Una estrella “Made in China”
Deutsche Welle - viernes, 26
de septiembre de 2014
Detrás del uniforme con las
cuatro estrellas del campeón mundial de fútbol se esconden miles de costureros
en China trabajando en condiciones criticadas en Alemania por organizaciones
sociales y voceros del gobierno.
En un evento celebrado
recientemente en Berlín el ministro de desarrollo alemán, Gerd Müller (no
confundir con "el Bombardero") , criticó abiertamente al sector
textil por producir sus prendas en países en los cuales no hay protección a los
trabajadores. El funcionario señaló que los costureros cumplen sus tareas en
precarias condiciones y al borde de la explotación laboral debido a los bajos
salarios que se pagan por extensas jornadas.
“¿Ustedes quieren ponerse esos
uniformes, esos trajes, esas camisas?”, le preguntó Müller al público. El
Ministro se refirió a la camiseta de la selección alemana con la cuarta
estrella conquistada en el Mundial de Brasil 2014 como ejemplo de la inequidad
entre la producción y la venta, y sostuvo que de una prenda que en Alemania se
vende por 85 euros a quienes la cosen apenas les llegan 15 centavos.
Diferencias abismales
Esos estimados los confirmó en
conversación con Deutsche Welle Maik Pflaum, vocero de la campaña Ropa Limpia
(Clean Clothes Campaign), una organización que trabaja por mejorar las
condiciones de trabajo de los empleados textiles en distintas regiones del
mundo. “El problema en China es que las grandes firmas que producen su ropa
allí pagan a los trabajadores el salario mínimo oficial que está fijado en un
monto muy por debajo de lo que una persona verdaderamente necesita para vivir”,
explicó.
De acuerdo a la experiencia de la
campaña Ropa Limpia a los costureros chinos no se les reconoce en promedio
mucho más del uno por ciento del precio final de venta. Pflaum cuenta que en
China, donde se produce la camiseta de Alemania con las cuatro estrellas, “la
gente, movida por la necesidad de sobrevivir, practicamente se somete de forma
voluntaria a una especie de esclavitud. En las máquinas de coser ellos trabajan
bajo presión en jornadas con más horas de las que oficialmente está permitido”.
Pero mientras a los costureros de
los uniformes les queda poco beneficio del triunfo de Alemania en el Mundial,
al comercio y a la patrocinadora y productora de la camiseta -Adidas-, el
título les genera jugosos dividendos. De acuerdo a la información publicada por
el diario FAZ, de los 85 euros que cuesta una camiseta con las cuatro
estrellas, a los almacenes que las venden les tocan 37,43 euros; a Adidas 16,26;
al fisco 13,57 por concepto de impuesto del valor agregado; y 4.41 euros se
utilizan para cubrir el mercadeo y la distribución.
Paradojicamente a los que menos
les corresponde es precisamente a aquellos que hacen posible la existencia de
la camiseta. De los 85 euros al fútbol unicamente le ingresan 5,10 euros por
concepto de la licencia que se paga a la Federación Aleman (DFB) para
comercializar una prenda cuyo costo de confección es de 8,23 euros incluida la
tela, la mano de obra y el transporte.
El uniforme es cada vez más caro
La camiseta de la selección
alemana de fútbol con la cuarta estrella es la más costosa en la historia
reciente y su valor se ha incrementado a lo largo de tres Mundiales en
aproximadamente un 30 por ciento: en el 2006 su precio era de 65 euros, en el
2010 subió a 69 euros, antes de empezar el evento en Brasil costaba 80 euros, y
hoy, con una estrella más, alcanzó los 85 euros.
Aún así, organizaciones como la
campaña Ropa Limpia, o el propio Ministro Müller, apuntan a la inequidad en la
distribución de los ingresos. “Adidas presenta cada año un balance de ganancias
millonarias que es mejor al anterior y declara gastar miles de millones en
patrocinios, publicidad y mercadeo. Para una firma así sería posible aumentar
los salarios de los costureros, hasta doblarlos y todavía seguir ganando. Eso
significaría para los trabajadores un mejor nivel de vida y para los
productores casi ningún costo” expone Maik Pflaum.
Sin embargo la victoria alemana
en Brasil no ocasionó un cambio en la política salarial a los costureros en
China, pero sí un esfuerzo adicional, especialmente la primera semana tras la
conquista de la Copa del Mundo. Para satisfacer la demanda de los aficionados
por la camiseta con la cuarta estrella en Alemania las máquinas de coser chinas
funcionaron a todo vapor.
Cifras no oficiales, pero
estimadas a partir de una acción similar llevada a cabo en España tras el
Mundial del 2010, calculan una producción de alredor de las 150.000 unidades en
las 48 horas posteriores a la obtención del título en Brasil. Las camisetas,
que usualmente llegan a Alemania por barco, en esta ocasión arribaron vía aérea
ocasionando un costo adicional para ponerlas en los almacenes de las
principales ciudades del nuevo campeón del mundo.
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