¿Por qué América Latina sigue
siendo tan desigual?
BBC Mundo - viernes, 20 de
junio de 2014
Un informe de Barclays Capital
señala que el Gobierno no es consciente de la gravedad de la situación y
pronostica un decrecimiento del 2,9 por ciento. Criticó la falta de
"disciplina monetaria y fiscal".
A pesar del crecimiento de la
última década y de la aplicación de políticas redistributivas, América Latina
sigue siendo la región más desigual del planeta, sólo superada por una zona
plagada de guerras y hambrunas: el África Subsahariana.
Los logros sociales son indudables.
En los últimos 15 años unos 100 millones de latinoamericanos salieron de la
pobreza y, sin embargo, la distancia que los separa de los más ricos apenas ha
variado.
Diversas mediciones de la norma
internacional usada para la desigualdad, el Coeficiente Gini, coinciden en este
dato.
Según el Banco Mundial y el
Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), África
Subsahariana tiene un nivel de desigualdad del 56,5, seguido por América Latina
(52,9) y bastante lejos de Asia (44,7) y Europa del Este y Asia Central (34,7).
Uno de los autores de esta
medición es Leonardo Gasparini, del CEDLAS, quien explicó a BBC Mundo que esta
desigualdad tiene fuertes raíces históricas.
"América Latina es muy
desigual desde la colonia. Parte de las brechas actuales tienen su raíz en una
larga historia de sociedades elitistas, con sistemas políticos poco
democráticos y modelos económicos excluyentes. Los avances que se lograron a partir
de 2000 sólo han compensado la profundización de la desigualdad en la década de
los 80 y 90 que llevó a que la región consiguiera el mote de la más desigual
del planeta", señala Gasparini.
El vaso medio lleno
El coeficiente Gini analiza la
distribución del ingreso en distintos sectores sociales con valores que van del
0 (igualdad total) al 1 (desigualdad absoluta).
Se calcula que desde 2000 la
pobreza ha descendido en un 30% en la región y que esta caída tuvo un impacto
en la desigualdad que pasó de 0,54 en 2000 a 0,5 en 2010.
Aun así, comparado con los países
más igualitarios la distancia es abismal: el coeficiente Gini de los
escandinavos es de 0,25.
Según Gasparini los avances en la
última década se han debido a una mezcla de factores económicos y de política
social.
"La caída de la desigualdad
se debe en parte a factores exógenos, como la fuerte mejora en los términos de
intercambio (precios de las exportaciones versus el de las importaciones), y en
parte a políticas aplicadas, como el aumento del gasto social, con programas
focalizados como las transferencias monetarias condicionales", indicó a
BBC Mundo.
Ejemplo de estas transferencias
condicionales es el programa de Bolsa Familia que recibe un cuarto de la
población en Brasil a condición de que la familia garantice la escolarización
de sus hijos.
En toda la región existen
programas similares. El Plan Familias y el Plan Jefes y Jefas de Hogar en la
Argentina, el Bono Juancito Pinto y el Madre Niño-Niña en Bolivia, el Chile
Solidario, el Familias en Acción en Colombia, el Bono de Desarrollo Humano en
Ecuador y Oportunidades en México son algunos de los ejemplos.
El impacto es doble. Por un lado
se mejora el ingreso, por el otro se avanza en la educación de los sectores más
pobres, lo que ayuda a una mayor movilidad social.
Pobreza, desigualdad, exclusión
A estas políticas se han añadido
otras que han contribuido en el combate a la pobreza como el aumento del
salario mínimo en toda la región y la implementación de planes específicos para
la tercera edad, donde suelen concentrarse los bolsones más duros de pobreza e
indigencia, en países como Argentina y Bolivia.
Pero según le indicó a BBC Mundo
Marta Lagos, directora de Latinbarómetro, una encuestadora a nivel regional,
estos indudables avances en la pobreza no tienen un impacto similar en la
movilidad social.
"Los pobres en América
Latina son siempre los mismos. Tenemos sociedades muy estratificadas con muy
poca movilidad social. De hecho, podríamos eliminar toda la pobreza y seguir
teniendo fuerte desigualdad. Para atacar la desigualdad se necesita un mayor
acceso al poder, la educación, la salud", señaló Lagos.
En el campo del poder político
una señal clara de exclusión es que la región tuvo que esperar hasta 2006 para
tener su primer presidente democráticamente electo de origen indígena, el
boliviano Evo Morales.
En una región con unas 40
millones de personas de origen indígena, el presidente boliviano es una
excepción más que una regla.
Esta exclusión, que estimula la
desigualdad, no se limita a una cuestión étnica.
"Hay una salud y una
educación para los ricos y otra para los pobres que tienen que salir a competir
en una clara desventaja", indicó Lagos a BBC Mundo.
Esta desigualdad se ve reflejada
y reforzada por lo que debería ser una de las soluciones del problema: la
política impositiva, verdadero talón de Aquiles de la región.
¿Quién paga?
Los impuestos pueden ser directos
(a la renta y la propiedad) o indirectos (al consumo).
Los primeros favorecen la equidad
bajo el principio de que el que más tiene más paga.
impuesto al consumo – también
llamado al valor agregado o VAT – es exactamente lo opuesto. En vez de un
efecto redistributivo tiene uno regresivo: el rico y el pobre pagan el mismo
impuesto añadido al precio de un producto.
Un reciente trabajo sobre la
política fiscal en América Latina de dos economistas de la CEPAL, Juan Pablo
Jiménez y Andrea Podestá, señala el desequilibrio de la carga impositiva sobre
ricos y pobres.
"En América Latina, menos de
un tercio de la recaudación corresponde a impuestos directos. El grueso de la
carga recae en los impuestos sobre el consumo y otros impuestos indirectos. La
carga tributaria no solamente es baja, sino que tiene un claro sesgo
regresivo", señalan.
No sólo eso. La enorme evasión
fiscal que hay en la región, alimento de la fuga de capitales, implica que los
que más tienen pagan todavía menos de lo que deberían, mediante artilugios que
proveen contadores y abogados especializados y paraísos o guaridas fiscales.
El impacto concreto que tiene
esto sobre la desigualdad se ve a las claras en un estudio específico sobre
Argentina, "Fuga de Capitales III (2002-2012)", que halló un aumento
del Coeficiente Gini de 0,42 a 0,49 puntos una vez que se contabilizaban los
fondos fugados a paraísos fiscales.
Así las cosas, no sorprende que
la percepción de los latinoamericanos coincida con el mote de "región más
desigual del planeta".
Según un sondeo de
Latinbarómetro, el 75% de los latinoamericanos cree que la distribución de la
riqueza es injusta y que no hay movilidad social.
En la misma encuesta, a la
pregunta de qué grupos sociales son los que menos cumplen con la ley, la
mayoría ubicó en primer lugar a los ricos (que detentan el poder económico) y a
los políticos (que manejan el poder gubernamental).
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