La FAO pone de ejemplo a Brasil y
Bolivia para reducir la inseguridad alimentaria
AFP - martes, 16 de
septiembre de 2014
Una de cada nueve personas sufre
hambre en el mundo, unos 805 millones, informa este martes la FAO, que pone
como ejemplo a Brasil y Bolivia por sus políticas gubernamentales para reducir
esta lacra.
Según el 'Informe sobre el estado
de la inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI2014)', que publica por cuarto
año el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en
la última década, el número de personas que sufre hambre se ha reducido en 100
millones.
Esto quiere decir que los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) -reducir a la mitad la proporción de
personas en pobreza extrema para 2015- están al alcance de la mano, dice la
FAO, que pide a los países que "redoblen los esfuerzos" en el año
largo que falta.
Hasta ahora, 65 países en
desarrollo han logrado el objetivo y otros seis están en la buena vía para
alcanzarlo en 2015, dice la organización, con sede en Roma.
La FAO recuerda que se trata de
la voluntad de los gobernantes y de políticas integradas en las que participen
tanto el sector público como el privado.
Ejemplos de lo que los gobiernos
pueden hacer se dan en países como Brasil o Bolivia, que se han dotado de
instituciones y proyectos para hacer frente a esta rémora.
En el caso de Brasil, con su
programa estrella 'Hambre cero', en el que participan nada menos que 19
ministerios y que ha reducido la pobreza del 24,3% al 8,4% entre 2001 y 2012,
mientras la extrema pobreza pasó del 14% al 3,5%. En ese periodo, los ingresos
del 20% más pobre creció tres veces más que el del 20% más rico y la proporción
de las personas con desnutrición pasó del 10,7% en 2000 a la mitad para 2006.
El gobierno central dedicó unos
35.000 millones de dólares para los programas de seguridad alimentaria y de
nutrición. El gasto en programas sociales ha crecido un 128% en 12 años.
Bolivia, "un caso
excepcional" en América Latina, junto con Ecuador, según la FAO, ha creado
instituciones que implican a amplios sectores y, en particular, a la población
indígena, que hasta hace poco estaba totalmente marginada.
La agricultura en el país andino
tiene un papel crucial en la estrategia de la seguridad alimentaria, pues cerca
de un tercio de la población vive en áreas rurales, donde la pobreza es legión.
Esta estrategia, que trata al
mismo tiempo de mejorar la productividad de las familias campesinas y paliar
las necesidades inmediatas de la población vulnerable mediante programas de
protección social y transferencia de dinero, ha contribuido a reducir la
pobreza extrema en un 17,2%. Los ingresos del 40% de los más pobres han
aumentado tres veces más que la media nacional. La reducción de la pobreza se
refleja también en la caída de la desnutrición. Entre 1994 y 2008, se redujo en
7,4 puntos porcentuales.
En general, el crecimiento
económico viene aparejado con un mejor acceso a los alimentos, en particular en
el este y sureste asiático.
En este caso, América Latina y el
Caribe han hecho los mayores progresos en materia de seguridad alimentaria,
reconoce la FAO. Aunque hay países como Haití, donde más de la mitad de la
población tiene problemas crónicos de desnutrición, que sigue luchando para
recuperarse del terremoto de 2010.
Otras regiones como el África
subsahariana siguen muy a la zaga, con una de cada cuatro personas con
desnutrición crónica, y Asia, la región más poblada, sigue albergando a 526
millones de personas con problemas de alimentos.
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