Homero Economicus:la teoría menos
pensada
El Cronista - viernes, 8 de
agosto de 2014
Políticos ineficientes y
enquistados en el poder, policías corruptos, empresarios inescrupulosos,
familias disfuncionales y una sociedad adormecida que se refugia en el consumo
y en la televisión.
Cualquier similitud entre la
Argentina y Los Simpsons no es pura coincidencia. Durante los 25 años que lleva
en el aire, la popular serie animada pasó de ser una sátira de la clase media
norteamericana a abarcar, con su singular sarcasmo, temas tan universales como
la política, la educación, la salud o la economía.
Mucho se ha escrito respecto al
bagaje social de la sitcom creada por Matt Groening, pero tuvieron que pasar
557 capítulos –e incontables repeticiones– desde aquel primer piloto emitido en
la Navidad de 1989 para que alguien publicara un libro sobre lo que Homero y su
familia tienen para decir sobre la economía.
Fue el economista Joshua Hall,
profesor de la Universidad de West Virginia y fanático de la serie hasta
límites insospechados (ver recuadro Entre dos...) , quien decidió combinar sus
dos grandes pasiones para demostrar que las ciencias económicas están en todos
lados, incluso en Springfield.
Para eso convocó a algunos de sus
colegas más reconocidos de los Estados Unidos y les propuso que utilicen
escenas de la serie para explicar conceptos como el costo de oportunidad, la
escasez, el uso del dinero, los mercados, el gasto público, los incentivos, el
emprendedorismo o el rol del Gobierno en la economía.
"“Creo fervientemente en que
hay que hacerle llegar el conocimiento a la gente de distintas maneras”",
dice Hall, vía Skype, en diálogo exclusivo con 3Días. Y se extiende, desde su
casa en las afueras del campus universitario: “"Una de mis frases
favoritas es la del científico social Herbert Spencer, quien decía que lleva
múltiples reiteraciones tener que forzar conceptos extraños en mentes reacias.
Por eso trato de ofrecer enfoques alternativos y que mis alumnos estén
familiarizados con lo que hablo. En ese sentido, Los Simpsons está en el aire
desde siempre y fue algo natural usar la serie como ejemplo”".
Así nació Homero Economicus: la
economía y Los Simspons, un libro del creciente género conocido como economía
pop, en donde la mano invisible tiene solo cuatro dedos… y es amarilla.
Para empezar, su título parece
concebido por uno de los cráneos creativos que dirige Greoning: juega con el
concepto latín clásico del individuo racional y previsor, el homo economicus, y
lo contrapone con la estrecha lucidez del impulsivo jefe de la familia Simpson.
“"Para ser un dibujo animado, Los Simpsons es una serie muy realista en
cuanto a las motivaciones humanas. Y de eso se trata la economía, al final de
cuentas”", dice Hall.
Cerveza, maní y dinero
La escena es reconocible hasta
para el televidente más esporádico: Homero acostado en el sillón del living,
cerveza en mano. En esta oportunidad, la acompaña con maníes. En un momento, se
manda a la boca el último del paquete, pero el tiro falla y la presa cae debajo
del sillón. Enseguida se agacha y comienza a buscarlo pero en lugar de un maní
encuentra un billete de u$s 20. Es entonces cuando se da uno de los ya clásicos
diálogos entre Homero y su propio cerebro:
- “¿Veinte dólares? Yo quería un
maní...”, se lamenta Homero.—
- “Veinte dólares puede comprar
muchos maníes”, interviene su cerebro.
“- ¡Explica cómo!”, se enoja
Homero con su propia mente.
“- El dinero puede ser
intercambiado por bienes y servicios”, aporta, didáctica, la voz de su cabeza.
“- ¡Iujú!”, festeja Homero antes
de salir corriendo y volar por los aires al resbalar con el maní perdido.
Así, la fugaz secuencia da pie
para explicar uno de las tres funciones básicas del dinero según los manuales
de economía. “"Ese es uno de mis capítulos favoritos del libro. El dinero
es un tema difícil de explicar a la gente”", cuenta Hall. En otro pasaje,
se cita un textual de Milhouse, el mejor amigo de Bart, quien ruega: “"No
puedo ir a prisión juvenil. A los chicos como yo los usan de moneda de cambio
en prisión"”. Y acto seguido se analiza en qué sentidos el entrañable nerd
de pelo azul está en lo cierto al considerarse una moneda y se retoman las
características distintivas del dinero. “"Y todo sale de esa frase casi
aislada de Los Simpsons”", agrega el editor de Homero Economicus.
Explorando la ciudad natal de la
familia más famosa de televisión mundial, los economistas convocados por Hall
van encontrando situaciones y personajes que sirven de disparadores para
desarrollar conceptos aún más complejos.
De esta forma, el mini-mercado
que regentea el indio-americano Apu Nahasapeemapetilon sirve para explicar la
búsqueda de beneficios en un negocio. O el Hospital General de Springfield,
donde la comunidad siempre es atendida por el sonriente pero temerario Doctor
Hibbert, se usa como caso para ahondar en la costos económicos del sistema de
salud y en los alcances de proyectos como el Obama-Care, que impulsa la
administración norteamericana actual, en la vida real.
Emprended...Ouch!
En un genial episodio de 1998,
Homero se queja porque todos sus amigos menos él–entre ellos su envidiado
vecino Ned Flanders- se están haciendo ricos con el auge de Internet. En un
arrebato más de emprendedorismo, crea su propia puntocom y la bautiza
Compu-Global-Hyper-Mega-Net. La historia termina con Bill Gates apoderándose
del start up, aunque en lugar de ofrecerle una suma millonaria, le propina una
golpiza junto a un grupo de ingenieros-matones. ¿Qué se puede aprender de
Homero como emprendedor serial?, se le pregunta a Hall. “"Hay mucho debate
aún en la biblioteca sobre qué es realmente ser un entrepreneur y lo que hicimos
fue explorar esas ideas a través de los emprendimientos de Homero”",
responde el economista.
Otro detalle sobre el desarrollo
económico en Los Simpsons: si bien es cierto que los personajes no envejecen
durante el cuarto de siglo que lleva la serie en la televisión – por si alguien
no lo notó, Bart siempre tiene diez años y Lisa, ocho- hay detalles que marcan
el paso del tiempo y el crecimiento económico en Springfield. Uno de los
indicadores que toman los autores es que el clásico televisor de tubo y antena
de alambre que aparece en los créditos iniciales en el living de la casa de la
Avenida Siempre Viva es reemplazado, hacia 2010, por un moderno plasma.
El casino del Señor Burns
"“Creo que la serie funciona
tan bien para explicar los mercados y la economía en general porque se trata de
un grupo reducido de personas tomando decisiones diarias, o lo que Ludwing Von
Mises llamaría ‘acción humana’”", opina Hall en referencia al célebre
tratado publicado por el economista liberal austríaco.
Sin embargo, el investigador
también señala que “"en muchos episodios suele quedar en evidencia la
falla del mercado”". Un claro ejemplo, es el recordado capítulo en el que
el Señor Burns –con el apoyo de su fiel asistente, Smithers– logra convencer al
ayuntamiento de que la apertura de un casino lograría revitalizar la economía
de la ciudad. En el libro, las consecuencias de la legalización del juego son
analizadas por Doug Walker, uno de los principales expertos en la economía
detrás de los juegos de azar y las apuestas en los Estados Unidos.
“"Cuando la gente piensa en un casino, por lo general le viene a la mente
el entretenimiento o quizás los problemas de adicción, como los que desarrolla
Marge en el show, pero no siempre se piensa en temas económicos. En ese capítulo
medimos el costo económico que genera un casino en una ciudad si llega a atraer
más crimen organizado, por ejemplo"”.
En la misma línea, para explicar
la presión impositiva y el déficit fiscal en un gobierno, Homero Economicus
hace refencia a un capítulo de la séptima temporada. La aparición de un oso
merodeando Springfield genera que el gobierno anuncie la creación de una
costosa patrulla anti-osos que incluye hasta un avión equipado con modernos
radares.
Pero el gasto pronto se ve
reflejado en una suba de impuestos y para justificarse, el alcalde Diamante
culpa a los inmigrantes, como el ya mencionado Apu. “"Es gracioso, pero es
reflejo nuestro como sociedad: siempre pensamos que hay dinero disponible y que
el Estado puede recortar de algún otro lado. Sin embargo, a nivel individual,
somos mucho más cuidadosos y conscientes con los gastos. Por eso el déficit
fiscal suele ser un problema en todos los gobiernos"”, reflexiona Hall.
Lección para la Argentina
Por último, ante la consulta de
3Días sobre qué podrían aprender los políticos argentinos de las lecciones
cotidianas de economía en Los Simpsons, Hall recuerda otro capítulo clásico:
"“En el episodio en el que vuelve la prohibición de alcohol y Homero se
transforma en un contrabandista, se puede ver como el Gobierno falla en su
política económica y eso perjudica a la ciudad"”, dice el autor. Y
concluye: "“Todos ven que hay un problema y el Gobierno no hace nada al
respecto. Es una situación similar a la de la Argentina con la inflación o con
la corrupción. Son problemas evidentes hasta en un dibujo animado"”.
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