Cómo convertir un recuerdo malo
en uno bueno
BBC News - jueves, 28 de
agosto de 2014
Un equipo de científicos ha
conseguido transformar recuerdos negativos en positivos al activar
artificialmente circuitos neuronales del cerebro de ratones
Primero, generaron en los ratones
malos recuerdos asociados a un lugar, y luego los volvieron agradables –o
viceversa– sin necesidad de volver al sitio en cuestión.
Las neuronas que albergaban el
recuerdo del lugar fueron reactivadas en un contexto emocional diferente, y así
modificaron la asociación.
Tal como señalan los
investigadores, el trabajo, que publica la revista científica Nature, ofrece la
posibilidad de entender mejor cómo se forma y cambia la memoria emocional.
Un lugar, un recuerdo, un temor
"La emoción está íntimamente
asociada con memorias de eventos pasados y episodios, pero la 'valencia' – el
atractivo o aversión de los recuerdos – es maleable", dijo Susumu
Tonegawa, investigador del Centro Riken-MIT para la Genética de Circuitos
Neuronales en Massachusetts, EE.UU, y autor del estudio.
Tonegawa puso como ejemplos un
asalto o unas vacaciones felices: experiencias que pueden hacer que uno tema
caminar por una calle en particular o que sienta especial predilección por una
playa.
Todos sabemos que esta clase de
asociaciones emocionales pueden cambiar con una nueva experiencia. Por ejemplo,
los recuerdos de una playa favorita pueden volverse amargos con las noticias de
un ataque de tiburón.
Los terapeutas actualmente
utilizan esta maleabilidad para tratar a víctimas de traumas o personas con
depresión, intentando reemplazar las asociaciones negativas con otras
positivas.
Pero Tonegawa y su equipo han
conseguido identificar algunas de las conexiones que hacen que esto ocurra
dentro del cerebro.
Hace dos años, los científicos
mostraron que podían marcar las células que alojan un nuevo recuerdo temeroso
en el cerebro de un ratón y activarlas otra vez en otro momento para provocar
un comportamiento miedoso.
Luego, en 2013, marcaron el
recuerdo de un lugar y lo activaron después mientras aplicaban a los ratones
leves descargas eléctricas. Esto creó una falsa asociación de miedo con el
sitio original.
Ahora han conseguido cambiar el
contenido emocional –alegre o temeroso– de un recuerdo de un extremo al otro.
El poder de una luz azul
Luz azul
En su experimento, los
investigadores indujeron a ratones machos a tener experiencias negativas que
consistían en descargas eléctricas en una habitación en particular y marcaron
las neuronas implicadas en guardar esa memoria con "optogenética".
Esta técnica instala una especie
de interruptor en esas neuronas a través de genes que hacen a las células
sensibles a la luz. Luego, un rayo de luz azul, enviado dentro del cerebro a
través de fibra óptica, permite activar o desactivar esas neuronas a voluntad.
En el laboratorio y al día
siguiente de la creación del mal recuerdo, con los ratones en una habitación
diferente, los científicos estimularon con la luz azul las neuronas marcadas y
efectivamente, "reactivaron" el recuerdo temeroso original.
En este punto se dio a los
ratones la opción de dejar la luz encendida o apagada, y ellos prefirieron
apagarla.
Pero después, los científicos
estimularon las neuronas marcadas al mismo tiempo en que daban a los ratones
una señal emocional positiva (la compañía de una hembra), en un intento por
cambiar la asociación emocional del recuerdo.
Y otra vez dieron la opción a los
ratones: dejar la luz azul apagada o encendida. Esta vez, la querían encendida.
El rastro del recuerdo original
había sido alterado, y ahora les gustaba.
Y como detalle importante, una
vez que regresaban a la primera habitación, en ausencia de cualquier
estimulación cerebral, los ratones se mostraban menos temerosos que después de
la primera ronda de entrenamiento: su memoria del lugar había cambiado para
mejor.
Conexiones alteradas
El procedimiento también funcionó
en sentido inverso y los científicos pudieron provocar el cambio de un recuerdo
originalmente positivo a uno negativo.
Además, al instalar los
interruptores optogenéticos en diferentes partes del cerebro, los
investigadores pudieron identificar que los cambios en la memoria ocurren a
través de ajustes en las conexiones entre el hipocampo, que alberga la
información espacial, y la amígdala cerebral, que impulsa la respuesta
emocional.
Los expertos creen que un
recuerdo espacial, alojado en células cerebrales del hipocampo, puede
"llamar" a diferentes grupos de neuronas en la amígdala, invocando
emociones positivas o negativas.
Sus experimentos alteraron esas
conexiones para que el recuerdo original disparara otra respuesta emocional.
"Podemos cambiar la forma en
que los ratones reaccionan ante un recuerdo sin usar drogas", dijo Roger
Redondo, otro de los autores del estudio.
"Esto ocurre sin que el
ratón vuelva al lugar original donde se formó el recuerdo. Toda la manipulación
se hace desde dentro del cerebro".
Hombres y ratones
Es difícil saber, sin embargo, si
las evocaciones artificiales, impulsadas por rayos de luz azul dentro del
cerebro de un ratón, son similares a los recuerdos tal como los conocemos.
"No podemos preguntarle al
ratón qué está pensando", comentó Richard Morris, experto en memoria de la
Universidad de Edimburgo, Reino Unido, que no formó parte de esta
investigación.
"Todo lo que podemos hacer
es preguntar al ratón: si enciendo esta luz, ¿cómo vas a comportarte en
relación con lo que evoca?"
Tonegawa, por su parte, señala el
comportamiento consistente observado en sus experimentos.
"Los ratones estaban
obviamente expresando las consecuencias del recuerdo en su conducta, por lo
tanto, asumimos que tienen la sensación del recuerdo".
Pero los científicos son cautos
en cuanto a la aplicación en humanos de sus descubrimientos. Aseguran que es
poco probable que el avance pueda aplicarse en humanos con recuerdos
traumáticos.
"Puede que hagan falta
varios años de trabajo, pero nunca se sabe", dijo Redondo. "La tecnología
se mueve más rápido y estas herramientas optogénicas siguen avanzando".
Pero según Morris el estudio es
valioso por otros motivos.
"Nadie va a hacer fila para
que le inserten en el cerebro guías luminosas y para que les muestren luz
azul", le dijo el experto a la BBC.
"Pero estos resultados nos
ayudarán a comprender la proporción de células implicadas cuando tienes que
cambiar un recuerdo negativo en uno positivo, ¿estamos hablando de cambiar el
50% de las células de la amígdala cerebral, solo el 1%, o incluso menos?".
"Creo que es importante
avanzar más allá de la comprensión conductual y tener un conocimiento más
profundo de la tarea clínica que tenemos delante".
No hay comentarios:
Publicar un comentario