La fiebre del Mundial-2014 barre
los miedos de los hinchas extranjeros
AFP - miércoles, 25 de
junio de 2014
Alarmados por los medios de
comunicación y por las advertencias de las autoridades para los viajeros, los
turistas extranjeros tenían serios miedos antes del Mundial-2014, pero una vez
en suelo brasileño sólo piensan en fútbol.
"Los medios nos habían
atemorizado un poco, pero nos ha ganado la fiebre", explica Leonardo, un
colombiano de 32 años, resumiendo el sentimiento de numerosos hinchas.
Antes de la Copa del Mundo, los
medios de comunicación, las agencias turísticas y los gobiernos de los países
clasificados alertaron sobre los numerosos peligros y contrariedades que
podrían encontrar los visitantes en Brasil.
Entre los peores, los robos a
mano armada y las violentas manifestaciones aparecían en cabeza. A poca
distancia, también preocupaban las dificultades para hacer planes con los
transportes en este país de 200 millones de habitantes.
"Hay una diferencia enorme
entre lo que esperábamos y la realidad", explica Tom, un belga de 31 años
venido desde el corazón del país europeo.
"Claro que teníamos un poco
de miedo, nos dijeron que teníamos que prestar mucha atención, especialmente
con los robos. Teníamos miedo de que nos robaran los papeles", continúa su
amigo Christophe, un funcionario de Gand.
Pero según estos hinchas extranjeros,
la inseguridad no se siente en absoluto. En Rio de Janeiro, la disminución de
las protestas sociales y los dispositivos policiales omnipresentes noche y día
tranquilizan a los más aprensivos.
"Han tomado precauciones con
todos estos policías. Es algo bueno porque los turistas vienen de todos los
sitios y normalmente tienen una noción diferente del riesgo", comenta
Kotaro Ninomiya, un estudiante estadounidense llegado desde San Diego (Estados
Unidos).
Para Luke Stepien, un contable
canadiense de 26 años, "lo más importante es estar bien informado. Es de
sentido común, hay que evitar las favelas y algunos barrios por la noche".
Por su parte, el mexicano
Mauricio Torres, contable en México, explica que la situación es muy similar a
la de su país.
"En México la gente también
tiene una cierta percepción de la inseguridad, con todo lo que cuentan los
medios de comunicación sobre los narcos, pero eso no te impide tener una muy
buena vida, siempre que sepas dónde no debes ir".
Algunos turistas dicen, incluso,
sentirse amenazados por los policías vestidos como 'Robocop' que patrullan por
las zonas turísticas de Rio.
"La única inseguridad que se
nota procede de la policía, con todas esas brigadas antidisturbios que se
pasean con sus escudos, es realmente agresivo e impresionante", explica
Tom, el turista belga.
Su amigo Christophe va más allá:
"El único problema que tuvimos fue con la policía en Lapa (barrio conocido
por su vida nocturna), cuando la policía utilizó gas pimienta para dispersar la
calle llena de clientes nocturnos. Francamente, no hacía falta llegar hasta
ahí, nos llenó la nariz de polvo".
En lo que respecta a las
manifestaciones, muchos han escuchado hablar de ellas, pero nadie ha visto
nada.
"Suelo estar por los barrios
turísticos y no he visto una sola manifestación. No es un problema para
mí", contó Lauranne Kamgang, una camerunesa de 26 años que vive en Canadá.
"Si hay que prestar
atención, es para cruzar la calle porque te pueden atropellar en nada",
avisa de su lado Jorge Begoña, un empresario mexicano de 33 años.
A su vez, el australiano Marshall
Boyd confiesa que su única decepción ha sido con la organización. "Por
ejemplo, durante el primer partido en el Maracaná (Argentina-Bosnia del 15 de
junio), no había nada de comer".
"Está todo un poco
desordenado, pero me encanta", reconoce este jugador profesional de rugby
de 28 años.
En Rio como en otros lugares de
Brasil, los hinchas ya no se preocupan de las advertencias y la fiebre del
Mundial está a pleno durante las 24 horas, noche y día, sobre un fondo de
partidos espectaculares.
"Es genial, nos vamos de
fiesta y bromeamos con todo el mundo, ¡incluso con los argentinos!, ríe Danny,
un londinense de 52 años.
"¡Hasta hablamos de las
Malvinas!, exclama este turista inglés haciendo referencia al archipiélago del
Atlántico Sur donde los ejércitos británico y argentino combatieron en 1982,
dejando 649 argentinos muertos y 255 británicos.
"Por el momento no hay
rivalidad, pero no estoy seguro de que esto continúe así durante los partidos
de eliminación directa", advierte, sin embargo, Alexis Makaroff, un
comercial francés de 24 años.
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