Las 10 ciudades más seguras y las
10 más peligrosas del mundo
Infobae - sábado, 30 de
agosto de 2014
Tokio, capital de Japón, es la
ciudad más segura del mundo. A pesar de sus más de 13 millones de habitantes,
que la convierten en una de las más pobladas del planeta, consigue mantener
casi en cero el número de asesinatos.
En el mismo nivel está Singapur,
una ciudad estado insular ubicada al sur de Malasia, en la que viven poco más
de 5 millones de personas. En ambas metrópolis se cometen por año 0,2
homicidios intencionales cada 100.000 habitantes.
Los datos provienen de la Oficina
de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que releva las
estadísticas del distrito más poblado de cada país. Para hacer una comparación
justa, Infobae consideró sólo aquellas con más de 500.000 habitantes, y con
información mínimamente actualizada (2009 - 2012). La lista final quedó
compuesta por 80 ciudades.
En tercer lugar, detrás de Tokio
y Singapur, aparece otra urbe de la región, Hong Kong. Si bien pertenece a
China, hasta 1997 fue una colonia británica y actualmente es una "región
administrativa especial", que cuenta con cierta autonomía. Supera los 7
millones de habitantes y es un centro mundial de las finanzas.
Seúl, capital de Corea del Sur, y
Yakarta, la de Indonesia, son otras dos ciudades cercanas que se ubican entre
las primeras diez, con menos de 0,8 asesinatos cada 100.000 habitantes.
La sexta representante asiática
pertenece a Medio Oriente: Mascate, capital del Sultanato de Omán.
Las únicas tres europeas en el
top ten son Lisboa, Roma y Madrid, las más pobladas de Portugal, Italia y
España. La restante es Auckland, Nueva Zelanda, que pertenece a Oceanía.
Las diez más peligrosas
En el extremo opuesto, la región
que sobresale es América Latina y el Caribe, con nueve de las diez grandes
ciudades con más asesinatos del planeta. La que encabeza la trágica lista es
Caracas, capital de Venezuela.
Entre 2005 y 2009, último año con
datos de la UNODC, pasó de 88 a 122 homicidios cada 100.000 habitantes. Y las
estadísticas locales muestran que la proporción se incrementó todavía más desde
ese momento.
La subregión más peligrosa es
Centroamérica. Siete de las diez con más asesinatos están allí. Ciudad de
Guatemala, con 116,6; Tegucigalpa (Honduras), con 102,2; Ciudad de Panamá, con
53,1; Kingston (Jamaica), con 50,3; Puerto Príncipe (Haití), con 40,1; Santo
Domingo (República Dominicana), con 29,1; y Managua (Nicaragua), con 18,7.
Ningún distrito latinoamericano
está entre los 50 más seguros. Santiago de Chile es la mejor ubicada de la
región, con una tasa de 3,9 homicidios, está en el puesto 51.
Luego viene Buenos Aires,
Argentina, que se encuentra en el 54, con una tasa de 4,9. Lima, Perú, cierra
el podio en el puesto 58, con 5,7 asesinatos.
Caracas, testimonio de una región
cada vez más peligrosa
En la capital venezolana se
pueden ver, llevados al extremo, muchos de los problemas que hacen de América
Latina la región con más homicidios del mundo. A pesar de ser históricamente
una ciudad muy violenta, la llegada del chavismo al poder destapó una espiral
de violencia que parece no tener fin.
Para tener dimensión de la
profundización de la crisis social que se desencadenó desde 1999, cuando asumió
Hugo Chávez, basta mencionar que, desde entonces, la tasa de homicidios creció
un 444% a nivel nacional.
"En Caracas hay altísimos
niveles de impunidad, que alcanzan al 97% de los casos. Eso significa que no
hay castigo. Entonces el delincuente siente que puede hacer lo que le da la
gana. Esos niveles de impunidad tiene que ver con que el sistema policial y judicial
están colapsados", explica Samuel Yecutieli, consultor venezolano en
Seguridad Ciudadana y presidente de Segured.com, en diálogo con Infobae.
