La política entra en juego en
Ucrania: los deportistas, ante el dilema de su nacionalidad
LaNacion - jueves, 26 de junio
de 2014
Habían esperado cuatro años para
ese momento, pero no podían disfrutarlo. Su país estaba a punto de entrar en
una guerra civil y las noticias reportaban que el saldo de muertos iba en
constante ascenso. La esquiadora Bogdana Matsotska y su padre y entrenador,
Oleg Matsotski, decidieron entonces dejar los Juegos Olímpicos de Invierno, en
la ciudad rusa de Sochi, para volver a Ucrania.
"Como muestra de protesta
contra los comportamientos dignos de matones con los manifestantes, dejamos de
participar en los Juegos Olímpicos de Sochi", escribió Matsotski en su
cuenta de Facebook, en una declaración también firmada por su hija, en repudio
a la represión del presidente Viktor Yanukovich a quienes pedían por su
renuncia en la plaza Maidán.
"Ahogó las esperanzas de
Ucrania en un baño de sangre...¡Gloria a Ucrania, gloria a sus héroes!",
expresaban en la carta, que causó una revolución en Sochi. El Comité Olímpico
Internacional (COI), fiel a su tradición de mantener al deporte alejado de la
política, echó mano a la Carta Olímpica. No podía retener a dos atletas contra
su voluntad, pero sí rechazó el pedido del equipo ucraniano para llevar un
brazalete negro en señal de luto. Se amparó en la regla 50 de ese reglamento,
que prohíbe cualquier tipo de "manifestación o propaganda política, religiosa
o racial en un lugar, sede o cualquier otro emplazamiento olímpico".
Finalmente, Bogdana Matsotska y
su padre se dieron de baja en la competencia pero se quedaron en Sochi con sus
compañeros de delegación. "En estos duros momentos la unidad es
importante", aseguró entonces Serguei Bubka, presidente del Comité
Olímpico Ucraniano y también miembro del COI.
Era el 20 de febrero de este año
y en una Ucrania dividida desde hacía tres meses, cuarenta personas habían
perdido la vida en distintos enfrentamientos. Dos días después, y en la
anteúltima jornada de los Juegos Olímpicos de Invierno, el Parlamento ucraniano
destituyó a Yanukovich y un gobierno interino, de tendencia pro-occidental, se
hizo cargo del país.
El cisma entre las "dos
Ucranias" se profundizó hasta que, el 16 de marzo, la península de Crimea
-un punto geoestratégico clave para Moscú por su puerto en el Mar Negro- votó
por un 97% a favor de la independencia de Ucrania, que luego se transformó en
un pedido de anexión a Rusia. Los parlamentos de Crimea y de Rusia tardaron
pocos días en dar por válido el resultado, aunque Occidente, Ucrania y la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamaron a no reconocerlo
internacionalmente.
El fervor separatista se extendió
y las regiones de Donetsk y Lugansk se propusieron seguir los pasos de Crimea,
en medio de una incesante violencia. El 11 de marzo, tuvieron sus propios
referéndums, esta vez sin el respaldo de Rusia, en donde también ganó por
abrumadora mayoría la opción separatista. Ahora, con Petro Poroshenko,un
magnate con vínculos con Occidente, en el poder tras las elecciones de mayo, la
crisis política, el terremoto financiero, y la violencia en las calles del Este
siguen presentes.
En este contexto, para muchos
deportistas, especialmente los de Crimea y las regiones separatistas, la crisis
se transformó en un problema de identidad y financiero ante el cual no se
quedaron callados. Lejos de las intenciones del COI, la política volvió a
entrar en el juego.
La joven campeona mundial de
gimnasia rítmica Crimea Anna Rizatdinova, de 20 años, es una de las caras de la
lucha por la identidad ucraniana en medio de la crisis.
"Nosotras estamos orgullosas
de nuestro país y, obviamente, ni pensamos en cambiar de selección y
representar a otro país. Crecí en Ucrania y seguiré representando sólo a
Ucrania", dijo Anna a los medios locales en representación de la
selección.
Anna nació en Simferopol, la
capital de Crimea, donde todavía viven sus padres. Ella, en cambio, está
instalada en Kiev. Allí entrena con el Seleccionado de Ucrania, uno de los
mejores en esta disciplina. Sin embargo, el equipo tiene en Crimea el Centro de
Deportivo de la ciudad de Alushta, paso obligado antes de las grandes
competencias internacionales para ganar resistencia.
"Aunque el deporte no es del
todo una actividad política, esta situación influye en nosotros. Las
condiciones para prepararnos para los torneos no eran las ideales ni a las que
estamos acostumbradas, pero lo importante es que a pesar de todo, desde que
empezó el año competitivo nuestra bandera se eleva en lo más alto de todos los
podios de las Copas del Mundo", dijo Anna después del Campeonato Mundial
de Corebil-Essones, en Francia. La presencia del equipo ucraniano en esa
competencia, igual que en el Campeonato Europeo de agosto próximo en Bulgaria
fue posible porque los organizadores permitieron su participación sin costo
alguna, como muestra de solidaridad ante la inestabilidad financiera de Kiev.
El mismo desafío económico que
enfrentó el seleccionado de gimnasia rítmica ucraniano obstaculizaba los
entrenamientos de todas las disciplinas olímpicas en Kiev. Por eso, en
respuesta a un pedido de Sergei Bubka, el COI anunció que brindará una suma de
300.000 dólares al Comité Olímpico Nacional de Ucrania para que participe en
competiciones internacionales y mantenga sus sedes de entrenamiento.
Bubka, quien nació en Lugansk y
ha representado a la Unión Soviética, primero, y a Ucrania, desde 1991, como
pertiguista, precisó que la donación del COI va a ser utilizada "para
ayudar a los atletas a competir y promocionar nuestro país alrededor del
mundo".
Otra historia análoga a la de
Anna Rizatdinova, es la de Oleksandr Usyk, boxeador de 27 años y medalla de oro
de peso pesado en los Juegos Olímpicos de 2012, quien también nació en
Simferopol y desde allí asegura que Crimea seguirá siendo ucraniana.
"No tengo miedo de venir a
Simferopol y mudarme a otra ciudad no es una posibilidad para mí. Aquí está mi
casa; mis chicos nacieron aquí. No voy a cambiar de pasaporte. Soy de Ucrania y
Crimea es Ucrania", dijo el pasado 28 de abril en una conferencia de
prensa después de ganar una pelea, un triunfo que festejó envuelto en una
bandera ucraniana.
Su entrenador, Wladimir
Klitschko, de 37 años, está aún más involucrado en la política. Su hermano,
Vitali, ex campeón de boxeo, fue una de las figuras más populares de las
manifestaciones contra Yanukovich y en mayo último fue electo alcalde de Kiev.
Mientras el mayor hacía campaña, el actual campeón mundial del peso pesado
consiguió para los manifestantes de la plaza Maidán "apoyos
influyentes", entre los que mencionó a Bill Clinton,George Clooney y
Arnold Schwarzenegger.
En paralelo, los dos principales
clubes de fútbol de Crimea, Tavriya Simferopol -primer campeón de Ucrania, en
1992- y FC Sebastopol, que terminaron con pésimos resultados el último torneo
de la Premier League ucraniana, manifestaron que harían todo lo posible por
pasar a jugar en el campeonato ruso. Ambos equipos, que pertenecen a magnates
con fuertes lazos económicos con Moscú, finalmente encontraron cómo hacerlo,
aunque por fuera del marco legal.
El proceso para pasar a formar
parte de la liga de otro país necesita la aprobación la FIFA y la Unión de
Federaciones de Fútbol Europeas (UEFA), que todavía no se pronunciaron sobre la
petición de la Federación Ucraniana. En caso de que la absorción se haga sin el
aval de la UEFA, cuyo principal patrocinador es la empresa gasística rusa
Gazprom, el organismo podría decretar sanciones. La FIFA, en tanto, prohíbe a
clubes tomar partido en cualquier competencia en el territorio de otro estado
sin expreso permiso de todas las partes.
