https://www.facebook.com/wilber.carrion.1 - Twitter: @wilbercarrion  
  Su apoyo es bienvenido, cuenta: BBVA Continental- 0011 0175 0200256843  

viernes, 19 de septiembre de 2014

riesgo

Las empresas endeudadas de los emergentes están en riesgo


El Cronista - ‎  ‎septiembre‎ de ‎2014
En 2008 los inversores aprendieron cómo son las reacciones en cadena en el sector financiero. Y no fue simplemente porque la quiebra de Lehman Brothers golpeó a otros grupos occidentales; también hubo efectos colaterales para las compañías del mercado emergente.
Un informe fascinante del Banco de Pagos Internacionales publicado esta semana estima que después del colapso de Lehman en 2008, cerca de 50.000 empresas de mercados emergentes como Brasil, China y Rusia sufrieron pérdidas por u$s 30.000 millones cuando el dólar repentinamente se valorizó como moneda de refugio. Eso se debió a que las compañías tenían contratos de derivados –y si bien habían parecido seguros mientras el dólar estaba débil, inesperadamente produjeron pérdidas después de la quiebra de Lehman porque nadie había esperado que las monedas fluctuaran tan salvajemente.
Es una lección sobre las consecuencias inesperadas en un mundo muy interconectado. Es particularmente oportuna dado que funcionarios de la Reserva Federal norteamericana esta semana mencionaron sus planes de ajustar la política monetaria el año próximo –lo cual a su vez empujó el dólar a su nivel más alto en 17 meses, porque las tasas más altas hacen que los activos estadounidenses sean más atractivos.

Esto podría fácilmente crear nuevos shocks. Desde 2008, los bancos centrales occidentales mantuvieron la política monetaria tan blanda que los inversores globales se devoraban los activos del mercado emergente en su búsqueda de cualquier cosa que generara retornos.
Eso llevó a un giro llamativo pero que pasó mayormente desapercibido, en el ecosistema del crédito: si bien las compañías en Rusia, Brasil, China e India estaban habituadas a captar fondos tomando préstamos bancarios, se han inclinado cada vez más por la venta de bonos a las administradores de activos, señala el Banco Internacional de Pagos.

Eso crea un riesgo: cuando las tasas occidentales suben, parte de esos flujos de inversión hacia el mercado emergente podría dar marcha atrás, creando reacciones en cadena inesperadas. De hecho, una pequeña versión de eso ocurrió el año pasado, cuando los mercados fluctuaron fuertemente por la especulación de que la Fed estaba por desactivar su política monetaria ultrablanda.
Un foco de preocupación es que esos flujos están ocultos tras una niebla de datos. Si se observan las estadísticas nacionales sobre emisión de bonos, se ve que las compañías del mercado emergente emitieron u$s 152.000 millones de deuda nueva el año pasado, creando un total de u$s 650.000 millones en bonos en circulación.
Sin embargo, los informes de las empresas de China, Rusia e India indican que los bonos en circulación suman u$s 1,2 billones, y que se vendió deuda por u$s 265.000 millones el año pasado.
La razón de esta dramática diferencia es que muchas compañías colocaron deuda mediante vehículos offshore, que son difíciles de seguir. Peor aún, esta tendencia parece ir mano a mano con el creciente descalce cambiario.


Para algunas empresas –digamos, los grandes grupos de commodities de Rusia, Sudáfrica y Brasil– ese descalce importa poco porque ellos tienen fácil acceso a los dólares.
Para otras, una fluctuación del dólar podría crear grandes riesgos.
Y lo que es peor, la industria de gestión de activos está altamente concentrada, lo que crea la creciente tendencia a que los inversores de bonos se muevan en manada. El riesgo, entonces, está en que una compañía india o china que defaultea un bono pueda provocar una gran estampida y otras reacciones en cadena.

En un mundo interconectado, los shocks tienen el horrible hábito de brotar como hongos en los lugares menos esperados.

No hay comentarios: