibrio geopolítico y la vinculación con el resto del mundo se verán afectados por lo que ocurra en cada una de las sucesivas elecciones de la región.

 

Renovación o continuidad, derecha o izquierda, actores políticos conocidos o nuevos protagonistas, el ascenso del populismo o la reivindicación de la clase media son algunos de los dilemas a los que nos enfrentamos los electores latinoamericanos.

Para entender el importante y atípico año electoral, primero hay que reconocer que a lo largo de la historia ha sido poco usual que durante el mismo año se lleven a cabo procesos electorales en los principales países de la región.

 

Desde un punto de vista socioeconómico, en América Latina está en juego el mantenimiento del proceso de crecimiento económico con el respectivo impacto en el ámbito social.

A diferencia de otros procesos electorales, en los que los candidatos predeterminados y consolidados se enfrentaban a las urnas con encuestas y tendencias relativamente definidas, en este proceso de 2018, el ambiente de incertidumbre es general. También, por primera vez en largos años, a pesar de que los tiempos electorales apremian, los principales partidos de los grandes países siguen o definiendo candidatos o determinando coaliciones.

2018 es también el año post Odebrecht, el entramado de corrupción más grande de los últimos tiempos que ha trastocado el ambiente político de diversos países al implicar a ministros, vicepresidentes y presidentes lo que llevará a que las próximas elecciones se celebren entre investigaciones y fuegos cruzados.

Cabe señalar que la mayoría de los países latinoamericanos han ocupado la mitad inferior del Índice de Percepción de la Corrupción emitido por la organización neozelandesa Transparencia Internacional. Este Índice ofrece un reporte anual de 176 países con la finalidad de resaltar la importancia de la transparencia en el sector público.

Los países que aparecen mejor ranqueados según Transparencia Internacional comparten los siguientes rasgos comunes: acceso a la información acerca del presupuesto con el objetivo de que la población conozca las fuentes de financiamiento que alimentan el presupuesto público y el destino de esos recursos, comprobada integridad en quienes ejercen los liderazgos del sector público, aparatos judiciales que de manera irrestricta garantizan el debido proceso y mantienen su independencia de los otros poderes gubernamentales.

En ese contexto, lo preocupante (y más en un contexto preelectoral) es que, por cuarto año consecutivo, la satisfacción con la democracia entre la población de los países de América Latina que tendrán elecciones, menos de un tercio de la población está satisfecha con la democracia, lo que representa un rompimiento brutal entre la clase política y la ciudadanía.

Ante este clima de desconfianza e insatisfacción, se ha generado el clima ideal para el surgimiento de nuevos actores y populismos que ofrecen soluciones inmediatas, únicas y rápidas; pero que de fondo no han logrado (al menos discursivamente) establecer una relación amplia y conciliadora en lugar de una fragmentadora y polarizadora.

En este contexto, más de cien millones de millennials latinoamericanos (en México, serán cuatro cada diez que serán determinantes en la elección) representan el mayor desafío para todas las ofertas electorales, pues tendrán que responder a las necesidades de una sociedad más joven y una clase media mayor, más exigente, más crítica y sobre todo más observadora y vigilante.

marketing político emocional


 ¿Qué es el marketing político emocional?  



FORBES- 29 de marzo de 2018
Continuamos con el recuento de las técnicas y recursos de comunicación que explotan y aprovechan las emociones de los votantes de cara a las próximas elecciones.


4. Enojo– situaciones como la inseguridad, pobreza, desigualdad y corrupción han sido la fuente de inspiración de grandes cambios. Solo es necesario hacer que los votantes expresen lo que sienten sobre las promesas incumplidas, los resultados negativos y los costos de un mal gobierno. Ante el descredito de los políticos y la política, el resto es sencillo, pasarán las facturas a la hora de votar; harán sentir el peso de sus frustraciones, críticas y oportunidades perdidas en las urnas.
Los candidatos y partidos que usan esta herramienta se concentran en actuar como los representantes exclusivos de los reclamos de los marginados, la voz de la ira popular, buscan avivar la molestia, transmitir en sus discursos las inconformidades y demandas; asumiéndose como la única solución a los problemas; recriminando y culpando a sus adversarios de todos los problemas.


5. Interés Humano– la sensibilidad y la solidaridad son argumentos de comunicación muy convincentes y efectivos. Situaciones en las que se hace patente una cierta cantidad de buena voluntad, donaciones, trabajo comunitario y hasta casos de heroísmo civil contribuyen a mejorar la percepción de las organizaciones políticas, particularmente ante acontecimientos imprevistos.
Los desastres naturales, sismos, epidemias o situaciones emergentes son detonadores de emociones entre la población. En los momentos en que toda la ayuda es bienvenida y que nadie puede objetar lo que se ofrezca a las víctimas; los actores políticos aprovechan la escena para hacerse presentes y subirse a la ola de alivio, ayuda y buenas intenciones, pero también de oportunismo electoral. Una muestra de unidad por un voto de gratitud, todo sea por un poco de credibilidad.


6. Arraigo– revitalizar el sentido de identidad, pertenencia y orgullo por los colores, valores, y tradiciones que nos unen, es otro recurso muy emotivo. La comunicación de campaña se alinea para exaltar lo nuestro e identificarse con los símbolos y representaciones del imaginario social.
En estos casos, los candidatos aprovechan los torneos deportivos, bailes, desfiles, carnavales y cualquier evento que puedan capitalizar para reforzar su cercanía con la población y expresar su sentido nacionalista.

