Falta de inversiones, caída de
ingresos: la otra cara del milagro alemán
AFP - septiembre de 2014
Desafiando los elogios
generalizados a Alemania, especialistas de primer plano advierten de que las
cifras macroeconómicas esconden flaquezas que amenazan con hundir la mayor
economía de Europa.
"La economía de este país es
un fracaso. Su crecimiento desde el año 2000 es inferior a la media europea.
Los salarios aumentaron con menos rapidez, y la pobreza, al alza, afecta a un
niño de cada cinco". Así comienza el retrato de la primera potencia económica
europea firmado por el economista alemán Marcel Fratzscher, en un libro que se
publicará el lunes.
Cuando el mundo entero elogia el
modelo alemán atendiendo a las cifras macroeconómicas, Fratzscher, presidente
del Instituto de Investigaciones DIW de Berlín, y otros economistas de renombre
se han propuesto terminar con unos estereotipos tan elogiosos como
"peligrosos". Fratzscher afirma sin rodeos que su país está "en
declive" y "vive de las rentas", en su obra 'La ilusión de
Alemania' ('Die Deutschland Illusion'). Destaca que la renta media de un hogar
alemán ha bajado un 3% desde el año 2000. Esta caída es del 5% para el 10% más
pobre de la población.
Cierto es que desde la crisis
financiera de 2009, Alemania, considerada "el enfermo de Europa" hace
unos diez años, se ha recuperado. Su excedente comercial de cerca de 200.000
millones de euros en 2013 es la prueba de una competitividad excepcional.
El número de desempleados ha
pasado de más de cinco millones en 2005, cuando llegó al poder la canciller
Angela Merkel, a menos de tres millones en la actualidad. Y gracias a la
mejoría de las cuentas públicas, Merkel ha presentado un proyecto de
presupuesto federal para 2015 en equilibrio por primera vez desde 1969.
- Falta de inversiones -
Sin embargo, esto no debe ocultar
"las debilidades fundamentales de la economía alemana", empezando por
"su tremenda falta de inversiones". Éstas pasaron del 23% del
Producto Interior Bruto (PIB) a comienzo de los años 1990 a 17% en la
actualidad, por debajo de la media de los países industrializados (20%).
Y es que para restablecer sus
finanzas, Alemania ha recortado la inversión pública, justo cuando las empresas
privadas hacían lo mismo. Todo esto "propicia un crecimiento y unos
salarios débiles", explica Fratzscher, que advierte de un empeoramiento si
no se cambia la política actual de rigor presupuestario.
Según Olaf Gersemann, jefe del
servicio económico del grupo mediático Welt, asistimos "al canto de cisne
de una gran nación económica". Gersemann, autor del libro 'La burbuja de
Alemania', ('Die Deutschland Blase'), está convencido de que en estos años el
país está aprovechando una conjunción de "circunstancias muy
favorables", que "van a desaparecer muy pronto".
- "El orgullo precede a la
caída" -
El especialista relativiza los
éxitos alemanes observando que, en términos de crecimiento, en los últimos 20
años su país se sitúa el 156º en una lista de 166, justo detrás del
archipiélago de Tonga, y junto a países como Italia, Portugal, Ucrania, Haití o
Grecia.
El autor desmonta también el mito
de las reformas del Estado providencia, acometidas a comienzos de los años 2000
por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, a las que se le atribuyen
los éxitos actuales. Según él, estos éxitos se deben más bien a la poderosa
industria del automóvil y a las empresas fabricantes de maquinaria, bien
posicionadas para aprovechar la emergencia de una amplia clase media en países
emergentes como China. Alemania también ha aprovechado el mayor consumo en los
países vecinos, donde los salarios han aumentado más rápido.
Por último, el hundimiento de los
nacimientos "ha reducido considerablemente la factura de los hogares y del
Estado", un factor ventajoso pero sólo a corto plazo. En Alemania nacen
cada año 700.000 niños, la mitad que a mediados de los años 1960. En 2050 se
prevé que sea el tercer país más habitado de Europa occidental, por detrás del
Reino Unido y Francia. Según Gersemann, las grandes empresas no invierten más
en Alemania porque "están anticipando ya el envejecimiento
demográfico".
Desde el año 2000, el fenómeno de
la desinversión ha afectado a nueve sectores industriales de 13. El resultado
es que la economía alemana se ha vuelto muy dependiente de sus dos sectores
estrella: la maquinaria y el automóvil, que suman el 99% del excedente de
cuenta corriente y se ven no obstante amenazados por competidores asiáticos.
"Alemania se proclama modelo del mundo (...), pero el orgullo precede a la
caída", avisa Gersemann.
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