2016: el año en que podríamos
cambiar de era
BBC - lunes, 27 de octubre
de 2014
¿Sabes en qué época vivimos?
Si no lo sabes, no te preocupes,
no estás solo. Ni siquiera los científicos más avezados parecen tenerlo claro.
Y no es que no le hayan dado
vueltas al asunto.
Hace pocos días un grupo de 30
expertos -integrado por geólogos, científicos del clima, ecologistas y un
abogado- se reunió por primera vez en Berlín para sentar formalmente las bases
de una discusión sobre este tema y elaborar una propuesta para ser analizada en
el próximo Congreso Internacional de Geología, en 2016.
La pregunta que mantuvo a este
grupo -de 29 hombres y una mujer- encerrados durante horas en una sala de
conferencias es relativamente sencilla: ¿llegó la hora de dar por terminada la
época actual, conocida como Holoceno (que se inició hace 11.700 años), y
comenzar a llamar al período en que vivimos, definido por la impronta del
hombre sobre el planeta, con un nombre nuevo?
Cambio de era, cambio de leyes
La pregunta es sencilla, pero la
respuesta tiene más de una arista.
Lo único en lo que parecen estar
de acuerdo los expertos es el nombre: Antropoceno (del griego
"anthropos", por humano, y "cene", que significa nuevo o
reciente).
Pero, ¿se trata sólo de una
cuestión semántica o tiene consecuencias prácticas el que llamemos a esta era
con un nombre u otro?
No solo por una cuestión de
precisión científica, muchos creen necesario que el nombre de la era en que
vivimos refleje lo que está ocurriendo en el planeta.
Es decir, que la Tierrra está
cambiando aceleradamente por la actividad humana.
Otros creen que, además de
ajustar el discurso científico a la realidad, la demarcación de una nueva era
podría tener consecuencias a nivel práctico, incluso legal (de ahí la presencia
de un abogado en el grupo de trabajo).
"La ley internacional de los
mares fue moldeada sobre los cambios de las instituciones humanas, con una
geografía de la tierra y el mar estable como base", le explica a BBC Mundo
Jan Zalasiewicz, director del grupo de trabajo de la Comisión Internacional de
Estratigrafía, encargado de elaborar las recomendaciones.
"Ahora, en cambio, las
relaciones entre el mar y la tierra, o la naturaleza del océano están cambiando
y las leyes tendrán que adaptarse para incorporar esos cambios crecientes",
añade.
"Si el Antropoceno se
convierte en una unidad formal marcará una diferencia en cuanto a los acuerdos
legales. Esto puede implicar cambios en las leyes que protegen a las
comunidades costeras, por ejemplo", dice el investigador.
Antropoceno
La palabra Antropoceno, o mejor
dicho, el concepto, fue lanzado al ruedo por primera vez por el holandés y
premio nobel de química Paul Crutzen en el año 2000.
Su punto era que el nombre de la
época geológica actual debería reflejar el impacto del hombre sobre la Tierra.
Algunos científicos creen que el
inicio de la agricultura podría ser el momento indicado para determinar el fin
del Holoceno y el comienzo del Antropoceno.
Intencionalmente o no, esta idea
lanzada por Crutzen en un boletín académico hace más de una década encendió la
mecha de un debate que no ha logrado zanjarse y la palabra se fue poco a poco
colando en el lenguaje científico popular hasta alcanzar un estatus por derecho
propio.
"Lo que hizo Crutzen, que no
es geólogo sino uno de los grandes científicos de nuestro tiempo, fue lanzar
una pequeña granada de mano hacia el mundo de la escala temporal
geológica", dice Zalasiewicz.
Y una vez lanzada la granada, a
los expertos no les ha quedado otra opción que atajarla.
Empezó en...
¿Cuándo se inició esta nueva
época?
Una de las sugerencias, le dice
Zalasiewicz a BBC Mundo, es que comenzó con la revolución industrial que se
inició en Inglaterra (a mediados del siglo XVIII) y se extendió al resto de
Europa y a otras regiones del mundo.
"Estos son cambios
históricos importantes", explica el experto, "pero el problema para
un geólogo es que ocurrieron en distintos momentos y en lugares
diferentes".
Otra opción para definir el
comienzo del Antropoceno: la aparición de los radioisótopos, dejados por las
bombas atómicas de los años 40 y 50.
"Pero cuando buscamos un
signo para demarcar un intervalo en el tiempo necesitamos que sea algo que
afecte a la Tierra más o menos al mismo y deje una marca en todo el
planeta", explica Zalasiewicz.
Otra posibilidad, tomando en
cuenta la importancia de que la marca haya dejado una impronta global, es
definir el inicio del Antropoceno por la aparición de los radioisótopos
–isótopos radioactivos-, producto de las bombas atómicas de los años 40 y 50.
O, le dice a BBC Mundo Philip
Gibbard, profesor de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, e integrante
del grupo de discusión sobre al Antropoceno, algunos sugieren que se puede
establecer como línea divisoria el inicio de la agricultura.
"La limpieza de terrenos
para la agricultura y el inicio de la domesticación de animales, hace
aproximadamente unos diez mil años, dejaron una marca en los sistemas
naturales", explica.
Lo que ocurre, es que ésta sería
una fecha muy cercana al inicio del Holoceno y entonces muchos argumentan
-incluido el mismo Gibbard- que “ya tenemos una terminología para designar esa
época: Holoceno".
¿Un argumento para dos épocas?
Gibbard no niega en absoluto el
impacto de la actividad humana sobre el planeta, responsable del calentamiento
global, la pérdida acelerada de la biodiversidad, etc.
Pero, se pregunta, si lo que
marca el inicio del Holoceno hace 11.700 años es el comienzo de un período más cálido
y húmedo, cuando los seres humanos colonizaron nuevos territorios: ¿cómo
podríamos usar el mismo argumento de la impacto de la actividad humana para
definir una época posterior"
"Eso sería usar la misma
carta dos veces, y como geólogos, no podemos hacerlo", dice Gibbard.
Y aunque él es tal vez una voz
minoritaria dentro del grupo de trabajo, el experto sostiene que su opinión
tiene eco entre otros expertos.
Muchos -científicos y público en
general- están convencidos de que debe usarse un nuevo término para reflejar el
impacto del hombre en la Tierra, como por ejemplo la pérdida de la
biodiversidad.
“El grupo está formado por
‘conversos’ pero, en general, hay bastante escepticismo dentro de la comunidad
de geólogos”, señala.
No obstante, su visión es
pragmática.
"Como el término Antropoceno
está siendo cada vez más usado en la literatura científica popular, en los
medios de prensa y por la gente, sin que nunca se le haya dado una definición,
es importante que lo hagamos".
"Si sirve para algo, pues
usémoslo y si no, tendremos que deshacernos de él", concluye el
investigador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario