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viernes, 28 de abril de 2017

costos

Reducir costos y gastos para invertir con éxito



FORBES- 28 de abril de 2017
Aunque parezca contradictorio, las compañías que reducen sus costos y gastos superfluos e invierten los mismos en actividades de valor, están destinadas a brillar.


Para una empresa siempre es difícil afrontar procesos de reducción de costos y gastos por sus implicaciones, ya que en ocasiones las consecuencias pueden llegar a ser dramáticas -como despidos masivos, cierre de plantas, etcétera-. Sin embargo, una buena estrategia alineada con el negocio puede acabar con un balance negativo de resultados y evitar, en muchos casos, estos desenlaces. Se trata simplemente de aplicar la coherencia y canalizar los recursos para impulsar la ventaja competitiva de la empresa.



Menos es siempre más

Grandes compañías han hecho precisamente de este lema su negocio; incluso, han logrado posicionarse como líderes indiscutibles en sus industrias. Ikea, compañía número uno en el sector de muebles y decoración, es un claro ejemplo. Su éxito se basa en eliminar los costos de montaje o entrega a domicilio.

Sin embargo, en la primera década de este siglo, Ikea atravesó serias dificultades debido a la crisis económica mundial que afectó con fuerza a sus principales mercados. Para superar esta situación,  la firma optó por invertir el total de sus beneficios netos, ofrecer precios aún más bajos y prepararse para el crecimiento a largo plazo a través de cambios estructurales, como: el aumento del volumen de productos, la mejora de la cadena de suministro, la reducción de costos operativos y la apuesta por el empoderamiento de los colaboradores. Así, sus últimos resultados registraron un crecimiento anual del 7.1% en su facturación a nivel mundial, superando los 34 mil millones de euros a nivel global.



Costos buenos, costos malos

Como lo demostró Ikea, salir fortalecido de situaciones adversas es posible siempre y cuando se hagan los cambios precisos. Por el contrario, según el Índice Fit for Growth de Strategy&, parte de la red de PwC, el 78% de las compañías asegura no contar con las capacidades necesarias para conseguir el éxito.

¿Cómo podemos entonces cambiar esa percepción y convertirla en un impulso positivo, incluso en épocas turbulentas? Existen cinco cambios de mentalidad que pueden ayudar a las compañías a establecer una estrategia de gestión que sacuda y devuelva a las empresas a la senda del crecimiento:

Conectar los costos con la estrategia.
Replantearlos acorde con las capacidades.
Establecer un presupuesto base cero “zero-based budget”.
Implementar un plan de gestión sustentable.
Ser proactivos.
En primer lugar, se trata de enfocar los recursos disponibles a las prioridades fijadas en la planeación estratégica y hacerlo de forma sostenida, más allá de un simple año fiscal, es decir, planear con perspectiva al igual que se hace cuando se diseña un plan de negocio.

En segundo lugar, es necesario dar a conocer las inversiones realizadas en las “capacidades diferenciadoras” que distinguen a la compañía, así como los patrones de gasto actuales. Se trata de una tarea complicada, ya que los sistemas de reporte no suelen vincular estos dos conceptos. Al hacerlo se podría abrir un diálogo fructífero que lleve precisamente al tercer paso: establecer partidas que rompan con lo establecido anteriormente y las empresas se alejen de los habituales porcentajes de incremento o rebaja que se aplican año con año.

Por otro lado, las compañías deben aplicar un plan de gestión sustentable centrado en las ventajas competitivas para aumentar el reconocimiento de la marca. La intención es ser capaces de que los empleados asuman las decisiones de gasto como si el dinero procediera de su propio bolsillo y así formar parte de los valores contenidos en la cultura organizacional. Por último, cabe hacer referencia a la necesidad de ser proactivos, es decir, tomar decisiones antes de que sea demasiado tarde o inevitable.



Las crisis también son oportunidades

En Strategy& estamos convencidos que, a pesar de la incertidumbre y la volatilidad de los mercados a nivel global, es posible mantenerse e incluso crecer sin sobresaltos, aun cuando el punto de partida de una compañía no es el deseado. Finalmente, muchas crisis pueden suponer grandes oportunidades para aquellas compañías responsables que asumen riesgos y son coherentes con lo que piensan, hacen y transmiten a todos los niveles y en todos los aspectos, incluido el presupuestario.




*Carlos Navarro y Sergio Meneses son socios de PwC Strategy& 

resultados

Empresas Ágiles: resultados rentables





FORBES- 28 de Abril de 2017
Más allá de implementar una metodología o tecnología, crear Empresas Ágiles requiere de una transformación profunda y estructural que se reflejará en una innovación continua.

La transformación digital avanza a tal velocidad que las empresas deben tener la capacidad de modificar sus modelos de negocio para asegurar una mayor entrega de valor al cliente en menor tiempo. Construir “Empresas Ágiles” va mucho más allá de una metodología o una tecnología, ser verdaderamente ‘ágiles’ representa una evolución integral de la compañía para generar rentabilidad por medio de la innovación constante.

En plena era digital, para que una empresa sea exitosa es fundamental que ésta se encuentre adecuadamente diseñada para ser más eficiente. Las empresas deben estar preparadas para que roles claramente definidos puedan realizar una gestión integrada y efectiva; para ello requieren de transformar su estructura, gobierno, procesos, métodos, plataformas tecnológicas, pero sobre todo a la cultura organizacional.

Para transformarse en una “Empresa Ágil”, los líderes del sector deben priorizar y situar en primer plano el talento humano. Aprovechar al máximo el poder de desarrollos digitales implica reinventar la cultura corporativa y modelos operativos, lo que potencia la participación de las personas en la mejora del valor y del servicio al cliente, así como en la creación de valor para el negocio.

Los cambios en el mercado se viven de manera permanente en todas las industrias, por ello es crucial reducir los tiempos de entrega de soluciones, así como en los procesos de innovación. Lo ‘ágil’ se caracteriza por un enfoque de resultados y beneficios, por colocar a los colaboradores y la mejor experiencia de los clientes en el centro de sus diseños, así como por ser una forma de apalancar tecnologías y capacidades de proveedores para que sean partícipes de la rentabilidad y de los resultados del negocio.

Una transformación ‘ágil’ debe considerar un cambio profundo en la relación entre la tecnología y el negocio. Aquí los líderes son los responsables de tener una visión clara, capaz de identificar rápidamente los obstáculos y entablar relaciones de colaboración que estén basadas en un modelo de gestión por métricas automatizadas.

Los altos volúmenes de sistemas complejos en las organizaciones, así como divisiones de negocios fragmentadas, resistencia al cambio y altos estándares de cumplimento (compliance) son algunos de los retos de la transformación hacia una “Empresa Ágil”. El traspié más notorio es que las empresas han tratado de ejecutar novedosas metodologías sin considerar la necesidad de realizar cambios a gran escala en prácticas de diseño de trabajo, capacidades y cultura organizacional.

Evolucionar el modelo operacional de entrega, desde una perspectiva de IT y de negocios, es una etapa fundamental para que las transformaciones Agiles en el país puedan ser exitosas en el corto plazo. Las empresas de distintas industrias pueden mejorar el tiempo de lanzamiento de productos y servicios al mercado hasta un 60%, lo cual generaría ganancias de costo de oportunidad, así como de posicionamiento de innovación en un entorno de alta competitividad.

En México, tomar acción hacia modelos de negocio ágiles exige que el grupo de tecnología se integre de manera transversal a las diferentes aéreas de negocio, con lo que logrará una alineación estratégica hacia un impacto en la economía de escala. De esta manera, las empresas podrán ejecutar su transformación digital atacando a los temas de fondo y desarrollando nuevas capacidades para alcanzar el alto desempeño.





*Fabio Irino es Líder de Estrategia de IT para Accenture México.

jueves, 27 de abril de 2017

decisiones

     Hay decisiones que son cruciales




FORBES- 28 de abril de 2017
¿En qué momento la decisión de país fue influenciada de tal forma que nos hemos acostumbrado a vivir y servir al ciclo perverso de la corrupción como fin aspiracional?   

Hay decisiones en la vida que son cruciales. Cuando estamos frente a una de ellas es inevitable no tratar de vislumbrar todas las rutas que se dejaran de circular al tomarla y elegir un camino. Al enfrentarse a una decisión importante buscamos en todos los recursos posibles algún indicativo -natural o sobrenatural- que nos ayude a sentir que estamos haciendo lo correcto para nosotros. Desde racionalmente creando escenarios posibles con la información que tenemos, o de la que nos hacemos, a la mano; hasta buscar recovecos místicos en la entraña, en las imágenes divinas o en la voz muda que aconseja desde el mas allá. Elegir es renunciar, sentenciaba Sartre y resume en el enunciado el dramatismo del momento de una decisión: al tomar un camino, estamos decidiendo no seguir otras rutas con sus consecuencias que podrán ser peores o mejores… o iguales. Si llevamos esta angustia por decidir al terreno de la fantasía, vamos a entonces imaginarnos los caminos inexistentes de la decisión no tomada. Esto es, de las rutas por las que no transitaremos y que, inevitable condición humana, todas llevan a destinos mejores que el de la decisión que estamos tomando.

Todo mundo tiene, por supuesto, algo que aportar a la discusión de las decisiones y por lo general el comentario generalizado es que hay una sensación de bienestar sincronizado con las acciones posteriores a la decisión correcta. Como si la decisión fuera un aceite que hizo que todo fuera más fácil una vez tomado el camino ‘correcto’. Por otro lado, también es creencia generalizada que los obstáculos que se presentan en la ruta de una ‘mala decisión’ son la confirmación de su naturaleza. Es importante aquí aclarar que no debemos dejemos influir por la sintaxis de la confusión ‘decisional’ pues corremos el riesgo de confundir una mala decisión, con una mala toma de decisión. En esta última, la toma de decisión, el acto de tomar la decisión, el entorno en general -momento, circunstancia, temperamento, animo, influencia externa, influencia de patrones internos, etc.- sería el responsable de tomar un camino equivocado, no la decisión en sí misma. Los motivos por los que se tomó esa decisión.

Un grupo de políticos jóvenes han sido señalados como abusivos personajes de la confianza pública. Nacido el 19 de septiembre de 1973, el más señalado, Javier Duarte, fue gobernador de su estado, Veracruz, a los 37 años. Roberto Borge de Quintana Roo nació en 1979, un 29 de diciembre, asumiendo el poder de su estado a los 31 años de edad. Cesar Duarte es del 14 de abril de 1963, 54 años, Humberto Moreira es del 28 de julio de 1966, el mismo año del presidente Peña -20 de julio-, ambos de 50 años. El más viejo de esta generación es Felipe Calderón, del 18 de agosto de 1962. 54 años. Por razones que van de ejecución de políticas de seguridad pública equivocadas que han convertido al país en un territorio de inseguridad e injusticia, a robos descarados del patrimonio público, estos ‘jóvenes’ nacidos a partir de la década de los 60’s han, en conjunto, dejado muy atrás el legado más obscuro de la política moderna mexicana, que se dio en años en que su juventud y niñez se estaban forjando.

Aunque con estabilidad económica sólida, el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz, 12 de marzo de 1911, paso a la historia por una autentica represión violenta que tuvo como consecuencia la cerrazón cultural de una generación completa de jóvenes mexicanos a partir de 1968. Luis Echeverría Álvarez, 17 de enero de 1922 -95 años de edad y único sobreviviente de esa generación- fue, en su intento por modificar el contexto político/ideológico del país, el primer gran creador de pobreza nacional al culminar su sexenio con la primera crisis económica de final de siglo. José López Portillo, 16 de junio de 1920, recordado por su frivolidad e incompetencia, incremento la crisis económica del país multiplicando irresponsablemente el gasto y descuidando escandalosamente -por primera vez expuesta y documentada- la corrupción al interior de su gobierno, que entonces incluía a los gobernadores como miembros del gabinete. Ambas crisis, la de 1976, Echeverría, y 1982, López Portillo, son las responsables iniciales del estancamiento económico del país. Sin embargo, con cuando menos dos generaciones de diferencia, los ‘jóvenes’ políticos han hecho en conjunto más daño -económico, moral, social- a nuestro país que los 18 años de Diaz Ordaz a López Portillo que, hasta el final del siglo XX, eran el ejemplo del daño que, entre autoritarismos, censuras y frivolidades, podían hacer los políticos cuando el proceso democrático no garantizaba rendición de cuentas.

¿En qué momento as decisiones que estos ‘jóvenes’ tomaron en sus vidas los llevaron a sobrepasar por mucho el trágico ejemplo de una generación que, incluso, era el arquetipo a derrotar en la nueva lucha de la política moderna?

Javier Duarte tenía 20 años cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio. Borge 14, Peña y Moreira 27, Cesar Duarte 30 y Calderón 31. Edades en las que tuvo que haber un impacto e influencia de las consecuencias de la lucha por el poder y que, hoy podemos verlo así, culminaba un ciclo en la historia de México que había llevado al país de un escenario de desarrollo ejemplar -1960, 1968- a otro -1988, 1993- pasando por las fases de negación al sistema, destrucción y reconstrucción. En un momento en que el mundo se transformaba hacia el liberalismo guiado por políticos contemporáneos a sus padres -Clinton, 1946, Blair, 1953, González 1942- incluyendo México -Carlos Salinas, 1948- que fue lo que llevo a este grupo de ‘jóvenes’ políticos a desdeñar la historia, la política, la conciencia nacional. ¿Cuál fue su ejemplo escolar, familiar, social? ¿En qué momento las decisiones personales de tres generaciones influyeron para que un grupo de políticos educados que deberían oponerse, en el proceso evolutivo intelectual de una sociedad moderna, al abuso sistemático del pueblo a través de un sistema defectuoso, optaron por favorecerse del mismo en lugar de intentar transformarlo dada su privilegiada posición de poder?

¿En qué momento la decisión de país, o más bien, la toma de decisión de país, nosotros, fue influenciada de tal forma que nos hemos acostumbrado a vivir y servir al ciclo perverso de la corrupción como fin aspiracional?


En el gran inconsciente colectivo nacional, sabemos que los obstáculos -inseguridad, inestabilidad económica, falta de oportunidades laborales y de crecimiento, calidad de vida- que hemos encontrado en el camino son el ejemplo de que nos hemos equivocado una y otra vez en nuestra decisión ‘democrática’ de vida. Sin embargo, es importante hacer una pausa para tratar de entender a estos personajes más allá del escrutinio público y la inducción informativa para encontrar los momentos de sus decisiones, las intimas que han de haber encontrado en su vida al momento de saber que estaban iniciando una vida delincuencial o incompetente en el poder. Observarlos detenidamente y conciliar sus acciones con las nuestras cotidianas. Tal vez podamos detectar así, con el ejemplo, el momento trascendental de una decisión que puede llevarnos por el camino equivocado y evitar terminar nuestros días con la locura de saber que destrozamos porvenires, a cambio de solo dinero y la fantasía de poder, proyectada en una sonrisa vacía.

futuro de la educación

 ¿Cuál es el futuro de la educación?



FORBES- 28 de abril de 2017
Entre los ejes principales que deberían configurar la educación del futuro serían: Fomentar la curiosidad y el interés en los estudiantes y diseñar nuestra propia educación. 


 ¿Cuál es el futuro de la educación? apareció originalmente en Quora: un lugar para adquirir y compartir conocimiento, y mejor entender el mundo.


Respuesta por Ruben Vizcaino, Editor web sobre aprendizaje en soloeduca.com:


La pregunta es muy, muy difícil de contestar, porque no creo que haya una única respuesta válida sino una multitud de enfoques y propuestas diferentes y no necesariamente incompatibles.


No obstante, me permito aportar una breve reflexión personal.


En mi opinión, los ejes principales que deberían configurar la educación del futuro serían:

Fomentar la curiosidad y el interés en los estudiantes. Cualquier educación que no consiga motivar a quienes la reciben está destinada al fracaso, más tarde o más temprano. Por muchos planes que se diseñen o por mucho presupuesto que se disponga, si el estudiante no está interesado en aprender, no lo hará. (Creo que lo que menciono en los puntos siguientes puede contribuir a construir esta motivación).


Personalizar la enseñanza. Cada persona tiene sus propios intereses, sus habilidades particulares, sus debilidades o carencias, su carácter, su contexto familiar, su inteligencia, su ritmo de aprendizaje, sus afectos y sus odios, etc. Pretender que todos aprendamos lo mismo, de la misma forma y exactamente al mismo ritmo, puede conducir a frustraciones, fracaso escolar, lagunas formativas o simple desinterés. Salman Khan o Ken Robinson han tratado estos temas en conferencias memorables.



