El escándalo de tráta que sacude
al béisbol de EE.UU.
BBC News - martes, 23 de
septiembre de 2014
Los jugadores cubanos eran una
rareza en el béisbol estadounidense hasta hace pocos años a causa de las
divisiones entre EE.UU. y Cuba.
Recientemente, varios han llegado
y triunfado, pero su éxito esconde un lado sórdido.
Un creciente número de
investigaciones en EE.UU. ha revelado que algunas de las superestrellas cubanas
que sobresalen en las Grandes Ligas, la máxima competición estadounidense,
fueron víctimas de trata en operaciones millonarias.
Por ejemplo, Yasiel Puig, quien
hoy juega con Los Angeles Dodgers, dejó Cuba con 21 años en junio de 2012 en
una lancha con destino Isla Mujeres, cerca de Cancún, México.
Sus traficantes podrían haberse
embolsado hasta US$3 millones, como parte del contrato de $42 millones que Puig
firmó con los Dodgers, de acuerdo con la investigación en marcha en una corte
federal de Miami.
Mientras se negociaba el
contrato, Puig recibió amenazas y fue retenido en un motel, según el relato del
periodista Jesse Katz, en Los Angeles Magazine.
En octubre de ese año, el cuerpo
de uno de los cabecillas de la operación fue hallado con 13 disparos de bala
junto a una carretera en una zona residencial de clase alta en Cancún.
De acuerdo con el artículo de
Katz, los investigados en Miami podrían tener lazos con el grupo criminal
mexicano Los Zetas.
Como Puig, parte de la veintena
de los peloteros cubanos jugando en EE.UU. podría haber sido víctimas de trata.
Silencio
Durante varias semanas se desconoció el
paradero de José Abreu hasta que se supo que se encontraba en República
Dominicana cuando se anunció su contrato.
Actualmente hay varias
investigaciones abiertas por las autoridades estadounidenses, pero los propios
peloteros cubanos han guardado silencio en la mayoría de los casos.
Muchos de estos jugadores temen
sufrir represalias, ya que deben pagar a las mafias que los trajeron a EE.UU.,
según le dijo a BBC Mundo Joe Kehoskie, un agente de beisbolistas que ahora
trabaja como consultor.
Kehoskie conoció de cerca este
tráfico ilícito ya que cuando era agente recibió él mismo llamadas de los
propios traficantes que le ofrecieron representar a varios de los jugadores.
El exagente de beisbolistas le
dijo a BBC Mundo que hasta los 90 y principios de la década pasada, lo común
era que los deportistas cubanos desertaran cuando el equipo nacional visitaba
un tercer país.
"En aquellos años era muy
común que tres, cuatro, cinco agentes siguieran al equipo nacional allá donde
jugaran alrededor del mundo y ahora que yo sepa ya nadie hace eso", dice
Kehoskie.
Según Kehoskie, en los últimos
cinco o seis años las mafias se han apoderado del negocio en torno a la
deserción y traspaso de jugadores a la liga estadounidense.
Las Grandes Ligas han sido
criticadas y acusadas de hacer la vista gorda ante este tráfico ilegal por
entre otros el periodista de Yahoo Sports Jeff Passan.
BBC Mundo habló por teléfono en
dos ocasiones esta semana con un portavoz de las Grandes Ligas para obtener su
versión, pero al tiempo de publicación de esta nota aún no habíamos obtenido un
comunicado o entrevista.
Embargo
Parte del problema tiene origen
en las reglas especiales para la contratación de jugadores cubanos, que son un
producto del embargo estadounidense a Cuba.
Si un pelotero cubano es
contratado mientras se encuentra en EE.UU. o Canadá, debe someterse al sistema
de draft, el procedimiento de reclutamiento para jugadores aficionados, lo que
reduce las sumas pagadas por él.
Las Grandes Ligas han sido criticadas y
acusadas de hacer la vista gorda ante este tráfico ilegal.
Si la negogiación se produce
fuera de esos países, el jugador es comprado por el equipo que ofrece el mejor
postor.
Por este motivo, tanto los
peloteros como las mafias tienen un interés en que la negociación se produzca
en el extranjero, generalmente México o República Dominicana.
En octubre de 2013, el cubano
José Abreu firmó un contrato de US$68 millones para jugar durante seis años con
las Medias Blancas de Chicago. Durante varias semanas se desconoció su paradero
hasta que se supo que se encontraba en República Dominicana cuando se anunció
la contratación.
Florida aprobó una ley en junio
de este año por la cual los dos equipos del estado en las Grandes Ligas, Miami
Marlins y Tampa Bay Rays, deben tratar a los peloteros cubanos como a cualquier
otro jugador.
Pero mientras no haya cambios a
nivel nacional, los expertos creen que el tráfico ilegal de peloteros
continuará.
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