Dylan Thomas, cien años a la sombra de su
leyenda
EFE - domingo, 26 de octubre de 2014
Las leyendas sobre la vida trágica del galés
Dylan Thomas (1914-1953) continúan persiguiendo cien años después de su
nacimiento a la figura de un poeta que ayudó a derribar los muros entre la
cultura popular y la alta literatura.
Nacido en Swansea el 27 de octubre de 1914, a
principios de los años 50, una década antes de la primera visita de los Beatles
a Estados Unidos, Thomas organizaba ya lucrativas giras transatlánticas y
disfrutaba en el mundo anglosajón de una fama más propia de estrellas de la música.
El poeta llenaba en Nueva York auditorios de
centenares de personas con el peculiar estilo teatral con el que declamaba sus
versos y aprovechaba el viaje para sumarse a licenciosas veladas con
intelectuales y artistas del momento.
"Era la viva imagen del poeta del 'rock
and roll'", describió a Efe la nieta de Thomas, Hannah Ellis, para quien
los relatos sobre la vida bohemia y los excesos etílicos de su abuelo, a menudo
falsos o exagerados, sirvieron en su momento para alimentar su fama, pero han
llegado a ensombrecer su figura literaria.
"Mi abuelo sentía que era importante
interpretar el rol de poeta, imagino que otros artistas hacen lo mismo. Pero
los amigos íntimos de Dylan le describían de forma muy distinta. Explicaban que
esencialmente era bastante tímido. Mi instinto me dice que siempre estaba
tratando de encajar", relata Ellis.
Más allá del mito que presenta a Thomas
bebiendo o escribiendo cartas para pedir dinero constantemente, el galés dejó
una amplia obra con 600 páginas de guiones para radio y televisión, veinte
relatos cortos y 450 poemas, "treinta de ellos de los mejores de su
tiempo", en opinión de John Goodby, profesor del departamento de Lengua
Inglesa de la Universidad galesa de Swansea.
"Para hacer todo eso en tan solo veinte
años tenía que estar sobrio y trabajar duro gran parte del tiempo, como de
hecho hacía. Su escritura es mucho más interesante que su vida, si la gente
aprendiera a leer más allá de su leyenda", dice Goodby, responsable de una
edición anotada de sus poemas, con ocasión del centenario, "Collected
Poems of Dylan Thomas" (Widenfield & Nicolson).
Thomas murió en Nueva York con tan solo 39 años
por las complicaciones de una neumonía, dejando tras de sí una obra y una
biografía que inspiraron entre otros a John Lennon, a Robert Zimmerman -que
adoptó el nombre artístico de Bob Dylan para remarcar esa influencia- y Mick
Jagger, que posee parte de los derechos literarios del galés.
Muchos "celebraban la idea de que Dylan
vivió una vida plena y murió joven", apunta Ellis, que sin embargo cree
que "su fama de galés beodo" contribuyó a que su obra quedara
excluida en ciertos ámbitos universitarios.
"Algunos académicos ingleses han sido
extremadamente críticos con el trabajo de Dylan. Lo han descrito como florido y
ampuloso, sin verdadera sustancia", lamenta Ellis, quien subraya que, no
obstante, en los últimos tiempos se ha redescubierto la "meticulosa
artesanía" de un poeta que llegaba a escribir 200 versiones de un mismo
texto.
Según Goodby, la poesía de Thomas tiene dos caras:
la más nítida y accesible de la pieza "La mano que firmó el papel", y
la experimental de "En dirección al altar bajo la luz del búho", uno
de los poemas en lengua inglesa más complejos de siglo XX.
"Era capaz de escribir con éxito los dos
tipos de poema. Se dirige al mismo tiempo a la vanguardia y al público general
que amaba sus versos", razona el académico, que alaba la
"extraordinaria arquitectura verbal" que levanta Thomas en algunas de
sus piezas.
Con motivo del centenario, que se cumple
mañana, el gobierno galés ha organizado este año diversas conmemoraciones con
las que quiere contribuir a rehabilitar la imagen de un poeta que mantuvo una
relación difícil con Gales.
Thomas no hablaba el gaélico de sus padres,
sino un inglés con acento engolado, y vivió en Londres para estar cerca de los
editores, lo que oscureció su reputación en el Gales cerrado y religioso de la
época, que se escandalizaba además con las historias de excesos que el poeta protagonizaba
en los tabloides.
"Él se hubiera descrito como un galés
anglófono -comenta Goodby-. En aquel momento había una actitud en Gales, que
todavía existe, por la cual aquellos que no hablan galés, como Thomas, no son
tan galeses como los demás".
"Eso explica la actitud algo beligerante
de Thomas hacia el gaélico y el nacionalismo galés, a pesar de que por supuesto
bebía de la cultura del sur de Gales", relata Goodby, mientras que Ellis
subraya que el poeta "era mucho más productivo cuando vivía en Gales, y
sus historias están llenas de personajes galeses". Guillermo Ximenis.
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