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lunes, 11 de agosto de 2014

edad

¿Por qué los 29 es la mejor edad de la vida?  



El Correo - ‎lunes‎, ‎11‎ de ‎agosto‎ de ‎2014
A los niños les gustan los coches, a las niñas las muñecas. Preferimos los viernes a los lunes. Las hormonas mejoran el rendimiento de los deportistas. Y sobre todo: las mujeres con pechos grandes obtienen más propinas y tienen más éxito haciendo autoestop. Aunque parezca increíble, los ejemplos anteriores responden a investigaciones científicas que han costado dinero. Sin embargo, también hay estudios que sirven para algo, aunque sea como consuelo. Quienes aún no han cumplido los treinta están de suerte. Les queda por delante el mejor año de sus vidas. Así lo revela al menos un informe de una empresa británica de alimentos, que asegura que un año antes de cerrarse la etapa de los 'veintipico' se abre otra en la que somos más interesantes y populares.

¿Los motivos de esta felicidad previa a los treinta? Los amigos, que son más. Según este estudio, a los 29 aún se conservan las amistades de la universidad o incluso del colegio, a las que se suman las relaciones que se entablan en el trabajo. En total, nos hacemos con 80 contactos. Lo que repercute en una mejor vida social. Eso sí, se olvida la psicóloga Lucinda Bruce, promotora de la investigación, de que muchas veces en la amistad menos es mas, que más vale un hombro en el que apoyarse que miles de seguidores en Twitter. Y que llegados a una edad, el nivel de tolerancia y exigencia merman, que ya no se aguanta a cualquiera, vamos.

El estudio ha escarbado entre los contactos de los 'casi treintañeros' y ha descubierto que un año antes de cumplir los 30 tenemos un 30% más de amistades o conocidos que en otros momentos de la vida. Es la etapa en la que se goza de ese magnífico descansillo entre la juventud, es decir, los veranos al sol, y la vida adulta, que se traduce en responsabilidad. Todavía se tiene contacto con los colegas de los estudios, pero ya se han ampliado las relaciones en el ámbito laboral -los más afortunados- donde la mayoría, entre teclados y monitores de ordenador, encuentra amigos para siempre.

El colectivo estudiado -1.505 ingleses- pone números a su "popularidad": 64 amigos de media, una cifra que se queda corta si se echa un vistazo al extenso listado de contactos que tenemos en Facebook. El motivo es que a los 29 -y casi a cualquier edad- existe otro frente abierto de confraternidad, los bares. Ese pequeño pedazo de nuestra identidad que sirve de punto de encuentro con los amigos. También se socializa a través de actividades, como los deportes en grupo. Y hay incluso, según el sondeo, quien a esta edad recurre a las redes sociales para conocer gente. Otro factor importante, los amigos dos por uno. A los 29 muchos ya están ennoviados, así que en el lote amoroso entran los colegas del susodicho.

Cocineros, militares, artistas... los más populares

La investigación establece además un segmento con ventaja entre los afortunados que nacieron en 1985. Los que trabajan en marketing son más "guays" porque presentan mayor predisposición a hacer amigos. Les siguen los cocineros, los militares, los artistas, los diseñadores y los que se dedican a la gestión de recursos humanos.


Al margen del estudio, hay otros motivos para rogar a los 29 que se queden un poquito más, que no hay prisa. Es la edad en la que el arroz aún no se ha pasado. Todavía se va a la bodas de amigos sin pensar "y por qué yo nooooo". Aún no te miran raro por disfrutar de la soltería como cuando tenías 20 años. Pasear el tupper hasta casa de mamá tampoco está mal visto a esa edad. La vecina no se extraña cuando entras al portal a altas horas de la madrugada. Las resacas todavía duran un día. Las ayudas sociales aún no se han ido con los jovencitos. Algunos transportes y cines te siguen sacando esa sonrisa que te recuerda a tu madre cuando se inventaba tu edad para no pagar un duro. El cuerpo, de momento, no se escacharra por quedarse quieto en la oficina. Las arrugas y las canas, si se miran de lejos, ni se notan. Aún no parecen ridículos por beber el desayuno en una taza de los Simpson. Y que les llamen señor hasta les hace gracia. Así que a disfrutar mientras se pueda. Luego todo, menos los amigos de verdad, empieza a menguar.

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