Plena expansión en la educación
superior de América Latina
Deutsche Welle - septiembre de 2014
Universidades de América Latina
mejoran su presencia en rankings pero continúan siendo poco atractivas para
estudiantes internacionales. Barreras como el idioma y la burocracia frenan la
internacionalización.
Las universidades América Latina
mejoraron notablemente su posición en los rankings internacionales en los
últimos años. Sin embargo, todavía tienen poca relevancia en el plano
internacional. En 2003, en el Ranking Mundial de Universidades realizado por la
Universidad de Shanghái, siete universidades latinoamericanas -de Brasil,
México, Argentina y Chile- estaban dentro de la lista de las 500 mejores del
mundo. Hoy, doce años después, son diez instituciones de los mismos cuatro
países las que están en la lista.
Los rankings no son lo único
Según Helena Sampaio, de la
facultad de Educación de Unicamp en Brasil, las universidades latinoamericanas
entran en los rankings internacionales cuando los gobiernos invierten en políticas
públicas para estimular la internacionalización de la enseñanza superior. Sobre
todo en Brasil, Chile y Colombia. ”La presencia en los rankings está
relacionada con políticas nacionales que fomentan y promueven el aumento de
publicaciones en revistas o la participación en congresos internacionales”,
afirma Sampaio.
Entretanto, algunas universidades
latinoamericanas cuestionan los criterios de valoración de ese ranking
desestimando las calificaciones. El director de lnstituto Internacional para la
Educación Superior de América Latina y Caribe de al UNESCO, Pedro Henríquez
Guajardo, entiende las críticas: “ Los indicadores usados no corresponden a la
realidad de las universidades latinoamericanas. Los ranking son importantes
pero no son la única herramienta para medir la calidad”.
En el ranking de referencia de la
revista Times Higher Education se incluyen aspectos como enseñanza,
investigación, innovación e internacionalización. Por su parte, en el ranking
de la Universidad de Shanghái se clasifica la educación según la cantidad de
premios, principalmente el Nobel, y la investigación según el número de
artículos publicados en revistas internacionales. Las universidades de América
Latina critican, sin embargo, que los rankings solo contemplan revistas publicadas
en inglés, descartando buena parte de los trabajos de investigación publicados
en medios nacionales en español o portugués.
En general, la enseñanza superior
de América Latina está en fase de consolidación y los premios o publicaciones
internacionales todavía no son una prioridad. Pero eso no quiere decir que no
haya investigación o una buena enseñanza. Como alternativa para evaluar las
universidades latinoamericanas, Guajardo cita un proyecto desarrollado por las
universidades de la región y la Comisión Europea llamado Infoaces. Ahí se
recogen los datos básicos de cada institución y 44 indicadores definidos para
valorar la calidad como cursos ofrecidos, infraestructuras, cantidad de alumnos
por profesor, numero de publicaciones por docentes o numero de doctores
formados.
Masificación de la enseñanza
superior
Actualmente, la enseñanza
superior en América Latina pasa por una fase de expansión. Para los
especialistas, la preocupación por los posicionamientos en los rankings queda
relegada para las universidades más punteras. Por eso, poco pueden decir los
rankings sobre la calidad de la enseñanza superior en un país. “En el caso
brasileño, la expansión pasa por el sector privado. Estamos creando una
educación superior de dos categorías. Las universidades de elite, que se
disputan su puesto en los rankings, y una gran mayoría de instituciones
educativas masificadas que funcionan para democratizar el acceso a la
educación”, advierte Sampaio.
Para el presidente del Instituto
de Estudios de Trabajo y Sociedad, Simon Schwartzman, la masificación de la
enseñanza superior también atañe a las instituciones públicas: “Los sistemas
públicos crecerán mucho sin políticas claras para la calidad”. Aun así, se
avanza en programas de pos graduados. “Brasil forma más de diez mil doctores
por año y aumenta su participación en la literatura científica internacional.
También México tiene un programa nacional de investigación de alto nivel y
Argentina y Chile también estructuras semejantes”, aclara Schwartzman.
Hay extranjeros, pero no muchos
Pese a gozar de una mejor
posición en los rankings, las universidades continúan siendo poco atractivas
para estudiantes extranjeros. Así lo demuestran los datos publicados por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo, que hablan de un 1,5% de
estudiantes extranjeros. Cuba sería el país que más estudiantes atrajo, seguido
de Brasil, Granada, Chile y Argentina.
Según Guajardo, los estudiantes
de otras regiones vienen a América Latina principalmente por convenios y no por
iniciativa personal. La mayoría solo permanece algunos meses y la burocracia y
el idioma son los factores que frenan esta llegada de estudiantes y profesores
de Europa, Estados Unidos o Asia. Las universidades públicas brasileñas, por
ejemplo, tienen dificultades porque no pueden contratar a un profesor
extranjero sin convocatoria pública y se les exige hablar portugués, aclara
Christina Peters, directora de la oficina regional de la Universidad Libre de
Berlín en Sao Paulo. Esta misma barrera frena a los visitantes en los programas
de investigación, pese a que actualmente, algunas iniciativas como la de la
Unesp, FGV o el Instituto Tecnológico de Estudio Superiores de Monterrey tratan
de invertir la situación ofreciendo clases también en inglés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario