El saber no ocupa lugar
Cinco Días - sábado, 16 de
agosto de 2014
Dicen de él que es una
enciclopedia andante, y no solo en lo referente a su especialidad, la economía.
La lectura de historia, literatura y su afición por la música, así como una
prodigiosa memoria han contribuido a que Román Escolano (Zaragoza, 1965) sea
considerado como tal por quienes le rodean.
Dentro de poco, este amante de la
cultura, avalado por una impotante trayectoria profesional, se convertirá en el
vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y abandonará el Instituto
de Crédito Oficial (ICO) que ha presidido desde 2012.
Este aragonés que nunca se olvida
de sus orígenes, a los que hace alusión con frecuencia y con orgullo, tiene a
sus espaldas una carrera profesional que inició tras finalizar la licenciatura
en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Autónoma de Madrid.
Entró en el Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado como número
uno de su promoción y a dedicado gran parte de su carrera a la asesoría,
primero del secretario de Estado para las comunidades europeas y más tarde para
el ministro de Trabajo. Durante la segunda legislatura de José María Aznar,
Escolano ejerció como director del departamento de Economía del presidente.
El economista ha volcado su labor
hacia el ámbito público, pero también cuenta en su currículum con formación
como ejecutivo, puesto que cursó el Programa de Alta Dirección de Empresas del
IESE. Además, ha formado parte de los consejos de administración de Correos,
Feve e Icex y fue director de relaciones institucionales del BBVA.
Pero en mitad de todos esos
cometidos que ha tenido a lo largo de su trayectoria, hubo uno que marcó
especialmente al todavía presidente del ICO: su estancia como consejero en la
oficina comercial de España en Tailandia entre 1992 y 1997. Allí se despertó su
pasión por este país y por Asia en general. Fascinado por ese nuevo mundo que
descubrió en aquella etapa, sigue interesado en todo lo que tiene que ver con
el continente y le gusta recordar su experiencia acudiendo de vez en cuando a
restaurantes tailandeses.
Es probable que su nuevo cargo en
el BEI, que le obligará a trasladar su residencia a Luxemburgo, le permita
retomar el contacto con esa parte del mundo que tanto le gusta. Lo que está
claro es que los viajes serán una vez más una constante en su agenda. Dicen en
su círculo cercano que Escolano afronta este nuevo reto con mucha ilusión y encantado
de tener que recorrer de nuevo diferentes rincones.
Los idiomas no supondrán un
problema para él, ya que maneja a la perfección el inglés y, especialmente, el
francés (que tiene oportunidad de practicar a diario dada la nacionalidad su
mujer). También cuenta con algunas nociones de alemán y, en general, de
cualquier idioma que necesite para defenderse en los lugares que visita.
Pero la importancia que da al
conocimiento de diferentes lenguas no se queda ahí. Durante su mandato en el
ICO ha intentado promover todo lo posible el aprendizaje de idiomas entre el
personal y se ha esforzado por dotar a la institución de un carácter
internacional, por ejemplo, a través de la traducción de su página web a
idiomas como el inglés, el chino o el japonés.
Ese contraste entre el orgullo
por su tierra natal y a la vez su gusto por lo extranjero se refleja también en
los reconocimientos que ostenta: miembro de la Real Sociedad Económica
Aragonesa de Amigos del País y Chevalier de l’Ordre Narional du Mèrite de la República
francesa.
Román Escolano llegó al ICO en un
momento en que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, acusaban la
falta de fluidez del crédito. Ahora se marcha con cifras tan llamativas como un
récord de préstamos concedidos en líneas de mediación (las que se comercializan
a través de entidades bancarias colaboradoras) en la primera mitad del año:
10.822 millones de euros otorgados en más de 145.000 operaciones en los
primeros seis meses de 2014.
Casado y con tres hijos, el
trabajo ocupa gran parte de la jornada de Román Escolano, pero cuando consigue
sacar algo de tiempo libre siempre procura dedicárselo a su familia y al
deporte. De hecho, suele buscar un hueco para el gimnasio incluso en sus
viajes.
En su día a día o en sus ratos de
ocio, la lectura también acompaña al próximo vicepresidente del BEI. Varios
periódicos nacionales e internacionales, así como ensayos y novelas sobre todo
tipo de temas pasan a menudo por sus manos, lo cual contribuye a seguir
aumentando ese vasto conocimiento que tiene de lo que le rodea y que tanto
destacan de él sus conocidos.
En su despacho o en casa, también
es habitual encontrar a Román Escolano escuchando alguno de los múltiples
estilos de música a los que es aficionado. Desde el soul a la música brasileña,
disfruta descubriendo todo tipo de melodías.
En lo personal, quienes han
trabajado cerca de Escolano lo describen como alguien educado y de buen trato
que prefiere buscar una solución con calma antes de enfadarse. Amante de la
discreción y la austeridad, este economista no es demasiado dado a los actos
sociales, salvo a aquellos a los que debe asistir por motivos de trabajo. Por
supuesto, también lo señalan como un gran conversador.
Serán muchos los cambios que el
nuevo curso acarreará para Román Escolano, pero él ya está preparado para
seguir aumentando las páginas de su particular enciclopedia.
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