El fósil que reescribió la historia de la
evolución
BBC Mundo - noviembre de 2014
Hace cuarenta años, una mañana de domingo a
fines de noviembre de 1974, un equipo de investigadores estaba excavando un
sitio remoto de la región de Afar, en Etiopía.
Durante un reconocimiento del área, el
paleoantropólogo Donald Johanson descubrió un pequeño trozo del hueso de un
codo.
Inmediatamente se dio cuenta de que era un
ancestro humano. Y encontró muchos restos más.
"Cuando miré hacia mi izquierda vi
pedacitos de un cráneo, un trozo de mandíbula y un par de vértebras", dice
Johanson.
Era evidente que el hallazgo del esqueleto
representaba un hito: los sedimentos de la zona tenían 3,2 millones de años de
antigüedad.
"Me di cuenta de que era parte de un
esqueleto de más de tres millones de años", explica el científico.
Era el homínido más antiguo que se había
encontrado.
Más tarde también se supo que era el más
completo: el 40% del esqueleto se había preservado.
Por la noche, en el campamento, Johanson puso
un casete de los Beatles que había traído y "Lucy in the Sky with
Diamonds" comenzó a sonar.
Debido a su tamaño, Johanson creía que el
esqueleto era de una mujer.
"¿Por qué no la llamas Lucy?", le
dijo alguien.
La sugerencia cayó como anillo al dedo.
"De repente", recuerda Johanson,
"ella se convirtió en una persona".
Preguntas
Pasaron unos cuatro años hasta que Lucy fue
descrita oficialmente.
Pertenecía a una nueva especie llamada
Australopithecus afarensis y era evidente que era uno de los fósiles más
importantes nunca antes descubierto.
Lucy pertenece a la especie llamada Australopithecus
afarensis.
Pero a la mañana siguiente del hallazgo, la
discusión de los investigadores estuvo dominada por una serie de interrogantes.
¿Qué edad tenía Lucy cuando murió? ¿Tenía
hijos? ¿Cómo era? ¿Es nuestro ancestro directo, el eslabón perdido en la cadena
de la familia humana?
Cuarenta años más tarde, la ciencia está
empezando a responder algunas de estas preguntas.
El niño de Taung
Aunque era una nueva especie, Lucy no fue el
primer Australopithecus hallada. Fue el niño de Taung, un cráneo fosilizado de
un niño joven que vivió hace cerca de 2,8 millones de años en Taung, en el sur
de África.
Fue hallado en 1924 y analizado por el
anatomista Raymond Dart. Dart se dio cuenta de que pertenecía a otra especie
que llamó Australopithecus africanus.
"Supe con una mirada que lo que tenía
entre mis manos no era un cerebro antropoide común y corriente (...). Era la
réplica de un cerebro tres veces más grande que el de un babuino y
considerablemente más grande que el de un chimpancé adulto", dice.
Sus dientes eran más parecidos a los de un ser
humano que a los de un simio. Dart concluyó también que podía caminar erguido,
como un humano, porque parte de su cráneo -donde se junta la espina dorsal con
el cerebro- tenía forma humana.
El niño de Taung fue el primer fósil que nos
dio una pista de que los humanos se habían originado en África.
Pero cuando Dart publicó su análisis, fue muy
criticado. En ese momento, se pensaba que Europa y Asia habían sido cruciales
para la evolución humana.
Mandíbula robusta y brazos largos
Cuando apareció Lucy, los antropólogos
aceptaron que los Australopitecinos eran seres humanos tempranos, no solo
simios.
¿Cómo era Lucy? Ésta fue una de las primeras
preguntas que surgió.
El hallazgo le dio peso a la teoría de que
nuestra evolución no fue linear.
Su cráneo, mandíbula y dientes eran más como
los de un simio que las de otros Australopithecus.
El lugar donde estaba encajado el cerebro era
muy pequeño, no mayor que el de un chimpancé.
Tenía una mandíbula robusta, una frente pequeña
y brazos largos y colgantes.
Johanson se dio cuenta de inmediato de que
caminaba erguida por la forma y posición de su pelvis.
Sus rodillas y tobillos también reflejaban que
caminaba en dos pies.
Esto reforzó la idea de que el caminar erguido
fue una de las presiones selectivas que empujó a la humanidad hacia adelante.
Caminar, un rasgo exclusivamente humano
Los primeros homínidos no necesitaron un
cerebro más grande para alejarse evolutivamente de los simios.
La potencia cerebral adicional llegó recién un
millón de años más tarde con la aparición del Homo erectus.
Aunque el cerebro más grande sería importante
más tarde, el caminar es uno de los rasgos que nos hacen exclusivamente
humanos.