"Si hubiera voluntad
política para enfrentar esa problemática se podrían superar los obstáculos.
Pero hay un enfoque muy partidista y el tema se mira desde un punto de vista
ideológico. Como estamos en la vía hacia el socialismo revolucionario, el
Gobierno le echa la culpa de la inseguridadal capitalismo. Entonces la energía
va hacia desmontar al capital. Pero no hay relación entre una cosa y la
otra", agrega.
La mejor evidencia de la falsedad
del argumento chavista son las estadísticas de la UNODC. Tokio, Singapur y Hong
Kong son ejemplos bastante extremos de capitalismo y de libre mercado, con
todos sus aspectos positivos y negativos. Pero si algo está claro es que tienen
niveles de delincuencia violenta casi nulos.
Este rotundo error de diagnóstico
se potencia por otros factores, como la proliferación de armas de fuego, drogas
y alcohol, que redundan en niveles inusitados de descontrol. "Cuando uno
ve las estadísticas de la cantidad de disparos que recibe una persona al ser
asesinada, encuentra que es común que sean hasta 11, y los números son cada vez
mayores. Es otro dato preocupante que muestra el alto nivel de violencia",
dice Yecutieli.
Uno de los rasgos que distinguen
a Caracas y a otras ciudades de la región es la ausencia de mecanismos
institucionalizados para la resolución de conflictos. La ineficiencia y la
corrupción de las autoridades estatales, en contextos de desempleo, precariedad
e inestabilidad de la vida cotidiana, hace que la ley sea algo muy difuso.
"Uno de los mecanismos para
resolver conflictos son los jueces de paz -continúa Yecutieli-, que están en la
base de la sociedad. Son una solución muy interesante, porque pueden llevar a
un arreglo entre los vecinos en problemas. Pero eso no existe en nuestro país,
entonces conflictos de baja intensidad escalan y llegan a homicidios".
"En otros países hay orden.
Los espacios públicos están definidos y hay supervisión"
Cuando la vida de las personas
deja de estar contenida por parámetros más o menos estables y predecibles, la
diferencia entre lo que se puede y lo que no se hace muy difícil de distinguir.
Y lo que prima es la ley del más fuerte.
"El contexto es terrible
como consecuencia de las políticas públicas revolucionarias. Hay altos niveles
de inflación y de escasez (los más elevados del mundo), lo que también genera
violencia. Sumando todo, están dadas las condiciones para una tormenta perfecta",
explica el consultor venezolano.
Frente a esto, el Estado es
incapaz de desarrollar políticas consistentes de largo plazo, lo que agrega
imprevisibilidad y desorden a la vida de los ciudadanos. "El Gobierno ya
ha lanzado 14 o 15 planes de seguridad. Una vez por año se desmonta el anterior
y se crea uno nuevo. Así no pueden ser planes sustentables. No hay continuidad
y no hay supervisión. Además, las estadísticas son casi un secreto de estado,
lo que no permite saber cómo van las cosas", agrega.
¿Qué explica los bajísimos
niveles de homicidios en las ciudades asiáticas? Que las condiciones de vida
son exactamente opuestas. En parte por características tradicionales propias de
las culturas orientales, y en parte por la efectividad de sus políticas
públicas, hay previsibilidad, marcos de contención, reglas claras para todas
las personas y, sobre todo, las diferentes autoridades están muy legitimadas.
" En otros países hay orden.
Los espacios públicos están claramente definidos y hay instrumentos de
supervisión. El que comete una infracción es penalizado. Hay mecanismos de
control de las personas, de los vehículos, etc. Hay una gestión que está encima
de la gente, y una cantidad de cosas que permitan que se pueda ejercer la
ciudadanía", concluye Yecutieli.
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