Sexo, drogas y contrabando, la
polémica fórmula para reflotarla economía de la Unión Europea
La Nación - domingo, 3 de
agosto de 2014
¿Cuántos "servicios"
realiza una prostituta por día? ¿Cuál es el precio del gramo de cocaína? ¿Qué
porcentaje del alcohol o del tabaco entra por contrabando?
Con decenas de preguntas como
ésas, los analistas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de España
recorren estos días despachos policiales, se reúnen con dueños de burdeles y
contactan a organizaciones especialistas en adicciones.
Es una carrera contra reloj. De
aquí al mes próximo, al igual que los centros estadísticos de los demás países
de la Unión Europea (UE), tendrá que adaptarse a la normativa que insta a
incluir en el cálculo del producto bruto interno (PBI) todas las actividades
-lícitas o no- que impliquen "un intercambio libre".
La prostitución, la venta de
drogas y el contrabando inflarán de golpe las alicaídas economías europeas, por
lo menos en los papeles. El cambio impuesto por Eurostat, la oficina de
estadísticas de la UE, tendrá un impacto atractivo: la suba nominal del PBI
implicará una reducción del déficit y del porcentaje de la deuda, dos de las
metas económicas que Bruselas fija a los países miembros.
Un informe del INE estimó el mes
pasado que incluir la prostitución y la venta de drogas en la estadística
implicará un alza de entre 2,7 y 4,5% nominal del PBI español.
En Londres, la Oficina Nacional
de Estadísticas publicó un cálculo que atribuye a la prostitución y el
narcotráfico un impacto de 9700 millones de libras al año (unos 16.300 millones
de dólares), equivalente a 0,7% de lo que produce Gran Bretaña.
Los números podrían ser mayores
en Italia: la última vez que una entidad estatal hizo un cálculo sobre el peso
de las actividades criminales en la economía lo cifró en casi el 10% del PBI.
Si sólo una parte se contara en la estadística oficial, el gobierno de Matteo
Renzi podría dejar el déficit en el 3% exigido por la UE.
Pero el truco de magia, que
podría ser digno del Indec de Guillermo Moreno, despierta suspicacias y hasta
rebelión en varios países europeos, sobre todo por el rechazo a que se
considere la prostitución un intercambio libre de servicios.
Francia se puso a la cabeza de la
oposición. "Creer que la prostitución puede ser una actividad libremente
consentida es un espejismo y una ofensa a los millones de víctimas de
explotación sexual", escribió a la Comisión Europea (CE) la ministra de la
Mujer, Najat Vallaud-Belkacem. El gobierno belga acompañó la queja, pero aclaró
que aplicará el método si se mantiene la directiva.
Carmen Quintanilla, diputada
española del Partido Popular (PP), alertó: "Estamos hablando de una
actividad en la que se explota a niñas. No puede ser que todo valga para que
crezca la economía".
Eurostat es inflexible. El PBI no
es un termómetro de moralidad, argumenta. "No se trata de aumentar el PBI
de manera artificial, sino de medir el tamaño real de la actividad económica.
Sólo se quiere hacer una estimación de las transacciones en las cuales las dos
partes se ponen de acuerdo para eludir el marco legal", sostuvo Francisco
Fonseca, director de la Representación de la CE en España. Les guste o no, los
encargados de las estadísticas de los países de la UE están ahora ante el
desafío de medir negocios pensados para permanecer ocultos.
Sobre las drogas, Eurostat
recomienda multiplicar la cantidad estimada que se consume en el país por el
precio medio de la sustancia en la calle, y tener en cuenta el costo de
transporte y almacenamiento que pagan los traficantes. Para medir el volumen de
droga se alienta a usar estadísticas policiales de aprehensiones y encuestas de
consumo.
Holanda ya incluyó esas
actividades en sus cifras y su PBI subió un 0,4%. Utiliza los números de
adictos proporcionados por ONG que trabajan con ellos, toma datos sociológicos
sobre consumidores ocasionales y pondera esos números por el consumo que se
considera promedio. El precio de las drogas lo saca de Internet. Parte del
negocio de la prostitución también está incluido. El gobierno conoce bien
cuánto produce una ventana del Distrito Rojo de Amsterdam, por ejemplo.
Gran Bretaña explicitó su
metodología: tomará cinco drogas (crack, cocaína, marihuana, anfetaminas y
éxtasis) y calculará la cantidad de usuarios más el precio y el consumo diario
sobre la base de informes policiales y centros de adictos.
Para la prostitución se encargó
un estudio de los servicios sociales, con consultas a comercios legales, a la
policía y a organizaciones que protegen a las mujeres. Un cálculo preliminar
estimó en junio que había 60.879 prostitutas en Gran Bretaña, con un promedio
de 25 clientes cada una a la semana, que dejaban 67 libras (112 dólares) por
servicio.
En España, el INE se puso en
contacto con las principales asociaciones de asistencia a las prostitutas y con
las agrupaciones de cabarets, mientras que las mediciones sobre drogas o
contrabando las hará principalmente con ayuda de la policía.
Los economistas descuentan que
habrá mucha "creatividad" en los cálculos. Otros, con picardía, se
preguntan si el próximo paso no será incluir los "sobornos", ahora
que la mayoría de los grandes países europeos enfrentan dramáticos escándalos
de corrupción.
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