¿Nuevo boom de las letras
latinoamericanas?
Deutsche Welle - septiembre de
2014
Cinco generaciones de escritores
latinoamericanos conviven hoy en el escenario de la literatura en lengua
española y, nuevamente, los ojos editoriales del mundo anuncian que el futuro
del libro estará en América Latina.
El Festival Internacional de
Literatura de Berlín, considerado el evento más importante de su tipo en el
mundo, vuelve a convertirse en un espacio de reflexión y promoción de los
movimientos literarios más importantes de la actualidad. Apenas se ha conocido
la selección de autores que representarán a la lengua española en esta edición,
ha revivido una discusión que lleva algunos años conmocionando con opiniones a
favor y en contra de los predios intelectuales y académicos: ¿puede hablarse de
un nuevo boom de la literatura latinoamericana?
Entre el 10 y el 20 de septiembre
estarán en Berlín autores de las distintas generaciones actuantes hoy en las
letras de América Latina: desde clásicos como el dominicano Junot Díaz, la
puertorriqueña Mayra Santos Febres y el colombiano Juan Gabriel Vázquez,
pertenecientes a la generación de narradores surgidos en los años 90 del pasado
siglo, hasta escritores de las más recientes hornadas como el chileno Carlos
Labbé, el guatemalteco Eduardo Halfon o los mexicanos Juan Pablo Villalobos y
Yuri Herrera, quienes en sus intervenciones en el Festival tendrán la responsabilidad
de mostrar algunas de las caras más visibles de la literatura latinoamericana:
las nuevas corrientes literarias centroamericanas, el poderoso fenómeno del
bilingüismo en Estados Unidos, Europa y las islas del Caribe no
hispanohablante, la escritura de la marginalidad en su relación directa con la
violencia social, la llamada literatura de fronteras y el impacto de las nuevas
tecnologías en la creación, la edición y la eclosión de editoriales
independientes que discuten espacios de legitimidad literaria a los grandes
monopolios editoriales.
Un espejismo publicitario
Quienes anuncian un nuevo boom,
casi todos grandes editores europeos, hablan cegados por el descubrimiento
reciente de una realidad que, sin embargo, viene ocurriendo en nuestra cultura
hace ya más de dos décadas: tras los fenómenos claramente definidos del boom
(García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar, Rulfo, etc.) y del postboom (Manuel
Puig, Mario Benedetti, Isabel Allende, Reinaldo Arenas, y otros), la literatura
latinoamericana entró en un proceso de renovación protagonizado por estas
generaciones y por las tres generaciones siguientes, y esa constante adaptación
a la llamada “aldea global” continúa hasta el presente, con nuevos y más
impactantes cambios gracias a la modernidad y al desarrollo de las tecnologías
en el terreno de la escritura, la edición y la comercialización del libro.
En la última década, dos
fenómenos han caracterizado el comercio de la literatura: por un lado, la
concentración del poder editorial y comercial del libro en manos de los
monopolios multinacionales (que priorizan el libro sólo como objeto de venta),
y por otro, el surgimiento de miles de editoriales independientes en todas las
lenguas, que intentan rescatar el libro por sus valores literarios y su
contribución a la cultura y al pensamiento humano.
A ello se suman las nuevas
plataformas de publicación abierta, en las cuales miles de personas están
publicando cada año sus propios libros, sin que medie el análisis de un agente,
un editor o un impresor. En América Latina, por ejemplo, más del 60 por ciento
de las obras literarias que se publican, son editadas por estos sellos
independientes, que venden a precios más accesibles y cuyo reto real es dar el
mayor alcance posible a sus propuestas editoriales.
La crisis mundial de la lectura
Hay un único eslabón de esta
cadena en la cual coinciden todos los análisis: si bien en Estados Unidos y
Europa se hace cada vez más evidente el descenso de los niveles de lectura y el
cambio de los intereses del lector hacia libros de autoayuda o bestsellers de
mala calidad, en América Latina este fenómeno se ha ido revirtiendo y la
mayoría de los estudios demuestran que suben cada año los índices en el nivel
de lectura y que el lector latinoamericano prefiere aquellas obras obras que
reflejan las realidades de sus países, con lo cual las pequeñas editoriales que
justamente son las que apuestan por esos nuevos libros, por esos nuevos autores
nacionales, se van abriendo espacio en el mercado, ya sea a través del libro en
su formato tradicional o en las actuales versiones electrónicas, el cada vez
más popular e-book.
Visto lo anterior, es disparatado
hablar de un nuevo boom latinoamericano. Sería más exacto hablar de un boom
literario universal, de la lucha agónica del talento intelectual contra el
mercantilismo en el mundo del libro, pues como lo demuestra el programa del
Festival Internacional de Berlín en esta edición de 2014, ese es un fenómeno
que ocurre por igual en las literaturas en lengua inglesa, francesa, árabe y
china, por sólo mencionar los idiomas que habla la mayor parte de los invitados
de lujo de esta importante cita.
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