¿Por qué EE.UU. fijó sus ojos en
África?
BBC - miércoles, 6 de
agosto de 2014
La noche de este martes Barack
Obama y su esposa Michelle oficiaron en la Casa Blanca una cena especial en
honor a los líderes de los países africanos que participan en la Cumbre de
Líderes EE.UU.-África.
A la reunión fueron invitados 50
jefes de Estado de los países "con buenas relaciones" con EE.UU. y la
Unión Africana.
La cena con los Obama y las
posteriores reuniones del presidente con los líderes el miércoles se consideran
los momentos más importantes de la cumbre de tres días, organizada por
Washington, donde se discutirán diversos temas, como seguridad, género y
economía.
Pero, ¿por qué Estados Unidos
tiene puestos sus ojos en África?
El "milagro" africano
Según cifras de la Comisión
Económica para África de Naciones Unidas (UNECA, según sus siglas en inglés),
el continente ha tenido un crecimiento sostenido desde principios del milenio
que promedia el 5%.
África cuenta con 54 estados, 53
de los cuales conforman la Unión Africana (todos menos Marruecos).
Y en los últimos 10 años, el
Producto Interno Bruto (PIB) del continente se ha duplicado.
En la región subsahariana –es
decir, la parte del continente que se ubica debajo del desierto del Sahara- que
es la que considera el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para
sus reportes y estudios, el PIB anual promedio fue de 4,5% de 1995 a 2013.
Este rápido crecimiento, coincide
con una baja de los conflictos, un mejoramiento del marco institucional y
regulatorio y el surgimiento de gobiernos responsables y democráticos, según la
ONU.
"Es la segunda región de más
rápido crecimiento, después de Asia emergente", le dice a BBC Mundo Hanna
Waddilove, analista a cargo de África en Oxford Analytica, empresa consultora
que ofrece información sobre política y economía global.
Además de su amplia oferta de
recursos naturales –que va desde cobre hasta diamantes, pasando por cacao y petróleo-
África cuenta con uno de los mercados internos con mayor crecimiento potencial.
El gasto en consumo de África en
2013 alcanzó los US$680.000 millones, con una proyección de US$1 billón en 2020
y US$2,2 billones en 2030.
Una relación larga, pero
estancada
A fines de su mandato en 2000,
Bill Clinton publicó el Africa Growth and Opportunity Act (AGOA). Una ley que
buscaba promover las relaciones comerciales entre EE.UU. y la región e
incentivar la inversión de empresas estadounidenses en el continente.
"Está funcionando. Hemos
visto a las importaciones del AGOA crecer alrededor del 300%", aseguró
John Kerry, secretario de Estado de EE.UU. durante la inauguración de la cumbre
este lunes.
Luego de Clinton vino George W.
Bush, durante cuya administración EE.UU. tuvo un rol esencial en el desarrollo
de políticas para combatir el VIH.
Pero fue la llegada de Barack
Obama en 2009 la que la población africana celebró como propia.
"En la mente de algunas
personas, Barack Obama era el presidente africano, por sus raíces en Kenia, su
nombre africano", explica Nick Ericsson, editor de planificación regional
del Servicio Africano de la BBC.
Sin embargo, hasta ahora y
exceptuando su viaje a África en 2013, los acercamientos de su gobierno con
África han sido más bien marginales.
"La política exterior
respecto de África ha sido bastante decepcionante para los africanos. No ha
habido ninguna medida importante enfocada en el continente", dice
Ericsson.
Hasta la cumbre de esta semana.
"[La cumbre] es para lograr
una mayor colaboración, para construir nuestra capacidad de innovación, y AGOA
es una de las mejores herramientas, de las más vitales, para impulsar la
dramática transformación que estamos viendo hoy en partes de África", comentó
Kerry.
"Mi lectura es que esta
reunión llega en el minuto en que EE.UU. está despertando en términos de las
oportunidades del continente", asegura Carlos Lopes, secretario ejecutivo
de UNECA.
China en la mira
Según un reporte de UNECA, la
mitad de los 20 primeros países del listado global de mercados fronterizos
–países con mercados no desarrollados- en los que las multinacionales
estadounidenses y europeas quieren invertir están en África.
Nigeria encabeza la lista,
mientras Angola, Etiopía, Ghana y Kenia están en el top 10.
Sin embargo, la relación
comercial más dinámica con África durante los últimos años no la ha tenido ni
EE.UU. ni Europa, sino China.
Con una China avanzando a pasos
agigantados en África, tanto en inversiones en infraestructura como en creación
de nuevos mercados para sus productos, EE.UU. ha vuelto a priorizar el
continente dentro de su agenda de relaciones exteriores.
"Si tomamos en cuenta el
'stock' de inversionistas de capital en el continente, EE.UU. es el número uno,
más allá de la impresión de que China lo está desplazando", asegura Lopes.
"Mucha de esta inversión
está concentrada en la industria petrolera y no es visible a la población, en
comparación con presencia en infraestructura de China, la cual es bastante
grande, además del comercio, lo cual es bastante visible", continúa el
personero de la ONU.
Y China ha tenido un rol
fundamental en la explosión africana.
"Para los países
exportadores de recursos, su expectativa económica al cercano y mediano plazo
está estrechamente relacionada con la perspectiva global, especialmente con el
sentimiento sobre China", explica Waddilove.
Ha sido gracias a la demanda del
gigante asiático que los precios de los commodities africanos aún se mantienen
relativamente altos, asegura la analista.
Pero en términos macro, África
tampoco es uno de los destinos más importantes de la inversión china.
"África representa menos del
5% de lo que China invierte en el mundo y hay que tener en cuenta de que el
destino número uno de la inversión china es Europa (…) Lo que pasa es que China
se extiende muy rápido, es muy visible, y conquista participación de mercado
muy muy rápido", explica Lopes.
Y los africanos tampoco están
viendo los beneficios directos de estas inversiones.
"Muchas veces traen a su
gente desde china, no contratan africanos, por lo que no necesariamente hay
generación de empleo o transmisión de conocimientos", explica Ericsson.
Las sombras del
"milagro"
Como todo proceso económico, el
sostenido y relativamente rápido crecimiento económico no se ha traducido
directamente en equidad.
Y la pobreza sigue azotando a
casi la mitad de la población del continente.
Según la medición del Banco
Mundial, un 48,5% de los habitantes de la región subsahariana vivía con menos
de US$1,25 al día en 2010. Si bien la cifra se ha reducido casi un 10% desde
principios del milenio, la baja no se condice con los altos índices económicos.
"Aunque África subsahariana
ha experimentado un crecimiento económico acelerado desde 2000 en relación con
otras regiones, el efecto del crecimiento en la reducción de la pobreza es muy
débil", asegura Waddilove.
Y el talón de Aquiles del
crecimiento africano es su imposibilidad por traducir las cifras en empleo.
"El crecimiento del empleo
productivo es el vínculo fundamental entre el crecimiento del PIB y la
reducción de la pobreza. Y el crecimiento en África no se ha traducido en una
expansión equivalente de empleo productivo y remunerado", explica la
analista.
Naciones Unidas comparte la idea
de que queda todavía bastante por hacer.
"La transformación necesaria
para crear un modelo inclusivo en África no está ocurriendo", reconoce
Lopes.
"Hay que encontrar una forma
de sustituir un modelo que está contribuyendo bastante, pero que no está
produciendo una reducción de la pobreza ni de los otros elementos sociales
necesarios para un cambio", continúa el secretario.
"Nuestra conclusión es que
es posible llegar a tasas de crecimiento de 7% lo que permitiría cambiar
completamente la situación social de los países. Eso permitiría que en un
espacio de 10 años se cuadriplique la economía", explica.
Seguridad, corrupción y
democracia
No sólo intereses económicos
tiene EE.UU. en África.
"El foco del interés de
EE.UU. en África es la seguridad", asegura Ericsson.
Para el editor, la nueva
configuración de fronteras a nivel mundial pone a África en una posición
estratégica.
Además, EE.UU. debe preocuparse
del nacimiento de grupos contrarios a occidente que están creciendo rápido en
lugares como Nigeria, con Boko Haram y Somalia con Al Shabab.
"El sentimiento
antioccidental está echando raíces en áreas de devastación económica",
comenta Ericsson.
La seguridad es una de las
principales preocupaciones no sólo de EE.UU., sino también de los
inversionistas que evalúan poner dinero en el continente joven.
"Si bien la cumbre es un
indicador significativo de la positiva trayectoria de crecimiento del continente,
parece diseñada para cambiar la narrativa del compromiso de EE.UU. con África y
no indica un cambio de los intereses estratégicos de EE.UU. en África
subsahariana, los cuales siguen preocupados de mitigar las amenazas de
seguridad".
Con todo, han habido avances
significativos durante la última década.
El promedio de conflictos armados
anuales entre 2006 y 2012 fue de 11 en África, mientras Asia vivió en el mismo
periodo 14. África ha experimentado una reducción de 15% en el número promedio
de conflictos armados respecto de principios de los 1990.
"Latinoamérica, en términos
de víctimas, en una situación de no control de algunas de las actividades de
grupos mafiosos y otros criminales de las grandes ciudades, tiene más víctimas
que los conflictos de algunos países de África. Sudán, por ejemplo, tiene menos
víctimas que Rio de Janeiro", asegura Lopes.
Además, el continente ha hecho
grandes esfuerzos por atraer inversión. De hecho, 17 de las 50 economías que
han hecho las más grandes mejoras de su ambiente regulatorio para negocios son
africanas, según datos del Banco Mundial.
Otro de los cambios
significativos tiene que ver con la democracia.
Según datos de la ONU, el número
de países considerados democráticos creció de 4 en 1991 a 18 en 2011 y el
número promedio de elecciones por año creció de 28 durante el periodo 1960-197
a 65 entre mediados de los 1980 y mediados de los 1990.
"África tiene un reto muy
grande de consolidar las instituciones. Cuando uno tiene instituciones muy
frágiles, es más fácil ver la corrupción", comenta Lopes.
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