Vivir con 20 dólares al mes (y
poder hacer el cuento)
BBC News - jueves, 28 de agosto de 2014
Cuando los medios internacionales
dicen que en Cuba un profesional puede ganar el equivalente a 20 dólares al
mes, dicen la verdad. Pero es una verdad relativa. Está claro que es difícil
arreglárselas con esa cantidad, casi en los límites de una vida en la pobreza
extrema.
Cuba —y eso lo afirman instituciones
internacionales para nada simpatizantes con el sistema imperante en la isla— es
uno de los países en América Latina con menos incidencia de la extrema pobreza.
De hecho, el índice de desarrollo humano es uno de los más altos de la región.
Pero el salario promedio es, a
todas luces, uno de los más bajos del continente. Probablemente el más bajo.
¿Cómo explicar la aparente
contradicción? Sencillamente: la mayoría de la población depende (o al menos se
sirve) de los subsidios. Nadie ha afirmado (sería una tontería hacerlo) que es
la situación ideal.
Pero lo cierto es que gracias a
esas exenciones se han podido matizar los graves costes sociales de la crisis
económica que ha sufrido el país.
Digan lo que digan los
adversarios del sistema, en Cuba nadie se muere de hambre. Ni siquiera los que
menos ganan. Otra cosa es que la gente satisfaga sus aspiraciones económicas,
de bienestar. Pero ese es otro tema.
Las reglas del juego están
claras: no se puede medir la capacidad adquisitiva del cubano que vive en Cuba
con los medidores aplicables a otras realidades.
Vamos por pasos. Uno de las
conquistas de la Revolución, uno de sus estandartes, es contar con sistemas de
sanidad y educación absolutamente gratis.
Las cifras no mienten: las
estadísticas en esos sectores ponen a Cuba en la cabeza de América Latina.
Afirmar que la educación y la
salud en la isla viven sus mejores tiempos resultaría por lo menos inocente, o
pura demagogia. Está claro que la crisis ha impactado a estos sectores.
Pero lo cierto es que en Cuba
puede que sea difícil encontrar suplementos vitamínicos en una farmacia, puede
que algunos hospitales estén sucios… pero si un paciente necesita un trasplante
de corazón lo recibe sin tener que pagar un peso.
Igual, el nivel de los maestros
no es el de hace 30 años… pero un joven se gradúa de la universidad (y con
probadas suficiencias) sin tener que desembolsar grandes cantidades de dinero.
Mas contar con sistemas públicos
de sanidad y educación, gratuitos y universales, obviamente no es solo
privilegio de los cubanos.
Y la comida hay que pagarla. Y el
transporte, la electricidad, el gas…
Todos esos sectores están en
buena medida subsidiados por el estado, de manera que una parte de los precios
es relativamente muy baja.
O sea, por la cartilla de
racionamiento (libreta de abastecimiento) cada ciudadano recibe una determinada
cantidad de mercancías por un precio casi simbólico. Esa cuota no resuelve el
problema del mes, pero ayuda considerablemente.
El transporte público en las
ciudades es muy barato: un pasaje en los ómnibus cuesta 40 centavos de CUP
(peso cubano no convertible)… O sea, apenas dos centavos de dólar. Aunque el
servicio, sobre todo en las horas de más tráfico, no es suficiente.
Muchos (los que pueden) prefieren
tomar un auto de alquiler (taxis colectivos, llamado "almendrones")
que cuestan entre 10 y 20 CUC (menos de un dólar).
Los precios de la electricidad y
el gas son también módicos. Yo, por ejemplo, vivo en un apartamento con
televisor, refrigerador, varios ventiladores, calentador de agua, olla
arrocera, computadora, radio y otros artículos eléctricos… Nunca pago más de 12
pesos de electricidad al mes: medio dólar.
A eso se suma que la mayoría de
los cubanos no tiene que pagar alquiler por su casa. (Ojo, no significa que la
situación inmobiliaria sea buena. Varias generaciones de una familia tienen que
vivir a veces en una casa pequeña. Y los alquileres suelen estar por encima de
las entradas por un empleo estatal).
Un poco más difícil para los que
deben subsistir con los salarios "oficiales" es adquirir ropa y
calzado, sobre todo teniendo en cuenta los altos precios de la red de tiendas
de recaudación de divisas.
Algunos aprovechan las
esporádicas entregas de prendas en centros de trabajo (uniformes y calzado);
otros acuden a tiendas de ropa reciclada.
Hay un sector de la población muy
vulnerable: ancianos y discapacitados sin familia o recursos suficientes. Para
ellos se han habilitado restaurantes de bajísimos precios y se supone que
reciban atención social personalizada.
Lo cierto es que ellos han sido
los más afectados por la crisis. En los últimos años, particularmente en las
ciudades más grandes, es notable un fenómeno que hace 30 años era casi
inconcebible: algunos ancianos piden limosna en las calles.
Otros han decidido probar suerte
vendiendo golosinas: forman parte de la legión creciente de trabajadores por
cuenta propia.
Vivir con 20 dólares al mes es
posible en Cuba. Pero nadie ha dicho que sea fácil, o que sea una vida plena.
Buena parte de los cubanos se las arreglan para incrementar sus ingresos
(algunos de manera legal, otros bordeando el delito, no pocos delinquiendo).
Pero aumentar la capacidad
adquisitiva, el nivel de vida, es una de las aspiraciones (y demandas) de una
ciudadanía trabajadora, aunque no del todo motivada a trabajar.
Los próximos años deben ser
cruciales. La gente necesita certezas.
Yuris Nórido es periodista de
medios oficiales como el diario Trabajadores y el sitio digital CubaSí. Es
miembro del Partido Comunista de Cuba (PCC), "porque confío en que puede
ser motor de cambios necesarios para este país".
Acerca de este blogUn espacio compartido
por diversas voces, de distintas generaciones y con distintas posturas
políticas. Historias que retratan la realidad de Cuba y que no necesariamente
trascienden a los titulares de la prensa internacional.
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