Pero, también, Lucy pasaba tiempo en los
árboles.
Y puede que ello la impulsara a caminar como
una forma de acercarse a las ramas que eran demasiado flexibles para subirse a
ellas.
Cambio en la dieta
Se desconoce por qué Lucy dejó la seguridad de
los árboles para desplazarse por el suelo.
Una teoría es que pudo haberlo hecho para
buscar comida, dice Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.
En la misma línea, evidencia reciente indica
que se produjo un cambio en la dieta de los Australopitecinos.
La dieta de varias especies -según evidencia
hallada en restos preservados en dientes de homínidos-, incluida la de Lucy,
comenzó a expandirse hace 3,5 millones de años.
Además de frutas, comenzaron a comer pastos y
juncos y, posiblemente, carne.
Esto les pudo haber permitido viajar y moverse
de forma más eficiente en un ambiente cambiante.
¿Cómo procesaban esta comida? Otras especies
más tardías, como el Homo erectus, usaban herramientas simples, pero no se han
encontrado herramientas tan antiguas.
No obstante, en 2010, se hallaron huesos de
animales con marcas que parecen haber sido hechas por herramientas de piedra.
Esto podría indicar que Lucy y sus parientes
empleaban herramientas de piedra para comer carne.
En sociedad
Según fósiles hallados en Hadar, Lucy parece
haber vivido dentro de un grupo social pequeño.
Ella era pequeña en comparación con los hombres
de su especie. Esto ha llevado a pensar que su sociedad estaba dominada por
hombres.
Pudo haber sido una sociedad polígama, como los
grupos de gorilas hoy día.
Por lo general, los machos son
considerablemente más grandes en especies donde un macho controla a varias
hembras.
Punto intermedio
También parece que la infancia de Lucy fue más
corta que la nuestra y que tuvo que valerse por sí misma desde pequeña.
Sabemos que era adulta porque tenía muelas de
juicio y sus huesos estaban fusionados.
Pero, a diferencia de los humanos modernos,
parece haber crecido hasta alcanzar su tamaño muy rápido. Murió a los 12 años,
y su cerebro alcanzó su tamaño final más rápido que el nuestro.
En síntesis, Lucy era algo a mitad de camino
entre los simios y los humanos.
¿Dónde se ubica entonces en nuestro árbol
genealógico?
Al parecer, Lucy no nos remonta a nuestros
ancestros comunes con el chimpancé como se pensaba.
Los últimos estudios genéticos indican que nos
separamos de los chimpancés mucho antes, quizá incluso hace 13 millones de
años.
De ser así, Lucy llegó bastante tarde en la
historia de la evolución humana.
Excavaciones
Sin embargo, un problema aún mayor en torno a
la idea de que el A. afarensis es nuestro ancestro directo es que nuestro
linaje es bastante complicado.
Hubo muchas especies de homínidos tempranos -se
han encontrado al menos 20- que vivieron codo a codo y probablemente se
mezclaron.
Lo que no sabemos es cuáles dieron lugar al
Homo sapiens y cuales, desde el punto de vista de la evolución, llegaron a un
punto muerto.
Pero Tim White, investigador de la Universidad
de California, en Estados Unidos, cree que la especie de Lucy sigue siendo el
mejor candidato a ancestro directo, aunque considera que hace falta hallar más
evidencia fósil de ese período.
"Confío en que encontraremos fósiles de
ese intervalo, porque sé que en Etiopía hay ya cuatro áreas de estudio con
sedimentos con fósiles de esa época", afirma White.
El descubrimiento de Lucy marcó un punto de
inflexión en nuestro entendimiento de la evolución humana.
Incluso hoy, científicos continúan aprendiendo
gracias a ella.
La contribución de Lucy
En opinión de Johanson, su contribución más
importante fue la de impulsar una ola de investigaciones que dio como resultado
el descubrimiento de muchas nuevas especies, como el Ardipithecus y el A.
sediba.
Gracias a todos estos descubrimientos sabemos
ahora que el proceso evolucionario que culminó en nosotros no fue lineal.
Hubo variaciones y experimentación en el
camino, y muchas especies acabaron extinguiéndose, como el hombre de
Neanderthal.
Como todos los años, el equipo de Johanson
pronto comenzará a excavar en la región de Afar de Etiopía, cerca de donde fue
hallada Lucy.
Es posible que encuentren más fósiles. Pero
aunque no los encuentren, desde 1974 han aparecido muchos fósiles más completos
y más antiguos que Lucy.
Sin embargo, no hay duda de que Lucy ya tiene
asegurado un lugar en la historia de la evolución humana.
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