Los
goles científicos de América del Sur
BBC - junio de 2014
"Una parte del mundo que ha
pasado demasiado tiempo en los laterales de la ciencia", dice la revista
científica Nature, que dedica su último número a América del Sur.
La publicación eligió el comienzo
del Mundial de Fútbol para examinar la situación de la ciencia en la región,
cuando miles de millones de personas miran al continente.
Y las conclusiones de su reporte
especial son más bien positivas: inversiones y estudios científicos están
aumentando, y no son pocos los ejemplos exitosos de colaboración regional e
internacional.
La prestigiosa revista dice que
la región aún enfrenta grandes desafíos para lograr tener más relevancia y
protagonismo en el mundo científico, pero encuentra motivos de esperanza.
¿Estará entrando la ciencia
sudamericana en su temporada ganadora?
Los números del optimismo
La ciencia brasileña, se atreve a
decir Nature, le gana al Mundial… Al menos desde el punto de visto financiero:
el gobierno y el sector privado invierten unos U$27 mil millones por año en
ciencia, tecnología e innovación, en comparación con el torneo de fútbol, que
recibió alrededor de U$15 mil millones.
El gasto de Argentina y Brasil en
investigación y desarrollo (I+D) se ha disparado incluso más rápido de lo que
han crecido sus economías, aunque el organizador del Mundial es el único que
aporta más del 1% de su economía a este sector, señala el reporte.
Aunque Brasil aporta casi dos
tercios del personal científico del continente con sus 100.000 investigadores,
Argentina destaca en proporción: con casi 3 científicos por cada 1.000
trabajadores, supera incluso a China (con menos de 2) y sólo está por debajo de
Estados Unidos (con más de 8).
Según las estadísticas que
observa Nature, América del Sur ha aumentado a 4% el porcentaje de artículos de
investigación publicados en el mundo.
Con 46.306 estudios publicados en
2013, Brasil abarca dos tercios de todas las investigaciones científicas de la
región, aunque en términos de artículos per cápita es similar a Argentina,
Uruguay y Chile.
Venezuela, sin embargo, es el
único país cuya producción científica está en declive: sus estudios publicados
cayeron en un 29% entre 2009 y 2013.
Otro de los datos interesantes
que encuentra Nature tiene que ver con el índice de citas o menciones de los
trabajos académicos: los artículos de Perú son los que tienen más impacto
internacional, es decir, son los más citados de la región. Según la revista,
esto se debe a que los estudios peruanos son los que tienen más coautores de
otros continentes.
Sin embargo, el punto débil que
señala el informe de Nature es la participación privada: salvo en Brasil, donde
cerca de la mitad de la financiación para la investigación viene del sector
privado, en el resto de los países es mucho menor. Menos inversión privada,
dice la revista, se traduce en un número pequeño de patentes de invenciones per
cápita.
En este rubro, Chile supera al
resto, con 13,52 patentes registradas por cada millón de personas en 2012. Como
comparación, Estados Unidos tuvo 729,25 y China 112,67.
Cuatro grandes jugadores
El informe de Nature destaca
cuatro ejemplos estimulantes de lo que puede ir bien:
Fichaje de cerebros
Una de las claves del crecimiento
científico suramericano, dice el informe, está en los esfuerzos por traer de
nuevo al continente a sus más promisorias mentes científicas.
Uno de los ejemplos que ofrece
Nature es el de Lino Barañao, doctor en química, que tras su formación
posdoctoral en Estados Unidos recibió apoyo de la Fundación Rockefeller para
establecer su laboratorio en su país natal, Argentina, donde hoy ocupa el cargo
de ministro de ciencia, tecnología e innovación.
Desde este ministerio se promueve
el programa Raíces, que busca el retorno de investigadores desde el exterior
ofreciendo laboratorios equipados y salarios competitivos.
Por su parte en Chile, la
Iniciativa Científica Mileno, iniciada en 1999, ha creado centros de excelencia
y becas para estudiar en el exterior con el compromiso de volver al país.
Programas similares en Brasil y
otros países con menos presupuesto científico también buscan cómo repatriar
investigadores.
Como muestra, el anuncio en marzo
pasado de la convocatoria "Es tiempo de volver", un programa de U$9
millones del gobierno colombiano.
Merece la pena intentar que los
mejores fichajes vuelvan a jugar en casa.
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