Millennials: ¿la generación de las finanzas
digitales?
Forbes - lunes, 20 de octubre de 2014
Son más ricos de lo que crees, están más
asustados que sus mayores y están listos para comerse al mundo. Un vistazo al
interior de la carrera por los billones de los millennials.
Alexa von Tobel, la mujer que aspira a cambiar
los servicios financieros en el siglo XXI, enlista algunas aplicaciones que han
reimaginado la forma en que su generación interactúa con el mundo: Uber para
el transporte, Tinder para encontrar pareja, incluso Washio para hacerse cargo
de la lavandería y tintorería. Su punto, por supuesto, es que los servicios
financieros están suficientemente maduros como para soportar la disrupción
juvenil.
Von Tobel fundó y dirige LearnVest, un sitio y
app diseñados para hacer el manejo de tu dinero tan fácil como escuchar música
o comprar algo en Amazon. Desde el 2009 ha levantado financiamiento por la
friolera de 72 millones de dólares (mdd), incluyendo la participación de Jim
Breyer de Accel Partners, célebre por financiar a Facebook en sus primeras
etapas. La última ronda de 28 millones, cerrada en abril pasado, valuó a
LearnVest en más de 250 mdd.
Y no está sola. En los últimos tres años,
según CB Insights, se han invertido más de 1,000 mdd en empresas de finanzas
personales impulsadas por la tecnología —261 millones sólo en el segundo
trimestre de 2014— con especial énfasis en startups dirigidas a inversionistas
jóvenes y que ofrezcan interfaces amigables, de bajo costo, con las
características móviles habilitadas que tanto anhelan (la responsabilidad
social también es una ventaja).
Están Wealthfront, que ayuda a los jóvenes
empleados de empresas tecnológicas a diversificar su cartera de inversiones;
Betterment, que automatiza el ahorro y la asignación de activos, y también
Motif Investing, que permite a los pequeños inversionistas apostar su dinero a
toda una industria o tendencia (por ejemplo, “dólares digitales”) en vez de a
una sola acción. Hay una cosa que todos de estos conceptos tienen en común: son
prácticos. Hacen hincapié en la intermediación, la apreciación a largo plazo y
el uso de la tecnología para reducir costos.
Los millennials controlan unos dos billones de
dólares en activos líquidos, según Wealthfront. A finales de la década se
espera que ese número aumente a siete billones. La cifra se hará mucho más
grande a medida que los millennials entren en sus años de ganancias más altas
y empiece la transferencia masiva de riqueza de sus padres baby boomers.
Más que tocar el tesoro de las arcas de los
millennials, estas nuevas empresas, y los administradores financieros que
compiten activamente con ellos, apuestan a que, si imitan la forma de pensar de
esta generación podrán desarrollar innovaciones en línea en materia de
presupuesto, planificación y administración de dinero que podrían transformar
el universo de 30 billones de dólares en activos invertibles de los
estadounidenses.
Millennials y finanzas
Stephanie Halligan se graduó de la universidad
en mayo de 2009, con una enorme deuda (30,000 dólares) y no tenía prospectos
laborales.
Pero ocurrió algo. La organización caritativa
de Boston donde había colaborado como voluntaria durante su último año en la
universidad, aceptó mantenerla como pasante con un sueldo de 1,000 dólares al
mes, y para el otoño de 2009 ya complementaba esa experiencia con un trabajo de
47,000 dólares anuales en Washington, desarrollando educación financiera para
los pobres. En 2012 saltó a un sueldo más alto en EverFi, una compañía de
tecnología educativa que cuenta con el fundador de Amazon, Jeff Bezos, y el de
Twitter, Evan Williams, entre sus inversionistas. Para octubre pasado,
Halligan había pagado sus créditos estudiantiles, ahorrado y reunido
suficiente confianza para dejar su trabajo de 70,000 dólares anuales y ofrecer
sus servicios como consultora de empoderamiento financiero. “Me deshice de mi
deuda porque quería mi libertad”, dice Halligan, quien ya tiene 50,000 dólares
en sus cuentas de retiro y sigue ahorrando.
