Reloj, no marques las horas… de insomnio
Forbes - viernes, 20 de
junio de 2014
Un tercio de la población
presentará alteraciones del sueño al menos una vez cada año. Pero ¿cuándo es
insomnio?
Dormir es, sin duda, uno de los
placeres mayores que hay en la vida. ¿No te sientes feliz cuando dormiste
perfecto? Hasta te levantas sin que suene el despertador y listo para otro día.
Pero, ¿cuando esto no ocurre?
Cuando pasan días y no puedes dormir, o medio duermes, al otro día te sientes
cansadísimo, no te concentras, estás irritable y no puedes ni trabajar. ¿Qué
pasa? De repente un día, el sueño simplemente no llega, estás dando vueltas en
la cama horas, o de plano amanece y no pegaste el ojo.
No, no estás enloqueciendo. Es un
trastorno del sueño y tiene una explicación.
El sueño es imprescindible para
ciertas funciones vitales del cuerpo, así como para mantener una salud
psicológica adecuada. Los seres humanos, en general, pasamos un tercio de
nuestra vida dormidos y cada quien necesita distinta cantidad de horas de sueño
cada día para que se lleven a cabo las funciones “reparadoras” y seamos capaces
de realizar las actividades diarias con normalidad. Se ha visto que entre
cuatro y 12 horas por día, de siete a ocho horas, es suficiente para esto.
Sin embargo, aproximadamente un
tercio de la población presentará alteraciones en el sueño al menos una vez
cada año. Si esta alteración se convierte en una dificultad para iniciar y
mantener el sueño, acompañándose de alteraciones del hunor, cansancio,
dificultad para la concentración, irrirabilidad, entre otros síntomas, estamos
hablando de insomnio (del latín insomnium: falta de sueño a la hora de dormir).
Una característica importante
para diferenciar el insomnio de otra alteración del sueño es que, en el
insomnio, además de que no se puede dormir en la noche, se es incapaz de
quedarse dormido durante el día. Es decir, si hay oportunidad de dormir en el
día posterior, tampoco se logra.
Pero, ¿porqué pasa?
Bueno, se ha visto que hay
factores que predisponen a esta situación, como la herencia de ciertos rasgos
de personalidad que facilitan que te alteres por ciertas aituaciones. Luego hay
situaciones que hacen que se presente la alteración –en general se trata de
situaciones estresantes (pérdida de trabajo, problemas personales, deudas…)–. Y
finalmente hay factores que hacen que el insomnio empeore y se vuelva más
problemático, y es cuando comienza el miedo a no poder dormir y se desarrollan
hábitos incorrectos, provocando que sea aún más difícil romper el ciclo.
Aunque la mayoría de los casos de
insomnio se dan por situaciones estresantes o porque la personalidad de quien
lo padece tiene ciertos rasgos, es un hecho que hay factores fisiopatológicos
involucrados. Ocurre que hay una actividad aumentada del sistema de respuesta
al estrés del cuerpo, y esto provoca que haya mayor secreción de algunas
sustancias llamadas proinflamatorias, que precisamente impiden o hacen más
dificil que el cuerpo se duerma; luego viene el miedo a sentirse pésimo al día
siguiente, y este miedo hace que esas sustancias aumenten, así que se vuelve un
ciclo difícil de romper.
Pero bueno, no todo es tan malo.
Normalmente el insomnio dura menos de una semana cuando es provocado por
situaciones de estrés. Cuando se vuelve crónico, lo mas recomendable es visitar
a un médico, primero para descartar que se trate de una enfermedad o
probablemente de un efecto secundario de algún medicamento, y si no fuera así,
es buena idea acudir con un profesional de la salud mental que te ayude a
manejar mejor el estrés o la situación que desencadenó el insomnio.
Algunas veces es necesario tomar
algún tipo de medicamento que ayude a dormir, pero éste debe ser indicado por
un médico y bajo los criterios específicos.
Así que, si te ha ocurrido que
pasan las horas y estás con el ojo pelón, tranquilo, seguramente pasará cuando
se resuelva esa situación que te agobia, y si no, ve con tu doctor; él podrá
orientarte para que vuelvas a soñar con los angelitos. ¡Hasta la próxima!
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