Estrategias básicas para negociar un salario
lunes, 28 de julio de 2025
Saber negociar es una de las habilidades más
importantes en el mundo corporativo; ya sea que lo debas hacer por tu jefe o
por el crecimiento de tu carrera. Desafortunadamente, cuando se trata de
negociar un mejor sueldo o un aumento, la incomodidad y la inseguridad suelen
desconcertar hasta al más preparado. Según una encuesta realizada por la
Society of Human Resource Management, cerca del 80% de los participantes dijo
sentirse incómodo al tener que discutir sobre dinero o condiciones de empleo.
Además, las mujeres se mostraron menos
dispuestas a negociar para lograr mejores condiciones de empleo que los
hombres. En su libro, "Women Don't Ask: Negotiation and the Gender
Divide", las autoras Linda Babcock y Sara Laschever aseguran que las
mujeres son más pesimistas acerca de lo que pueden llegar a conseguir y
terminar logrando, en promedio, 30% menos beneficios que los hombres.
Compartimos contigo las diez mejores técnicas
para ayudarte a conseguir el salario que tanto deseas.
1. Comparte información
Ser cauteloso y precavido al expresar lo que
quieres puede parecer una estrategia inteligente, pero no lo es. Cuando
negocias tu salario, necesitas ganarte la confianza de tu empleador y eso solo
lo lograrás abriéndote. Cuando logres contarle lo que quieres y por qué te lo
mereces, tu empleador (o futuro empleador) tendrá las herramientas para
dártelo, lo que te acercará más a lo que buscas. Varios estudios muestran que
compartir información, incluso si no tiene que ver con el tema en cuestión,
aumenta nuestras posibilidades de tener un resultado positivo.
Sin embargo, compartir no significa que debas
soltarle todo de una vez. Tómate tu tiempo y sé honesto para mejorar la
comunicación.
2. Ordena tus prioridades
Antes de comenzar a negociar, sé claro en
cuáles son tus objetivos y ordénalos según su prioridad. Por ejemplo, si tienes
hijos pequeños, necesitarás volver a casa a una hora en particular, así que
tienes que decidir cuántas horas estás dispuesto a trabajar y cuánto estás
dispuesto a viajar para ir al trabajo. Para resolver estas cuestiones, Adam
Grant, profesor en The Wharton School, recomienda "ordenar por
rangos". Esto permite que tengas todas tus condiciones o preocupaciones a
la vista y seas transparente a la hora de negociar.
3. Establece el porcentaje que quiere y tus
términos
Adam Galinsky, profesor de la Universidad de
Northwestern, describe la importancia de establecer dos límites claves: el
arreglo que puedes rechazar fácilmente y tus pretensiones ideales. Antes de
comenzar a negociar, es vital que conozcas las dos opciones. Investiga el
salario promedio del mercado para tu puesto, qué se espera de ti y ponte al día
con las tendencias de la industria con respecto a capacitaciones y desarrollo. Si
sabes todo esto, podrás controlar sin problemas el rumbo que toma la
negociación y/o tomar una decisión rápida, si es necesario.
4. Haz la primera oferta
Derriba los prejuicios y haz tú la primera
oferta. Esto puede ser considerado como una señal de poder y el poder es una
herramienta poderosa a la hora de negociar. A muchos, eso los pone nerviosos y
prefieren esperar que el otro hagan una oferta para evaluarla. Pero tomar la
iniciativa te pone automáticamente en una posición positiva: demuestra que haz
ido a la reunión con una idea clara de lo que buscas.
5. No te conformes con poco
Si la primera oferta no se acerca para nada a
lo que buscar, no te ofusques. Si investigaste y tienes en mente un número al
que apuntar, no te asustes o desmotives por la primera oferta baja que
escuches. Mantén una mente positiva y comparte tu punto de vista con
tranquilidad.
6. Negociar puede satisfacer a ambas partes
El empleado (o posible empleado) quiere creer
que hizo un buen negocio, mientras que el empleador quiere creer que logró
mantener su posición. Hacer ofertas y contraofertas, o negociar, puede ser algo
muy útil, si lo haces correctamente. Recuerda, un buen salario no es el único
beneficio que puede darte una empresa. Piensa en el seguro médico, días de
vacaciones u otros posibles beneficios.
7. Exhibe tu pedido con hechos
Cuando comuniques tus pretensiones, estas deben
ser razonables y estar basadas en hechos claros: qué lograste, qué aportas,
cuáles son tus habilidades. Esto hará que sea más posible que consigas lo que
crees que te mereces. Cuando hables sobre tus logros, siempre haz referencia a
hechos concretos. No alcanza con que menciones que ayudaste a mejorar los
ingresos, debes especificar cuándo y cómo.
8. Muestra lo que vales
Si consideras que no recibes la paga que te
mereces, es hora de mostrarle a tu empleador lo que vales compartiendo tus
logros y cualidades. Nunca viene mal recordarle al jefe que tiene a un empleado
talentoso. Si sumaste habilidades desde que trabajas en la empresa, no olvides
mencionarlas en el contexto de lo fundamental que eres para el negocio.
9. Negocia desde otro lugar
Si tienes dudas sobre pedir más, imagina que
estás negociando en nombre de tu familia. Algunas personas se sienten incómodas
al hablar sobre su propio valor, pero les resulta más fácil imaginarse cómo va
a impactar el beneficio a sus seres queridos. Antes de la reunión, recuerda
cómo beneficiará a tu familia un mejor salario: una mejor educación para tus
hijos, más tiempo de vacaciones, una casa más grande, etc.
10. Haz tu pregunta... y deja de hablar
La paciencia es una virtud que debería ser
recompensada. Una vez que sugieres tu porcentaje de aumento, el paso siguiente
es esperar. Puede que te genere muchos nervios, pero es lo más efectivo. El
silencio puede ser una herramienta terriblemente poderosa y sin duda es mejor
que hablar nerviosamente sin parar para evitar un silencio incómodo en la conversación.
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