La búsqueda de seguridad es una de las razones
por las que los millennials están resultando ser ahorradores jóvenes. Al igual
que sus mayores de la Generación X, muy pocos creen que recibirán Seguridad
Social. Y llegaron al mercado laboral al mismo tiempo que el Congreso de
Estados Unidos hizo más fácil, en 2006, que las empresas utilizaran la
“inscripción automática” para su plan 401(k) —la denominación del plan de
retiro de contribución voluntaria e impuestos diferidos en EU—. El resultado:
muchos millennials han comenzado a ahorrar para su jubilación a los 20 años,
en comparación con el promedio de edad de 35 años de los baby boomers, de
acuerdo con un nuevo estudio del Transamerica Institute.
Irónicamente, esta generación de nativos
digitales comprende intuitivamente la tecnología de punta, por lo que está en
mejor posición que cualquiera antes en la historia humana para poner en marcha
negocios trascendentes, sin embargo, como grupo, son demasiado reacios al
riesgo de dejar un buen trabajo por uno más arriesgado.
El año pasado, entre la recuperación del
mercado de trabajo y la baja en el número de empresarios “involuntarios”, los
jóvenes de entre 20 y 34 años presentaron la tasa de emprendimiento más baja
de todos los grupos demográficos —de sólo la mitad del grupo de entre 45 a 54
años—. De hecho, la tasa de emprendimiento en 2013 entre adultos jóvenes fue
la más baja desde que la Fundación Kauffman empezó a llevar registro, en 1996.
“Se sienten constantemente obsesionados con la idea de que hacer dinero no es
forma de vivir”, dice Neil Howe, probablemente el mayor experto sobre las
generaciones de EU.
─Entonces, ¿cómo lucen los servicios
financieros dirigidos a los millennials?
─Podría decirse que empiezan con hacer de la
inversión algo más como… un videojuego.
Kapitall, una casa de bolsa con sede en Nueva
York, combina una interfaz digna de un videojuego con la inversión de valores.
“Si ves las experiencias de servicios financieros existentes, tienes que tener
maestría o no podrás usarlas”, dice el CEO Jarrett Lilien, de 52 años, un ex
ejecutivo de E-Trade. “Es por eso que son intimidantes, y es por eso que se
sienten excluyentes”.
Los veinteañeros tienen el doble de
probabilidades de jugar videojuegos que las generaciones mayores, pero aún no
se sienten cómodos con las acciones. Una reciente encuesta de UBS descubrió que
los inversionistas de entre 21 y 36 años tienen sólo 28% de sus activos
invertidos en acciones y más de la mitad en efectivo. Las generaciones mayores
tienen 46% en acciones y 23% en efectivo.
Upstart tiene otro modelo interesante, basado
en otro concepto del que los adultos jóvenes se sienten más cómodos en
participar: crowdsourcing. Este sitio de préstamos peer to peer (o de igual a
igual, entre usuarios) juzga la calidad crediticia de los prestatarios
potenciales no sólo por su historial crediticio tradicional, sino también
mediante el uso de un algoritmo que incluye la escuela a la que asistieron,
sus títulos académicos e incluso el resultado de sus exámenes de admisión a la
licenciatura o maestría. Hasta el momento se han financiado alrededor de 400 préstamos
a través de Upstart, desde que comenzó en abril a aceptar solicitudes de
préstamos con tasa fija de entre 6% y 17.5%, y una comisión de apertura pagada
a Upstart de 1% a 6%.
“Algunas de estas personas van a ser muy
exitosas financiera y profesionalmente, es sólo cuestión de averiguar quién”,
dice el cofundador de Upstart Paul Gu, de 23 años de edad, quien estudió
economía y ciencias informáticas en Yale durante dos años antes de tomar una de
las becas de 100,000 dólares del multimillonario Paul Thiel para los
desertores universitarios emprendedores.
El líder hasta el momento: Wealthfront, con
sede en Palo Alto, ha recibido 65.5 mdd en inversión de varios miembros de la
realeza de Silicon Valley (Marc Andreessen y Ben Horowitz son inversores ángeles
personales) con 1,250 mdd bajo su supervisión en más de 13,000 cuentas
(promedio: 93,000 dólares cada una). Está dirigido a los empleados tecnológicos
que tienen gran parte de su patrimonio en acciones de la compañía para la cual
trabajan, y ha emprendido programas especiales en Facebook y Twitter para
ayudar a los trabajadores a vender sus acciones de manera ordenada tras la
salida a bolsa de las empresas.
“Cuando a la gente se le paga en acciones se
genera una gran cantidad de estrés” dice el CEO Adam Nash, de 39 años, un
veterano de LinkedIn, eBay y fondos de capital de riesgo. “Todo el mundo sabe
que en algún nivel debería diversificarse, pero la mayoría no hace nada.
Terminan quedándose con sus acciones durante largos periodos de tiempo, viendo su
patrimonio subir y bajar.”
El uso de computadoras en vez de asesores
humanos tiene una enorme ventaja en costos. En lugar de la estructura de
comisiones de la industria de gestión de activos tradicional, que cobra un
mayor porcentaje de los activos (típicamente 1% anual o más) a las cuentas más
pequeñas, Wealthfront cobra un 0.25% plano de los activos al año en todas las
cuentas y administra los primeros 10,000 dólares de forma gratuita, aumentando
esa cifra en 5,000 dólares por cada amigo que se registre.
Betterment, con 45 mdd levantandos hasta el
momento, tiene un pedigrí más auténtico para su público: fue puesto en marcha
en 2008 por dos amigos de Nueva York en sus veintes, con sus propios ahorros.
Su CEO y cofundador Jon Stein, de 35 años, es un economista graduado de Harvard
con una maestría en Columbia, quien dice haberse desilusionado de cuatro años
como consultor bancario de Nueva York.
Betterment se basa en gran medida en las
finanzas conductuales para hacer del ahorro y la inversión algo simple. La
mayoría de los clientes permite que las contribuciones sean deducidas de sus
cuentas corrientes, y en contraste con Wealthfront, atrae a ahorradores más
pequeños. Actualmente tiene 730 mdd en activos en 40,000 cuentas, con un
promedio de 18,250 dólares. Asigna el dinero a través de 13 acciones y bonos de
etfs de bajo costo basados en la edad del inversionista, sus metas (fondos de
emergencia o de jubilación) y el tipo de cuenta. La tarifa oscila entre el
0.35% de los activos hasta el 0.15%.
LearnVest es un caso atípico: Von Tobel está
decidida a hacer que los planificadores financieros humanos sean accesibles
incluso para los millennials con poco o ningún dinero.
Ella encontró un respaldo crucial en Theresia
Gouw, en ese entonces socia de Accel, quien administró el primer
financiamiento de capital de riesgo de LearnVest. El primer paso fue la
construcción de una marca, la de Von Tobel y la de LearnVest, que comenzó como
un sitio web gratuito con contenidos de finanzas personales para mujeres
(promedia 1.4 millones de visitantes únicos al mes este año, según comScore).
Luego vinieron el servicio de planificación y un programa de educación
financiera que fue vendido a los empleadores.
El modelo actual LearnVest exige a los clientes
desembolsar 19 dólares al mes, más un pago por adelantado de entre 89 y 399
dólares para una combinación de consejos generados por computadora y por
planificadores financieros humanos.
El panel de control de LearnVest vincula todas
las cuentas del cliente, las bancarias, de crédito e inversión (14 en promedio)
y muestra su plan, su lista de “tareas pendientes” y la información sobre los
progresos que ha hecho.
La ayuda también es entregada a través de
aplicaciones, correo electrónico, chat en línea y vía telefónica o Skype con un
profesional financiero, como el cliente lo desee, excepto en persona. Los
clientes reciben recordatorios (¿Hace cuánto que no ahorras para el retiro?),
emails alegres (“¡Gran trabajo!!), e incluso recompensas como una canción de
iTunes (un premio reciente: Happy, de Pharrell Williams) por completar su
primera tarea.
“No somos una marca financiera, somos una marca
de estilo de vida”, dice Von Tobel.
Estudios muestran que, a pesar de su aceptación
tecnológica, incluso a los millennials en el extremo superior del espectro
financiero les gusta la idea de acceder a un ser humano de vez en cuando. Dicho
esto, no está claro si las personas quieren que su dinero se fusione con su
estilo de vida: a finales de 2013, de acuerdo con un reporte presentado a la
sec, LearnVest tenía sólo 3,700 clientes que pagaban por su servicio de
planificación, y Von Tobel no revelará la cifra actual.
Aunque los estadounidenses suelen desembolsar
honorarios altos y ocultos por servicios financieros, pocos han pagado
directamente por planificación financiera, casi nunca sobre una base mensual.
Von Tobel, por su parte, lo compara con un cargo con el que los millennials
pueden identificarse: una membresía del club deportivo.
Servicios financieros
Sí que, con muchos miles de millones en juego,
¿cómo están reaccionando los gigantes de servicios financieros?
El peso pesado The Vanguard Group, que se
convirtió en la mayor compañía de fondos de inversión del mundo, ofreciendo
fondos indexados baratos y ETFS, parece estar tomando pistas tanto de los
“robo-asesores” y organizaciones como LearnVest, con su nuevo Servicio de
Asesor Personal, que usa algoritmos para conformar carteras y planes iniciales,
y proporciona acceso a videoconferencias con planificadores humanos por sólo
0.3% de los activos, por debajo de la comisión de servicio de 0.7% que ha
ofrecido durante casi 20 años.
Es un servicio más influido por los
millennials que dirigido a ellos: actualmente sólo inversionistas con más de
100,000 dólares son elegibles para inscribirse con Vanguard, aunque hay
esperanzas de recortar esa cifra a 50,000 el próximo año.
Fidelity, por su parte, parece estar aún más
rezagado: por ahora se enfoca en el contenido, a través de una nueva página
web, www.moneyfirsts.com, que incluye herramientas y artículos educativos (en
parte de LearnVest) y un enlace a una aplicación de planificación de Fidelity
en Facebook. La compañía también ofrece los servicios básicos —depósito de
cheques y depósito a través de teléfonos inteligentes y la eliminación de
comisiones de los cajeros automáticos— que difícilmente lucen revolucionarios.
Dada su naturaleza retrógrada, muchos de los
grandes jugadores están entrando en modo ‘si no puedes contra ellos,
cómpralos’.
En abril, Betterment levantó 32 mdd, y
Northwestern Mutual Capital y Citi Ventures fueron algunos de los nuevos
inversores.
BlackRock, el mayor administrador de fondos del
mundo, se encuentra entre los inversionistas que inyectaron 57 mdd en la
startup de Harris, Personal Capital, que combina el modelo freemium que ha
funcionado tan bien para muchas startups para millennials con un esquema fiscal
altamente sofisticado. Los usuarios obtienen un elegante tablero de control
que agrega y analiza todas tus cuentas, gratis.
Por su parte, Goldman Sachs y JPMorgan Chase
se encuentran entre los inversionistas que apoyaron con 86 mdd a Motif
Investing, una casa de bolsa en línea que permite a los usuarios conformar,
comprar, compartir y discutir (públicamente o en grupos privados) portafolios
de acciones como ETFS (llamados Motifs) elegidos para representar un tema de
inversión, industria, una corazonada o incluso un compromiso social, como la
inversión verde. Por una comisión única de negociación de 9.95 dólares, un
inversionista con tan poco como 250 dólares recibe acciones (o acciones
parciales) de todas las acciones en un Motif. Entre los más populares
actualmente: impresión 3D y avances en biotecnología.
“La respuesta para los millennialsno es ‘Confía
en nosotros, ve a dormir y déjanos manejar tu dinero’, queremos
comprometerlos”, dice Hardeep Walia, de 41 años, el fundador y ceo de Motif.
Él emula los roboasesores con una nueva familia de Motifs preconfigurados
gratuitos, cada uno diseñado para un periodo de tiempo y tolerancia al riesgo
específicos. Walia sostiene que estos fondos pueden servir como el núcleo de
bajo costo de la cartera de un inversor, con inversiones “satélite”, basadas en
su propia investigación o el asesoramiento de un asesor profesional.
La industria incluso está respaldando a
LearnVest. American Express Ventures y Northwestern Mutual Capital están entre
sus grandes fondeadores. Su respaldo original, Theresia Gouw, que sigue siendo
miembro de la junta, prevé que LearnVest permanecerá independiente. (“Dentro de
seis años a partir de ahora creo que tiene potencial para ser una empresa
pública independiente muy interesante.”) Von Tobel dice que tendrá éxito por
construir algo para las necesidades de la generación más numerosa de la historia
estadounidense: “Estoy construyendo algo que habría deseado que existiera para
mí.”
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