Las ciudades que luchan por ser el próximo
Silicon Valley
Cinco Días - jueves, 16 de octubre de
2014
En su época de esplendor, la lejana ubicación
del Valle propició la aparición de empresas punteras. En la actualidad, estas
startups de alta tecnología ya no pueden continuar por más tiempo aisladas.
No hay semana en el mundo tecnológico que no se
anuncie un nuevo Silicon Valley mundial - de Nueva York a Norwich, de Londres a
Lagos, y la lista continúa. Pero el caso aquí no es cuál va ser el siguiente
Valle, sino la desaparición de las agrupaciones tecnológicas tal y como las
conocemos. Para entender el motivo que lleva a la formación de una agrupación
tecnológica, hay que conocer primero cómo llegó el éxito al Valle.
Todo comenzó con los fundadores; una
concentración de personas de raza blanca, clase media, genios de los
ordenadores y torpes en las relaciones sociales, e inseparables de sus
Macbooks. Algunas instituciones académicas como Stanford apoyaron el ecosistema
y esto atrajo a la nueva generación de Larry Pages.
Si alguna vez has tratado de visitar las
instalaciones de Apple o Google en el corazón de Silicon Valley, sabrás que no
se trata de un lugar fácil de encontrar.
La ubicación aislada del Valle, lejos del
statu-quo de los bancos, de las grandes empresas y de la vida metropolitana,
permitió un crecimiento sano, mayores aspiraciones y la creación de empresas
que cambiarían el mundo. Todo ello dio como resultado el desarrollo de
tecnologías innovadoras, pasando de los semiconductores a la extensa variedad
de emblemáticos dispositivos electrónicos de Apple.
Pero, con el tiempo, la disrupción se hizo
inevitable. Y entre la oleada de centros tecnológicos, ninguna otra ciudad ha
llevado la delantera en esta tendencia de igual modo que Nueva York. Hace un
tiempo estuve con el ex alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, durante el
acto inaugural de la Semana Tecnológica de Londres, donde me contó que se
siente optimista ante la posibilidad de que tanto Nueva York como Londres
consigan la titularidad de “el valle”: "Para ser una ciudad líder en
tecnología, se necesita una infraestructura, se necesita un ambiente que
atraiga a la gente y se necesita una diversidad cultural. Londres y Nueva York
tienen todo eso, Silicon Valley no".
Bloomberg habla desde una perspectiva general.
Para que existan startups de alta tecnología ya no es suficiente con que se
agrupen en sedes de aislamiento. Hoy en día, estas empresas requieren de la
energía, el talento y la diversidad de las megápolis para prosperar.
En el lejano Oriente, muchos miran hacia Hong
Kong, con décadas de experiencia, como capital financiero mundial. Además,
cuenta con un inmejorable acceso a China, el mayor mercado del mundo. En los
últimos años, allí han surgido cientos de startups y la ciudad estatal está
posicionándose actualmente como principal ubicación para que nuevas empresas
extranjeras puedan acceder al talento chino, a la investigación y al
desarrollo.
Esta nueva generación de startups tecnológicas
alejadas del Valle están menos obsesionadas con los problemas del primer mundo
y se parecen más a empresas sacadas de otras épocas. Estas empresas están
produciendo una transformación en los sistemas centenarios establecidos.
La clave aquí son las industrias existentes.
Resulta mucho más fácil desafiar a un sector existente, como las finanzas,
cuando se tiene a un paso. Se cuenta con acceso a talentos con experiencia,
redes de contactos, proveedores, compradores y te encuentras rodeado de todo el
ecosistema industrial.
Es una tendencia que se está dando en todas los
sectores. Puede que Estocolmo no posea el mismo grado de despliegue que muchos
de sus vecinos europeos, pero las cifras hablan por sí solas: entre 2005-12, el
6,5% de los mil millones de dólares en salidas de todo el mundo procedieron de
empresas de Suecia. Una vez más, la mayor parte de estos casos de éxito han
recurrido a los potenciales propios de estas ciudades: la música, las artes y
el juego.
Esta oportunidad de destinar lo mejor de la
cultura de las startups a las industrias preexistentes, va a constituir el
origen de gran parte del crecimiento en el próximo boom tecnológico. Y esto
solo puede darse en las megalópolis mundiales, que ya están atrayendo a los
jóvenes en busca de nuevos e interesantes negocios.
Incluso en California, sede de Silicon Valley,
hay startups que desean un mayor desarrollo y que se están trasladando a las
grandes ciudades. La aplicación de contactos Tinder se ha convertido en uno de
los mejores ejemplos de éxito, tras abandonar el pujante panorama tecnológico
de Los Ángeles.
A pesar de encontrarse en el umbral del Valle,
San Francisco se ha convertido rápidamente en un imán del talento tecnológico,
que ha llegado atraído por esta gran ciudad. El desplazamiento fuera del Valle
está siendo tan intenso que empresas como Google y Yahoo, establecidas a más de
30 kilómetros de distancia, cuentan con transporte de autobuses diario para
trasladar a los empleados de unas instalaciones a otras.
Las agrupaciones aisladas no pueden hacer
frente a la marea de talentos que llegan atraídos por las deslumbrantes luces
de las ciudades. Los autobuses de cercanías de San Francisco, tan costosos e
impopulares, representan quizás el mejor indicador de los tiempos que corren;
mientras que los expertos se obsesionan con el siguiente Silicon Valley, las
megalópolis mundiales se están llevando la delantera.
Este artículo es una adaptación del texto
publicado por Alex Wood en Theguardian
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