Beisbol: en busca del jónron millonario
Forbes - agosto de 2014
El valor de los beisbolistas
centroamericanos en las Grandes Ligas ha llegado a superar los 100 millones de
dólares, pero no es una puerta abierta para todos los que buscan llegar al
diamante verde.
Mariano Gómez nació en Honduras
hace 32 años, un país donde hay 6.2 millones de pobres en un sitio de 8
millones de habitantes y su ciudad natal, San Pedro Sula, está catalogada como
una de las más peligrosas del mundo. Él es beisbolistay llegó a EstadosUnidos
hace 14 años. Fue fichado en 2000 por los Indios de Cleveland, para ese
entonces él tenía 18 años y no era una mala noticia que primero debiera estar
en las Ligas Menores, el sitio donde los equipos preparan a sus estrellas del
futuro. Pero pasó el tiempo y nada, nunca debutó en un partido oficial de la
MLB (Major League Baseball).
Lo que sí logró fue que Upper
Deck —la empresa más importante de cromos y tarjetas deportivas del planeta— le
dedicara algunas; la más valiosa es la que forma parte de la colección “Gold
Leaf Rookies” que incluye un autógrafo de él. Sólo basta entrar al sitio
Ebay.com, buscarlo y hacer una transferencia por casi 30 dólares. En Estados
Unidos el negocio del béisbol incluye Ligas Mayores y Menores, por eso fue
considerado por la compañía para tener al menos ese recuerdo perenne de que él
lo intentó.
El pitcher hondureño practicó
este deporte en una nación que muere por el futbol y donde el gobierno es capaz
de declarar día de asueto nacional si la Bicolor, como le apodan a su
selección, califica a un mundial. Manuel representó uno de los intentos de la
región para seguir conquistando el territorio de la que llaman La Gran Carpa,
un sitio donde Nicaragua y Panamá la pasan mejor y han tenido más éxito.
En la historia han pasado 67
peloteros centroamericanos por la MLB. Mariano buscó ser el segundo hondureño
en debutar, lo que hasta ahora únicamente ha logrado Gerarld Young, quien jugó
ocho años con los equipos de Astros de Houston, Rockies de Colorado y
Cardenales de San Luis, pero no lo consiguió. El otro pelotero que no pertenece
a la legión depanameños y nicaragüenses y que estuvo en el torneo estadounidense
fue Chito Martínez, jardinero derecho de Belice. Cuatro de las siete naciones
de América Central ya han tenido presencia oficial en la liga estadounidense.
Hasta 2014, los peloteros
centroamericanos han logrado facturar en salarios 517 millones de dólares en
toda la historia de las Grandes Ligas, pero la puerta no está tan abierta como
uno puede creer.
“No quiero pensar que mi
nacionalidad afectó, creo que se necesita apoyo de muchas personas y un poco de
suerte”, recuerda Mariano sobre qué le hizo falta para dar el salto de las
Menores a las Mayores. ¿Centroamérica puede soñar en conquistar La Gran Carpa?
La selección CA
Entre las siete naciones de
Centroamérica, el beisbol tiene su principal cantera en Nicaragua y Panamá,
pero en la última década peloteros de El Salvador, Guatemala y Honduras, han
logrado colocar jóvenes beisbolistas en las Ligas Menores.
En términos financieros, el
beisbol en la región tiene sus mejores salarios en Panamá. Un jugador que haya
participado en Grandes Ligas puede ganar hasta 5,000 dólares mensuales y un
seleccionado nacional hasta 3,000 de acuerdo al tope salarial establecido por
la federación local. Los otros torneos como el nicaragüense, no dan los mismos
dividendos y en su liga profesional juegan en canchas de tierra, donde los
aficionados generalmente invaden el campo cuando la emoción se desborda para
festejar.
Para quienes buscan ganarse la
vida de la pelota caliente es indispensable salir de casa para buscar el sueño
de Las Mayores. Una estrella de la Liga panameña gana 8.3 veces menos que el
peor pagado de las Grandes Ligas.
“Todo es a base de las
oportunidades que te den y también buscar quién le dé ese empujón que uno
necesita allá”, dice Mariano Gómez, el pelotero hondureño que pasó 13 años en
al menos 10 equipos de Ligas Menores.
Garantizar un contrato en la MLB
puede ser la salvación financiera de toda la familia. El más grande pelotero
que ha dado Centroamérica se llama Mariano Rivera, Marianito como lo apodan al
panameño, quien se retiró la temporada pasada. El apaga fuegos de lujo de los
Yankees de Nueva York, el club más valioso de Las Mayores según Forbes, logró
reunir una fortuna de 169 mdd, de acuerdo con cifras de Sportrac.
Otro que consiguió engrosar su
cuenta bancaria fue su compatriota Carlos Lee (130 mdd). Marianito y él, son
los únicos dos peloteros de la región que superan la barrera de los 100 mdd;
pero hay al menos siete jugadores que sus ingresos han sido entre los 10 y 50
mdd; y 13 que van de 1 a 9 mdd, según detallan las cifras de Baseball
Reference.
