El detrás de escena: de Verónica
Ojeda a Víctor Hugo, los secretos del programa de Diego Maradona sobre el
Mundial
LaNacion - martes, 17 de
junio de 2014
Arranca por la derecha el genio
del fútbol mundial. Cuando la mayoría de los estudios del International
Broadcast Centre (IBC) apagan sus luces y los pasillos empiezan a sentirse
desiertos, la puerta de ingreso recibe a una decena de cámaras y periodistas.
Está por llegar Diego Armando Maradona para el vivo de De Zurda, el programa
que conduce junto con Víctor Hugo Morales para Telesur y la TV Pública, y
captar su imagen, aunque sea por unos segundos, es suficiente para los
curiosos. Pero el Diez recibe el pase del Negro Enrique y deja a los primeros
rivales -los periodistas- en el camino, para lanzarse en una nueva carrera
memorable que terminará con un paso fugaz por el estudio de televisión que
visita cada noche, desde el lunes pasado hasta que termine el Mundial Brasil
2014
"Es una experiencia
maravillosa. Tengo un cariño muy grande por él, pero estar en el día a día es
vivificante, es mucho mejor de lo que uno concibe que sea Maradona. Con esa
vida tan difícil, es imposible. Todo ese fervor de la gente... Tiene la playa
más linda del país enfrente de su hotel. No la puede pisar. Tiene su hijo y
debe encerrarse en un estudio de TV para que no le pidan notas. No puede ir ni
al baño. Así y todo se mantiene con muy buen ánimo, con un gran sentido de
compañerismo", le confiesa Víctor Hugo Morales a canchallena.com, minutos
antes de encontrarse en el estudio con Maradona, que llega por un puerta
exclusiva para él, con dos agentes de seguridad privada y lejos de las cámaras.
Todo esto marca que haya una
repercusión de la yo vuelvo a salir beneficiado. Diego sigue haciendo goles y
yo estoy al lado de él para relatarlo (Víctor Hugo)
Diego no está sólo, lo acompaña
su ex pareja Verónica Ojeda, que luce unos zapatos de plataforma altos, un
pantalón negro y una remera, y su hijo Dieguito Fernando, quien había sido
presentado públicamente por su padre en la edición anterior del programa. Ellos
ingresan al estudio con el Diez, pero rápidamente saldrán y seguirán el
programa desde el pasillo, como también lo hará un gran número de personas.
"Está re papero, mirá que yo no le digo nada. Todo el día detrás de
él", dice la madre sobre su hijo en un entretenido diálogo telefónico, que
mejor no detallar.
Los minutos que faltan para el
inicio del programa son escasos. Graciela, la maquilladora del canal que cubre
su primer Mundial, entra en escena y trabaja sobre el rostro del crack. No le
tiembla el pulso, está "acostumbrada a trabajar con los famosos",
confesará luego. "Estoy muy contenta y emocionado. Pensé que iba a ser
difícil trabajar con Diego, pero no. Es muy agradable, te trata muy bien. Para
mí, es muy importante", cuenta ante el micrófono de este medio, con un
dejo de nerviosismo.
Y deja el tercero ¡y va a tocar
para Burruchaga! Siempre Maradona. "Un programa de fútbol, pero con
política", explicaba Maradona en su intimidad, poco después de rechazar un
contrato millonario de los árabes y al aceptar la propuesta de Telesur, el
canal estatal de Venezuela. Con la luz de aire en rojo, Diego hace caso a
aquellas palabras y comienza hablando del fallo por los fondos buitre. "Me
siento orgulloso de haber dicho que soy cristinista. Le está poniendo una
garra. Viví cuatro años en Cuba con Fidel Castro, y él le peleaba a todo, por
eso me atrevo a hablar de los fondos buitre y bancar a Cristina", dispara
el Diez en los primeros minutos del programa, mientras la puerta del control se
mantiene abierta y cada uno que pasa se detiene a escucharlo. Y va por más.
¡Genio! ¡Genio! ¡Genio!
Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta. "Lo de Alemania roza lo perfecto", son las
primeras palabras referidas al Mundial que lanza el ex entrenador de la
selección argentina, que parece olvidarse del "chamuyo" germano. Poco
después, y para generar la risa de todos los presentes, lanza: "Con
Nigeria-Irán me dormí". ¡Goooooolll!! ¡Goooooolll! ¡Quiero llorar! ¡Dios
santo! ¡Viva el fútbol! ¡Golaazo! ¡Diegooooo! ¡Maradooona! ¡Es para llorar,
perdóneme!
"Es un tipo que sabe
muchísimo. No tiene el verso del periodista, del cassette. Pero tiene muchísima
personalidad para dar sus opiniones y lo que señala está avalado por su
experiencia, por haber sido jugador -el mejor de todo-, por haber sido técnico
y seguir siéndolo, de estar muy informado. Me sorprende que está muy en
contacto con el fútbol. Sabe mucho más de los jugadores que están en Europa que
yo. Y eso marca el interés, para nada en decadencia, que tiene por el juego.
Después está el entusiasmo que él le pone. Está disfrutando y yo disfruto de
eso", reflexiona el relator del gol más lindo de todos los tiempos.
Desde que comenzó, el programa
desborda en repercusiones y el rating acompaña. Incluso, minutos después del
debut triunfal de la selección argentina, se alcanzó la mejor marca en la
pantalla argentina: 4.4. ¿La explicación? "Nada especial ha ocurrido,
salvo que está Diego. Que hace una broma, que dice algo sabio, que charla con
amigos que vienen al programa porque está él... Diego con sus recuerdos y sus
anécdota, con su humanidad, con el amor por su familia, con la presentación de
su hijo.", analiza Víctor Hugo, que también se permite bromear: "Todo
esto marca que haya una repercusión de la yo vuelvo a salir beneficiado. Diego
sigue haciendo goles y yo estoy al lado de él para relatarlos".
Maradona mira frente a cámara y
cierra una nueva edición de De Zurda. La tensión en la puerta crece. Lo
fotógrafos se agolpan, los micrófonos se enciende y un muñeco viviente de
Lionel Messi, realizado por la cadena Sport TV de Brasil, esperan por una
declaración, un saludo o un simple gesto del Diez. El primero en salir es VHM,
que acortando camino por entre los medios, y con un claro tono humorístico,
dice: "Hoy no, no voy a dar notas". Las risas se escuchan algunos
segundo, hasta que la espera se vuelve a posar en Maradona.
Dos agentes de seguridad le
avisan a los productores brasileños que "infelizmente" Diego no va a
quedarse hablando con el falso Leo. La salida de Verónica aumenta la
expectativa. Detrás, a paso lento y con Dieguito Fernando en brazos, se deja
ver. Ante la corrida de los periodistas, y con un rostro que roza la amabilidad
y el fastidio, cruza en poco tiempo los 50 metros que lo separan de la puerta.
"Hasta acá llegó mi amor", dice, antes de salir, para despedirse de
los curiosos. Volvió a hacerlo: dejó a todos en el camino. Maradona, en una
corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos, barrilete cósmico, ¿de
qué planeta viniste?
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