¡Cuidado con el teambuilding!
Forbes - miércoles, 19 de noviembre de
2014
El objetivo del teambuilding es tender lazos de
unión, no poner en evidencia a la gente de la oficina o que el esfuerzo termine
en una tragedia.
El teambuilding es un esfuerzo por medio del
cual la empresa analiza su propio proceso de trabajo en equipo a través una
dinámica que crea un clima propicio para alentar la contribución de los
integrantes de un grupo. Las energías se dirigen a resolver un problema en el
que se acentúa la efectividad, la maximización de recursos, la coordinación y,
desde luego, se aprovecha para tender lazos sociales que ayuden a conseguir
resultados y a llegar a metas de forma armónica. Al menos eso es lo que debe
ser.
Por lo general, las dinámicas de teambuilding
se llevan a cabo en escenarios totalmente distintos de los ambientes de trabajo
y las actividades que se realizan son diferentes de las tareas diarias que se
requieren en la empresa. Puede haber ejercicios sencillos para facilitar la
integración del grupo hasta entrenamientos complejos que simulan el rescate de
un avión o un día de naufragio. Ahí es donde tenemos que empezar a tener
cuidado y calibrar bien la situación. El objetivo es tender lazos de unión, no
poner en evidencia a la gente de la oficina o que el esfuerzo termine en una
tragedia.
Por ello es prioritario analizar bien el tipo
de dinámicas que se van a llevar a cabo y valorar si son adecuadas o no. La
atención debe de estar puesta directamente en el personal que va a participar
en el teambuilding. Por ejemplo, dentro de una misma oficina puede haber gente
con una extraordinaria condición física y personas que en su vida hayan hecho
ejercicio. También puede haber personas con buena figura y otras que estén
pasadas de peso. ¿Por qué son importantes estas variables? Para asegurar que la
experiencia sea fructífera y no una fuente de donde se alimenten los mejores
chistes del año y el mejor abrevadero de burlas.
Hay incontables anécdotas y amargos comentarios
en empresas de que hacer un teambuilding sería mejor que hacer una fiesta
anual. Hay quienes se quejan de la idea, que les parece una pérdida de tiempo y
una cantidad de dinero absurda tirada a la basura. Hay los que se muestran
reticentes a creer que después de unas horas de juegos fuera de la oficina se
adquieran conocimientos profundos o intuiciones milagrosas que les ayudaren a
descubrir el hilo negro. O los que creen que siempre pasa lo mismo y piensan
que las buenas intenciones se olvidan al día siguiente.
Hay que escuchar con atención a los que
rezongan para darse cuenta de sus razones. Es imprescindible recordar que el
teambuilding busca potenciar el trabajo en equipo y el desarrollo de
estrategias y una de las bases del éxito es la inclusión de los miembros.
Entender y empatizar son los pilares del éxito. Recuerdo las amargas quejas de
un contador que se rehusaba a asistir a la actividad. Un hombre mayor, serio,
con un equipo de gente joven que lo respetaba por su experiencia.
La dinámica era un día en el Gotcha, un juego
en el que los participantes se dividen en equipos y deben eliminar al
contrincante utilizando para ello marcadores con cápsulas de pintura
propulsadas por CO2, las cuales deben impactar al competidor para así anularlo.
Es una dinámica de conjunto al aire libre, típica de teambuilding, en la que se
trabaja en equipo, se propicia una convivencia agradable, se desarrolla una
sana competencia y para la que se necesita agilidad de pensamiento, buenas
estrategias y, muy importante, en la que se hace ejercicio. Para muchos, esa
descripción es la de una actividad divertida y llena de entretenimiento. No
para el contador.
El hombre estaba seguro de que sería un pésimo
jugador y tenía razón. Se veía a leguas que no tenía buena condición física.
Usaba lentes muy gruesos, por lo que podríamos inferir que su vista no sería su
principal herramienta y sospeché que su puntería sería no muy buena. No se veía
como una persona ágil. Además era alérgico al piquete de mosquitos y no le
gustaba asolearse. ¿De qué le serviría a la compañía hacerlo competir con gente
más joven y hacerlo lucir débil y desorientado frente a sus jefes, colegas y
subordinados?
En otra ocasión, una de las actividades del
teambuilding era construir una cabaña con troncos. Para ello se necesitaba
transportar los materiales pasando por un chapoteadero. Por lo tanto, los
participantes debían quitarse los zapatos. La secretaria del director general,
una mujer superelegante, tuvo que exponer su secreto mejor guardado: unos pies
deformados por grandes juanetes. Eso, lejos de abonar al buen ambiente, la hizo
sentir mal. Tal vez nadie se fijó en el detalle, pero para ella fue una
calamidad.
Por ello, al planear un teambuilding es
necesario tener cuidado y dar la información adecuada. Es preciso preguntar por
los detalles de salud para no imponer actividades que terminen en accidentes o
emergencias médicas. Es importante reforzar que la actividad tiene como
objetivo crear un ambiente divertido de camaradería en la que directores y
subalternos convivan en un entorno nuevo para conocer aspectos personales que
jamás se notarían entre las paredes de una oficina.
Este tipo de escapadas sirven para acercarse a
compañeros de trabajo que se conocen desde años pero con los que probablemente
no ha habido la oportunidad de hablar. Todas estas experiencias pueden ser muy
útiles si se combina cuidadosamente una actividad correcta y una actitud ligera
de los participantes.
El teambuilding será un fracaso si los jefes no
se bajan del pedestal y los trabajadores van predispuestos a que son los peores
participantes. También lo será si la gente va a ostentar músculo y una actitud
ofensiva. El chiste es participar y comprobar que todos son tan buenos o malos
jugadores como cualquiera.
La actitud adecuada para un teambuilding es
gozar y morirse de risa. Es presumir la capacidad de adaptación y de pasársela
bien en un ambiente diverso del cotidiano. Estas dinámicas, al igual que una
fiesta anual, son la oportunidad de mostrar fortalezas y de ser percibido con
habilidades buenas para la empresa. Pero, cuidado, las cosas se pueden salir de
control y dar resultados adversos. Por eso es necesario elegir las actividades
de acuerdo con las características particulares de los participantes. Si los
colaboradores de la empresa no gozan de una estupenda condición física,
organizar pruebas de resistencia es una pésima idea. El meollo del asunto es
prevenir situaciones incómodas que deriven en conflictos o que dañen las
relaciones del equipo de trabajo.
En un teambuilding lo que se busca es motivar
al personal, aumentar su rendimiento, descubrir capacidades ocultas y aprender
formas efectivas de trabajar como miembros de un equipo orientado a resultados.
Por ello debe ser una experiencia enriquecedora que deje impactos a largo
plazo, y que éstos sean positivos.
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