Inversiones tecnológicas: ¿seguir bailando o
prepararse para el fin de la fiesta?
Agence France-Presse (AFP) - julio de 2015
Las posibilidades de un fuerte crecimiento
siguen atrayendo hacia el sector tecnológico a los inversores especializados en
capitales de riesgo, pero algunos comienzan a moderar su optimismo ante el alza
sin precedentes de las valorizaciones y el temor a una nueva burbuja.
"Estamos intentando ser más disciplinados
en cuanto a las apuestas que hacemos", dijo esta semana Byron Deeter,
socio en el fondo Bessemer Ventures, que ha invertido en 'startups' como la
popular Pinterest, en un debate en la Fortune Brainstorm Tech Conference en
Aspen, Colorado.
El dinero fluye actualmente a un ritmo sin
precedentes hacia las nuevas empresas no cotizadas del sector. Un informe de la
firma de investigación Mattermark estimó que los fondos volcados a este tipo de
empresas fueron 17.100 millones de dólares en el segundo trimestre, contra
15.650 millones en los tres meses anteriores.
El debate sobre una posible burbuja es también
alimentado por la multiplicación de compañías "unicornio", como se
denomina a las nuevas empresas no cotizadas en bolsa y valuadas en más de 1.000
millones de dólares, que podrían sacudir algunos sectores o simplemente estar
sobrevaluadas.
La sociedad de investigación CB Insight estima
que actualmente hay 188 empresas de este tipo en el mundo, con un valor
colectivo de 447.000 millones de dólares.
"Las mejores inversiones y las más
excitantes son las que parecen más incómodas, las más sobrevaluadas",
señaló Bill Maris, de Google Ventures, que ha invertido en uno de los mayores
"unicornios", el servicio de alquiler de automóviles con chofer Uber,
valuada en más de 40.000 millones de dólares.
"Eso ha funcionado hasta ahora, pero
cuando la música se acabe (los inversores) se retirarán con la velocidad de un
rayo", advirtió Byron Deeter.
- Amor ciego -
John Doerr, socio de la firma de inversiones
Kleiner, Perkins, Caufield & Byers, que ha respaldado las apuestas
de gigantes de internet como Facebook, Amazon o Google, sostuvo que todavía ve
oportunidades.
"La gente compara 2015 con la última
burbuja pero pierden de vista el hecho de que no había teléfonos inteligentes
en 2000", indicó en una de las sesiones en Aspen.
"No se podían distribuir miles de millones
de copias de una nueva aplicación globalmente en menos de una semana. Por lo
que los mercados a los que apuntamos son mucho mayores", añadió.
Aunque cree que se pueden conseguir
"buenos retornos" de inversiones en el sector, Doerr advierte que los
inversores deberían ser "super cuidadosos" al invertir en las últimas
etapas de una 'startup', cerca de su ingreso en la bolsa.
Hasta ahora la mayoría de las firmas que
necesitaban recolectar cientos de millones de dólares debían acudir a los
mercados bursátiles y abrirse a un mayor escrutinio de sus finanzas y
estrategia.
Una introducción en la bolsa requiere "una
evaluación realmente rigurosa de las finanzas", dijo Dayna Grayson, socia
de New Enterprise Associates, que tiene inversiones en unas 300 firmas de
tecnología y salud.
Pero Byron Deeter sostiene que muchos inversores
de alto riesgo siguen siendo seducidos por el brillo del alto crecimiento.
"Nos enamoramos y cerramos los ojos",
reconoció. "Creemos que seremos recompensados por las tasas de crecimiento
y vemos tasas de crecimiento espectaculares".
Más prudentes, otros inversores prefieren
mantenerse a distancia, como el fondo Silver Lake, que invirtió en el gigante
chino del comercio electrónico Alibaba y ayudó al grupo informático Dell a
retirarse de la bolsa, pero cree que muchas sociedades tecnológicas están "fundamentalmente
mal valuadas", según uno de sus socios, Egon Durban.
Actualmente hay mucha liquidez, sostuvo Durban,
pero si los mercados de acciones comienzan a caer las empresas no cotizadas
verán desplomarse su valor "a un ritmo mucho mayor".
"Si el mercado cae 10% el sector privado
no cotizado puede caer desde 30% hasta no tener más ofertas" de inversión
en absoluto, advirtió.
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