Sólo para fanáticos: negocios de pocos que exigen mucho
La Nación - sábado, 25 de octubre de
2014
Un poster desteñido de Carlos Monzón se destaca
en el empapelado de imágenes que cubre la parte superior de las paredes del
local. La pose del hombre con el torso encorvado y los puños que se adivinan
apretados dentro de las manoplas de cuero se repite en la colección de fotos.
En los guantes, las batas y en la cintura de los boxeadores está estampada la
marca Corti.
El local, ubicado en Almagro, junto a la sede
de la Federación Argentina de Boxeo, resume la historia de uno de los
representantes de la industria de artículos deportivos en el país. Este
negocio, que está repartido en nichos, tiene algunos exponentes dedicados a
productos de exportación, con reconocimiento internacional. Como los bates de
béisbol de madera autóctona que llegan a los Estados Unidos, los palos de
hockey sobre césped que se usan en los colegios de Inglaterra, o las pelotas de
tenis que rebotan de lado a lado en la mayoría de las canchas de Sudamérica.
Corti -nombrada con el apellido del boxeador
que la fundó en 1938- funcionaba, al inicio, al lado del Luna Park. Al igual
que el estadio, acompañó la época dorada del boxeo argentino. Acavallo, Locche,
Monzón, Galíndez, Coggi, Narváez. La lista de los que repartieron golpes
enfundados en Corti llega hasta el presente, e incluso, al boxeo femenino. Los
guantes atigrados de Marcela Acuña, los dorados de Yésica Bopp, y hasta el
conjunto que usaba en los shows el "Potro" Rodrigo Bueno, salieron de
la fábrica de Corti. "Desarrollamos los productos y los vamos corrigiendo
con las opiniones de los boxeadores", cuenta Gustavo Bacigalupo, hijo de
una de las primeras costureras del taller y uno de los actuales dueños de la
marca. Ese roce cotidiano, asegura, es parte de la identidad de Corti.
Acodado en el mostrador, frente al que desfilan
a diario los hombres de nariz chata, Bacigalupo describe la estrategia para dar
batalla en su propio ring ante competidores de peso pesado, como el
norteamericano Everlast. "Empezamos con los chicos desde que son
aficionados y los acompañamos en su crecimiento", dice. El apoyo, que les
brinda beneficios comerciales, implica resignar algunos márgenes de ganancia
para que los novatos puedan afrontar un equipo propio y estrechar una relación
con la marca que, asegura Bacigalupo, es garantía de calidad. El mercado local,
estima, cuenta con más de 2000 profesionales, alrededor del doble de
aficionados y una creciente porción de público que adopta el boxeo como deporte
recreativo. A todos, el fabricante los viste de pies a cabeza, o, más
precisamente, desde las botas hasta el cabezal. Cada semana, se despachan en
promedio 200 pares de guantes a unos $ 840. Salvo que la economía apriete, como
ocurre por estos días. "La participación en licitaciones provinciales
ayuda a mantener el negocio", explica el vendedor de Corti, que también se
ocupa de las estructuras. En un costado del local, hay una lona naranja para
una pelea que contará con el auspicio de la gobernación bonaerense; sogas,
cubresogas y rinconeras. Montar un ring cuesta alrededor de $ 120.000.
En el norte del país crece otro curioso
fabricante que también aspira a pelear en las grandes ligas. Sobre todo, en la
norteamericana. SouthBat, marca que fabrica la cooperativa de Trabajo Valorar,
intenta evangelizar el mercado del béisbol con bates de madera de guayaibi. El
árbol que crece en aquella región se usaba tradicionalmente para hacer cabos de
hachas, pero su flexibilidad y resistencia lo llevaron a manos de los amantes
del home run. Por citar ejemplos, adoptó el guayaibi el entrenador de los
Giants de San Francisco, y la selección argentina consiguió tres títulos
sudamericanos disparando pelotas con los SouthBat.
El contador cordobés Luis Cabrera entró en el
mundillo del béisbol en 2009, en busca de un negocio de exportación.
"Invertimos en investigación y montamos la fábrica con capacidad para
producir 60.000 bates al año. Hoy alcanzamos casi 30.000, en su mayoría para el
mercado externo; logramos un producto competitivo", celebra Cabrera,
confiado en que lo mejor está por venir. Es que la marca, que exportó por US$
360.000 en 2013, está en plena conquista: a un precio promedio de US$ 100, la
difusión avanza en las ligas amateur, de menores, colegios y universidades
estadounidenses. "Los bates están aprobados por la Unión Internacional de
Béisbol, pero falta que lo apruebe la liga norteamericana. Cuando eso pase,
tenemos que estar preparados para semejante mercado", dice Cabrera. Para
dar el salto inminente la firma abrirá en cuestión de días una nueva planta en
Chaco, que permitirá duplicar el volumen.
En el mercado doméstico, la explosión del
hockey sobre césped dio origen a productores locales que también cruzaron las
fronteras. De un puñado de miles, la cantidad de jugadores pasó en la última
década a unos 300.000, entre federados y recreativos de ambos sexos. Los socios
de Hockey Equipment -que nació en los 90 haciendo bochas- vieron la
oportunidad. Aunque la complejidad de los palos modernos hace inviable la
fabricación local, explica Jorge Ruiz, dueño y ex entrenador del seleccionado
masculino, la empresa ideó una línea de iniciación de polietileno y fibra de
vidrio. "Son palos de una sola pieza, más económicos, que cuestan unos $
200, contra otros que arrancan desde los $ 500", compara Ruiz. Parte de la
producción de la fábrica de San Martín llega a los colegios de Inglaterra.
Productos que apuntan a un segmento
Artículos de boxeo
Corti
La marca fue fundada en 1938 por el boxeador
Eduardo Corti. Años más tarde, pasó a manos de Mary Canessa, y desde 1998 es
propiedad de sus sobrinos. Entre ellos, Gustavo Bacigalupo, quien hoy maneja la
marca junto a sus hermanos. Corti acompañó a las principales figuras del boxeo.
Actualmente, aunque tiene más competencia, mantiene un público cautivo.
Bates de béisbol
SouthBat
La investigación para comenzar a producir bates
de béisbol comenzó con la inversión del fideicomiso ForBat. En 2009, abrió una
fábrica en Formosa, hoy administrada por la cooperativa de trabajo Valorar. La
madera del guayaibi es el diferencial con el que apunta a conquistar el mercado
norteamericano. Allí, puja por ingresar en la principal liga profesional.
Palos de hockey
Hockey Equipment
Elabora palos económicos de iniciación, con
plástico y fibra de vidrio, para una demanda creciente en el país y para
mercados como Inglaterra (con la marca Mercian). Además, HE vende al mundo un
modelo de casco para arqueros OBO y hace palos para marcas locales, como Black,
un emprendimiento que también ofrece sus diseños de competición hechos en
Paquistán.
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