¿Google y Apple encubren a delincuentes?
Forbes México - martes, 14 de octubre de
2014
El FBI ha emprendido una campaña en contra de
las nuevas funciones de cifrado de datos en teléfonos inteligentes. ¿Debe ser
difícil para las autoridades invadir la privacidad de las personas?
Al director del FBI James Comey de verdad le
gustan las analogías automotrices. La semana pasada, en la primera de una
entrevista de dos partes en 60 Minutes, llamó a Internet el “estacionamiento
más peligroso imaginable”, es decir, creo, debes estar preparado para rociar con
tu gas pimienta de bolsillo a cualquier archivo adjunto de correo electrónico
que aceche detrás de ti. El domingo por la noche, en su segunda aparición, dijo
que Apple y el Android de Google están haciendo teléfonos que sólo pueden ser
desbloqueados por los códigos PIN de sus clientes. Comey comparó a los gigantes
de la tecnología que venden teléfonos con datos encriptados que no pueden ser
desbloqueados con una orden judicial con un concesionario de automóviles que
vende “coches cajuelas que nunca podrían abrirse ni con el poder de la ley.”
Sus declaraciones a través de la CBS:
“La idea de comercializar dispositivos que
permitirían a alguien colocarse fuera de la ley, me preocupa mucho. Como país,
no sé por qué querríamos poner a la gente más allá de la ley. Es decir, vender
coches con cajuelas que nunca podrían abrirse por la policía con una orden
judicial, o vender un apartamento al que no se podía entrar ni siquiera por
aplicación de la ley. ¿Te gustaría vivir en ese vecindario? Ésta es una
preocupación similar. La noción de que las personas tengan dispositivos, una
vez más, que con órdenes judiciales, basadas en una muestra de causa probable
en un caso relacionado con secuestro o abuso infantil o terrorismo, nunca
podrían abrir ese teléfono? Tengo la sensación de que si hemos llegado hasta
ahí entonces hemos ido demasiado lejos.”
Vale la pena señalar que a principios de este
año, la policía alegó ante la Suprema Corte que no debería necesitar esa orden
judicial para revisar el teléfono de alguien, pero el alto tribunal no estuvo
de acuerdo.
Comey ya había expresado ante la prensa su
preocupación sobre el nuevo iCan’tOpenThisOS de Apple el mes pasado, así que yo
esperaba que el entrevistador de 60 Minutes Scott Pelley presionaría a Comey un
poco más para que hablara sobre lo que la policía podría hacer para tratar de
forzar a Google y Apple. No fue así, y en su lugar nos dejó con el tema de
Comey sugiriendo que Apple está haciendo que todos vivamos en un vecindario
global más peligroso con su nuevo sistema operativo encriptado. Pelley falló en
argumentar que una cajuela o una casa cerrada con llave podrían ocultar dentro
un rehén, un cuerpo, o contrabando, y que los teléfonos móviles no pueden
almacenar esas cosas (aún). Sólo contienen nuestros datos autoinculpatorios.
Como muchas personas han señalado, es falso
decir, como lo hizo Pelley durante el episodio de 60 Minutes, que el “nuevo
software –de Apple– hace imposible descifrar el código establecido por el
usuario”. De hecho, si la determinación de las autoridades fuera la suficiente,
podrían romper ese código forzándolo –probando un número infinito de códigos– o
hacerlo a la vieja escuela, espiando a los sospechosos a la antigua, mientras
él o ella desbloquea su teléfono. Podrían hacerlo simplemente parándose al lado
de una persona mientras ingresa su código, o con una cámara de vigilancia o tal
vez con una aplicación para Google Glass. Alternativamente, podrían aprovechar
el teléfono mientras está desbloqueado y mantenerlo activo, tal como hizo el
FBI cuando detuvo al presunto operador del Silk Road, Ross Ulbricht, mientras
trabajaba en su computadora en una biblioteca de San Francisco, impidiéndole
cerrar su computadora portátil y que la pusiera así en modo de bloqueo y
encriptado. O pueden tratar de obligar a la gente a entregar sus contraseñas… o
sus pulgares. Además, hay otras maneras de obtener los datos asociados con el
teléfono; las autoridades pueden incautar datos de las comunicaciones que se
envían a terceros o, como muchas celebridades saben ahora, se puede obtener
acceso a cualquier información desde el teléfono que está respaldado con iCloud
de Apple.
Lo que el nuevo enfoque de cifrado de Apple
hace es crear más fricción y hacer más difícil para las fuerzas del orden
conseguir los datos, y no para la ley, sino para otros actores que podrían
tener motivos maliciosos para entrar en tu teléfono. Aún así, los gigantes de
la tecnología han desatado un feroz debate. La junta editorial del Washington
Post, en un artículo de opinión tecnológicamente confuso, pidió recientemente
un “compromiso en el cifrado de teléfonos inteligentes”, diciendo que no quería
una “puerta trasera” en los teléfonos, pero quería una “llave de oro”, que
podría ser entregada a la policía. No parecían entender que sugerían algo
tecnológicamente imposible. Las llaves de oro desbloquean las puertas traseras.
No hay compromiso aquí: nosotros como sociedad
tenemos que elegir entre la privacidad del acceso individual o el acceso total
a la información para las fuerzas del orden. ¿Debe ser difícil para las
autoridades invadir la privacidad de las personas? Teniendo en cuenta la
batalla de relaciones públicas emprendida por las autoridades en contra de
Apple y Google, es una cuestión que implica a toda la sociedad y debería
debatirse en el Congreso o en una sala de audiencias, pero debe abordarse.
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