Nada como ir al (super) mercado, comer tacos, hacerse una limpia, danzar, bailar al estilo pachuco o ver el futbol (con unas buenas chelas); celebremos a los héroes nacionales que nos dieron un 5º partido. Candidato, compañero, amigo, hermano¡¡ ¿quién dijo ridículo?, simplemente original.


Tomemos la bandera de Cantinflas; echemos mano de chistes, albures y no olvidemos el guardarropa de trajes típicos, bastones, flores, botas, cintas, moños, huaraches, chamarritas, guayaberas, sombreros y chalecos para hacer sentir al pueblo que sus candidatos son gente normal que vive con pasión por lo nuestro.


7. Esperanza– ¿quién no desea un mejor futuro?; ¿Quién puede negarse a un sacrificio en el presente con tal de que sus hijos tengan mayores oportunidades? El objetivo de esta estrategia es hacer sentir al elector que su voto es una especie de inversión que puede ayudar a hacer realidad sus sueños.
Al analizar las estadísticas sociales, económicas y demográficas, se define una serie de propuestas, contenidos y promesas que incluyen las aspiraciones más extendidas entre la población objetivo. Se establece un intercambio de votos por el compromiso justiciero de alcanzar mejores condiciones de vida, desarrollo, bienestar, satisfactores y beneficios (materiales o subjetivos) y dejar atrás el pasado de inequidad.


8.Felicidad– sin duda la democracia puede hacer feliz a la gente, eso no lo han repetido miles de veces. El ideal ceniciento de votar y ser felices todo el sexenio llena las expectativas de todos. Hacer posible que la sociedad pase a un estado de optimismo, sanación y armonía con un gobierno confiable, eficaz, incluyente, participativo y satisfactorio donde el ciudadano es el centro de la atención y servicio al cliente, seduce, encanta, hace feliz.


Corporaciones policiacas científicas, modernas, impecables, bien equipadas, mejor pagadas, honestas; internet, agua, drenaje, electricidad, vivienda, escuelas, hospitales, caminos, médicos y enfermeras en todos los rincones del país; mares, suelos y cielos plenos de abundancia y recursos inagotables; un país boyante, pujante, pleno, ganador; vacaciones pagadas de 90 días y salarios mejores que en Suiza; todo es posible, está al alcance de tu mano. Para de sufrir, sal de la depresión, sonríe, ya no te preocupes, tu voto puede borrar la contaminación, el deterioro ambiental, la corrupción, la inseguridad y la pobreza nuestro asesor de campaña Harry Potter es infalible.

En conclusión, basar la estrategia de campaña en las emociones humanas es más sencillo, lo emocional es un razonamiento inconsciente, implícito, simple, de bajo esfuerzo, es inmediato y se radica en las respuestas de nuestra naturaleza humana.

Un candidato debe ser el centro emocional de la campaña, un transmisor de vitalidad, expresividad, un idealista comprometido que sea detonador de la energía social, un líder que desencadene la fuerza de la participación para construir un gobierno funcional.

Llevar acarreados cuesta un billete, lo invaluable, lo que no tiene precio es que después de ver, sentir el carisma, escuchar una entrevista, asistir a un evento, las masas, los ciudadanos deben salir conmovidos, emocionados, dispuestos a actuar, votar, organizar participar, dar todo por una meta común.

dimensiones de la cultura


El modelo de seis dimensiones de la cultura



FORBES- 29 de marzo de 2018
Geert Hofstede propuso seis cuestiones básicas que la sociedad debe cumplir para organizarse y las denomina las dimensiones de la cultura. Tema que nos lleva a reflexionar lo que reflejamos.

Ahora son las supuestas noticias falsas, antes, la sombra de la corrupción, aunque también lo son los escándalos, siempre hay un nuevo escándalo. Y la vieja pregunta de siempre flota en el ambiente: ¿por qué nos cuesta tanto asumir responsabilidades? Y, luego pensamos: “Esto en otro país no pasa. En otro lugar le hubiera costado el pellejo”. Juzgamos. Es tan sencillo elevar el dedo enjuiciador para señalar al otro. Desde luego, no se nos ocurre hacerlo en primera persona. Eso jamás.

Me llama la atención la propuesta que hace Víctor Lapuente Giné. Y, si aprovechando que la Semana Santa invita a la introspección, examinemos el alma profesional. ¿Somos los mexicanos especialmente irresponsables? ¿Será que nos tomamos la vida de la forma más campechana posible y luego no asumimos las consecuencias? ¿Qué tan apegados estamos a nuestra familia, amigos, cotidianidad? Es difícil tener una respuesta contundente, pero Lapuente propone un modelo que nos pueda dar algo de luz al respecto. Los estudios que comparan culturas, como los de Geert Hofstede, nos ofrecen algunas pistas interesantes. El modelo de seis dimensiones de la cultura se refiere a seis dimensiones básicas que la sociedad debe cumplir para organizarse.



Las seis dimensiones son temas que nos llevan a reflexionar lo que reflejamos como sociedad y no sólo ello, lo que nosotros como individuos pensamos sobre estos aspectos y en última instancia, como impactamos el entorno a partir de nuestra perspectiva sobre ellos. Es decir, meditar nuestra posición sobre estas dimensiones nos lleva a entendernos como personas y también a ver cómo nos relacionamos a nivel profesional, particular, familiar, con amigos, con la sociedad. Nos puede dar luz para entendernos y a nuestros semejantes. Las seis dimensiones del modelo de Geert Hofstede son:

Individualismo. El individualismo es la medida en que las personas se sienten independientes, en lugar de ser interdependientes como miembros de un todo más grande.


