Extractivismo en América Latina,
a debate
Deutsche Welle - sábado, 28
de junio de 2014
Atizados por la demanda china,
América Latina sobreexplota sus recursos naturales sin considerar el riesgo que
ese afán extractivista supone para la sustentabilidad del planeta. El tema fue
objeto de debate en Berlín.
Aunque la voz “extractivismo”
sigue brillando por su ausencia en el diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española, el término es usado con mucha frecuencia porque alude a un
controvertido fenómeno que muchos ecologistas –y economistas también– describen
de la siguiente manera: la vorágine por el crecimiento, el ímpetu modernizador
y el afán por insertarse en los mercados internacionales ha llevado a América
Latina a ‘simplificar‘ su estructura productiva y retomar la actividad
extractiva como apuesta para su desarrollo.
Atizados por la demanda china,
que mantendrá altos los precios de las commodities durante el próximo cuarto de
siglo, según los expertos, los países latinoamericanos han dejado de esforzarse
en la fabricación de productos con valor agregado. La intensidad del proceso
extractivista varía de un país a otro, pero, salvo pocas excepciones, la
sobreexplotación de las materias primas es una constante en toda la región. Los
recursos naturales se convierten así en la ‘chequera’ de numerosos Gobiernos
del subcontinente.
En la época de la Conquista, la
minería sobresalió como la actividad que permitió el incipiente desarrollo de
algunas regiones, con todo y que buena parte de las materias primas y sus
ganancias fueron expoliadas por las potencias coloniales. Ahora, la renta
minera vuelve a ser atractiva por ser la que más rendimientos deja, a costa de
graves conflictos sociales y serios problemas medioambientales. Y si no se
diseñan políticas con una perspectiva de largo plazo, el extractivismo puede
provocar una dependencia peligrosa.
Este tema marca las relaciones
entre Alemania y los países al sur del Río Bravo. En eso coincidieron los
expertos reunidos en el congreso anual de la Asociación Alemana de
Investigaciones sobre América Latina (ADLAF), celebrado en Berlín en la sede de
la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana a la Unión Demócrata Cristiana
(CDU). Al encuentro acudieron especialistas y diplomáticos, tanto de Europa
como de Latinoamérica.
El cambio climático, amenaza real
La preocupación por el cambio
climático y el desarrollo sustentable fueron las líneas conductoras del debate.
Marie-Luise Dött, portavoz de política medioambiental de la CDU y la Unión
Social Cristiana de Baviera (CSU) en el Bundestag, explicaba que, por ser pobre
en materias primas, Alemania se ha convertido en campeón del reciclaje de
deshechos y puede poner su tecnología a disposición de América Latina para
proteger sus recursos, su biodiversidad y su clima. Dött destacó el éxito de
proyectos energéticos “verdes” que han beneficiado a Costa Rica, Honduras y El
Salvador.
En conversación con DW, la
diputada enfatizó que lo fundamental es fomentar la educación por ser lo que
permitirá a las próximas generaciones “distinguir oportunidades” que después
propiciarán la creación de empresas y de empleos. De igual manera subrayó que
el éxito en la gestión de una ciudad o un país se mide por su trato a los más
pobres, por las posibilidades de desarrollo que les brinde para salir de la
precariedad.
Joséluis Samaniego, directivo de
la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), llamó la atención hacia los
problemas estructurales de la región: la baja productividad, la baja presión
fiscal, las brechas de informalidad y de protección social. Samaniego señaló
que América Latina ha estado muy abierta a las corrientes internacionales de
precios y que, en aras de abastecer la enorme demanda mundial de materias
primas, que exporta sin refinar, la región ha simplificado su estructura
económica y ahora produce poca manufactura de alta tecnología. “Comparado con
los países del este asiático, Latinoamérica está muy rezagada”, comentó
Samaniego.
Sector minero, el más rentable
El sector minero es el más
productivo en América Latina y el mundo; su rentabilidad se ha multiplicado por
cuatro mientras que la de la extracción petrolera sólo se ha duplicado. El
experto destacó durante su ponencia que hay 190 conflictos por proyectos
mineros en la región. Por ello subrayó la necesidad de un cambio estructural
para insertarse de otro modo en la economía internacional. Samaniego destacó
que China ha ejercido influencia sobre todos los precios de las materias primas
y que el auge extractivista se debe a la demanda del gigante asiático que
durará entre, veinte y veinticinco años. “Es suficientemente tiempo para que
los Gobiernos puedan prever cómo transitar de esta insostenibilidad que hay
ahora a una sostenibilidad más blanda”, dijo Samaniego.
“América Latina se subió al vagón
del neoliberalismo, de la prevalencia de los mercados y la convicción de que
éstos se autoregulan. El shock que supuso la crisis financiera fue la tumba de
los mercados autoregulados. En Latinoamérica hay una toma de conciencia sobre
la importancia de las políticas públicas; los mercados deben tener reglas
claras para poder funcionar, de otra manera pavimentaremos el retorno a una era
en la que el patrimonio marca las diferencias sociales”, sentenció Samaniego.
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