Jugar en serio
Forbes - miércoles, 18 de
junio de 2014
Si queremos un mundo mejor,
tenemos que revolucionar la educación. El juego, en serio, puede conseguirlo.
Los resultados del test de
pensamiento creativo Torracey revelan que en las últimas tres décadas los niños
se han vuelto menos expresivos, imaginativos, perceptivos y sintéticos. En una
época en que la única constante es el cambio, necesitamos líderes con las
fortalezas que la tecnología no tiene: emprendimiento, innovación y
creatividad. Sin embargo, pareciera ser que el sistema educativo nos está dando
justamente lo contrario.
Si queremos cambiar la forma en
la que piensan los niños necesitamos cambiar la forma como aprenden. Varios
estudios sugieren que la clave está en empezar a tomar en serio el juego.
¿Por qué es importante el juego?
Bruno Bettelheim explica que con
el juego los niños adquieren hábitos que mantienen de por vida. Jugar nos
enseña a perseverar para obtener una recompensa, a que la vida en sociedad
tiene reglas que permiten que la interacción funcione, y que seguir esas reglas
y controlar nuestros impulsos agresivos nos dará más y mejores recompensas que
actuar compulsivamente.
“El juego debe ser entendido como
una actividad organizada con roles determinados y un propósito definido que
representa una forma natural de relación en el niño”, dice Guadalupe Luviano,
directora de Contenidos Educativos en el ILCE.
Los beneficios educativos del
juego han sido comprobados en numerosos estudios. Uno de éstos, liderado por
Donovan y Burns en 2001, comparó el desempeño de dos grupos de niños: unos con
enseñanza lúdica y otros con enseñanza basada en la memoria. Los científicos
descubrieron que los niños del segundo grupo tenían mayor incidencia delictiva,
eran menos fraternales y más propensos a experimentar problemas emocionales.
Hart, Yang, Charlesworth y Burts confirmaron dichos hallazgos dos años después,
encontrando que los niños de tercer grado de primaria que no tenían espacios
lúdicos sufrían de más estrés que los demás niños. El estrés propicia
desórdenes como hiperactividad, hostilidad y agresión; estos niños tenían un
menor desempeño en tareas de vocabulario y lectura de comprensión.
Jugar nos permite experimentar y
practicar los desafíos del mundo real a pequeña escala, desarrollando nuestras
habilidades críticas y creativas. Dina Buchbinder, emprendedora social Ashoka,
ha visto esto de primera mano a través de su programa Deport-es para Compartir,
que se ha implementado en cuatro mil espacios educativos de 23 estados de la
República. “Los niños que han formado parte de nuestro programa demuestran un
mejor desempeño en las evaluaciones, y es que no puedes olvidar algo que
vives”, comenta Dina.
Los juegos que implementa
Deport-es para Compartir involucran actividad física, imaginación y preguntas
de reflexión que retroalimentan al niño para que afiance el aprendizaje y pueda
transformarlo en acciones concretas.
Los desafíos críticos y complejos
de la actualidad exigen que los niños desarrollen creatividad, imaginación,
trabajo en equipo, empatía e inspiración como elementos clave para liderar los
cambios necesarios para el futuro. Por esto, Ashoka y la Fundación LEGO lanzan
el desafío Reinventando el Aprendizaje: Jugar para Aprender, que busca crear
una red global en que los participantes puedan compartir sus ideas y recibir
apoyo y retroalimentación de expertos y emprendedores trabajando en la misma
temática.
Si cuentas con un proyecto que
está transformando las formas de aprendizaje de niños y jóvenes utilizando
juegos, actividades lúdicas y/o técnicas de aprendizaje experiencial,
participa. Los 10 modelos más innovadores recibirán 200 mil dólares
estadounidenses en efectivo y apoyo en consultoría.
El mundo ya no se ordena por la
eficacia industrial o la repetición, pero seguimos educando de esa manera. Si
queremos un mundo mejor, tenemos que revolucionar la educación. El juego puede
conseguirlo. Para más información, consulta Changemakers.
No hay comentarios:
Publicar un comentario