Galileo, un sobrecoste de 10.000
millones y 12 años de retraso
Cinco Días - martes, 26 de
agosto de 2014
La órbita alcanzada por los dos
últimos satélites enviados por la ESA para seguir construyendo el sistema
Galileo no era la adecuada. Todo un nuevo escollo en un proyecto que ha sufrido
retrasos y ampliaciones de presupuesto desde que se ideara en 1999 como una
alternativa europea al GPS.
Francia y Alemania fueron los
principales impulsores del sistema, como una vía para lograr independencia en
el espacio respecto a EE UU y Rusia, las principales potencias en este campo.
Precisamente, el primer problema al que se enfrentó Galileo fue al de poner de
acuerdo a todos los países para emprender el proyecto. En concreto, algunos
estados como Gran Bretaña o Países Bajos se mostraron reticentes a mejorar una
tecnología que ellos ya consideraban suficiente con el GPS estadounidense.
Estas disputas políticas y
comerciales llegaron incluso a Wikileaks. Los cables diplomáticos hechos
públicos por el grupo dirigido por Julian Assange provocaron la dimisión del
director de OHB, tecnológica alemana encargada de la construcción de los
satélites, Berry Smutny. El directivo había declarado a la embajada de Estados
Unidos en Berlín que el proyecto era “una estúpida idea que solo servía para
los intereses franceses”.
Tras el complicado acuerdo entre
los representantes de distintos países, llegó el problema del presupuesto. El
dinero previsto por la Comisión Europea para el periodo 1999-2008 fue de 2.200
a 2.950 millones de euros. En 2001 llegó la primera corrección al alza y en
2011 se volvió a incrementar. En la actualidad, el proyecto acumula una
inversión de 13.000 millones de euros.
Los cambios en el presupuesto y
los problemas políticos dentro del seno de la Comisión también retrasó varios
años la puesta en marcha. Las primeras previsiones hacían pensar que en 2008 el
sistema estaría plenamente operativo, sin embargo, no fue hasta 2011 y 2012
cuando los cuatro primeros dispositivos fueron enviados al espacio.
La fecha de inicio de actividad
se movió hasta 2014, sin embargo este año solo se han puesto en marcha, hasta
el momento, otros dos satélites. La fecha se ha trasladado finalmente hasta el
ejercicio 2020.
En la actualidad, hay seis
satélites de los 30 que compondrán la red Galileo en las distintas órbitas de
la tierra. Sin embargo, el fallo en los dos últimos lanzamientos abren de nuevo
interrogantes en el proyecto.
Un nuevo tropiezo
La Comisión Europea pidió ayer
explicaciones a Arianespace, el consorcio europeo encargado de la construcción
de los satélites, y a la ESA, entidad que se ocupa del lanzamiento de estos.
En un comunicado, el órgano europeo
pidió a ambas compañías que especificasen cuáles fueron los problemas y qué
soluciones tienen. Ambos satélites se quedaron orbitando a 17.000 kilómetros de
altitud, frente a los 23.500 kilómetros proyectados. La ESA afirmó que, pese a
no lograr su colocación deseada, ambos satélites están bajo control.
El Ejecutivo comunitario
participará en la investigación que tendrá que dejar sus primeros resultados en
las dos primeras semanas de septiembre. Pese a los problemas, Nelli Feroci,
comisario europeo de Industria, reiteró su “convicción de la importancia
estratégica” de Galileo y afirmó que “el despliegue de la constelación de
satélites continuará según lo previsto”.
El objetivo es que en 2017 haya
24 aparatos orbitando. Para lo cual, en los próximos meses tendrán que lanzar
cuatro cohetes Soyuz con dos satélites cada uno y tres Ariane-5 con cuatro
máquinas cada uno.
En el aire queda conocer las
consecuencias directas del último tropiezo de los muchos que ha tenido el
proyecto. Todavía no se valora si este fallo puede llevar a que 2020 ya no sea
la fecha elegida para el despliegue definitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario