Paradoja china: abren en Pekín
una escuela para detectar falsificaciones
La Nación - domingo, 21 de
septiembre de 2014
"Mi familia sólo piensa en
dinero. Me presionan para que gane más. Ayer vino mi padre y me dijo que soy un
ridículo por tener Audi. Ahora la moda son las 4x4", cuenta a Qi Xin, un
joven empresario pekinés.
Qi recuerda los días de infancia
en que no tenía qué comer. Su padre trabajaba en una fábrica de autopartes, su
madre se ocupaba de la casa y el salario no alcanzaba. La economía había
comenzado a abrirse con la llegada de Deng Xiaoping al poder, pero los frutos
de esta apertura todavía no se sentían. Hoy Qi Xin tiene 28 años, tres Audi y
un supermercado abierto las 24 horas del día.
Cuando se le pregunta sobre por
qué tiene tres Audi, da las claves de uno de sus negocios, basadas en la
falsificación. "Hay muchos empresarios que necesitan fingir que son más
ricos que lo que en realidad son. Por eso alquilan un Audi para ir a ciertas
reuniones y decir que es suyo." De sus tres Audi, dos están constantemente
alquilados a empresarios.
En China, paraíso de las
falsificaciones, la práctica de la falsedad se extiende incluso a servicios.
Por ello una escuela para detectarlas parece una buena idea.
La escuela Newlooks, instalada en
el centro de Pekín, es pionera en la capital al proponer cursos para defenderse
de las imposturas. La escuela está situada dentro del Instituto de Tecnología
de la Moda de Pekín, uno de los establecimientos de diseño de moda más
importantes de China y se describe a sí misma como "Entrenamiento y
consultoría de moda internacional". Es una escuela de alto nivel, con
instalaciones lujosas.
"Newlooks está diseñada para
cultivar la enseñanza de prácticas sofisticadas y talentos de la moda",
dice su página web.
El curso, que tiene una duración
de diez clases, lleva el nombre de: "Identificación de objetos lujosos
falsos". La escuela espera recibir entre 20 y 30 alumnos con deseos de
comprar Gucci, Louis Vuitton o Prada, entre muchas otras marcas de lujo, pero
que temen ser engañados. De paso, enseñarán ciertas tendencias en estilos y
gustos, siempre orientándose a entender los pequeños detalles que hacen de un
producto, uno de lujo.
China es el mayor comprador y
productor de artículos falsos en el mundo. Al mismo tiempo es el mayor mercado
de productos de lujo. Según la consultora Boston Consulting Group, las ventas
mundiales de productos y servicios de lujo aumentarán un 7% este año en el
mundo, a pesar de la crisis. Según la misma consultora, el país en el que más
crecerá este sector es China.
Este consumo está sustentado en
los 3,5 millones de millonarios que tiene el país. Y dentro de este grupo
privilegiado que tiene más de 1 millón de dólares, hay 63.500 de
"ultrarricos": personas cuya fortuna supera los 100 millones de
yuanes (16,2 millones de dólares). China es, después de Estados Unidos, el
segundo país con más millonarios en el mundo.
Todos estos datos son consignados
por el Instituto de Investigación Hurun, que se dedica a censar los indicadores
de los que más tienen. El reporte anual que publica el instituto indica que los
relojes caros son el regalo más escogido por los chinos de dinero, seguidos por
bonos para viajes y luego por cosméticos. Estos productos están además entre
los más falsificados.
"En ciertos medios chinos,
hay una presión social por tener determinados productos. Mis amigas o
compañeras de trabajo no tienen problema en preguntar de qué marca es mi
vestido o mi cartera, o cuánto pagué por ellos. Si no es suficiente, no dicen
nada, pero yo sé lo que piensan", dice Xindi, una joven ejecutiva de un
importante banco Chino. Es alta y delgada, y viste una camisa abierta y un
pantalón a lo Coco Chanel. De su brazo cuelga un bolso con estampados dorados.
¿Es un verdadero Louis Vuitton? Xindi sonríe: "No creo... la compré en un
mercado por aquí cerca. Pero es una buena copia".
El 20% de los productos de lujo
que circulan en el mercado chino son falsos, según una investigación del
abogado y académico Dan Chow de la Universidad de Ohio. "Nunca se vio tal
magnitud de objetos falsificados. China produce y consume mayor cantidad de
objetos falsos que cualquier otro país en el mundo", afirmó Chow.
Por su parte, la Organización
Mundial de Consumidores publicó en 2012 un informe que indicaba que el 70% de
los productos falsos del mercado mundial eran producidos en China. "En
China, la presión para enriquecerse es enorme. Pero no es sólo la presión, es
el miedo de quedarse fuera de la sociedad. Esto hace que los chinos sean
capaces de todo para salir adelante", dijo David Goodman, profesor de la
Universidad de Sydney y autor de Los nuevos ricos en China: Los líderes del
futuro.
Qi Xin no cree, por su parte, que
una escuela para detectar objetos falsos sea una buena idea comercial:
"Los chinos compramos productos falsos, pero sabiendo que lo son. No
necesitamos cursos para eso. Elegimos lo falso porque no queremos gastar 1000
dólares en un bolso, eso es todo".
Pero Xindi tiene otra opinión,
pues ella hace parte de ese grupo de chinos que aspiran a tener un producto de
lujo original, porque esto la diferenciará del común y le dará un estatus
social. Ella no quiere vivir de falsificaciones y ser identificada como una que
compra copias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario