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martes, 28 de julio de 2015

Estrategias

Estrategias básicas para negociar un salario


‎lunes‎, ‎28‎ de ‎julio‎ de ‎2025
    Saber negociar es una de las habilidades más importantes en el mundo corporativo; ya sea que lo debas hacer por tu jefe o por el crecimiento de tu carrera. Desafortunadamente, cuando se trata de negociar un mejor sueldo o un aumento, la incomodidad y la inseguridad suelen desconcertar hasta al más preparado. Según una encuesta realizada por la Society of Human Resource Management, cerca del 80% de los participantes dijo sentirse incómodo al tener que discutir sobre dinero o condiciones de empleo.


Además, las mujeres se mostraron menos dispuestas a negociar para lograr mejores condiciones de empleo que los hombres. En su libro, "Women Don't Ask: Negotiation and the Gender Divide", las autoras Linda Babcock y Sara Laschever aseguran que las mujeres son más pesimistas acerca de lo que pueden llegar a conseguir y terminar logrando, en promedio, 30% menos beneficios que los hombres.

Compartimos contigo las diez mejores técnicas para ayudarte a conseguir el salario que tanto deseas.


1. Comparte información


Ser cauteloso y precavido al expresar lo que quieres puede parecer una estrategia inteligente, pero no lo es. Cuando negocias tu salario, necesitas ganarte la confianza de tu empleador y eso solo lo lograrás abriéndote. Cuando logres contarle lo que quieres y por qué te lo mereces, tu empleador (o futuro empleador) tendrá las herramientas para dártelo, lo que te acercará más a lo que buscas. Varios estudios muestran que compartir información, incluso si no tiene que ver con el tema en cuestión, aumenta nuestras posibilidades de tener un resultado positivo.


Sin embargo, compartir no significa que debas soltarle todo de una vez. Tómate tu tiempo y sé honesto para mejorar la comunicación.

2. Ordena tus prioridades


Antes de comenzar a negociar, sé claro en cuáles son tus objetivos y ordénalos según su prioridad. Por ejemplo, si tienes hijos pequeños, necesitarás volver a casa a una hora en particular, así que tienes que decidir cuántas horas estás dispuesto a trabajar y cuánto estás dispuesto a viajar para ir al trabajo. Para resolver estas cuestiones, Adam Grant, profesor en The Wharton School, recomienda "ordenar por rangos". Esto permite que tengas todas tus condiciones o preocupaciones a la vista y seas transparente a la hora de negociar.

3. Establece el porcentaje que quiere y tus términos


Adam Galinsky, profesor de la Universidad de Northwestern, describe la importancia de establecer dos límites claves: el arreglo que puedes rechazar fácilmente y tus pretensiones ideales. Antes de comenzar a negociar, es vital que conozcas las dos opciones. Investiga el salario promedio del mercado para tu puesto, qué se espera de ti y ponte al día con las tendencias de la industria con respecto a capacitaciones y desarrollo. Si sabes todo esto, podrás controlar sin problemas el rumbo que toma la negociación y/o tomar una decisión rápida, si es necesario.
  

4. Haz la primera oferta

  
Derriba los prejuicios y haz tú la primera oferta. Esto puede ser considerado como una señal de poder y el poder es una herramienta poderosa a la hora de negociar. A muchos, eso los pone nerviosos y prefieren esperar que el otro hagan una oferta para evaluarla. Pero tomar la iniciativa te pone automáticamente en una posición positiva: demuestra que haz ido a la reunión con una idea clara de lo que buscas.

5. No te conformes con poco


Si la primera oferta no se acerca para nada a lo que buscar, no te ofusques. Si investigaste y tienes en mente un número al que apuntar, no te asustes o desmotives por la primera oferta baja que escuches. Mantén una mente positiva y comparte tu punto de vista con tranquilidad.

6. Negociar puede satisfacer a ambas partes


El empleado (o posible empleado) quiere creer que hizo un buen negocio, mientras que el empleador quiere creer que logró mantener su posición. Hacer ofertas y contraofertas, o negociar, puede ser algo muy útil, si lo haces correctamente. Recuerda, un buen salario no es el único beneficio que puede darte una empresa. Piensa en el seguro médico, días de vacaciones u otros posibles beneficios.

  

7. Exhibe tu pedido con hechos


Cuando comuniques tus pretensiones, estas deben ser razonables y estar basadas en hechos claros: qué lograste, qué aportas, cuáles son tus habilidades. Esto hará que sea más posible que consigas lo que crees que te mereces. Cuando hables sobre tus logros, siempre haz referencia a hechos concretos. No alcanza con que menciones que ayudaste a mejorar los ingresos, debes especificar cuándo y cómo.

8. Muestra lo que vales


Si consideras que no recibes la paga que te mereces, es hora de mostrarle a tu empleador lo que vales compartiendo tus logros y cualidades. Nunca viene mal recordarle al jefe que tiene a un empleado talentoso. Si sumaste habilidades desde que trabajas en la empresa, no olvides mencionarlas en el contexto de lo fundamental que eres para el negocio.

9. Negocia desde otro lugar


Si tienes dudas sobre pedir más, imagina que estás negociando en nombre de tu familia. Algunas personas se sienten incómodas al hablar sobre su propio valor, pero les resulta más fácil imaginarse cómo va a impactar el beneficio a sus seres queridos. Antes de la reunión, recuerda cómo beneficiará a tu familia un mejor salario: una mejor educación para tus hijos, más tiempo de vacaciones, una casa más grande, etc.

10. Haz tu pregunta... y deja de hablar



La paciencia es una virtud que debería ser recompensada. Una vez que sugieres tu porcentaje de aumento, el paso siguiente es esperar. Puede que te genere muchos nervios, pero es lo más efectivo. El silencio puede ser una herramienta terriblemente poderosa y sin duda es mejor que hablar nerviosamente sin parar para evitar un silencio incómodo en la conversación.   

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