Preservar y fomentar la creatividad. Casi se ha convertido en un lugar común, pero lleva años repitiéndose el mantra de que las escuelas matan la creatividad. Y es que si la creatividad siempre ha sido importante, cada vez lo será más en un mundo donde la tecnología y la robótica van haciendo desaparecer los trabajos más repetitivos y menos cualificados. Sin duda alguna, las habilidades más valoradas pasarán a ser las vinculadas a lo creativo, sea la resolución de problemas complejos, el diseño de nuevos productos, el desarrollo de software, el análisis cualitativo de datos, la toma de decisiones, el marketing, etc.


Aprender durante toda la vida. Creo que es evidente que aquello de estudiar hasta los veintipocos años y no volver a hacerlo nunca más es ya una cosa del pasado. El vertiginoso avance de la tecnología en un mundo que cada vez cambia más rápido implica que debemos seguir aprendiendo y actualizándonos durante toda la vida. El que no lo haga corre el riesgo de quedarse atrás definitivamente, no conseguir un trabajo o sentirse completamente al margen de la sociedad. Afortunadamente la tecnología está facilitando enormemente este aspecto, permitiéndonos acceder a una formación de calidad de forma gratuita, a través de MOOCs, webs de aprendizaje de idiomas, innumerables apps educativas, etc.


Diseñar nuestra propia educación. Este sería un paso más en la personalización de la educación, de modo que cada vez más nos hagamos responsables de diseñar nuestro plan de aprendizaje personal. También aquí las nuevas iniciativas en educación (como Coursera, EdX, Udacity y similares) ponen a nuestro alcance la configuración de un itinerario educativo único, adaptado a nuestras necesidades, intereses y objetivos.


Compatibilizar la enseñanza de contenidos con la de habilidades. Aquello de aprenderse la lista de los reyes godos o los ríos de Europa nos parece ahora un polvoriento vestigio del pasado, teniendo como tenemos en nuestro bolsillo un dispositivo que nos puede proporcionar esa información en tan sólo unos segundos. Ello no quiere decir que debamos eliminar el aprendizaje de contenidos, pero sí enfatizar más el aprendizaje de habilidades, la búsqueda de información, el conocimiento de los mecanismos del aprendizaje y la aplicación de los conocimientos adquiridos; en definitiva, aprender a aprender.



La enseñanza de la felicidad. Quizás pueda sonar un poco ñoño, pero creo que no deberíamos olvidarnos de proporcionar a cada persona unas determinadas herramientas o conocimientos que le ayuden a ser más feliz a lo largo de su vida. Porque todo lo demás sería superfluo si viviésemos sumidos en la tristeza o la desesperación. De este modo, me parecería muy beneficioso estudiar los mecanismos psicológicos que están detrás de nuestros estados de ánimo, proporcionar herramientas para lidiar con la frustración o para conservar la motivación, desarrollar nuestras habilidades sociales, etc. En definitiva, como decía Sartre, “felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”.                    

miércoles, 26 de abril de 2017

espacio de diversidad

 El ámbito laboral como espacio de diversidad




FORBES- 26 de abril de 2017
Reinventar los espacios corporativos no es un tema arquitectónico o de diseño, se trata de formar espacios de inclusión como factor de éxito.

Lo hemos oído tantas veces que ya parece un lugar común, incluso se le ha llegado a juzgar como una especie de lamento colectivo que ya nadie escucha. Los clichés son tan repetidos porque expresan la obviedad de lo que ya todos conocemos. No por ello deja de ser válido. En fin, repetiremos lo que ya conocemos: el mundo está hecho para hombres. Ni hablar, la barrera de cristal existe y, si no eres hombre, las probabilidades de sobresalir se reducen y los caminos son más tortuosos. No debiera ser así, no por una cuota en la que los hombres comparten su pedazo de pastel, sino porque en la diversidad se encuentra la riqueza. Insisto, la multiplicidad de puntos de vista genera beneficios a los negocios que se pueden traducir en utilidades.

Jamás he creído en que el género, las creencias religiosas, las preferencias sexuales, el color de la piel sean méritos suficientes para ganar una posición política, un lugar de trabajo o algún tipo de privilegio. Ni siquiera para avanzar un lugar en la fila de la panadería. Tampoco soy de las que rechaza una cortesía: me encanta que me abran la puerta o que me ayuden a cargar los bultos pesados. Pero, al debatir, al competir, al presentar una idea, al negociar, me parece totalmente tramposo invocar un privilegio por el hecho de ser mujer. De igual forma, me parece injusto desestimar un proyecto o descartar a un candidato por una discapacidad física o por su manera de pensar, o mucho peor si se trata del color de piel o de su profesión de fe. En cuestiones de negocio, los méritos son los parámetros que nos sirven de medida para evaluar, lo demás no.

Pareciera que en pleno siglo XXI este debate ya no tiene sentido y que la igualdad de oportunidades se equipara con el talento, la pericia, la eficiencia y el conocimiento. Sin embargo, de acuerdo al estudio que Sandrine Devillard, Alix de Zelicourt, Cecile Kossoff y Sandra Sancier-Sultan hicieron para McKinsey el progreso en términos de diversidad en el ambiente corporativo es muy lento.  Reinventar el lugar de trabajo para desplegar el potencial de la diversidad es una tarea que muchas empresas dicen tener como prioridad, sin embargo, este informe demuestra que muchas compañías están luchando para asegurar que la diversidad esté representada de manera justa en la alta dirección. El progreso hacia la paridad sigue siendo parsimonioso. En Europa occidental, el 83% de los miembros del Comité Ejecutivo son hombres y las mujeres sólo representan el 32% de los miembros de los Consejos de Administración de empresas que figuran en los principales índices de mercado.

En Estados Unidos, las cifras no son tan deferentes: 17% de los comités ejecutivos tienen representación femenina y poco menos del 82% de los miembros de los consejos son hombres. Además, según este estudio, las mujeres trabajan más tiempo parcial y más horas no remuneradas que los hombres. No hay duda, los datos duros son contundentes, la posibilidad de éxito corporativo aumenta por una variable que no se puede controlar y que resulta absurda: ser hombre. Esto no significa que los señores que ocupan estas posiciones sean incompetentes o que no se lo merezcan. Lo que evidencia es que hay una preferencia marcada para que las posiciones de liderazgo y toma de decisiones sea hecha por un hombre.

Hay quienes opinan que los gobiernos tienen un papel importante que desempeñar para crear las condiciones para la igualdad de oportunidades. Pero las empresas también tienen que hacer su parte. No obstante, fijar cuotas de representación no me parece efectivo. No es suficiente aumentar el número de iniciativas de diversidad de género. Aunque tener una masa crítica de medidas es importante, el hecho por sí solo no mejora la representación diversa en la alta dirección. Según revela el estudio de McKinsey, el 52% de las empresas en la muestra implementó más del 50% de las medidas, pero sólo el 24% reportó tener más del 20% de diversidad en puestos de alta dirección.

Más que medidas coercitivas que obliguen a tener cuotas de participación o que fuercen de manera artificial la representación diversa en los puestos de toma de decisiones, debemos de crear las condiciones de ecosistemas laborales comprensivos frente a la diversidad, que privilegien las ideas y el desempeño, que tengan un buen programa de evaluación por competencias y que impulsen los buenos resultados del negocio.


Para transformar el espacio laboral en un espacio de diversidad es necesario entender que no es una política caritativa sino una estrategia que impulsa la rentabilidad. Un baby boomer puede aportar experiencia y advertir sobre posibles riesgos, el punto de vista femenino puede complementar el reconocimiento de las necesidades de los clientes, un extranjero puede entender las formas de expandir el negocio, un inmigrante puede hablar de adaptación a los mercados. En la diversidad está la forma de entender a los mercados y de encontrar nuevas formas para enfrentar la competencia. Un comité directivo incluyente cuenta con la fortaleza que permite abordar diferentes posibilidades y disminuir el riesgo. Para ello, hay cuatro elementos que pueden ayudar.


Programas integrales de transformación. Un elemento que caracteriza a las mejores empresas de su clase es que han iniciado programas de cambio que integran la diversidad de género en todos los aspectos del negocio; también han desarrollado y comunicado una historia de cambio convincente para apoyar los programas, políticas y procesos que han puesto en marcha. Integran estos programas a su cultura organizacional.

Compromiso. La diversidad requiere de convencimiento y de actos concretos. Dice el dicho: obras son amores y no buenas razones. Se trata de pasar del discurso de la inclusión a verdaderamente considerar a aquellos elementos que por su talento tienen el mérito suficiente para desempeñarse y no descartarlos por ser diferentes.

Persistencia. La diversidad no es un tema de moda o una tendencia que nos llena la boca de palabras y luego se olvida. Las empresas han de ser pacientes y perseverantes ya que necesita tiempo para lograr resultados tangibles y sostenibles.

Plan. Que circunscriba programas de capacitación que permita el desempeño de todos en roles calificados y mejor remunerados, que aborde temas de normas y actitudes sociales y que apoye un equilibrio entre el trabajo y la vida.


Las iniciativas dirigidas por emprendedores y ejecutivos para crear un ambiente que ofrezca mejores oportunidades a todos es conveniente ya que pergeña resultados de amplio espectro. Por lo tanto, debe ser una meta seria. Para lograrlo, las empresas tendrán que transformarse reevaluando sus modelos de rendimiento tradicionales y desafiando la viabilidad a largo plazo de sus estilos de liderazgo predominantes.

El ciberespacio

¿El ciberespacio es el escenario bélico del Siglo XXI?



FORBES- 26 de abril de 2017
El ciberespacio se ha convertido en un nuevo teatro bélico. Para que Internet continúe siendo un espacio abierto y libre, necesitamos seguridad y combate al cibercrimen.

“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.”

Albert Einstein



El ciberespacio es el nuevo Estado de Bienestar de nuestro siglo, donde millones de personas pueden acceder a oportunidades de aprendizaje, información, entretenimiento, y comunicación.

Pero el ciberespacio y sus bonanzas no están libres de amenazas. Por ejemplo, a nivel mundial casi 82% de las empresas sufren al menos un ataque informático cada año; y se espera que las pérdidas económicas causadas por el cibercrimen sumen 3 trillones de dólares hacia 2020 (2016 State of Cybersecurity Study, ISACA). Los otrora casi románticos hackers ya no espían, ahora destruyen o lucran con sus ataques.

En ese aspecto, el ciberespacio se ha convertido en un nuevo teatro bélico, tanto como antes lo fueron el aire, el mar o la tierra. Para que Internet continúe siendo un espacio abierto y libre, necesitamos seguridad y combate al cibercrimen.

El ciberespacio no conoce fronteras físicas. Por ello, el reto de combatir al cibercrimen es global. Brad Smith, presidente de Microsoft Corporation, llamó recientemente a crear una “Convención Digital” y la creación de una Agencia que asegure su cumplimiento, en la misma forma en que en 1949 los países adoptaron la cuarta Convención de Ginebra. Una “Convención Digital” podría establecer normas explícitas sobre la seguridad, estabilidad y paz en el ciberespacio.

El reto es también multidisciplinario. Por ejemplo, la ONU, a través de la UIT, publica bianualmente el Índice Global de Ciberseguridad, que analiza el desarrollo de los países en cinco categorías: legal, medidas técnicas, medidas organizacionales, infraestructura, y cooperación internacional.

Veamos la situación de México: en el más reciente Índice Global de Ciberseguridad disponible (2014), México ocupó la posición 18 de 29 a nivel mundial, y la 9 de 18 para la región americana (se trata de un índice numérico, donde varios países pueden compartir la misma posición).

En buena medida, esta situación de “media tabla” parece provenir de la principal carencia que identificó el reporte en ese momento: “No existe un mapa de ruta para la gobernanza nacional de ciberseguridad en México” (Sección 1.3.2. del apartado Country Cyberwellness Profile).

En efecto, el Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018 de México reconoce que “la existencia de una acotada cultura de seguridad de la información es quizás la principal vulnerabilidad del país actualmente”, y anticipa la necesidad de desarrollar “una política de Estado en materia de ciberseguridad y ciberdefensa…”

En mi opinión, dicha política de Estado debe promover una Estrategia Nacional de Ciberseguridad, que impulse una convención digital internacional; la adhesión de México al Convenio de Budapest para tipificar los ciberdelitos; el establecimiento de un robusto modelo de gobernanza con un procurador especial y una Agencia Nacional; la creación de tribunales especializados; campañas de educación en civismo digital; la actualización del marco jurídico, fortalecimiento de la infraestructura crítica, adopción de estándares, y la creación de un consejo plural con participación del gobierno, industria, academia y sociedad civil. En este sentido la reciente Misión de Asistencia Técnica de la OEA para la creación de la señalada Estrategia resulta promisoria al menos para crear un diálogo abierto sobre los componentes y alcances de la misma.

Es imprescindibles y urgente consolidar una política de Estado contra el cibercrimen, construyendo un entorno digital que nos permita capitalizar los beneficios de la Cuarta Revolución Industrial, preservando un Internet abierto, libre y seguro, así como derechos universales subyacentes, como la libertad de expresión y de acceso a la información como premisas básicas. Es tiempo de pensar este problema de manera diferente a la ilusión romántica del nacimiento y desarrollo del ciberespacio.




*Jorge J. Vega Iracelay es experto, investigador y profesor universitario en Tecnología y Sociedad.

martes, 25 de abril de 2017

Qué es el Blockchain

¿Qué es el Blockchain y cómo redefinirá los servicios financieros?



FORBES- 25 de abril de 2017
Con esta tecnología, las empresas pueden consolidar múltiples repositorios de información de clientes y proveedores en un único almacén de datos.


Para 2020, 10% del Producto Interno Bruto (PIB) global estará almacenado en tecnología blockchain -de acuerdo con datos del WEF– una innovación que puede reemplazar a terceras partes que actúan como intermediarios fidedignos, como es el caso de la banca, a la hora de garantizar las transacciones y coordinar el acuerdo entre las partes. Pero, ¿dónde surgió esta tendencia? En 2009, cuando se lanzó el bitcoin, la divisa digital, se cambió la forma en la que la gente consideraba el dinero y las transacciones financieras y, aunque nunca llegó a expandirse tanto como se esperaba, sentó las bases de lo que el blockchain es hoy en día.

Esta tecnología, que utiliza algoritmos especializados para garantizar que las transacciones son válidas y auténticas, se basa en una arquitectura descentralizada y protegida por un potente cifrado digital. Con ello, puede ayudar a mejorar los procesos que involucran a múltiples partes, dando diferentes niveles de transparencia con base en permisos de seguridad, autorización, etcétera. Contiene la historia completa de todas las transacciones que se han efectuado en la red, con una marca temporal, por lo que en cualquier momento se puede acceder a este registro sabiendo que esta información está totalmente actualizada. Por usar una analogía cotidiana, es como si en una conversación grupal en una red social, una de las personas decidiera eliminar un mensaje antiguo para ocultar cierta información. Esto no funcionaría, ya que el resto de integrantes, aunque la persona haya borrado el mensaje en su celular, seguirían teniéndolo en los suyos y, por tanto, esta información únicamente podría verificarse si todos hubiesen eliminado el mensaje.

En definitiva, este mecanismo mejorará los procesos (tanto en costo como en tiempo) además de permitir escenarios hasta ahora inimaginables. Pero esto es sólo el inicio.

Para la industria, el blockchain trae una mejora de la eficiencia y la eficacia de la cadena de suministro. Con esta tecnología, las empresas pueden consolidar múltiples repositorios de información de clientes y proveedores en un único almacén de datos. Esto proporciona una documentación actualizada y de fácil acceso estén donde estén, sobre cómo se obtienen, compran, registran y utilizan los materiales.

No obstante, es el sector de servicios financieros el que podrá beneficiarse más rápidamente del uso del blockchain. El Banco Santander estima que el uso de estas tecnologías puede suponer para el sector un ahorro de 20,000 millones de dólares para 2022; esto viene principalmente porque, al permitir realizar transacciones financieras entre dos participantes de una manera segura, confiable e irreversible, sin necesidad de usar un intermediario para ello, el ahorro de costos es más que evidente. Pero, si los bancos son los principales intermediarios, ¿dónde está el beneficio para ellos? Esta tecnología no hará desaparecer a los bancos, al contrario; les abrirá una nueva vía para explorar nichos y áreas de mercado hasta ahora desconocidos.

Una de las principales ventajas vendría del lado de la oferta, al poder mejorar el catálogo de servicios. Muchos de los procesos que actualmente son manuales podrían ser automatizados y ágiles, por lo que habría lugar para ofrecer nuevos productos y servicios que actualmente son inviables. El blockchain permite registrar cualquier tipo de transacción financiera, no únicamente las monetarias. En este sentido, se han comenzado a explorar los contratos inteligentes, ‘smart contracts’, programas de código orientado a eventos que son capaces de procesar información, recibir, almacenar y enviar valores. Estos contratos abren nuevas oportunidades de negocio para las entidades bancarias.

