¿Qué pasa después del boom de la
economía en América Latina?
AFP - domingo, 21 de
septiembre de 2014
Bajas calificaciones,
declaratorias de default, recesiones y crisis son síntomas que anuncian el
final de la fiesta para las economías de América Latina después de la llamada
"década de oro", a pesar de que algunos países siguen en la senda del
crecimiento.
A pesar de los titulares
pesimistas y el fin del 'boom' del mercado de las materias primas que alimentó
el crecimiento vertiginoso en la región, varios países aún están actuando bien,
estimaron analistas.
Brasil atraviesa una recesión
técnica y Venezuela está golpeada por millonarias deudas y una ascendente
inflación, mientras Argentina padece una mezcla de estos tres síntomas.
Sin embargo, los países de la
Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) buscan un crecimiento
considerable, del 3% este año y un 4% el próximo, según sus proyecciones.
Y mientras las previsiones de
crecimiento para la región (menos del 2% del PIB para 2014) parecen sombrías
después de años registrando topes del 5% y 6%, el hecho de que el 'boom'
económico no haya estado seguido de un colapso generalizado es una buena
noticia, dicen los expertos.
"En el pasado, en cualquiera
de estas situaciones, el marco de políticas en América Latina magnificaba los
problemas", dijo Augusto de la Torre, jefe del Banco Mundial para la
región, a la AFP.
"Latinoamérica en esos años
(los 80 y los 90) era una región propensa a auges y caídas", explicó.
Las reformas claves que han
rescatado a parte de la región de ese ciclo son macroeconómicas, destacó De la
Torre, elogiando a los bancos centrales del "primer mundo" y a las
políticas monetarias que ahora gobiernan el escenario económico de la Alianza
del Pacífico.
- Economías heterogéneas -
A estas se suman las políticas
prudentes en países que capitalizaron el 'boom' para acumular reservas
internacionales, estimó Juan Ruiz, economista jefe para América del Sur del
banco español BBVA.
"Actualmente es difícil
hablar de América Latina como una sola región porque hay mucha
heterogeneidad", apuntó.
"Hay países que gestionaron
bien los buenos tiempos y se mantuvieron para no caer en políticas populistas,
manteniendo una sólida gestión macroeconómica. Y hay países que no lo
hicieron", analizó Ruiz.
Uno de los que no es la mayor
economía de la región, Brasil.
Durante el auge, con el estímulo
económico de Estados Unidos en los mercados emergentes y una China voraz en la
compra de materias primas, la economía de Brasil registró un crecimiento del
4,5% en cinco años hasta 2010, donde alcanzó un pico del 7,5%.
Esa expansión fue combinada con
innovadores programas sociales, famosos por transformar a 30 millones de
brasileños pobres en la nueva clase media. Ellos fueron parte de los 75
millones de latinoamericanos que salieron de la pobreza en una década.
Pero la caída de Brasil en la
recesión fue especialmente dura porque en lugar de ahorrar durante el 'boom'
financió programas de bienestar a expensas de los de infraestructuras.
- Un Estado demasiado grande -
Administraciones como la de
Brasil, demasiados grandes, costosas y pesadas, aún son un problema estructural
en varios países de la región, dijo Carlos Sabino, economista de la Universidad
Francisco Marroquin de Guatemala.
"Cuando la situación es
buena, no hay problema. Eso se aguanta. El estado recibe muchos ingresos y todo
parece que va de maravilla. Pero nunca se dan cuenta de que esos ingresos van a
subir y van a bajar de acuerdo del precio de las materias primas", explicó
a la AFP.
A medida que América Latina busca
una salida de esta fase de crecimiento lento, reducir el papel del Estado puede
ser la clave para definir si seguirá la senda de la Alianza del Pacífico o la
de países con serios problemas como Argentina o Venezuela.
Costa Rica, cuyas políticas han
sido elogiadas en el pasado, recibió malas noticias esta semana cuando su
calificación de crédito fue reducida el mismo día que la de Venezuela.
Moody's bajó la calificación del
turístico país centroamericano a Ba1, argumentando que su crecimiento
deficitario estaba dañando su confianza crediticia.
Eso podría convertir a esta
nación en un "aviso para navegantes" para la región, dijo Susan
Kaufman Purcell, directora del Center for Hemispheric Policy de la Universidad
de Miami, y explicaría los problemas de partidos políticos, particularmente los
de izquierda, que gobernaron durante los años de auge y consecuentemente de
decrecimiento en buena parte de la región.
En primer lugar de esta lista
ubica a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien busca su reelección en
los comicios de octubre.
Incluso si gana las elecciones,
Rousseff tendrá que adoptar "políticas más convencionales", añadió
Purcell. "Es muy difícil ser una populista de izquierdas cuando no estás
nadando en dinero", concluyó la experta.
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