Inglaterra, la nueva manzana de
la discordia entre "tories" y laboristas
EFE - septiembre de 2014
Superado el referéndum que
rechazó la independencia de Escocia, Inglaterra aparece como la manzana de la
discordia entre conservadores y laboristas británicos, a raíz de la propuesta
del primer ministro, David Cameron, de un cambio autonómico en Reino Unido.
El líder de la oposición
laborista, Ed Miliband, no ha recibido de buen grado la propuesta de Cameron de
excluir a los diputados escoceses de eventuales votaciones sobre asuntos que
competen a Inglaterra y dijo que no fue consultado sobre este plan en la
campaña para el plebiscito escocés.
En un intento visiblemente
desesperado por impedir la partición del país, las tres principales formaciones
en el Parlamento británico -conservadores, laboristas y liberaldemócratas- se
comprometieron antes de la consulta del jueves a entregar más competencias a
los escoceses a cambio de rechazar el plan independentista de Alex Salmond,
ministro principal de Escocia.
Pero nada más conocerse la
victoria del "no" en el referéndum, Cameron vinculó el traspaso de
poderes al Parlamento escocés con un plan autonómico para el resto del país, en
particular Inglaterra, que no tiene un órgano legislativo propio, a diferencia
de Escocia, que cuenta con su Parlamento, y Gales e Irlanda del Norte, que
tienen sus respectivas asambleas.
Cameron es partidario de que los
asuntos de Inglaterra sean competencia de diputados de circunscripciones
inglesas, en lo que ha denominado "votos ingleses para leyes
inglesas",
Esto excluiría de las votaciones
sobre asuntos ingleses a los escoceses, lo que supondría un duro golpe para los
laboristas porque muchos de sus parlamentarios en Westminster proceden de
Escocia -cuarenta frente a uno que tienen los "tories"-.
"Estoy abierto a la idea de
un mayor escrutinio de la legislación (de Inglaterra) por parte de diputados
ingleses", dijo hoy Miliband a la BBC, pero consideró que hay que
analizarlo con cuidado.
"Nos hemos pasado dos años
tratando de mantener al país unido. Tengamos una adecuada convención constitucional.
Analicemos estas cosas. Pero no forcemos a que el país se divida porque David
Cameron piensa que tiene oportunidad de hacerlo", agregó el líder
laborista sobre el proyecto autonómico del dirigente conservador.
Miliband insistió en que la
llamada cuestión "West Lothian", referida a un antiguo debate en
Reino Unido sobre si los diputados escoceses deberían votar asuntos ingleses
cuando los parlamentarios ingleses no tiene voz en competencias que afectan a
Escocia, necesita ser analizada con mucho detenimiento.
"No hay una respuesta simple
a esta pregunta. Nos hemos pasado discutiendo esto durante años", agregó
el líder laborista, si bien reconoció que este asunto ha salido más a la luz
tras la concesión de autonomía concedida a Gales y Escocia en 1997.
"Cuando uno devuelve poder a
algunas zonas del país de manera distinta que a otras, esto plantea
interrogantes", admitió.
El plan de Cameron tampoco fue
bien visto hoy por el líder de la campaña del "no" a la independencia
escocesa, Alistair Darling, que consideró que la entrega de poderes a Escocia
no debería ir en paralelo a una serie de cambios autonómicos en el resto del
país, en particular Inglaterra.
"El acuerdo alcanzado por
los tres partidos, en lo que a mi respecta, no es negociable. Fue prometido y
se tiene que cumplir", dijo hoy Darling a la BBC.
Aunque el Gobierno de David
Cameron ha reiterado el compromiso de entregar más autonomía a Escocia, su
decisión de aceptar esta entrega de poderes como precio a pagar para impedir la
partición del país ha causado riñas internas entre los mismos conservadores.
El excandidato a líder de los
"tories" David Davis calificó hoy de "vergonzosa" esta
"devolución" a Escocia, mientras que el diputado Owen Paterson
admitió que no estaba al tanto de que finalmente se aceptaría la entrega de autonomía.
Estas aparentes disputas internas
en las filas conservadoras y la oposición de los laboristas al nuevo plan
autonómico para Inglaterra fue aprovechado hoy por Salmond para afirmar que los
"votantes" del "no" fueron engañados con la promesa de
traspaso de poderes.
"No estoy nada sorprendido
de que estén haciendo objeciones y renegando sobre sus promesas. Solo estoy
sorprendido por la velocidad con lo que lo están haciendo", afirmó
Saalmond, quien dimitirá el próximo noviembre como líder del Partido
Nacionalista Escocés (SNP) y como ministro principal.
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