La prueba de fuego del blockchain será ver cómo los líderes de las diferentes industrias consiguen trabajar en el establecimiento de procedimientos que conecten los datos ofrecidos por esta tecnología con los de su organización, para poder agilizar las decisiones que se toman sobre las operaciones comerciales o estratégicas. El blockchain no fue diseñado inicialmente para afrontar las complejidades y desafíos de una empresa, ya que fue creado para servir al consumidor individual, al usuario del bitcoin. Por ello, para asegurar su éxito y permanencia, se tendrá que hacer especial hincapié en la seguridad y las políticas regulatorias.

En un escenario potencial, blockchain permitiría a los participantes del mercado inmobiliario compartir la información de instalaciones digitales para mejorar la gestión de las instalaciones.  Otra posibilidad es un mercado de seguros basado en blockchain, en el que los aseguradores, los transportistas y los productores podrían compartir criterios como el riesgo, la ruta, el clima y el tipo de vehículo para negociar la cobertura del transporte.





*Alberto García es Vicepresidente de Industrias Estratégicas en SAP México.

nuevos desarrollos

La pasión detrás de los nuevos desarrollos



FORBES- 25 de abril de 2017
Las coyunturas se encuentran sobre la mesa y mucha gente las está tomando con justa razón; viene un tiempo de invertir y varios están considerando a los campos de golf.

En las últimas décadas, nos hemos dado cuenta de la gran cantidad de construcciones de campos de golf en México los cuales se están confeccionando, sobre todo, en sus destinos turísticos internacionales.

Es importante mencionar que el fenómeno de los nuevos campos conlleva resultados tanto positivos como negativos. Existe una apertura en nuestro país para las empresas que le apuestan a los desarrollos y complejos golfísticos, gracias a que se han dado oportunidades como los créditos y las sociedades entre inversionistas optimistas en recientes años.

Las coyunturas se encuentran sobre la mesa y mucha gente las está tomando con justa razón; viene un tiempo de invertir y varios están considerando a los campos de golf, ya que es un imán fuerte para una comunidad maestra con real-estate.

Dentro de estas situaciones, algunos clientes han optado por mirar hacia adentro, buscar alternativas en la arquitectura de golf nacional y un tanto en las firmas mundiales que bien sabemos agrega nombre y branding a un nuevo campo.

Es aquí donde se presenta una incertidumbre sobre el llamado boom y demanda de nuevos espacios en los cuales existen dos posibilidades; van a haber muy buenos campos, pero también varios con deficiencias.

Se sabe de muchos proyectos que están fuera de límites, donde las reglas oficiales o guías internacionales no se cumplen y el espacio dentro del plan maestro es mal o sub-utilizado.

Estas nuevas oportunidades de construir deben significar una responsabilidad muy fuerte para los arquitectos y diseñadores. Los que nos dedicamos a esto, estamos ante el gran reto de poner las cosas en claro para los clientes y decirles hasta que alcances puede llegar su proyecto. Sin crear falsas expectativas o forzar números por cumplir con metas establecidas por un financiero.

Para esto debemos tomar en cuenta los beneficios naturales de los que resulta la creación de un campo en cuanto a espacio -parte que mucha gente no contempla porque al final lo que manda es la calidad de vida que se adquiere- y las cuestiones que se generan como turismo, comercio, etc.

El arquitecto necesita sentir el espacio y el suelo ya que tenemos la responsabilidad de imponer nuestras creencias en un sitio natural que no necesariamente se presta al 100%. En la topografía uno puede imponer y mover cerros, pero no se trata de abusar, sino de explorar y aprovechar al máximo cada rincón del terreno, respetándolo y realzándolo. Se debe tratar de no alterar el entorno natural y al mismo tiempo ofrecer la mejor solución y proporción entre la zona residencial, comercial y el golf.


Como arquitectos, debemos estar conscientes del entorno y de las necesidades del cliente y crear un negocio próspero en producto inmobiliario, ofreciendo lotes y vistas clave y premium que solo surgen con la experiencia, el conocimiento y la astucia de un buen equipo de arquitectos. Nos debe apasionar el generar un proyecto rentable para nuestros clientes, obvio bajo un esquema armónico con la naturaleza.

Internet de las Cosas

Marketing en el Internet de las Cosas




FORBES- 25 de abril de 2017
Cada vez más objetos se modifican para conectarse a la red, siendo una herramienta para el marketing con beneficios para la marca y la audiencia.

Actualmente, el Internet de las Cosas es un término que ha estado de boca en boca, causando teorías y predicciones sobre el futuro cercano de la tecnología. En términos muy simples, se puede definir como la capacidad de los objetos de comunicarse entre ellos, mediante una señal de internet. Este concepto se ha vuelto cotidiano, pues día a día interactuamos con lavadoras, lámparas, relojes, radios, televisores, cámaras y wearables como pulseras, tenis, lentes y un sinfín de artículos conectados a la red.

Existen muchos usos de esta tecnología. Un ejemplo son los refrigeradores inteligentes que pueden ordenar automáticamente su filtro de agua a algún proveedor, al detectar que le queda poca vida de uso. Otro, es la conexión entre el celular y el auto; al conectarse, el automóvil se convierte en el objeto que maneja nuestro celular y mediante él podemos hacer llamadas o escuchar mensajes con los controles del volante o interactuar a través de la voz usando las bocinas y micrófonos del carro.

También está la utilización de termostatos inteligentes con sensores que muestran pronósticos del tiempo actualizados y la información de la actividad que tiene una casa durante el día, lo cual incrementa notablemente la eficiencia en el uso de los sistemas de aire acondicionado.

Otros ejemplos reales incluyen sistemas para monitorear todos los signos de un recién nacido, botellas que avisan a un paciente cuando tiene que tomar su medicamento, celulares que vigilan todos los movimientos y actividad física de una persona, y llaveros que indican la localización de las llaves en caso de que se pierdan.

El Internet de las Cosas igualmente se puede aplicar para hacer “ciudades inteligentes”, en donde los semáforos se coordinen para mejorar en tiempo real el flujo del tráfico, los basureros establezcan rutas dependiendo de su nivel de saturación, los sistemas de alumbrado adapten la intensidad de la luz de acuerdo con las condiciones ambientales, entre otras cosas que optimicen la vida en la ciudad.

Como se puede ver, el hecho de que todos los objetos estén conectados a la red es algo que impactará fuertemente en nuestra vida en formas que por ahora no podemos entender completamente. Pero, ¿cuáles son las implicaciones que tiene esta tendencia para las empresas y, específicamente, para los anunciantes, ya que las estrategias de comunicación tendrán que adaptarse a este ambiente tecnológico en el corto plazo?

De entrada, como toda nueva tecnología, el Internet de las Cosas nos obliga a romper paradigmas y a pensar de una manera diferente, por lo que varias compañías están adoptando objetos que puedan relacionarse con sus servicios o productos y así crear un mayor engagement con su audiencia.

Tenemos el ejemplo de Amazon, que provee “botones de producto” (llamados Dash Buttons), que son botones físicos conectados a WiFi; estos representan un producto específico y se pueden pegar en diversos lugares -en la pared por decir algo-, para empezar a simplificar tareas. Si pegamos el botón del jabón para ropa favorito cerca de la lavadora, cuando este vaya a terminarse, no tendremos que ir a la tienda a comprar más producto, porque solo con presionar ese botón automáticamente se hace el pedido a la tienda.

Hay muchísimas marcas que utilizan Dash Buttons de productos; algunos son: shampoo, leche, pasta de dientes, bolsas de plástico, pañales, galletas, medicamentos, comida para mascotas, agua embotellada, refrescos, productos de oficina, entre otras cosas. La parte interesante es que esto crea una increíble lealtad de marca, pues al ordenar el producto con un botón es menos probable que las personas tengan la oportunidad de cambiar al producto de la competencia.

Otro ejemplo son los OOO (Out Of Home) o espectaculares inteligentes que, al ser digitales, tienen la capacidad de poner el anuncio más relevante para las personas que están cerca, tomando en cuenta la información de los dispositivos móviles circundantes al anuncio.


