Brasil sigue enamorado de su
icónica camiseta
Reuters - viernes, 13 de
junio de 2014
Es más identificable que la
bandera brasileña, más fácilmente reconocible que Pelé o Ronaldo o cualquiera
de los ilustres futbolistas que han lucido la indumentaria deportiva más famosa
del mundo.
Se trata de un uniforme que ha
reportado 1.600 millones de dólares al gigante estadounidense de ropa deportiva
Nike, que llegó a un acuerdo de derechos con la Confederación Brasileña de
Fútbol (CBF) en 1996 para comercializar la camiseta diseñada hace 61 años por
Aldyr García Schlee, un joven dibujante y laureado autor.
Para los brasileños, la casaca
amarillo canario, los pantaloncitos azules y las medias blancas son más que un
uniforme. Son parte de su identidad, un símbolo de orgullo nacional en un país
que intenta alcanzar el récord de ser seis veces campeón del mundo.
Como casi todos los aspectos del
fútbol brasileño, la creación del uniforme de la selección nacional es un
cuento de raíces románticas. Para García Schlee fue una relación que terminó en
desilusión y desamor.
El laureado novelista y
periodista, que dio al país uno los símbolos de mayor orgullo, acabó en prisión
durante la dictadura militar de Brasil y cambió su lealtad al fútbol de
Uruguay.
"Definitivamente hay un
romance respecto a la actitud de Brasil hacia el juego y su filosofía (...)
Para muchos hinchas, históricamente Brasil ha sido su segundo equipo y el hecho
de que la Copa del Mundo se celebre aquí reforzará eso", dijo el portavoz
de Nike Charlie Brooks.
"La casaca amarilla es tan
reconocible, es un ícono por derecho propio en el mundo del fútbol y nuestra
asociación con Brasil ha sido fundamental en nuestro viaje, en el que pasamos
de ser unos recién llegados al fútbol a mediados de 1990 a la marca líder de la
actualidad", agregó.
"Nuestro fundador, Phil
Knight, dijo una vez que sólo entenderíamos realmente el fútbol cuando lo
viéramos a través de los ojos de Brasil", sostuvo.
NUEVO COMIENZO
Traumatizado por una derrota ante
Uruguay en la final del Mundial de 1950 en su tierra natal, Brasil se hundió en
años de luto nacional.
Se decidió finalmente que el
equipo nacional necesitaba una nueva identidad, un nuevo comienzo, y uno de los
periódicos brasileños de circulación nacional celebró un concurso para diseñar
un nuevo uniforme que sustituyera al monótono blanco con ribetes azules.
García Schlee, un adolescente que
creció cerca de la frontera con Uruguay en la ciudad de Pelotas, esbozó más de
un centenar de ideas antes de presentar el diseño que se convirtió en un básico
de la moda de fútbol.
"Al principio no iba a
participar en el concurso porque no comprendía bien las reglas", dijo
García Schlee, en una entrevista con el sitio web de la FIFA (www.fifa.com).
"Pensé que había que poner los cuatro colores de la bandera nacional en la
camiseta. Me parecía ridículo y decidí no participar".
"Luego me di cuenta que era
posible interpretar las reglas de manera distinta, diseñando una camiseta que
priorizara los colores que representan nuestra identidad, el verde y el
amarillo y dejando que las medias y los shorts se ocuparan del azul y
blanco", agregó.
De Río a Roma o Sao Paulo a
Arabia Saudita, la creación de Schlee puede ser encontrada en las tiendas o los
armarios de todo el mundo.
La camiseta de Brasil de Nike es
la más vendida a nivel global y la compañía hizo negocios por 1.000 millones de
dólares en el país sudamericano el año pasado.
Nike también patrocina al joven
delantero Neymar, quien carga con la mayor parte de las expectativas del país
anfitrión del Mundial. La empresa espera que Brasil sea su tercer mayor mercado
en el mundo en el 2017, solo superado por Estados Unidos y China.
"El de Brasil es el equipo
de mayor venta a nivel de federaciones y hemos tenido una gran respuesta hacia
los uniformes que presentamos este año para el Mundial", dijo Brooks.
"La camiseta amarilla es tan
reconocible, es un ícono en sí mismo en el mundo del fútbol", agregó.
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