Redes sociales, ¿vehículo de los
migrantes para llegar a EU?
Forbes - agosto de 2014
Los centroamericanos que buscan
llegar a Estados Unidos de manera ilegal contactan ‘coyotes’ por Facebook, las
redes sociales también se han convertido en un canal de información sobre
riesgos y beneficios de hacer el viaje.
Reportaje de Gabriel Stargardter
y Patricia Zengerle para Reuters
En 1998, cuando Alan Villeda
empezó a traficar personas desde Honduras hacia Estados Unidos, sólo podía
comunicarse con sus clientes por teléfono y con mala señal.
Hoy en día, su éxito se transmite
de boca a boca y sus potenciales clientes lo buscan por Facebook.
Las redes sociales como Facebook
y Skype están cambiando -y en algunos casos acelerando- las migraciones que por
décadas han realizado los centroamericanos hacia el norte, brindando mucha
información sobre riesgos y beneficios de hacer el viaje, aseguran funcionarios
estadounidenses y hondureños.
Las imágenes y testimonios
publicados por inmigrantes que han llegado a Estados Unidos ayudan a acercar a
las familias desarraigadas y también a impulsar los negocios de ‘coyotes’ que
operan por Internet, como Villeda, que vive en la ciudad de La Ceiba, en la
costa caribeña de Honduras.
“No necesito hacer publicidad
porque Facebook es lo que les hace convencer de irse”, dice Villeda, que entra
a los cibercafés cada vez que puede para revisar su correo.
“Hay mucha gente que no ha visto
a sus familias por mucho tiempo. Cuando llegan, escriben sobre eso en
Facebook”, dijo Villeda, en referencia a las publicaciones de migrantes acerca
de su travesía por la frontera.
Las redes sociales se están
convirtiendo en un desafío para los funcionarios de Estados Unidos y
Centroamérica que intentan evitar que la oleada de emigrantes, incluyendo a
decenas de miles de menores no acompañados, llegue a Estados Unidos.
Muchas de esas personas huyen de
la violencia y la pobreza.
Funcionarios estadounidenses
dicen que por las redes sociales se propagan confusos rumores sobre una
supuesta amnistía en Estados Unidos para las madres que lleguen y para niños,
que sumados a una mala interpretación de la reforma migratoria del país,
empujan a las personas hacia el norte.
Los coyotes han aprovechado la
confusión. Funcionarios hondureños hablan de contrabandistas que hasta se
publicitan en estaciones de radio rurales. Pero para algunos coyotes, Facebook
tiene un rol central en sus operaciones.
Aunque no hay información sobre
el uso de las redes sociales para la planificación del duro trayecto hacia
Estados Unidos, evidencia anecdótica de contrabandistas, migrantes y de la
policía sugiere que muchos usan páginas como Facebook para compartir datos,
conocer a compañeros de viaje y para comunicarse con clientes y con otros
coyotes.
Ramón Sabillón, jefe de la
policía nacional de Honduras, dijo a Reuters que su fuerza vigilaba las redes
sociales.
“El objetivo es buscar a los
coyotes, a los “polleros”, no es buscar a las personas”, dijo.
Antes carnicero, hoy
contrabandista
´Pollo’, un contrabandista
guatemalteco que además es carnicero, usa la aplicación de Facebook en su
teléfono inteligente para rastrear la ubicación de sus clientes en ruta entre
Guatemala y San Diego, California.
Pocos migrantes viajan con
smartphones. Hay apenas unos 4.2 millones de suscriptores celulares entre los
cerca de 40 millones de habitantes de Centroamérica, según datos de la
consultora International Data Corporation.
Por eso Pollo insta a sus
clientes a usar los cibercafés en la ruta para avisarles a sus familias que se
encuentran bien.
“Es indispensable estar
comunicados”, dice, y agrega que él usa una aplicación de GPS, que le permite
monitorizar la ubicación de sus colaboradores por medio de sus teléfonos cuando
están llevando a los clientes.
La penetración de Internet en
Centroamérica es baja, con un promedio de casi un 20% de la población conectada
en Honduras, Guatemala y El Salvador, según estimaciones.
Pero aquellos que usan Internet
para planificar viajes al norte, dan información muy valiosa para los
potenciales migrantes sobre los coyotes.