¿Se puede vivir del beisbol?… El
panameño Ben Oglivie fue jardinero derecho y jugó con Medias Rojas de Boston,
Tigres de Detroit y Cerveceros de Milwaukee; logró reunir 1.4 mdd, un
connacional se llevaría 16 años en juntar esa cantidad.
“Cuando salgo, a veces me gritan:
Tú eres mi jugador favorito, eso me motiva a seguir siendo bueno”, recuerda
Carlos Ortiz, compatriota de Mariano Rivera, y quien ha sido uno de los máximos
representantes de Centroamérica en la última década; entre sus grandes logros
fue obtener la Serie Mundial del 2008 con los Filis de Filadelfia. Los
panameños han logrado reunir fortunas superiores a los 400 mdd gracias al
beisbol.
La fábrica de pelotas
Una de las maravillas de
Turrialba son los bellos miradores y el volcán de la ciudad es un gran reto
para aquellos que practican deportes extremos o ecoturismo. Su población son
casi 27,000 habitantes —lo suficiente para llenar casi dos veces el Dodger
Stadium— y es la capital del distrito que lleva el mismo nombre y pertenece a
Cartago, provincia de Costa Rica.
Esta ciudad, que vive principalmente
del comercio y cultivo de caña de azúcar, café y productos lácteos, es uno de
los sitios vitales para las Grandes Ligas. Allí se producen las 2.4 millones de
pelotas con las que se juega una temporada en los Estados Unidos. La fábrica de
Rawlings tiene su sitio en aquel lugar.
En Turrialba la pelota se hace
casi de manera artesanal, ya que hay 350 costureros que, a mano, dan las 108
puntadas más importantes para que la bola oficial cumpla todos los estándares
de calidad requeridos.
Cada obrero, de acuerdo con datos
de la MLB, trabaja 10 horas diarias (7 am a 5 pm) y percibe un salario de 1.6
dólares la hora. En promedio, la creación de una pelota lleva seis días por
todos los procesos que debe de pasar. “A lo mejor, esa bola con la que están jugando,
es la que yo hice”, comenta uno de los costureros en un documental hecho por la
propia Liga para explicar cómo se fabrican.
Los que vienen
“Esto es un sueño hecho
realidad”, dice Fabián Vizcaíno. “Ahora hay que probar lo que sé y mejorar”. Él
es un guatemalteco prospecto que este año firmó contrato con los Orioles de
Baltimore. Pero no es el único. Forma parte de una camada de peloteros de su
país que han sido fichados por ese mismo equipo: Manuel Hernández, Juan Diego
Montes y Andrés Aguilar; además de Dennis Hurtarte quien tiene relación con los
Piratas de Pittsburgh. Al igual que casi todas las naciones centroamericanas,
Fabián optó por no participar en el deporte más popular (fútbol) y cumplir a su
manera sus metas.
Los prospectos que están en las
Ligas Menores ingresan en promedio 1,100 dólares mensuales de acuerdo con un
informe de Bleacher Report, lo que significa casi cuatro veces más de lo que
percibe un guatemalteco promedio al mes. “Las Grandes Ligas son un sueño para
todos los que practicamos beisbol y lo más difícil será llegar y mantenerse”,
reflexiona el joven Fabián. En caso de lograrlo, sería el primero de su país en
estrenarse en La Gran Carpa.
Pero no sólo son guatemaltecos,
también hay prospectos hondureños como Mauricio Dubon, quien tiene contrato de
Ligas Menores con Medias Rojas de Boston o Dennis Villatoro de los Azulejos de
Toronto con un acuerdo hasta el 2018 y quien presume lanzar bolas a 93 millas
por hora, lo que no es algo común; o el salvadoreño de 21 años Javier Lozano, parte
de los promesas de los Astros de Houston o el nicaragüense Héctor Hidalgo en
Seattle.
Gary Went, director de la
Academia de Beisbol Nicaragüense, tiene trabajando a al menos 33 jóvenes con
posibilidades de ser observados por ojeadores de Las Mayores y reflexiona: “Hay
muchos jugadores con talento y queremos desarrollarlo para que puedan cumplir
su sueño de llegar, por qué no, a las Grandes Ligas”.
La _¦§ es el torneo mundial donde
más extranjeros tienen la oportunidad de jugar: japoneses, taiwaneses,
mexicanos, brasileños, australianos, todos los que practican beisbol
profesional saben que allá en Estados Unidos es a donde deben ir.
Pero en Centroamérica no sólo
significa cumplir un sueño, también es probable que sea una opción más para la
economía de muchas familias y se les va la vida en el intento. Algunos, como
Mariano Gómez, no lo logran, pero al menos se llevan de recuerdo que Upper Deck
les ha hecho una postal; otros como Mariano Rivera se forjan como una de las
leyendas más importantes del béisbol profesional. La Gran Carpa crea héroes y
entierra sueños.
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