La ciencia y los medios
Forbes - martes, 16 de
septiembre de 2014
Sorprende el desconocimiento que
prevalece sobre temas que influyen en el bienestar de las personas, como son
los relativos a la ciencia y la salud.
Aunque la era de la información y
la globalización ha facilitado la comunicación, es sorprendente el nivel de
desconocimiento que prevalece sobre ciertos temas que influyen en el bienestar
y la salud de las personas, como son los científicos y los relacionados con la
salud. Al parecer existe un abismo entre los pocos que poseen y generan ese
conocimiento y el resto de la sociedad.
Por lo general, los temas
científicos y de salud llaman la atención en tanto representan un impacto real
en ciertos grupos de la sociedad o en poblaciones enteras. Ejemplo de ello es
en estos días el tema del virus del Ébola, que se teme pueda mutar y
transmitirse sólo por una tos o un estornudo, o lo que en su momento sucedió
con el tema del virus A (H1N1). Pero fuera de este tipo de lapsos críticos,
difícilmente se presta atención, tanto en los medios de comunicación como en la
sociedad, a la información científica y de salud, aun cuando la misma puede ser
de utilidad para prevenir enfermedades o contribuir a mejorar la calidad de
vida del ser humano.
Difundir este tipo de información
a través de los medios de comunicación en general –no científicos o
especializados–, no es tarea sencilla. Cuando se logra, la nota es relegada al
mínimo espacio necesario de la sección de “Sociedad”, “Cultura” o “Academia”,
que por lo general son leídas por la minoría a quien le interesan dichas
temáticas, contra la cantidad de lectores de secciones como “Deportes”,
“Espectáculos” o “Política”.
A ello habría que agregar un tema
de percepciones: hay científicos que parecen desconfiar de los medios porque
“tergiversan la información”, “exageran”, “descontextualizan” o “publican lo
que quieren”. A su vez, hay periodistas que perciben que los científicos
“hablan de forma complicada”, “no comprenden al público” o “sólo nos buscan
cuando hay algo que les interesa”. No obstante, unos y otros se complementan
con la única variable que los une: la información.
De acuerdo con el recién
fallecido profesor, periodista, escritor y divulgador científico español Manuel
Calvo Hernando, “el periodismo científico es una especialización informativa
que consiste en divulgar la ciencia y la tecnología a través de los medios de
comunicación de masas”. Es un puente entre quien produce o posee el
conocimiento científico y el público general; no busca enseñar sino
sensibilizar a las audiencias sobre temas que le deberían interesar en función
de los beneficios que su conocimiento les pudiera reportar, y por ello el
periodista adapta, traduce, recrea, transforma un conocimiento específico en
afán de hacerlo legible y entendible para el público en general.
Un ejemplo de difusión científica
La semana anterior se realizó en
Argentina la Serie Científica Latinoamericana, evento anual promovido por
diversas instituciones interesadas en estos temas, que desde 2011 ha ofrecido
espacios de discusión sobre temas de salud en la región buscando consensos y
contribuir, desde la perspectiva médico-científica, a fomentar estilos de vida
activos y saludables.
En esta ocasión, el tema fue
“Vida activa y saludable”, y durante la jornada participaron expertos como
Michael Pratt, del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades Crónicas
del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos; Margo Mountjoy, del Centro
de Salud y Rendimiento de la Universidad de Guelph en Canadá; Jorge Cancino
López, de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de Chile; Paul Rozin,
del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento de la
Universidad de Standford; doctora Mónica Katz, directora de la Carrera de
Médico Especialista en Nutrición con orientación en Obesidad de la Universidad
Favaloro de Argentina, entre varios más.
De la serie de ponencias me
parece que las conclusiones más relevantes fueron las siguientes:
En coincidencia con estas
conclusiones, como resultado es posible leer en diferentes medios de la zona
latinoamericana encabezados como:
La cobertura refleja que, al
menos en este caso, hay cercanía entre científicos y medios de comunicación y
se ha buscado sensibilizar sobre la importancia de que, especialmente la
juventud, adquiera un tipo de vida más activo y menos sedentario. No obstante,
la mayor parte de esta información se difundió en las secciones de “Sociedad”,
“Ciencia” y Salud”, por lo que me parece que un importante mensaje que quedó
fuera de las notas fue el referente a promover políticas públicas que
contribuyan a reducir la mortalidad por sedentarismo. El mensaje no permeó en
los medios y, por tanto, tampoco lo hará entre las autoridades de salud de los
países latinoamericanos. Creo importante incrementar la comunicación en ese
sentido a fin de capitalizar de mejor manera esfuerzos como el de la Serie
Científica.
De otro lado, es claro que aunque
todavía hay investigadores reacios a cualquier trato con la prensa, cada vez
son más aquellos dispuestos a conceder entrevistas, dar parte de su tiempo para
asesorar –en una ideal mancuerna científico-periodista/divulgador– y escribir
en diarios de información general y revistas que incluyan artículos de
divulgación de la ciencia. El Simposio de Argentina es evidencia de ello.
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