“Las redes sociales ahora les
permiten a las familias y a los jóvenes saber de boca de quienes están en
Estados Unidos si ‘este coyote cumple’”, dijo un funcionario estadounidense en
Washington, que pidió el anonimato para poder hablar libremente.
En poco tiempo, los comentarios
llegan a Internet.
“¿Alguien podría recomendarme uno
(un coyote) seguro y confiable? Llevo niños”, escribió una usuaria en Yahoo
Answers. “Yo quiero ser coyote o pollero para ganar buena lana (dinero)”,
escribió otro usuario.
Negociando por Facebook
En el cruce fronterizo hondureño
de Corinto, mientras cambistas muestran grandes fajos de quetzales
guatemaltecos a deportados que se bajan de los autobuses escolares amarillos de
Estados Unidos, oficiales de policía con expresión aburrida inspeccionan los
papeles de quienes se dirigen hacia Guatemala.
Para el inspector Herlán Vindel,
las redes sociales son un tema recurrente.
Sus hombres recientemente
interceptaron a dos ecuatorianas cruzando la frontera junto a un coyote
guatemalteco. Las mujeres explicaron a la policía que ellas se habían conocido
en Internet, y que a su coyote también.
“Toda la negociación se hizo a
través de Facebook”, dijo Vindel.
A unos cientos de metros de allí,
José Martínez, de 26 años, esperaba a que la policía terminara su turno
vespertino para aprovechar la pausa y escabullirse hacia Guatemala. No ha visto
a su madre desde que dejó Honduras hace 12 años.
Hace un tiempo intentó emigrar al
norte con su esposa y su hijo Anthony de dos años, pero fue atrapado y
deportado. Su mujer y el niño pudieron pasar y están con su madre en Los
Angeles.
Las fotos que suben a Facebook de
su hijo jugando en el parque, o de sus visitas de domingo a un restaurante, lo
empujaron a viajar al norte de nuevo.
“Skype ayuda bastante para ver la
familia que está allá si uno está más bonito o feo”, dijo riendo, antes de
emprender su viaje de 2,200 kilómetros.
Conectándose a su cuenta de
Facebook desde un refugio para inmigrantes en el sur de México, Jorge Moncada,
de 23 años, subió fotografías suyas colgando de uno de los trenes a los que los
inmigrantes se trepan conocido como “La Bestia” y posando con un joven que
perdió un pie en un viaje en el peligroso tren.
En un intento para llegar a
Estados Unidos este verano boreal, Moncada estuvo secuestrado durante 11 días
por el cártel del Golfo en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados
Unidos, junto a más de 100 personas antes de que las autoridades mexicanas los
liberaran.
Moncada, que partió desde
Honduras en mayo en parte para escapar de la homofobia porque es gay, usa
Facebook para que su familia sepa dónde está y cómo le está yendo.
“No es fácil tener que emigrar y
exponer nuestras vidas a cualquier cosa mala que nos pueda pasar en el camino,
con tal de buscar tal vez una mejor vida para nuestras familias”, escribió en
un mensaje en Facebook la semana pasada, debajo de una nueva fotografía suya
usando un vestido y una peluca.
Las redes sociales pueden agregar
un incentivo para intentar un peligroso trayecto que expone a desesperados
emigrantes al secuestro, robo, violación y hasta la muerte.
En un video de YouTube que
asegura mostrar a un coyote diciéndole a una mujer dónde cruzar un río hacia
Estados Unidos desde México, en la sección de comentarios las personas
comparten correos electrónicos con la esperanza de viajar juntos hacia el
norte.
Documentar la migración en redes
sociales también puede ser peligroso.
José y su esposa Mayra se mudaron
a Estados Unidos desde Guatemala hace 14 años, dejando a su hija con
familiares. Tres años atrás pagaron 8,500 dólares para llevarla con ellos luego
de que su primo fue secuestrado por un rescate de 30,000 dólares.
José, un trabajador de la
construcción de 40 años en Fredericksburg, Virginia, que no quiso dar su
apellido porque aún no tiene papeles, dijo que nunca usaría Facebook para estar
en contacto con su madre en Guatemala ni subiría fotografías de su vida en
Estados Unidos.
“Si la gente ve que tiene un hijo
que vive en Estados Unidos, van a pensar ‘él tiene dólares’. Podrían buscarla”,
sostuvo.
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