Sin duda, esto seguirá cambiando de significativamente la forma en que las marcas interactúan con sus clientes y prospectos. Hay que recordar que es sumamente importante conocer y aprender de las nuevas tecnologías, ya que todos sabemos que, en el mundo de los negocios, el ganador siempre será el que mejor se adapta a las nuevas tendencias.  ¿Cuáles implicaciones puedes visualizar tú con el Internet de las Cosas?

lunes, 24 de abril de 2017

descifrar a los clientes

Feel data: nueva forma de descifrar a los clientes



FORBES- 24 de abril de 2017
El Feel Data ya tiene sus seguidores, y distinguidas marcas empiezan a hacer utilidad de sus encantos como Google o Disneylandia que empezaron a probar el poder de analizar las emociones.
Hemos hablado del big data, del small data o del Smart data: Toda esta data que permite tomar decisiones de negocio y optimizar nuestra rentabilidad.

Es momento de hablar del Feel Data, un término inventado por DatakaLab, una agencia parisina especializada en las relaciones humanas entre las marcas y sus audiencias. Es una nueva definición para cuantificar la intensidad emocional de los consumidores y de esta manera generar un análisis deductivo sobre los pensamientos que se involucran en el momento de la compra.

Para analizar el concepto de Feel Data, partimos desde el mundo de la neurociencia, donde las investigaciones y los científicos se encargan de descubrir herramientas que funcionen en conjunto con algoritmos y plataformas de análisis que permitan interpretar las emociones de los usuarios.

Como se hace: una pulsera tipo el fitbit de los deportistas detecta la micro sudación la cual revela emociones del cliente cuando está en contacto con nuestra comunicación u oferta. Esa experiencia logra una data más precisa que solamente las respuestas de un focus group que sabemos pueden ser a veces menos fiable.

Estas nuevas mediciones permiten recopilar lo que los usuarios sienten y viven en realidad cuando estén en contacto con un producto o servicios. Con esa nueva experiencia detectan y entienden las emociones óptimas para la decisión de compra. Eso no tardará en surgir como una revolución analítica.

Una vez hayamos descifrado las emociones de las personas, podemos crear espacios publicitarios que identifiquen y agraden más al cliente.

Está científicamente comprobado que las emociones juegan un papel importante en la conducta humana y son responsables del 95 % de nuestras decisiones.

Las emociones no se miden únicamente a través de estos sensores, se está desarrollando el impacto de las imágenes y videos a través de los niveles de expansión de las pupilas. Esto mide lo que los contenidos audiovisuales pueden proyectar en la sensibilidad del usuario. El sonido y las secuencias también actúan como un medidor en las reacciones de los desniveles.

En digital ya hablamos de algo similar y se define como el mapa de calor. Logramos identificar como un usuario escanea una página web y que le impacta de primero cuando entra a ver nuestros productos. Rápidamente podemos detectar los factores de éxito para poder replicarlos, los “call to action” eficientes.

Sabemos que tenemos de tres a seis segundos para captar la atención de un usuario y que las personas ya no leen, pero escanean: la necesidad de conocer lo que les impacta es más y más importante para que los podamos retener en nuestra página y así convertirlos en clientes. El análisis de la navegación ya nos permite conocer sus gustos y hábitos, pero no sus emociones.

Lo que busca el Feel Data es comprender al consumidor, y poder indagar en su comportamiento, por si no lo han notado, Facebook ya lanzó también herramienta de medición de emociones, los emoticones. El poder de unas simples caras añadidas al botón de “Me Gusta” ha logrado diversificar los intereses de los usuarios. Ahora el internauta puede decir si la publicación le divierte o le molesta, parece un juego sencillo, pero esa emoción fugaz puede determinar el comportamiento de un individuo.

Las emociones persuaden más que los números, las ofertas y rebajas. Es la emoción la que crea recuerdos fuertes, top of mind. Es la emoción la que permite proyectar, fantasear e imaginar un lugar mejor que el que nos encontramos. Esta nos permite aspirar e idealizar un sentimiento de felicidad, de adquisición y pertenencia.

Quizás invertir en tecnología de punta para medir las emociones de nuestros clientes y usuario todavía sea una aspiración que comprenda una inversión verdaderamente elevada, pero debemos volvernos creativos y solicitarle a nuestro equipo de marketing instrumentos para analizar nuestra marca.

Crear sistemas de monitoreo en nuestras tiendas o comercios, donde podamos hacer una escala similar a la que realiza Facebook para medir las reacciones de sus usuarios. Podemos medir el nivel de aceptación que tenga un platillo nuevo o el lanzamiento de una nueva prenda. Unas simples caritas podrían ser más efectivas que una opinión.

El Feel Data ya tiene sus seguidores, y distinguidas marcas empiezan a hacer utilidad de sus maravillosos encantos. Algunas grandes empresas como Google o Disneylandia ya empezaron a probar el poder de analizar las emociones.

Las emociones de los consumidores son un capital que se puede comercializar, es un perfilamiento detallado muy valioso: imaginen que todos sus mensajes de marca provoquen emociones positivas a sus clientes potenciales y eso con seguridad porque fueron previamente comprobados. Los buenos resultados se multiplicarían y de seguro, los mensajes transmitidos fortalecerían todavía más el compromiso hacia la marca.

Como siempre las herramientas no son mágicas: El feel data no vende por sí mismo, pero es una herramienta poderosa para optimizar nuestras tácticas las cuales deben responder a una estrategia con objetivos claros que se puedan medir con KPI’s previamente establecidos.




*Soizic Freyschmidt es CEO de TPP Emarketing

lecciones

10 lecciones de emprendimiento del fundador de Nike



FORBES- 24 de abril de 2017
“¿Y vas a vender tenis desde la cajuela de tu carro?”, ése fue el reclamo del padre de Phil Knight cuando le platicó su idea de negocio.

“No importa que los demás piensen que tu idea es descabellada… tú sigue. No te detengas. No pares hasta que llegues a tu destino, y tampoco te preocupes por dónde se encuentre éste. Pase lo que pase, no te detengas”. Éste es el mejor consejo que recibió Phil de sí mismo. Y a esta conclusión llegó mientras corría.

El emporio de la marca Nike que hoy conocemos inició a partir de lo que para muchos fue una idea descabellada: importar tenis japoneses y venderlos en Estados Unidos (EU). ¿Una idea revolucionaria? Quizá no. Como a Phil en alguna ocasión le dijeron “lo último que necesita el mercado es una marca más de tenis para atletismo”. Sin embargo, ése era el sueño de Buck, como cariñosamente su familia le llamaba.

Buck cuenta en su autobiografía Nunca Pares, cómo todo comenzó en 1962 a partir de un proyecto escolar cuando estaba en la Universidad de Stanford. Este proyecto consistía justamente en una empresa importadora de calzado deportivo.

Un viaje le cambió la vida, dejó todo a los 24 años de edad y se embarcó en una aventura que tenía como objetivo conocer varios países y hacer una escala en Japón. Esta parada le permitió enfrentarse a un mundo totalmente distinto y negociar con los directivos de Onitsuka, una fábrica de calzado deportivo. Con todo y su inexperiencia logró convencerlos de ser el distribuidor de sus productos en EU, y en esa misma reunión surgió el nombre de su primera empresa “Blue Ribbon”. Esta fue la segunda gran lección: vencer el miedo, nunca se es demasiado joven o demasiado viejo para negociar con quien sea en cualquier punto de planeta, ¿la cultura? No, tampoco es una barrera.

 

La incipiente empresa de Buck pronto rindió frutos, los tenis gustaron en su mercado y las ventas, tan sólo el primer año, ascendieron a 8,000 dólares. Nada mal para alguien que inició el negocio con la venta de 12 pares y llegó a 300. Blue Ribbon inició con la ayuda del padre de Phil, sus ahorros y un préstamo bancario. Él tenía muy claro que el objetivo era crecer, así que todo lo que recaudaba de las ventas lo invertía y cada pedido a Onitsuka era mayor, ¿el resultado? No existía el patrimonio neto, es decir, no había reservas o beneficios generados. Para los bancos era una empresa endeble que fácilmente podría desaparecer y entonces no era sujeto de crédito. La tercera lección: buscar otras fuentes de financiamiento. Buck supo de la existencia de las sociedades mercantiles.

Una de las pruebas más difíciles a las que se enfrentó Phil fue el hombre Marlboro, un entrenador de lucha libre que resultó ser uno de los primeros modelos en hacer el mítico cowboy americano, el Hombre Marlboro. Éste, resultó ser también distribuidor de productos Onitsuka y no tardó en enviarle una carta a Buck ordenándole que detuviera la venta de productos porque él era distribuidor exclusivo. Buck, ya con el respaldo de sus padres no se amedrentó y voló a Japón para solucionar el asunto. La cuarta lección: Habrá mil reveses, pero se requiere tomar al toro por los cuernos y actuar. Onitsuka le concedió la exclusividad en la zona oeste de EU.

Quinta lección: siempre escucha las reacciones del mercado, y mejora tu producto de acuerdo con lo que necesita. Desde un principio Phil y uno de sus colaboradores, y amigo Jeff Johnson, tomaron en cuenta cómo podían mejorar los Onitsuka Tiger. Las propuestas las enviaban a la fábrica y se aplicaban.

Durante los primeros seis años de Blue Ribbon Phil no recibió remuneración de la empresa y trabajó para Price Waterhouse y como maestro en una universidad, entre otros trabajos. Esto no sólo le permitió desarrollar más rápido su proyecto, sino que le permitió conocer a personajes que después fueron clave en el desarrollo de Nike. Sexta lección: diversifica tus ingresos.

Buscar a los colaboradores correctos es siempre un reto para cualquier emprendedor. Y quizá Phil no es que tuviera perfectamente definido el perfil de colaborador que necesitaba, pero su entorno siempre se relacionó con el negocio que estaba desarrollando y supo elegir a personajes apasionados que confiaron en su proyecto. ¿Algunos ejemplos? Bowerman, su antiguo entrenador en la universidad, apasionado del deporte y del cuidado de los pies; Jeff Johnson, compañero de escuela, también apasionado del deporte y del calzado deportivo. Esta es la séptima lección.

 

Para 1971 Onitsuka ofreció adquirir más del 50% de Blue Ribbon, la negativa de Phil hizo reaccionar a la japonesa y se negó a continuar como proveedor. Este empujón, en ese momento para Buck significó un gran golpe y pensó incluso que sería el final. Pero este fue el inicio de Nike. Pronto Phil, de la mano de Nissho, una sociedad mercantil, buscaron otras opciones de fabricantes. Esto los obligó a buscar un logotipo, que costó 35 dólares, y un nombre, aportación de Johnson, Niké, la diosa griega de la victoria. Octava lección: Los problemas, por oscuros que parezcan, deberán convertirse en oportunidades.

La empresa que se encargó de la fabricación de los primeros tenis Nike fue la mexicana Canadá, famosa desde la década de los años 50 y hasta los 90. Sin embargo, esta primera producción resultó ser poco resistente a las bajas temperaturas y decidieron cambiar de proveedor. Eligieron a fabricantes japoneses. Novena lección: No sacrifiques calidad, por precio o logística, busca que tu producto o servicio siempre sea el mejor.

Nike, con el paso de los años se convirtió en una empresa innovadora, inyectó aire en sus suelas en 1977 como un sistema de amortiguamiento, también hizo modificaciones basadas en la protección del cuerpo, pero sin comprometer el desempeño en alguna disciplina. No todas las innovaciones surtieron el efecto esperado, pero fueron honestos, incluso retiraron productos que podían dañar la salud. Nunca pares de innovar, décima lección.


La autobiografía de Phil Knight, Nunca Pares, de editorial Penguin Random House, puede interpretarse como un manual para emprendedores y empresarios que ya tienen un camino recorrido. Muestra cómo puede vencer el miedo al rechazo de una idea, cómo no perder el entusiasmo en los proyectos propios, cómo atraer a los mejores colaboradores y demuestra que apostar por la pasión es igual al éxito. El final de esta autobiografía garantiza un nudo en la garganta y el uso de un pañuelo.

jueves, 20 de abril de 2017

redes sociales

 La culpa es nuestra por tener redes sociales



FORBES- 21 de abril de 2017
En las últimas semanas, casos aparecidos o ampliados por redes sociales han sido el foco de una discusión sobre libertad de expresión, machismo y leyes en la que, al parecer, todos responsables.

La libertad de expresión, la censura, el machismo y el escándalo en las redes sociales han encontrado en las últimas semanas un punto de unión, de manera discreta, en los casos de Marcelino Perelló, Plaqueta y Nicolás Alvarado. Y de manera paradójica, todos ellos han podido sacar lo mejor y lo peor de las plataformas digitales, todo al mismo tiempo, en una especie de desahogo psicótico de la sociedad mexicana.

A finales de marzo, el antiguo líder del 68, Marcelino Perelló, hizo en su programa de radio una serie de comentarios misóginos, violentos, vulgares y fuera de proporción sobre el caso de los “Porkys”, diciendo que la chica estaba exagerando, que el caso no ameritaba todas las circunstancias que lo rodeaban y que, incluso, algunas víctimas de violación, disfrutan eróticamente la violencia que se ejerce contra ellas.

El programa en Radio UNAM habría pasado sin sobresaltos, de no ser porque fue subido a las redes sociales casi una semana después y muchos usuarios y medios de comunicación lo escucharon y se indignaron con los comentarios de Perelló. Yo entre ellos.

El antiguo líder del 68 no sólo no se disculpó, sino confirmó sus comentarios. El 17 de abril, se presentó en el programa de Ciro Gómez Leyva para decir que ratificaba prácticamente todo lo declarado en su programa. “Yo adoro a las viejas, las adoro, no sólo como objetos sexuales, las tetas, las nalgas, los ojos. Adoro su manera de ser, su perspicacia especial, esa dulzura, ese filo finísimo que tienen al pensar”, explicaba el académico al decir que él no era misógino, ni macho.

Aunque Perelló probablemente no esté consciente del hecho, logró evidenciar muchos aspectos tácitos de la cultura nacional, entre ellos ese micromachismo que subyace en la sociedad y que es, en buena parte, un cómplice pasivo de la violencia que se ejerce contra las mujeres en este país.

Así, sus defensores aludían a una libertad de expresión “exagerada y malentendida”, que le permite a cualquiera juzgar a una persona sin conocerla y sin saber nada de su trayectoria. Es decir, se estaba haciendo una defensa ad hominen, tratando de disculpar al académico no por lo que dijo, sino por ser quien es. El mismo Ciro afirmaba “sólo son comentarios desafortunados”.

En su columna en Milenio, Nicolás Alvarado planteaba dos cosas: la necesidad de legislar sobre los discursos de odio en Internet, que le permitían a desconocidos insultar a quien fuera y, por otra parte, la falta de congruencia de la UNAM, al ser presa de la turba virtual que la obligó a expulsar a Perelló y a él mismo. Víctima del tren del mame, dijo.

Peligrosas declaraciones. Lo más valioso de la red, es al mismo tiempo lo más grave: cualquiera puede hablar, opinar y juzgar. Y dicha libertad está bien, hasta que nos estorba. Si se legislara a usuarios o contenidos en la red, entonces de nueva cuenta se abriría la puerta para permitir que se censurara lo que fuera.

Y entonces un político que defraudó y robo, podría exigir que no hiciéramos comentarios o memes sobre su persona, ya que, si bien el hecho puede ser de interés general, puede ser víctima de un daño moral.

Entiendo a Alvarado, pero se equivoca. Si la libertad de expresión digital se castigara, estaríamos a muy poco de convertirnos en potenciales censores autoritarios, poniendo límites a lo que se puede decir y a lo que queda estrictamente prohibido mencionar.

La libertad de expresión viene en dos caminos: tengo derecho a decir lo que sea, pero también debo hacerme responsable de que dije. Y eso fue lo que le sucedió al también funcionario del Museo del Chopo: tuvo la libertad de decir lo que quiso, pero le causa extrañamiento que le pidan que se haga responsable de sus declaraciones.

Y por ello, las redes son tan contradictorias. Se volcaron contra Perelló por sus palabras, pero también se volcaron contra Plaqueta por denunciar. Esa es la sociedad psicótica de la que hablaba: se pide castigar al que insulta públicamente, pero también se insulta a la que denuncia.

Y es que el caso Plaqueta no es moralmente sencillo: los usuarios de las redes recriminaban su conducta clasista y voluble; pero al final, la ley la asistió y la conducta que ella denunció es clasificada como una falta administrativa. Podemos iniciar un debate sobre las relaciones de poder ocultas en el lenguaje, pero mientras eso sucede, la bloguera tiene a la ley de su lado.

