La tiranía del mercado
BBC News - agosto de 2014
Bueno, Mario Balotelli ya está en
Liverpool, Ángel Di María está a punto de llegar a Manchester y en cualquier
momento se podría anunciar el viaje de Radamel Falcao a Turín, si damos crédito
al tam-tam de la prensa italiana.
El mercado de fichajes del fútbol
europeo (que cierra la semana que viene) es un buen barómetro de la
desesperación que aflige a las cigarras que necesitan reforzarse y deben rogar
a las hormiguitas que han laborado todo el verano.
Es el caso del Manchester United,
que según todas las fuentes (de las confiables y también de las que siempre se
equivocan) se dispone a batir el récord de la Premier League pagando una
fortuna por un jugador, Ángel Di María, que el Real Madrid, con razón o sin
ella, considera prescindible.
También es el caso del Liverpool,
que vende a un delantero problemático pero genial, como Luis Suárez, y , Mario
Balotelli, más irregular, menos rendidor y que encima (dicen sus detractores)
incendia su casa, estrella automóviles y no es un modelo recomendable de
disciplina.
Balotelli sólo le habría costado
al Liverpool £16m (cerca de US$27m), cuando un jugador de su calidad y edad
debería estar en £50 o £60 millones (es decir, entre US$80 y US$100 millones).
Cuando el Man City lo compró al
Inter pagó unos US$36m; cuando lo vendió al Milan, sólo recibió cerca de
US$31m… y ahora US$27m.
Pero no atribuyamos su
desvalorización sólo a su indisciplina, porque los racistas italianos le han
hecho la vida imposible. Este es un gran tema pendiente.
La variedad catalana de cigarra,
Barça, se reforzó más temprano esta vez porque después del 31 de agosto no
podrá hacerlo hasta enero de 2016, debido a una sanción de la FIFA. El problema
es la incertidumbre sobre el carácter impulsivo de Suárez y el hecho de que no
podrá jugar hasta el 26 de octubre.
Dos novedades están marcando la
dinámica actual de las transferencias.
Por un lado, los efectos de la
disciplina financiera impuesta por la UEFA, que reduce el número de clubes
capaces de pagar por los mejores jugadores las exorbitantes sumas que exige el
mercado, ese agujero negro de recursos.
Por el otro, la posición cada vez
más sólida de un poderoso actor en este escenario: el Real Madrid ya no se
desprende a pérdida de los jugadores que sobran en la centrifugadora accionada
por el presidente Florentino Pérez.
Hace algún tiempo, el Madrid,
como virtualmente todos los equipos grandes, compraba caro y vendía barato. Dos
casos típicos: en 2007 compró a Sneijder (del Ajax) en US$35m y a Robben (del
Chelsea) en US$46m; dos años después vendió al primero por US$20m (Inter) y al
segundo por US$33m (Bayern Munich).
El año pasado la situación ya se
había revertido: Mesut Özil, que en 2010 costó US$20m (procedente del Werder
Bremen), fue vendido al Arsenal por una cifra no revelada, aunque se cree que
podría ser dos o tres veces más; Gonzalo Higuaín (River Plate) costó cerca de
US$16m y fue vendido al Napoli por casi US$53m.
Y la venta de Di María, que en
2010 costó US$33m (al Benfica, más US$13m en incentivos), alcanzaría y tal vez
sobraría para financiar a su último galáctico, James Rodríguez. El presidente
cuadra (más o menos) los libros y exige que el técnico cuadre las novedades en
el plantel sin protestar… ni fracasar.
Los comentaristas están de
acuerdo en que el Manchester United tal vez esté pagando demasiado por Di
María, pero también coinciden en que Louis Van Gaal necesita el aporte del
argentino, que puede jugar en varias posiciones y es capaz de inyectar energía,
velocidad y verticalidad, que brillan por su ausencia.
Varios jugadores de categoría,
entre ellos campeones mundiales, rechazaron las ofertas de Van Gaal: todos
creen o sospechan que el glorioso Man United necesitará un buen tiempo para
recuperarse, y además esta temporada (y tal vez la próxima) no jugará la
Champions League.
Di María, que al principio desoyó
el llamado del holandés, cambió de idea porque el Paris Saint-Germain tuvo
problemas con el régimen de transparencia financiera y el Manchester City hizo
saber a su agente que no tenía interés.
De modo que la llegada del
argentino a Old Trafford no sorprende a nadie… pero el desconcierto es evidente
ante el desembarco de Balotelli en Liverpool.
Algunas semanas atrás, el técnico
Brendan Rodgers daba la impresión de que la salida de Suárez le dejaba las
manos libres para imponer su propio modelo de disciplina, benevolente en la
forma pero estricto en el cumplimiento.
Pero la necesidad de llenar el
vacío que Suárez dejó en la delantera puso en evidencia otra característica del
mercado de fichajes.
Los jugadores de categoría no
sólo quieren un club prestigioso, buenas condiciones de trabajo, buen salario,
acceso a los torneos prestigiosos y la adulación universal: también quieren lo
mejor para acomodar su vida privada.
Una cosa es vivir y trabajar en
Madrid, Barcelona, Milán, Roma, París, Londres… Uno se siente en el centro del
mundo: diversiones, amigos, compatriotas… Buen sitio para encontrar a las
mujeres más despampanantes, si uno es soltero, o para que la esposa no se
sienta tentada a volver a su país.
Una panorámica de Manchester...
Manchester y Liverpool, sin
desmerecer a estas dos hermosas ciudades, no ofrecen lo mismo, o por lo menos
los futbolistas no las encuentran atractivas.
Acotemos, de paso, que la armonía
familiar pasa por atender las aspiraciones de la pareja: los numerosos
traslados de David Beckham tuvieron que ver con sus propias aspiraciones
deportivas (Madrid, por ejemplo) pero también con el deseo de su esposa Victoria,
una buena diseñadora de modas (eso nos dicen) que necesitaba conexiones en
Milán y París.
Y esto nos lleva a Falcao, su
situación en el Mónaco y los rumores sobre el interés de varios clubes, entre
ellos Juventus, Milan, Real Madrid… y Liverpool.
Su ficha estaría a la baja, un
poco porque no se sabe todavía si su grave lesión de la temporada pasada ha
dejado o no secuelas, y otro poco porque el proyecto del multimillonario ruso
Dmitry Rybolovlev en Montecarlo ha tropezado con inconvenientes de diversos
tipos, entre ellos su disponibilidad de recursos debido a su costoso divorcio y
las extravagancias de su hija.
Falcao convirtió el único gol del
partido ante el Nantes, pero el Mónaco había perdido los dos anteriores, ante
el Bordeaux (4-1) y el Lorient (2-1): está en 17º lugar en la tabla de
posiciones de la Liga 1.
Rybolovlev hizo un jugoso negocio
con James Rodríguez, ya que lo vendió al doble del costo tras una sola
temporada, pero el valor de mercado de Falcao dista mucho de lo que cabría
esperar por un goleador de su categoría.
Todo parece indicar que Falcao no
quiere seguir en Mónaco. A fin de cuentas, no conviene exagerar los encantos
del principado: si no eres multimillonario, si no tienes yate, si no te gustan
la ruleta y el bacará, si no tienes afinidad social con aventureros y
aristócratas…
Si eres, simplemente, un
futbolista… y además evangélico…
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