El hambre de China por los robots transforma su
sector manufacturero
The Wall Street Journal. - domingo, 12 de
julio de 2015
Luego de devorar muchos de los trabajos
manufactureros del mundo, China se los está entregando a los robots. El gigante
asiático ya es el mayor mercado del mundo para máquinas robóticas. Las ventas
crecieron 54% interanual el año pasado y todo apunta a que este auge
continuará. Se proyecta que para el próximo año, China tenga más robots
industriales instalados que cualquier otro país, según la Federación
Internacional de Robótica.
El ascenso de China como un centro de
automatización contradice muchas suposiciones sobre los robots y la economía
global.
Los economistas a menudo ven la automatización
como una forma que tienen las economías avanzadas para retener industrias que,
de lo contrario, podrían trasladarse al extranjero o incluso traerlas de
regreso a sus fronteras, ya que el enfoque está en formas de reducir los altos
costos laborales.
Esa motivación no ha desaparecido. No obstante,
es cada vez más común que los robots asuman trabajos en países en desarrollo,
reduciendo el potencial de creación de empleos asociado con la construcción de
fábricas en los mercados de frontera de Asia, África o Latinoamérica.
Una confluencia de fuerzas económicas se
encuentra detrás de esta tendencia en China. Los costos laborales, si bien son
bajos en relación con los de economías avanzadas como Estados Unidos, se han
disparado. Eso ha socavado la lógica que llevó muchos de esos empleos al país.
Además, la nueva tecnología robótica es más barata y fácil de usar que antes.
Asimismo, muchas de las industrias de más rápido crecimiento de China, como la
automotriz, tienden a depender de la automatización sin importar dónde se
encuentren las fábricas. Algunos empleos, como los que implican operaciones
delicadas del tipo que se ven en las plantas de electrónicos, únicamente pueden
hacerse con máquinas.
“Los consideramos (a los chinos) como
productores de aparatos baratos”, pero no están concentrados en eso, dice Adams
Nager, analista de investigación económica de la Fundación de Tecnología de la
Información e Innovación, en Washington. China, dice, está dejando que sectores
que dependen de grandes cantidades de mano de obra manual, como la confección
de ropa y producción de zapatos, salgan del país para concentrarse en
industrias de capital intensivo, como la siderurgia y los electrónicos, donde
la automatización es un impulsor.
En este sentido, lo que está sucediendo en
China no es diferente a lo que ha ocurrido en otras partes del mundo.
Sin embargo, el hecho de que esté pasando en
China subraya un giro significativo. Algunos economistas creen que China sería
uno de los últimos países donde la industrialización desataría el tipo de
crecimiento masivo del empleo que ayuda a un país a dar el salto al grupo de
naciones acaudaladas. Si la tendencia hacia la automatización continúa,
significaría un crecimiento del empleo más lento, aunque eso aún no es evidente
en China.
La Federación Internacional de Robótica calcula
que se vendieron cerca de 225.000 robots industriales el año pasado en todo el
mundo, una cifra récord y 27% más que el año anterior. Las ventas de robots
crecieron en todos los grandes mercados, con más de la mitad del crecimiento en
Asia. Entre ellos, China registra el mayor aumento, con ventas de 56.000
unidades en 2014.
Una razón por la cual China seguirá en auge es
debido a que tiene una “densidad de robots” relativamente baja, señala la
agrupación. China tiene cerca de 30 robots por cada 10.000 trabajadores
manufactureros. En Alemania, la densidad es 10 veces mayor.
“China tiene un crecimiento explosivo (en
robots)”, asegura Henrik Christensen, director del laboratorio de robótica del
Instituto Tecnológico de Georgia, agregando que todas las grandes empresas de
automatización del mundo se están apurando a construir fábricas en ese país
para satisfacer la demanda de nuevas máquinas.
Terry Hannon, director de desarrollo de
negocios y de estrategia de Adept Technology Inc., un fabricante de robots
estadounidense con sede cerca de Silicon Valley, dice que quedó perplejo al ver
400 nuevos fabricantes locales en una feria de la industria en China el año
pasado. Entre los nuevos participantes del mercado se encuentra Hon Hai
Precision Industry Co. —mejor conocida como Foxconn— la cual anunció planes de
construir e instalar miles de robots para ensamblar iPhones y otros productos.
Hay un factor de orgullo en la rápida adopción
de robots por parte de China. “Cuando los chinos comenzaron a exportar, a
menudo se cuestionaba el tipo de calidad que podían ofrecer”, explica Steven
Wyatt, director de marketing y ventas de ABB Robotics, de Zúrich. “Desean ser
capaces de decir: ‘Usamos los mismos robots que ustedes usan en Europa
Occidental y Norteamérica’”.
Esa es una razón por la cual el gobierno chino
está impulsando la tendencia. En 2013, Beijing delineó una meta de tener para
2020 al menos tres fabricantes de robots competitivos a nivel global, ocho
grupos de subcontratistas, una participación de mercado de 45% para los
fabricantes chinos de robots de alta gama y una triplicación de la penetración
de los robots a 100 por cada 10.000 trabajadores.
Algunos creen que esta estrategia puede crear
una cierta mentalidad de rebaño y estimular los gastos innecesarios. “Si
financia a las compañías equivocadas, puede terminar sacando a los que serían
los más productivos”, advierte Gan Jie, profesor de la Escuela de Negocios de
Cheung Kong y miembro de la junta de DJI, un fabricante de drones con sede en
Shenzhen.
Mientras tanto, hay poca evidencia hasta el
momento de que los robots estén teniendo un gran impacto en el empleo. Los
sueldos urbanos promedio en China subieron más de 10% en 2014, pese a que el
país continúa en camino de crear al menos 10 millones de nuevos empleos este
año.
Los dueños de fábricas dicen que la creciente
dificultad para encontrar jóvenes chinos dispuestos a realizar trabajos de
ensamblaje está motivando la adopción de los robots. Algunos fabricantes de
electrónicos afirman que luchan contra tasas de deserción de hasta 20% al mes.
El impacto laboral podría sentirse en otros
países en desarrollo, ya que los empleos que podrían haber migrado de China en
busca de costos más bajos se quedarán allí.
Chen Zhengxiao, gerente de Ruian Carbide Tool
Co., un fabricante de partes para tornos y molinos de la provincia de Zhejiang,
dice que los costos laborales no fueron un factor en la decisión de la empresa
de usar más robots. “Tocar un producto con la mano causa problemas de calidad”,
cuenta. “No se puede garantizar la precisión. El proceso también es más rápido
con los robots”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario