Nazis
trabajaron de espías para Estados Unidos
INFOnews - domingo, 2 de noviembre de
2014
Las principales agencias de espionaje
estadounidenses, entre ellas en primer lugar la CIA y el FBI, contrataron a por
lo menos un millar de nazis como agentes o informantes, según una información
que publica el The New York Times en su edición de ayer. Entre los contratados,
revela el periódico estadounidense, figura Otto Albretch Alfred von Bolschwing,
un antiguo oficial de las SS que fue también uno de los asesores más
importantes del criminal Adolf Eichmann, capturado en Argentina en 1960 y
juzgado y condenado a muerte en Israel, según informó el diario Tiempo
Argentino.
El NYT señala en un extenso artículo que en los
'90 del siglo pasado, las agencias hicieron de todo para evitar que la
información saliera a la luz. Y cuenta que en el caso de Eichmann, cuando Von
Bolschwing se enteró de que un comando israelí lo había detenido en Buenos
Aires, revolvió cielo y tierra para tratar de liberarlo, algo que le resultó
imposible. Por supuesto que su preocupación también se relacionaba con su
propia situación, en virtud de que la persecución a los criminales nazis podía
caberle también a él.
Según se cuenta en la investigación
periodística, los máximos directivos del FBI, el mítico J. Edgar Hoover, y el
creador y primer director de la CIA, Allen Dulles, imbuidos de un fervor
anticomunista en medio de la recién desatada Guerra Fría, decidieron recurrir a
personajes que habían tenido experiencia en todos los rangos durante el nazismo
para que trabajaran para Estados Unidos en su lucha contra la Unión Soviética.
A tal punto el fin justificaba los métodos que
un funcionario citado por el NYT indica que el objetivo de combatir "al
enemigo comunista" superó cualquier consideración moral por dar empleo a
ex personeros del régimen del Tercer Reich hitlerista.
El especialista en asuntos relacionados con el
Holocausto Richard Breitman, de la Universidad Americana de Washington, forma
parte del equipo que evalúa las actas desclasificadas por el gobierno
estadounidense. Citado por el New York Times, Breitman señala que los servicios
secretos de Estados Unidos protegieron a los agentes nacionalsocialistas,
evitando también que fuesen sometidos a juicio. Es así que Von Bolschwing vivió
en total libertad en ese país por otras dos décadas hasta que un equipo de
investigación judicial descubrió su papel durante la guerra y tuvo que
renunciar a su ciudadanía en 1981, muriendo algunos meses más tarde.
Otro oscuro personaje a contrato de la CIA fue
Alekzandras Lileikis, vinculado con la masacre de 60 mil judíos en Lituania. La
"compañía" tenía conocimiento del pasado de Lileikis y de su relación
con la Gestapo durante la guerra. Pero prefirió utilizar sus conocimientos en
esas mismas técnicas para aplicarlas en su beneficio. Así fue que en 1952 lo
contrató para trabajar en Alemania del Este por un sueldo de 1700 dólares y dos
cartones de cigarrillos al mes.
En 1956, Lileikis, con la ayuda de la CIA, pudo
ingresar a Estados Unidos como emigrante. Incluso en 1994 la agencia trató de
frenar el procesamiento y deportación de Lileikis que preparaba el Departamento
de Justicia. Fue la última novedad en torno a los espías nazis del servicio de
espionaje estadounidense. El periódico informa que no hay noticias de que
todavía alguno esté vivo, lo que sin dudas facilitó la divulgación del
operativo.
Vecino de Bancalari
Otto Adolf Eichmann vivió en Buenos Aires bajo
el nombre de Ricardo Klement durante diez años. Trabajó en varias empresas sin
que nadie sospechara nada. Pero había sido teniente coronel de las SS nazis y
posteriormente el responsable directo de la Solución Final, principalmente en
Polonia, y de los transportes de deportados a los campos de concentración
alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Su última residencia fue en una sencilla
vivienda de la calle Garibaldi, en Bancalari. Agentes de la Mossad, enterados
de las sospechas de un vecino judío emigrado de la persecución nazi, llegaron a
Buenos Aires para verificar su identidad y llevarlo subrepticiamente a Israel y
juzgarlo por la muerte de cientos de miles de asesinatos. No querían avisar de
la operación al gobierno argentino de Arturo Frondizi porque temían que negara
la extradición y además para no despertar los temores de otros criminales que
podrían estar residiendo en la región, como Martin Borman.
En mayo de 1960, Eichmann fue interceptado por
un equipo comando que lo llevó a la ciudad de Haifa. Fue encontrado culpable y
condenado a morir en la horca. Le ejecución se cumplió el 31 de mayo de 1962.
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