¿Qué es la transmedialidad?
Forbes -
miércoles, 13 de agosto de 2014
La transmedialidad es un código
de modernidad que el mundo de los negocios está abrazando con entusiasmo. Pero,
¿qué es?
Transmedialidad es una palabra
larga, dislálica y, sin embargo, no es otra cosa que un signo de nuestro
tiempo. Si estás leyendo este texto es porque ya disfrutas de sus bondades. Es
una manera de mezclar las viejas formas de hacer las cosas para que de esta
argamasa surja una fórmula novedosa de captar la atención del público objetivo.
Desde la imprenta de Gutenberg hasta el hipertexto, la ruptura con las normas
tradicionales es una inquietud constante que cautiva a la humanidad. La
creatividad del ser humano impulsa nuevas alternativas de hacer lo mismo.
La forma moderna y cotidiana de
innovar, de romper fronteras para conseguir mejores resultados, es lo que
conocemos como transmedialidad. Es un fenómeno de nuestra época en que la
hibridación de las corrientes de pensamiento, de procedimientos metodológicos y
de avances científicos ha creado espacios de colaboración. El objetivo de la
mezcla de diferentes sistemas, estéticas, géneros o productos es darle gusto al
público. Para ello se desdibujan los límites y nacen formatos nuevos para
satisfacer las preferencias del consumidor en un espacio en que se busca un
enriquecimiento global y por el cual todos salen ganando.
Así nacen revistas impresas con
sitios electrónicos que cada día ganan más número de lectores; periódicos que
buscan trascender fronteras y abren blogs a los que sólo se accede en línea;
campañas publicitarias, programas de capacitación empresarial, universidades
con clases presenciales y en línea. La transmedialidad es un modo de transmitir
una experiencia a través de diferentes plataformas y formatos que utilizan las
tecnologías digitales actuales. En esta modalidad, así como se es participante
también se juega el papel de receptor, traspasando el umbral entre un medio
tradicional y otro.
Hoy por hoy, los medios rebasarán
la barrera física para formar parte del mundo electrónico. Así como podemos
leer las noticias en el periódico, también podemos escucharlas en la radio,
verlas en la televisión o enterarnos por las redes sociales. Estas diferentes
modalidades se reúnen en este nuevo concepto: en lugar de estar separadas,
están en sintonía en un mismo sitio. Todas las formas de la información se
complementan, y el concepto crece porque es funcional para todos: el sistema
binario se sincroniza con las formas del papel, lo virtual se combina con lo
físico.
La maravilla de esta nueva
tendencia es que el consumidor asume un rol activo. Es decir: tradicionalmente,
el proceso de generar un producto o introducir un mensaje era responsabilidad
única del creador. Ahora, el receptor se convierte en co-creador, y eso hace
posible un compromiso y un enganche en que el participante se convierte en
parte funcional de la estrategia. Hace apenas unos años, el producto, la forma
de promocionarse y la aplicación eran un conjunto de conceptos independientes.
Hoy, ese conjunto no se integra por partes separadas, sino que es un todo más satisfactorio
para el consumidor. Se deja atrás la suma de las partes y se convierte en un
cuerpo en sincronía perfecta.
La transmedialidad es un código
de modernidad que el mundo de los negocios está abrazando con entusiasmo.
Series de televisión, programas de radio, crowdfounding, videojuegos, la
industria editorial, webseries y muchos más, son ejemplos de cómo la
transmedialidad se constituye cada vez más como una ventaja competitiva. Ya lo
decía Macbeth: “El mañana y el mañana avanzan a pequeños pasos, de día en día
hasta la última sílaba del tiempo recordable.” Se nos acabaron esos tiempos
eruditos en que se buscaba la pureza de los límites como un terreno sagrado y
de respeto. Actualmente la hibridación es una realidad: lo tradicional es la
estructura; la transmedialidad es el producto.
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