El ‘coaching’ marca la diferencia
entre tener jefes y líderes”
El País - viernes, 15 de
agosto de 2014
Brian Underhill se ha convertido
en el ángel guardián de más de novecientas personas. Su trabajo como coach
(entrenador) de ejecutivos lo ha catapultado a la cima del mundo empresarial.
Es uno de los mejores asesores en multinacionales como Microsoft, Dell,
American Express, Yahoo, WalMart o Sony. En 17 años de carrera su labor se ha
enfocado a sacar el espíritu de adalid que esconde cada uno de sus clientes.
“Cualquiera puede ser un buen líder dentro de una compañía”, dice el fundador
de CoachSource, firma fundada en 1997 en Estados Unidos.
Con el coaching, Underhill pudo
combinar dos de sus pasiones: la psicología y los negocios. Por el camino se ha
percatado de que en el mundo hacen falta muchos más líderes. “Algunos son
innatos, lo llevan en la sangre, como Martin Luther King, Gandhi o Nelson Mandela”,
dice. A otros, sin embargo, hay que iniciarlos, guiarlos, para que puedan
dirigir a un grupo de personas. Para ello, se ha hecho con un ejército de más
de mil entrenadores en 43 países. Todo un emporio del coaching.
Su gran apuesta está entre los
más jóvenes y ha encontrado la fuente ideal: Silicon Valley, en California (EE
UU). “Las empresas de tecnología tienen un gran potencial de crecimiento, pero
necesitan una buena dirección”, apostilla. “El coaching marca la diferencia en
tener jefes y líderes. El contar con un buen guía implica hacer crecer a tu
gente lo más posible, ayudar a tu grupo de trabajo. Pero muchas veces los jefes
no quieren ser cabecillas. No están interesados en invertir su tiempo en ello”.
Pregunta. ¿Un líder nace o se
hace?
Respuesta. Los líderes se forman.
Creo que dentro de cada uno de nosotros existe un líder por naturaleza. Todo el
mundo puede serlo y muchas compañías están cada vez están más convencidas de
tener a un buen guía en cada nivel de la organización.
P. ¿Es difícil formar a un líder?
R. Depende, algunas personas
tienen habilidades naturales, pero a otras tenemos que ayudarlas. La
complejidad está en función de la disposición en cambiar actitudes.
P. Hay muchos líderes en el
mundo, pero ¿cuál es la ventaja de ser un líder dentro de una empresa?
R. Peter Drucker, uno de los
grandes formadores de líderes, siempre decía que el liderazgo es la habilidad
de absorber incertidumbre para que otros puedan seguir caminando. Dentro de una
compañía los buenos guías sirven para que esta pueda crecer sin ningún
obstáculo.
P. ¿Para formar a un líder es
necesario un entrenador?
R. Un coach puede contribuir a
desarrollar las habilidades de los líderes, y uno bueno ayuda a generar una
mayor productividad en una persona, después en un equipo y posteriormente en
una empresa.
P. ¿Por qué?
R. La principal razón por la que
una persona abandona una compañía es por la relación que tiene con su jefe,
porque el empleado no está satisfecho. Un entrenador trata de resolver estos
problemas y contribuye a tener una mejor comunicación. Lo que sucede al final
del día es que si el personal está feliz con el trato que tiene con su
superior, las compañías retienen a los empleados de alta calidad.
P. El coach, al parecer, lo puede
cambiar todo en una empresa. Son prácticamente magos...
R. Esta es una idea fascinante,
pero no diría eso. Por lo general, un coach contribuye a que el guía desarrolle
y haga crecer un negocio, pero antes se requiere de un buen cabecilla. Si no se
tiene a un buen líder, el coach no lo hará. No importa cuánta magia pueda
aportar el entrenador dentro de una empresa.
P. La proliferación de falsos
coaches ha puesto en duda a esta profesión. ¿Cómo se reconoce a un charlatán?
R. Es verdad que hay muchas
personas que sin una carrera detrás van por la calle pregonándose como
entrenadores. A uno verdadero se le conoce por su trayectoria. Aunque se crea
lo contrario, este es un mundo pequeño y, a pesar de todas las personas que
trabajan como charlatanes, esta industria está mejorando.
P. ¿Hay alguna diferencia entre
el entrenamiento que se hace en Estados Unidos y en Europa?
R. Mi compañía trabaja más con
empresas multinacionales, la mayoría establecidas en Estados Unidos, y el
entrenamiento parece similar en todos los mercados. Hay algunas diferencias en
casi todas las zonas del mundo, por ejemplo en el precio del entrenamiento, pero
la práctica es muy similar. Muchas escuelas nacieron prácticamente en el sofá
de la psicología.
P. ¿En qué fase de una empresa se
trabaja con un coach?
R. Se puede usar en cualquiera:
en una transición, en un cambio de rumbo. Lo más común es emplearlo en un
momento de cambio, quizás en una persona que tiene una nueva responsabilidad,
en algún movimiento estructural.
P. ¿Todas las compañías lo
necesitan?
R. No existen datos que
demuestren a ciencia cierta los beneficios de tener un coach, pero, según
nuestros cálculos, el 60% de las empresas más grandes del mundo cuentan con los
servicios de un entrenador, ellas encuentran en este asesoramiento una manera
de retener a su personal y crecer en el mercado.
P. De alguna manera se debe medir
el gasto que hace una empresa en entrenar a su personal. ¿Cómo se ve plasmada
esta inversión?
R. Por lo general, seis meses de
entrenamiento ascienden a 3.000 euros mensuales, en Europa es más caro. Pero el
precio se incrementa si se asesora a un consejero delegado, el costo puede
llegar a 70.000 euros por el semestre o incluso más. El retorno de esta
inversión es muy complicado medirlo. Diría que se refleja en los resultados
financieros de una empresa en el corto plazo.
P. ¿Las empresas europeas tienen
buenos líderes?
R. No sé esa respuesta, pero creo
que sí. La cuestión no es tener buenos líderes, el objetivo es coger a uno
bueno y hacerlo excelente. Eso es realmente lo que puede hacer un buen
entrenador. En ocasiones, muchas empresas ponen el punto de mira sobre el
dinero y no en su personal.
P. ¿Qué es lo primero que un
coach de CoachSource enseña a un aspirante de líder?
R. Lo que he aprendido a lo largo
de esta profesión es que una persona que quiere ser líder antes debe de mirar
hacia atrás y evaluar todo lo que ha hecho. Puede ser muy difícil, pero si no
se tiene idea de cómo ciertas decisiones han impactado en las demás personas,
será imposible que se pueda ver hacia delante.
P. Su trabajo también lo ha
llevado a tener contacto con políticos. ¿El mundo tiene buenos líderes en este
ámbito?
R. Los políticos tienen que ser
buenos cabecillas, pero en ocasiones el impacto de sus decisiones depende de
muchas más personas. Por ejemplo, Barack Obama parece un buen líder. Una gran
parte de los estadounidenses estaba conforme con tener a un presidente
afroamericano. Pero en la práctica le ha costado mucho llegar a acuerdos. Un
buen guía debe ser capaz de encontrar consensos.
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