Distancia de poder. Es la medida en que los miembros menos poderosos de las organizaciones e instituciones, como la familia, aceptan y esperan que el poder se distribuya de manera desigual.
Masculinidad/Feminidad. La masculinidad es la medida en que el uso de la fuerza se refrenda socialmente.


La evasión de la incertidumbre. Se relaciona con la tolerancia de la sociedad a la incertidumbre y la ambigüedad.


Orientación a largo plazo. En una cultura orientada a largo tiempo, la noción básica sobre el mundo es que está en constante cambio, y siempre es necesario prepararse para el futuro. En una cultura orientada a corto tiempo, el mundo es esencialmente como fue creado, de modo que el pasado proporciona una brújula moral y adherirse a él es moralmente bueno.


En una cultura indulgente, es bueno ser libre. Hacer lo que tus impulsos quieren que hagas, es bueno. Los amigos son importantes y la vida tiene sentido. En una cultura restringida, la sensación es que la vida es dura, y el deber, no la libertad, es el estado normal del ser.


El modelo está planteado para analizar naciones y así lo hace Geert Hofstede. El modelo de seis dimensiones está diagramado en seis mapamundis que dan cuenta, en forma muy sencilla, dónde se ubica cada país. México tiene los siguientes resultados:

Individualismo. México se encuentra a media tabla. Con una metáfora de la física, las personas en una sociedad individualista son más como átomos que vuelan en un gas mientras que aquellos en sociedades colectivistas son más como átomos fijados en un cristal. Igual que nosotros están los países del norte de África, Rusia, España y Francia.


Distancia de poder. En México nos encontramos en los niveles más altos de la tabla. Es decir, esperamos que el poder esté distribuido en forma desigual. Otros países que se encuentran al mismo nivel son Rusia, Emiratos Árabes, Perú, Venezuela y Colombia.


Masculinidad/Feminidad. Una vez más, en esta dimensión, México califican en el nivel más alto de la tabla. Es decir, en una sociedad masculina, se supone que los hombres son duros. Se supone que los hombres son de Marte, mujeres de Venus. Ganar es importante para ambos géneros. La cantidad es importante y lo grande es hermoso. En una sociedad femenina, los géneros están emocionalmente más cerca. Competir no está tan abiertamente respaldado, y hay simpatía por los desvalidos. Estamos al mismo nivel de países como Perú, Colombia, Venezuela, Chile, China y Rusia.


Orientación a largo plazo. México tiene una calificación de media tabla. Nos gusta disfrutar el presenta y estamos pensando cada vez más en nuestro futuro. Nos parecemos a países como a Brasil, Venezuela y al Medio Oriente.


Indulgencia. México se califica en el rango más alto. Para nosotros la vida en comunidad es muy importante: la familia, los amigos tienen una relevancia notable.


El modelo de seis dimensiones tiene gran validez y se puede poner práctica en forma fácil. Predice los fenómenos del mundo real a nivel de la nación o región, en algunos casos y también la podemos aplicar a nuestra propia organización y a nuestra persona. Podemos echarnos un clavado a nosotros mismos y vernos al interior. Será sorprendente ver lo que podemos descubrir ahí dentro.

A partir de este modelo podemos ver cómo somos en realidad y cómo en el discurso. Podemos ver la forma en que estos elementos impactan nuestra vida profesional y como modelan las organizaciones en las que nos desempeñamos y con las que interactuamos. Más allá de noticias falsas, escándalos y ruido en el ambiente, estamos nosotros como individuos y darnos un momento para reflexionar y fijar nuestra postura nos puede ayudar a fijar un rumbo y a entendernos y a interpretar nuestro entorno.

martes, 27 de marzo de 2018

aliado de la publicidad


 First Party Data, un buen aliado de la publicidad


FORBES – 28 de marzo de 2018
First Party Data son datos obtenidos de primera mano que ayudan a empresas a tener mejores resultados en sus campañas, ya que dan detalles sobre usuarios y clientes existentes.

First Party Data (Datos de Primera Mano) es el recurso de primera instancia al que pueden recurrir las compañías para hacer publicidad “a través de sus propios medios”. Este tipo de datos son cruciales para obtener información acerca de los clientes, mismos que no se podrían obtener de ningún otro lado. Sin duda, las empresas que los recopilan y utilizan de forma efectiva, tienen una clara ventaja competitiva.

El First Party Data se puede recolectar a través de las visitas web, acciones previas de publicidad, actividad en redes sociales, campañas de publicidad vía correo electrónico o bases de datos proporcionados por los mismos usuarios (CRM), bajo su autorización previa. Esta información es valiosa para lograr un mejor alcance y ROI en las campañas publicitarias, ya que proporcionan detalles acerca de usuarios y clientes ya existentes, lo que ayuda a las empresas a impactar de nuevo en ellos.

 

Estos datos permiten segmentar en función del comportamiento de los usuarios en la web. Por ejemplo, por un lado, tenemos el tráfico del sitio web y, por otro, el tráfico de la tienda en línea; con esto analizamos sus comportamientos e interacciones para poner anuncios específicos a sus necesidades, con lo que logramos un impacto real y que se interesen en realizar una compra posteriormente.

La forma en que podemos dar un mejor uso a esta data es segmentando los comportamientos de los usuarios, es decir; el número de veces que realizan una actividad en específico dentro del sitio web, si se interesan más por cierto tipo de contenidos, gustos específicos, entre otros aspectos.

 

Para llegar a más gente, tomamos todo lo que se sabe sobre los consumidores actuales y vemos cómo eso se relaciona con quienes están recibiendo los contenidos de nuestra publicidad, en busca de patrones de comportamiento y demográficos similares a nuestros clientes habituales.

Entonces es cuando las campañas se personalizan con la combinación correcta de medios, tanto digitales (revistas online, blogs, redes sociales), como tradicionales (revistas impresas, periódicos, TV y radio), así como sitios web específicos que visita esa nueva audiencia a la que se quiere llegar. Las compañías, hoy en día, empiezan a tener y ejecutar una fuerte estrategia de recopilación de datos propios.

El aprovechamiento de datos da un valor agregado a las campañas publicitarias y permite a los marketers administrar de manera eficiente diversas estrategias. Además, ayuda a las empresas a continuar la conversación con sus mercados más valiosos, dondequiera que estén, lo que representa una gran oportunidad para generar un mejor rendimiento.

Las marcas tienen que evolucionar a la par del mundo digital, sabiendo que en la actualidad toda información suma, aún más en los negocios, y el First Party Data es la prueba de ello.

negocio al éxito


         Conduce tu negocio al éxito en sólo cinco pasos


FORBES- 28 de marzo de 2018
El éxito de un negocio implica necesariamente definir metas y llegar a ellas, comprendiéndolas como caminos situacionales posibles. Controlando la adversidad y sus obstáculos.

Controlar la situación y no permitir que ella nos controle, es el principio del éxito de todo empresario y persona de negocios. Aquí te dejo estos cinco pasos, que te ayudarán a resolver tu negocio de forma creativa y estratégica.



1) Identifica una meta, un objetivo, un deseo o una oportunidad de mejora


El éxito es también una situación. Una forma de estar, y de sortear las adversidades cuando nos sentimos perdidos.

La meta, el objetivo, el deseo o la oportunidad de mejora implican caminos que desarrollar. Sin luces un automóvil choca, sin faros los barcos se hallan a la deriva. De la luz, depende seguir el camino o llegar al puerto que deseamos. ¡No se te olvide!

 


2) Haz un mapeo de obstáculos y situaciones posibles

Si en nosotros cabe la idea de ser mejores, debemos ser estratégicos. Para ello es importante comprender aquellos posibles obstáculos que podríamos encontrar en el camino.

Recuerda que el hecho no es ser pesimista sino controlar las situaciones posibles. El prever los obstáculos nos hará actuar con estrategia, lidiar más fácil con ellos y controlar la situación antes que ella nos controle a nosotros. Recuerda además de que conocer los obstáculos y saber qué posibilidades se abren para sortearlos, te puede hacer ahorrar tiempo y recursos.



3) Haz una lluvia de ideas y delinea posibilidades a partir de la situación adversa

Una vez que defines que te podría obstaculizar llegar a la meta, contempla los caminos de forma situacional. Cada situación adversa te implicaría vertientes y ángulos distintos. Para cada una de ellas debes siempre saber, que recursos necesitarías para sortearla, el tiempo que te implicará hacerlo, y cuáles son las mejores soluciones posibles para llevarlo a cabo.



4) Aterriza un plan con el camino de menor resistencia

Si ya sabes qué harías en cada situación, pues es hora de hacer un plan definiendo el camino que te llevaría más fácil hasta la meta. Recuerda poner acciones claras y medibles. Contundentes y que no dejen espacio a la duda si es que las tienes que comunicar a terceros. Apúntalo todo, recuerda que escribir nos da orden a la mente y ello nos impide escudarnos en “la mala memoria”.


Preguntas del Coach; a la hora de hacer tu plan y para la toma de decisiones de los caminos posibles, recuerda para ello preguntarte:



¿Dónde hallaré menos resistencia para lograr mi objetivo?
¿Qué camino tiene menos obstáculos?
¿De los que sí tienen obstáculos cuál de ellos son los más fáciles de resolver?
5) Impleméntalo recorriendo el camino y las vertientes más accesibles y sorteables.



Si ya te trazaste caminos es momento, de llevar a cabo las acciones de tu plan. Con los caminos más sorteables y accesibles. En realidad, es más simple de lo que se escucha, sólo es cuestión de que observes, pienses y escribas un poco ya verás que todo ello te conducirá al éxito.

domingo, 25 de marzo de 2018

significado de lujo


Una consulta para revisar el significado de lujo



FORBES – 25 de marzo de 2018
La definición del término lujo en el diccionario está lejos de recoger lo que hoy significa en cuanto a la búsqueda de la excelencia, cuidado de tradiciones artesanales o el deleite en lo bien hecho.


Circulo Fortuny, la asociación de marcas de lujo en España ha iniciado un dialogo con la RAE Real Academia Española para hacer una revisión de la definición del término lujo en el diccionario. Tal como aparece hoy es “Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo”. “Abundancia de cosas no necesarias” “Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo” Son las tres acepciones que la Real Academia de la Lengua Española (RAE) recoge para definir la palabra lujo.


Al enterarme de esta noticia he sentido cierto alivio. Cuando publiqué “Secretos de lujo” en 2009, incorporé mi propia definición para reubicar el termino donde mi experiencia me había enseñado. Nada más comenzar, en la página 44 describía lujo como “Lo bello, lo refinado, lo innovador, lo puro, lo esencial, en vez del adorno, la opulencia o la ostentación, han sido siempre las auténticas claves del lujo. Esto es lo que uno aprende y descubre desde dentro, desde las tripas de los negocios del lujo”. En el Diccionario de Lujo y Responsabilidad, obra que dirigí y publicado en 2011, un grupo de profesionales del sector, definimos 2000 términos relacionados con los temas del título. En este caso expandimos la definición a: “Sentimiento, percepción y experiencia intima sobre las cosas que hace que lo que aparentemente es innecesario se vuelva imprescindible. Su significado cambia a lo largo del tiempo de la misma forma que cambia el significado de mejor. Hay elementos que siempre permanecen. Las claves del lujo se encuentran en la búsqueda de la belleza, lo refinado, lo innovador, lo puro, lo que permanece, lo bien hecho, lo esencial”


Lujo es también lo bien hecho, la excelencia, la búsqueda de lo mejor para aquellos que lo aprecian que tienen la sensibilidad y no sólo el dinero. Merece la pena recordar que el sector del lujo crea empleos dignos, que mantiene las tradiciones artesanales, patrimonio intangible de nuestra cultura y es uno de los pocos en los que Europa tiene una ventaja competitiva. Las marcas de lujo contribuyen a difundir nuestra identidad ya que a menudo expresan y recogen los valores distintivos de su origen donde quiera que nacen.


Las palabras no son inocentes. La palabra moldea el pensamiento y nuestros pensamientos se expresan en palabras ¿Por qué esa definición incompleta y peyorativa en nuestro diccionario? ¿Cuánto hay de culpa en esta definición? La iniciativa de cambiarlo me parece que más que buena. Es necesaria.

 
Cuando hace 10 años decidimos en IE lanzar una iniciativa para hacer investigación y sobre el sector lujo, conscientes de este reto, llamamos al centro “Premium & Prestige Business Observatory”. Bernard Arnaud se refiere al imperio que ha creado, la mayor agrupación de marcas de lujo las llama marcas de prestigio. El también es consciente de las connotaciones negativas que tiene la palabra lujo. En el diccionario Larousse francés lo que encontramos en la definición de lujo son alusiones a lo refinado, además de lo costoso y suntuoso.  Y eso que Colbert ministro de Louis XIV, el rey sol, entendió el potencial económico del lujo. Comité Colbert es el nombre que recibe la primera asociación de empresas de lujo que nace en Francia en 1954 y que inspira la creación posterior de Altagamma en Italia, Walpole en Reino Unido, y el Circulo Fortuny en España.



Nos preguntamos a menudo porque no hay más marcas de lujo de origen español o en América Latina. Quizás como refleja la definición, no nos sentimos suficientemente orgullosos del concepto porque nuestra lengua no lo está. Cambiemos la definición de la palabra para cambiar el pensamiento y puede ser que el resultado sea más proyectos de lujo de países que hablan español. Circulo Fortuny que defiende los intereses de las empresas españolas del lujo sabe que para cambiar los resultados es preciso cambiar pensamientos y la palabra va primero.

miércoles, 21 de marzo de 2018

felicidad


Listado de felicidad, más que brújula de sonrisas



FORBES- 22 de marzo de 2018
Los países que ocupan las primeras posiciones en el ranking tienen los puntajes más altos en seis variables: ingreso, expectativa de vida saludable, apoyo social, confianza, libertad y generosidad.

Este reporte es una encuesta que busca medir el grado de felicidad global entre 117 países y destaca que cinco de los siete capítulos que integran el reporte tratan acerca de la migración. Desde los ojos de un migrante se estudia la felicidad que le generan las comunidades receptoras, así como las condiciones que le permiten ser feliz a quienes se quedan en las comunidades de origen.

La importancia de factores sociales para la felicidad de todos los sectores de la población se explica con el ejemplo de los países de América Latina y el Caribe en los cuales la calidez y las relaciones familiares representan condiciones fundamentales para alcanzar la felicidad.

En el análisis de los flujos migratorios y su relación con la felicidad, las raíces sociales de la felicidad y la crisis de salud se asoman los agentes que boicotean el estándar de felicidad deseable en las sociedades modernas: la obesidad, la crisis de los opioides, la depresión.

 

Preocupaciones que además de ser inherentes al desarrollo de sociedades cada vez más complejas y diversas, son inherentes a sistemas e instituciones rebasados por las necesidades de su propia población.

El estudio comprueba que, mediante la incorporación adecuada de valores, los estándares de bienestar se vuelven sumamente relevantes y confieren al concepto de bienestar un sentido de universalidad.

Factores histórico-sociales, así como la cultura y los valores son fundamentales para comprender fenómenos como la felicidad en países de América Latina y desde este punto de vista, la felicidad en esta región en particular encuentra su contrapeso con condiciones sociopolíticas o indicadores económicos.

De esta manera, el estudio revela que el nivel de felicidad entre la población de América Latina podría ser aún mayor si los problemas vinculados a la economía y la política quedarán solucionados.

En realidad, este World Happiness Report, busca resultados que sumen a la generación de políticas públicas que permitan el desarrollo humano partiendo de la generación de relaciones sociales que privilegien a nivel comunitario en sustitución de los temas entorno al ingreso y gasto de la población.

Para el caso del Reporte, América Latina es mucho más que el conjunto de países que le integran como región. Los problemas que aquejan a su población no se reducen únicamente a la disparidad en el ingreso o a la disparidad de género, sino que, hoy en día se percibe a la corrupción y a la falta de transparencia, altos índices de criminalización y de victimización.

Sin lugar a duda, en medio de la vasta complejidad del mundo del siglo XXI es una realidad que la evaluación de los indicadores de alto desempeño en los países de América Latina ha favorecido la medición del nivel de felicidad, pues el estilo de vida cotidiano está directamente relacionado con la amplia percepción positiva sobre la afectividad en las relaciones sociales e interpersonales.

Los patrones, en la dinámica de las relaciones sociales demuestra, según este estudio, que al tener un sentido más claro del propósito/misión de vida, éste contribuye a una mejor evaluación de la vida y del sentido de bienestar, a pesar de factores como la corrupción, el crimen, la violencia y las dificultades económicas.

empresas que no sirven para nada


 Respuestas de empresas que no sirven para nada


FORBES- 22 de marzo de 2018
La obligación que tienen las empresas de proteger, respetar y remediar tanto a sus usuarios como a quienes no lo son, es una práctica poco atendida.

¿Dónde empieza y dónde acaba la responsabilidad de una empresa? Hasta hace unos años, las empresas creyeron que sus obligaciones acababan en el momento en el que se llevaba a cabo una transacción de compra-venta, cuando el cliente pagaba y el cajón de la caja registradora se cerraba. Luego, vino toda la moda del servicio post-venta, la importancia de la opinión del consumidor, la satisfacción del comprador y la posibilidad de que se llevara a cabo una repetición de negocio. Pero, no queda ahí, el límite de la responsabilidad empresarial trasciende fronteras y no se circunscribe a la relación cliente-proveedor, su ámbito tiene que ver con los impactos que causa en el entorno y las respuestas eficientes o no que se dan al causar problemas o molestias. La responsabilidad de una empresa cabal es proteger, respetar y remediar, según aplique, todo lo concerniente a su quehacer. Tristemente, no siempre es así. Hay que insistir, hay que poner el dedo en la llaga hasta conseguirlo.

Es muy frecuente que, mientras se está en la etapa del enamoramiento, cuando se trata de convencer a alguien de las bondades de un producto, las empresas generen una serie de argumentos, ponen a disposición números de atención al cliente para llevar a cabo la transacción, para cerrar el trato. Pero, al tratar de buscar a alguien para poner una queja, entonces entramos en un ventarrón helicoidal en el que vamos errantes de una extensión a otra, de un conmutador a otro que da miles de opciones antes de que alguien te pueda contestar y, cuando logras dar con una voz humana, te cuentan que no está en su ámbito de responsabilidad y te dejan con el problema encajado y con respuestas que no sirven para nada. Eso si tienes la fortuna de ser usuario de la compañía en cuestión, pero si eres afectado y no tienes este tipo de relación sabrás lo que es entrar a las mazmorras del llanto y la desesperación.

Sé de lo que hablo, lo he padecido. El fin de semana, mis nuevos vecinos salieron de la ciudad. Habían contratado el servicio de alarmas residenciales, activaron sus dispositivos y se fueron a vacacionar. En la madrugada, en medio del sueño me desperté con un estruendo terrible. No alcanzaba a entender si era la alerta sísmica o de qué se trataba. Efectivamente, el escándalo venía de casa de al lado. Era una alarma residencial. Llamé al 911 para recibir la primera respuesta que no sirvió de nada: la casa está vacía y nosotros no podemos entrar. Lo siento, hablen a la compañía de alarmas. La compañía de alarmas ─ADT─ tenía en su conmutador una grabación que decía que estaban en mantenimiento y, efectivamente, la segunda respuesta que no sirvió para nada: lo sentían mucho. Acudimos a las redes sociales, sirvió para lo mismo. Nueve horas de estar escuchando una alarma estridente que combinaba los aullidos de sirena con martillazos y respuestas que no arreglaban el problema. Era evidente que el tono de emergencia que detona un sistema de seguridad ya había pasado. Lo que no sucedía era que llegara una respuesta, una solución.

Los vecinos pasamos toda la madrugada, desde la una hasta las nueve y veinte tratando de encontrar una respuesta que pudiera acabar con el estruendo. Nadie ayudaba. La empresa ADT de alarmas contestó hasta las seis y media y nos dijo que tratarían de contactar al dueño de la casa. ¿Tratarían? Y, lo peor fue cuando nos informaron que hasta que no regresara el vecino, no podrían apagar el pitido que ya tenía loco a media colonia. La empresa no tiene protocolos para hacerse responsable, no atendió a la activación de la alarma y en última instancia, todos los afectados no podíamos hacer nada porque no éramos los clientes de la empresa.

Efectivamente, no somos ─y por lo que se ve ni seremos─ las personas que tenemos un número de factura con ellos, pero sí fuimos los directamente agraviados. El problema surge cuando las empresas no alcanzan a ver el horizonte y no pueden prever aquello que les puede desviar del camino: dificultades, problemas, incidentes: inician un problema y luego no tienen procedimientos de solución. Porque cuando el remedio llega tarde y mal no se le puede considerar solución.

Es muy importante que las empresas tengan en cuenta su radio de influencia. Perturbar la paz de un vecindario, ensuciar el agua, contaminar, vulnerar no son nimiedades. Son temas de suma importancia que afectan la vida de la gente y las empresas se tienen que hacer cargo y dar respuestas adecuadas y con la velocidad precisa. En este sentido, hay que prever, la capacidad de respuesta frente a una contingencia es vital.

Lo malo es que después de niño ahogado, hay empresas que se niegan a tapar el pozo. En la red hay colgadas infinidad de quejas contra ADT de alarmas de vecinos a los que se les activaron las alarmas sin que hubiera una emergencia y que se han quedado activas por horas y horas, acabando con la paz, vulnerando el bienestar de quienes circundan la propiedad, sin que la compañía haga nada. Ya hubiera sido tiempo de que pusieran manos a la obra y arreglaran el problema.

Una solución, dado que el problema es muy frecuente, es poner un número para atender este tipo de quejas. Sí, uno que sea atendido tan rápido como se atiende cuando están tratando de vender un producto. Hay respuestas que no sirven para nada: explicarle a los afectados por una situación que, al no formar parte del conjunto de clientes, no los pueden atender: sirve para nada. Un lo siento, sin ir acompañado de una solución, sirve para nada.

Las empresas tienen la responsabilidad de cuidar, proteger y respetar el entorno. Muchas, aunque dicen hacerlo, no se hacen cargo de sus palabras. Desde junio de 2011, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hizo suyos los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos y obligaciones que deben respetar. El Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, profesor John Ruggie presentó los Principios Rectores quedaron consagrados como la norma de conducta a nivel mundial que se espera de todas las empresas y de todos los Estados cumplan en relación con las empresas y sus responsabilidades con el entorno. Aunque no tienen por sí mismos un carácter jurídicamente vinculante, en los Principios Rectores se analizan las repercusiones que las normas y prácticas actuales tienen para los Estados y las empresas y se incluyen algunos aspectos que se contemplan de diversas formas en la legislación nacional e internacional.

El tema no es un remilgo, no queda en el entorno académico: es un asunto neural ya que habla de las relaciones que las empresas deben establecer y los cuidados que deben de tener, como lo dice la Organización de las Naciones Unidas: para proteger, respetar y remediar. Estamos en nuestro derecho de exigir, seamos o no seamos clientes directos de las empresas, esta protección, respeto y remedio a entidades que se asientan entre nosotros. No es opción sacar las manos y esconderlas. No es opción que nos den respuestas que no sirven y no remedian.

marketing político emocional


¿Qué es el marketing político emocional?  


FORBES- 22  de marzo de 2018
Mucho de lo que ocurre en las elecciones es el resultado de aplicar técnicas de que explotan y aprovechan las emociones de los votantes.

Nuestras emociones juegan un papel clave en todo lo que hacemos. No solamente de manera inconsciente, sino que también influyen en nuestros pensamientos, decisiones y acciones conscientes.

El marketing político emocional es el uso generalizado de diferentes herramientas y recursos de comunicación estratégica que influyen sobre las percepciones emocionales de los electores para que establezcan una conexión con un candidato y adopten una idea, una propuesta o una posición política. Las aplicaciones de estas técnicas son muy diversas:

A) En primer lugar, las usamos para analizar las motivaciones, perfiles, psicología y capacidades de los candidatos a fin de desarrollar programas personalizados de entrenamiento, corregir deficiencias y hacerles más competitivos.

Las campañas exigen mucho trabajo, disciplina, esfuerzo y someten a presiones extremas a los candidatos. Por ello es muy importante diagnosticar y atender rasgos de la personalidad y el carácter que permitan mejorar su forma de comunicar, fortalecer su liderazgo, consolidar su asertividad y darle la capacidad para generar confianza y manejar situaciones como eventos, entrevistas, debates y discursos. Frecuentemente, debemos aplicar correcciones de posturas, terapias de lenguaje, técnicas de actuación y otros recursos con el apoyo de psicólogos y especialistas.

 
B) Además, nos sirven para medir las reacciones de los electores ante las propuestas y la publicidad electoral; la percepción que tienen de un candidato o los partidos políticos; su estado de ánimo respecto a los problemas socioeconómicos; cómo se comportan en un mitin y/o sus intereses, demandas y expectativas.

En este caso, usamos grupos de enfoque que miden las reacciones, objeciones y respuestas emocionales ante los estímulos de comunicación verbal y no verbal de un candidato, recurrimos a equipos muy sofisticados para evaluar los movimientos, expresividad, contundencia y desempeño de los candidatos, entre otras cosas.

C) Finalmente, gracias a las redes sociales, la evolución tecnológica; los progresos en campos como el neuromarketing y los innovadores métodos de medición moto-sensorial podemos determinar con mayor precisión los modelos, formatos y canales más efectivos para establecer programas de comunicación y estrategias de campaña.

A continuación, les daremos algunos ejemplos tomando como punto de partida las emociones fundamentales de todo ser humano y su aplicación en la mercadotecnia electoral.

Miedo– Es la emoción fundamental del ser humano; por lo tanto, la más explotable políticamente hablando. Su utilización depende de la graduación y posicionamiento de un actor político. Los electores son sometidos a mensajes que pretenden generar un estado de alerta, inseguridad e incertidumbre para plantearles escenarios no deseables por votar por determinado partido o sus candidatos. El objetivo es influir en la decisión de voto insistiendo en qué de no tomar la decisión correcta, pueda haber consecuencias negativas, pérdidas o situaciones radicales de violencia.
Por ejemplo, si votas por XX puedes perder tu trabajo, habrá más inflación y/o los corruptos seguirán gobernando. Las estrategias incluyen las campañas negativas que crean sociedades secretas y personajes oscuros a los que se adjudican todos los atributos La gente elige tratando de mantener o recuperar la estabilidad, evitar un acontecimiento indeseable, superar la ansiedad del desenlace, buscando continuidad o temiendo que empeore la situación actual.