En el caso de Perelló sucedió que él no sabe que no sabe que las mujeres están expuestas a un clima de violencia y acoso constante en el territorio mexicano. Y por más líder que pueda ser, por más perfecta que pueda ser su prosa, lo único que quedó en evidencia es su formación y la forma en la que muchos hombres ven aún a las mujeres.


No obstante, en el desarrollo de todos los casos no deja de existir cierta recriminación contra los usuarios de Internet y las redes sociales. Todo parece indicar que, al final, la culpa es de nosotros por tener redes sociales y opinar.

trabajo

 La emoción de sentirse bien en el trabajo




FORBES- 21 de abril de 2017
Alta Dirección debe permear el bienestar de las personas en todas sus dimensiones, haciendo énfasis en el aspecto emocional, muchas veces olvidado en las estrategias de wellness.

¿A quién le gusta la idea de llegar a su lugar de trabajo y sentirse bien? Y esto no tiene que ver con sentimientos intensos y desbordados llegando a la oficina bailando, en una escena tipo Singing in the rain. El hecho de sentirnos simplemente bien, relajados, donde podamos tener la tranquilidad de ser nosotros mismos, es algo que todos, en algún momento deseamos.

Es real que la mayoría de las personas tenemos demasiados asuntos por atender en nuestras vidas y esto muchas veces nos hace sentir preocupación, donde se conjugan variedad de factores como la situación económica, los hijos, la pareja, las redes sociales, las actividades del hogar e incluso hasta las mascotas que terminan sumando una piedra más al saquito del estrés.

Y, la cereza en el pastel: el trabajo representa para muchos una de las presiones más fuertes en sus vidas, lo que hace que el llegar al lugar de trabajo y pasar ocho (o más) horas laborando sea un suplicio y se distorsione en estrés, convirtiéndose entonces en un verdadero riesgo para su salud física y emocional.

Más allá de la aplicación de la ergonomía y el cuidado de la salud física dentro de las organizaciones (aspecto que ha sido ya adoptado por un sinnúmero de organizaciones), el “sentirse bien emocionalmente” es un ámbito que todavía falta por permearse; sobre todo por muchos líderes que consideran que el trabajo es para trabajar, y no es un club social. Es más, me imagino que muchos líderes pueden estar pensando en estos momentos: “¡Ahora resulta que tengo que ser responsable por que la gente se sienta bien, feliz y sin estrés!”.

Antes de descartar el tema, hay que considerarlo desde una perspectiva holística: Persona-Organización. No se trata de ser responsable por los sentimientos del otro, sino el tener un interés por el talento de la organización (personas), desde un punto de vista holístico e integral.



Emociones en paquete

Es cierto que las emociones y los seres humanos vienen en paquete. Las emociones, “como una serie de estados fisiológicos asociados a una experiencia psíquica determinada, cuyo significado biológico es el de modular el comportamiento”, se convierten entonces en una onda expansiva cuyos impactos se permean en todos los aspectos de una persona, incluyendo el laboral.

Es un aspecto sumamente importante dentro de las dimensiones bio-psico-sociales del ser humano en los lugares de trabajo, en específico de la parte psicológica. Estas, en conjunto, crean el “capital emocional” de la organización, englobando las emociones, percepciones, sentimientos y creencias de las personas, que inevitablemente impactan en los resultados de las organizaciones.

Cuando estas interpretaciones de las experiencias cotidianas se tornan en emociones desagradables, se cae en el riesgo de que las circunstancias rebasen la capacidad adaptativa de la gente ante las diferentes situaciones que pueda experimentar, trayendo consecuencias verdaderamente graves que hoy en día ya representan focos rojos en materia de salud física y mental.

El desequilibrio entre las exigencias y las presiones dentro del lugar de trabajo (a lo que se denomina estrés) lo que resulta en un deterioro de la salud mental, ha tenido un gran impacto en México y en el mundo.

Por ejemplo, en nuestro país, se estima que 40% de los trabajadores viven bajo altos niveles de estrés. Incluso, un trabajador puede llegar a faltar hasta 25 días al año por depresión, nueve por ansiedad generalizada y 20 por ataques de pánico, entre otros trastornos. Otro indicador alarmante es el aumento registrado en la prevalencia de trastornos mentales diagnosticados secundarios a la actividad laboral en la población trabajadora que, desde 2007 a 2014 aumentó 7.3 veces.

En el mundo, por ejemplo, se estima que cada año 200,000 personas mueren por cáncer relacionado al trabajo. Algunos ejemplos puntuales reflejan sus consecuencias: En Reino Unido, casi tres de cada 10 empleados sufren anualmente problemas de salud mental, siendo de los más comunes las enfermedades relacionadas al estrés, en Finlandia, más del 50% de los trabajadores sufre algún tipo de síntomas relacionados con el estrés, y en Estados Unidos se estima que llega a afectar cada año a una décima parte de la población en edad de trabajar, llegando a representar pérdidas de 200 millones de días de trabajo anuales .

Tal es el impacto del desequilibrio emocional en el trabajo que los trastornos mentales y relacionados con el estrés están incluidos en las listas nacionales de enfermedades profesionales de algunos países miembros de la Unión Europea, Latinoamérica, Asia y Pacífico.



Influencias negativas

Más allá de las consecuencias a nivel personal o a nivel de países, es importante identificar en qué parte de las relaciones internas, la cultura, y condiciones de trabajo existen riesgos que puedan tener influencia negativa en la salud, rendimiento, satisfacción y bienestar en las organizaciones. Es decir, identificar los riesgos psicosociales que acontecen en el trabajo.

En este punto ya podemos darnos cuenta de lo importante que es tomar este tema como líderes y actuar, para evitar que las personas (o incluso nosotros mismos, si es que somos parte de las estadísticas), caigamos en situaciones de estrés cuyas consecuencias lleguen tan lejos que sea difícil revertirlas.

El atenderlos y generar acciones orientadas a cuidar aspectos como medio ambiente, estructura interna, organización del trabajo, estilos de mando, comunicación, relaciones laborales, condiciones de empleo y carga mental (entre otras), pueden contribuir al bienestar emocional de las personas y propiciar una experiencia enriquecedora donde puedan permitirse liberar su potencial y desarrollarse plenamente.

Comenzar a revisar el tema dentro de las organizaciones puede ser tan complejo y ambicioso como se quiera. Todo parte de la firme convicción de la Alta Dirección por permear el bienestar de las personas en todas sus dimensiones, haciendo énfasis en el aspecto emocional, muchas veces olvidado en las estrategias de wellness.

Existen estrategias sumamente creativas que hoy en día excelentes lugares de trabajo en México llevan a cabo, considerando al ser humano como un todo. Entre las más exitosas destacan aquellas donde, bajo una estrategia integral “paraguas” se incluyen diferentes programas y prácticas vinculados entre sí.

Tal es el caso de una empresa del sector financiero donde se incluyen prácticas y programas vinculados bajo un Modelo en específico considerando la dimensión física, espiritual, intelectual, social-familiar y personal; entre los que se incluyen iniciativas de salud, maternidad y paternidad, desarrollo de habilidades, actividades recreativas y familiares, entre otras.

Una organización perteneciente al sector de cuidado de la salud lleva a cabo de manera específica diagnósticos de inteligencia emocional, además proporciona talleres y conferencias como recursos que ayuden a tomar consciencia en los colaboradores. Otra práctica similar es la de una empresa del sector automotriz denominada “Reconocimiento de emociones”, con la cual cada colaborador puede identificar su estado emocional al llegar al trabajo y obtener una recomendación que le ayude a gestionar adecuadamente su sentir.



Mejora continua

Asimismo, todas las iniciativas de mejora continua para eficiencia y reingeniería de procesos, optimización de la comunicación interna de dos vías, fortalecimiento de habilidades de liderazgo, esquemas flexibles de trabajo e iniciativas que promuevan el salario emocional; todas suman a fomentar el bienestar emocional en el trabajo.

Nos encontramos entonces ante el gran reto y la gran responsabilidad que conlleva el ser líder en una organización. El ver a la persona como un número de empleado ya no es sostenible con la realidad que viven nuestros colaboradores, es necesario rotar nuestra visión y observar que el “capital emocional”, tal como sucedió con el “capital intelectual” en su momento, representa ya uno de los activos más importantes para las organizaciones.


Realmente es emocionante sentirse bien en el trabajo. Lo he vivido en carne propia y además de ser un motor, es un multiplicador de beneficios y satisfacciones. ¿Te sumas a la idea de replicarlo en tu organización?