Sin embargo, desde principios de
este mes, Tavriya, donde juega el cordobés Rubén Gómez, y Sebastopol fueron
rebautizados. Ahora son Skif y FC BSF (las siglas en inglés para Club de Fútbol
de la Flota del Mar Negro) y están anotados en Rusia.
En la negociación, ambos clubes
perdieron la categoría, pese a sus intenciones de continuar en primera
división, igual que los otros cuatro equipos crimeos menores que ahora también
jugarán en la liga rusa
¿Qué hay detrás de esta jugada?
El dueño del Tavriya es Dmytro Firtash, un magnate del gas y el petróleo, que
huyó a Austria después de la caída de Yanukovich y fue arrestado por sacar
capitales ilegalmente del país y poco después salió de prisión tras pagar una
fianza millonaria. Por su parte, el dueño del Sebastopol, el ruso Vadim
Novinsky, también está vinculado a Yanukovich y tiene un patrimonio de más de
1900 millones de dólares. Además, es socio del dueño del club Shakhtar Donetsk,
Rinat Akhmetov, considerado el hombre más rico de Ucrania, quien primero
apoyaba a los separatistas y luego dio un sorpresivo giro en favor del Kremlin.
"Hay reglas de Derecho
Internacional pensadas para la ciudadanía en caso de sucesión de estados para
evitar que las personas queden apátridas y respetar su derecho a la
nacionalidad", señaló a LA NACION Lucas Barreiros, profesor de Derecho
Internacional en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Torcuato Di
Tella.
Sin embargo, reparó que estas
reglas no son aplicables a los ciudadanos crimeos ya que para que esto ocurra
"la sucesión tiene que ser conforme al derecho internacional", es
decir, que debería existir una sentencia del Tribunal Internacional o un
acuerdo entre Rusia y Ucrania para que la península vuelva a ser rusa, algo que
hasta el momento no sucedió.
Según esta norma, que actualmente
es consuetudinaria pero que busca ser ley internacional mediante un proyecto de
la ONU, las personas que viven en un territorio en sucesión adquieren la nueva
nacionalidad, pero con la opción de mantener la original. Así, en caso de que
se formalice la anexión de Crimea a Rusia, quienes actualmente viven en la
península pasarían a ser rusos, pero podrían optar por seguir siendo
ucranianos.
Por otra vía funcionan las reglas
de cada país sobre la doble nacionalidad. Al respecto, Eleonora Tafuro,
investigadora especialista en Rusia del think-tank europeo Fride, remarcó
"en teoría la doble ciudadanía está prohibida en Ucrania, pero mucha gente
sigue teniéndola", especialmente en Crimea. "Es una suerte de zona
gris. Yanukovich propuso hacerla legal y el siguiente gobierno, por el
contrario, intentó establecer castigos más duros para quienes tienen dos
pasaportes. Todavía ese proyecto está siendo discutido en el parlamento",
precisó.
Para muchos de los 263
deportistas de Crimea, la decisión de pasar a representar a Rusia o seguir
compitiendo bajo la bandera ucraniana fue difícil. Moscú intentó facilitarles
el camino al decretar una ley nacional para la integración a las selecciones
nacionales de los deportistas provenientes de territorios nuevos que pasen a
formar parte de la Federación Rusa.
Según el último informe de las
autoridades rusas, 112 atletas recibieron la ciudadanía de ese país, aunque,
como señaló el ministro de Educación, Ciencia, Juventud y Deporte de Crimea,
Valeriy Kósarev, algunos deportistas todavía no pudieron hacerlo por haber
comenzado el año competitivo registrados como representantes de Ucrania.
Uno de los primeros en anunciar
su pase a Rusia fue Artur Aivazyan, campeón de tiro de 41 años, quien, para
representar a Rusia, deberá estar tres años en "cuarentena", es
decir, deberá estar parado deportivamente durante tres años.
Entre pases, cuarentenas, y
expresiones de nacionalismo, el libro de pases en el este de Europa parece
estar abierto para todas las disciplinas, incluso bajo nuevas e improvisadas
reglas.
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