Orgullo– El objetivo es aludir al ego de los ciudadanos, para crear la sensación de que su voto es valioso; contribuye a una meta superior y que les haga sentir honestos, audaces, sofisticados, modernos, democráticos y más inteligentes; al mismo tiempo que descalifica y degrada a quienes voten en otro sentido.
Retomar algunos de los principios y legados de personajes históricos, hacerlos propios y defenderlos como banderas es parte de esta estrategia, revivir los ideales, los episodios, las luchas y el legado de los héroes también funciona como detonador de cambio.

La jornada electoral se vuelve también una oportunidad histórica; el voto, un granito de arena que ayudo a mejorar las condiciones de vida, una contribución al cambio y -al mismo tiempo-, una acción positiva para superar los obstáculos para el desarrollo y la justicia.

Inspiración– Los candidatos se presentan como historias de vida ejemplar llevadas a la pasarela electoral; emprendedores; nacionalistas comprometidas; vencedores de adversidades; personalidades con biografías forjadas con sentido humano que representan lo mejor del altruismo, humildad, integridad y perseverancia.
Los ciudadanos pueden sentirse motivados al votar por alguien que merece su confianza y que les garantiza resultados. Se les pide que elijan gobernantes y representantes comparando y reconociendo los méritos, talentos, logros y cualidades de las distintas alternativas. En resumen, las cosas no pueden cambiar sin gobierno eficiente, honesto y popular forjado por las mujeres y hombres mejor calificados.

martes, 20 de marzo de 2018

verdadera transformación


 El ADN digital: la verdadera transformación



FORBES- 21 de marzo de 2018
En negocios el tema digital puede ser complicado, es hablar de una era, un impulsor de tecnologías exponenciales y una transformación de rápida adaptación ante los cambios.

Digital es una era, un impulsor habilitado por el uso de tecnologías exponenciales como la movilidad, la nube o la analítica. Tecnologías que se van entretejiendo en lo profundo de la vida cotidiana de cada persona y en el corazón de cada industria; y que han obligado a las empresas a entrar en nuevos campos de acción y de batalla.

 

En el mundo de los negocios hablar sobre digitalización es complicado, ya que integrarla en la vida de la empresa, es un proceso quirúrgico que implica transformar su ADN, lo cual es un desafío mayor que inicia desde la comprensión adecuada de la transformación digital y cómo llevarla a todos los niveles de la estructura empresarial.

En el estudio anual “Alinear a la organización para el futuro digital” que realizan la Escuela de negocios del MIT y Deloitte, se muestra que a pesar de que más del 90% de los líderes en las empresas cree que su industria se verá ampliamente afectada por las tecnologías digitales, solamente el 44% considera que está preparado adecuadamente para enfrentar la disrupción.

Desde mi visión, la transformación digital tiene que ver con las capacidades para adaptarse rápidamente a los cambios del entorno, idear y lanzar nuevos productos y servicios ágilmente, expandirse geográficamente de manera estratégica, e incluso desarrollar nuevos modelos de negocio; todo basado en una plataforma tecnológica que permita tomar decisiones en tiempo real y cambiar el rumbo de manera flexible y menos costosa.


En ese sentido, comparto seis componentes fundamentales para que las empresas, sin importar su tamaño o industria, puedan generar o fortalecer su ADN digital:


Pensar exponencialmente: Que las tecnologías disruptivas crezcan de manera exponencial, habilitan la posibilidad de que las organizaciones también lo hagan. Establecer metas ambiciosas obligará a buscar crecimientos sustanciales.


Ejecutar de manera ágil: Desarrollar nuevas ideas y probarlas en tiempos reducidos, así como permitirse fallar, posibilitará aprender de los errores y descubrir rápidamente el camino más adecuado a seguir para la empresa.


Cambiar la cultura: Traer a la organización personas o equipos orientados al diseño, la creatividad o la innovación, provocará un cambio en la forma tradicional en que la compañía piensa y opera. Hay que considerar que esto pasará y apoyar desde el liderazgo esta nueva forma de pensar.


Poner al cliente primero: Ver al cliente como la prioridad, exigirá a los equipos a encontrar nuevas ideas para problemas persistentes tanto en la estructura del cliente, como en la propia.


Usar Design Thinking: Las capacidades del diseño estratégico son el nuevo diferenciador en la era digital; usar esta metodología detonará cambios que no se habían contemplado nunca en la historia de la compañía.


Enfocarse en el valor: Es crítico no caer en la tentación de implementar cualquier tecnología digital, sino, entender cuál o cuáles pueden disparar el crecimiento del negocio y generar valor diferencial para los clientes, y enfocarse en ellas.


El reto no es sencillo. Es fundamental crear una visión  de la estrategia digital de la compañía y diseñar un viaje que nos lleve a los objetivos planteados en esta estrategia. El primer paso de este viaje es entender qué capacidades tiene la organización para adentrarse en el recorrido hacia la transformación y luego entonces, comenzar a planear y ejecutar acciones orientadas en ese sentido. El lograr un cambio sustentable es alcanzable en un plazo no mayor a 24 meses. Lo digo con la certeza que me da la experiencia de ya haberlo llevado a cabo.

Siempre he creído que la mejor manera de predecir el futuro, es haciéndolo suceder, y eso solo es posible si lo originamos desde lo más profundo de las organizaciones, desde su ADN. Los invito a predecir el futuro de nuestras empresas; o dicho de otra manera, los invito a crearlo.



*Socio Líder de Tecnología en Deloitte Consulting México.